lyzortega_15j Elizabeth Vázquez

En el dulce matrimonio perfecto que nadie cree hay un amor tan grande capaz de todo, si la música y la danza se complementan y Jimin como bailarín ama cada composición que su esposo productor hace para él. Entonces sí, son el uno para el otro. El suceso que como obstáculo se interpone, los hará ver la verdadera cara del amor que tanto prometen. Pues en las dificultades quien te ama sabrá que hacer y como protegerte. ✨Yoonmin ✨LyzOrtega Esta obra me pertenece.


Drame Films Déconseillé aux moins de 13 ans.

#yoonmin #yoongi #jimin #amor #romance #dolor #superacion #drama
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Prólogo

©LyzOrtega



El amor es complicado de entender pero fácil de notar en momentos de crisis. —J•V✨




En cualquier tipo de contexto, la situación se hubiese visto de la misma manera. Así lo cree Jimin, que gozando de la fama y su talento presentaba el último recital de la noche, bailando como solo él puede hacerlo, levantandose en el aire como un ave preciosa que todos admiran. Amando el tintineo, la música cálida que su esposo hizo especialmente para él, con amor, pasión y una pizca de misterio en medio del estribillo.


Porque en el escenario, Jimin deja todo su corazón al desborde para su público. Elevando las manos, y dando un salto largo cae en puntillas con la expresión de melancolía, llena de la miseria de un amor imposible que representa como tal la escena. Y entonces cuando la canción acaba, todos se levantan y aplauden felicitando la belleza anteriormente presentada.


Jimin sonrie bajando del escenario, y el corazón le late con más prisa ante la presencia de su esposo que con flores en los brazos lo espera al final de la escalera.


—Fue increíble, una vez más sigues enamorandome. —Jimin se apena un poco tomando las flores, ama demasiado cuando Yoongi despeja su agenda y lo visita en los recitales, cuando viaja al extranjero con él y se presenta con expertos. Le gusta ser su esposo. —Ve a cambiarte, hice una reservación especial.


—¿Qué tan especial? —Toma la tarjeta negra con letras doradas y grita sorprendido. Las personas los miran curiosos cuando salta a sus brazos emocionado. —Te amo. ¿Cómo conseguiste una reservación? se tardan meses en dar una.


—Bueno, amado mío. Eso no importa, es por ti. Tu vales todo.


Min Yoongi es un productor y compositor muy famoso, que conoció por casualidad en una empresa de idolos, donde entró para dar clases básicas de ballet a las modelos y terminó pasando mucho tiempo con el mayor a su lado. Lo necesario para pedirle una cita y aceptar. Se volvió adicto a los besos en cada mañana, a recibir halagos y tener a alguien esperándolo al final de cada recital cuando siempre iba solo a casa.


Mudarse fue necesario con un año de novios, acoplarse al gran hogar de su esposo quien vivía en un edificio de alta gama gracias a su trabajo. Jimin vivía en una casa que compró cuando recién llegó a Daegu, en un vecindario tranquilo. Pero cambiar de nivel lo llevó a cambiar también de vida, paso de comer ramen como premio a ir con Yoongi a restaurantes especiales y recibir regalos por sus logros. Mientras él a cambio, cada mañana sin falta preparó todos los almuerzos y se quedó ahí, apoyando cada acción de quien ama.


Jimin es bailarín profesional, conocido en la industria del arte, viniendo de una buena familia, se posicionó en las listas mayores con su persistencia. Y ganó premios de oro y plata en honor a su país por su esfuerzo. Su sueño desde pequeño fue bailar, y Yoongi no tenía problema con verlo feliz haciéndolo. Después de todo con tres años de matrimonio y esa chispa prendida a más no poder, lo que menos tenían eran discusiones.


Porque no había un motivo por el cual discutir hasta ese día, saliendo de la academia después de un arduo ensayo le dolía todo, relajarse en casa era lo mejor pero aún debía hablar con Yoongi. Mientras maneja se tranquiliza para llegar bien a casa, son las seis en punto de la tarde y podrá llegar a tiempo para preparar la cena. El estacionamiento del edificio lo recibe, deja su número y clave para entrar, estacionarse y bajar cargando su maleta.


—Joven Park, felicidades por el premio cultural de danza. Es usted un orgullo para el país. —Agradece el oficial a cargo del estacionamiento.


—Gracias. Seguiré esforzandome.—Afirma y hace la reverencia para subir al elevador, podría ir por las escaleras pero será un reto subirlas. —Tranquilo, hacemos la cena y cuando llegue Yoongi, le explicamos la oportunidad. Él se irá con nosotros, puede atender todo desde otro país. Lo sé.


Llega, toma un baño primero y con prendas cómodas comienza a preparar la cena. El tiempo no lo siente mientras cocina, guarda topers para mañana y acomoda cada plato en la mesa del comedor. Con las cosas listas sonríe y toma foto para mandarle mensaje a su esposo, mismo que no contesta. Debe venir en camino entonces. Con el folder entre sus manos respira profundo, es feliz ante el ruido de la puerta y la presencia de quien ama entrando mientras se retira el saco.


Recibir un beso en la frente le gusta, espera que su pareja se siente. Y comienza a servir todo con cuidado, trata de no regar nada por el temblor que en las manos siente. Evita quejarse, aunque sus rutinas sean diferentes ambos están cansados. Afortunadamente Yoongi se levanta y sostiene su brazo con cariño para mirarlo tranquilo. Él es muy observador.


—Siéntate, no tienes que hacerlo todo tu solo. Supongo que los ensayos son más duros por la presentación que va ser en una semana. ¿No?


—Lo siento.


—Minnie, no tienes que disculparte. Somos un equipo y es normal. —Esta vez, él se encarga de servir, acomodar piezas y sentarse para comer. —Tengo tus nuevas pistas ya listas. —Extiende la pequeña memoria en una bolsa pequeña. —Si quieres que cambie algo me dices.


—Sobre eso... —Termina de beber un poco para tomar valor. —Me ofrecieron un contrato, son presentaciones en muchos lugares y me darán todo lo que necesite incluido un lugar cómodo donde ensayar. Me pagaran muy bien.


—¿Tres meses a Inglaterra?, esta vez ¿qué países vamos a visitar? —Jimin muerde su labio inferior y suelta aire. —Jimin, te seguiré a donde vayas.


—Por toda Europa, y parte de Estados Unidos. Pero no son tres meses. —Su esposo asiente comiendo lento esperando que diga cuantos. —Son tres años, no puedo regresar a Corea. Las presentaciones son seguidas, ellos me darán las pistas y crearan las coreografías. Yo solo debo presentarlas, por cada mes tendré al menos el doble de lo que hoy gano.


El silencio y nervios hacen que Jimin tenga miedo de la respuesta, aunque Yoongi es más simple. Se endereza y observa el folder en los muslos de su pareja, entendiendo de forma errónea que ya lo firmó y solo es un aviso.


—No puedo salir de Corea por más de cuatro meses. La empresa me necesita, y tampoco puedo llevar mis cosas de un lado a otro. Lo sabes. —Jimin asiente lento. —Entonces, ¿por qué aceptas un contrato así?, no te dan libertad. Ellos van a elegir todo. ¿Escogeran que vas a vestir? porque solo eso falta.


—Es una oportunidad para mí, seré conocido por más personas y algunas marcas van a pedir mi presencia. —Explica.


—Si querias tener ese tipo de oportunidades, te hubieras metido a la empresa como idol, y podrias hacerlo sin necesidad de contratos. —Jimin niega, ese no es su área. —Jimin, van a controlar todo lo que hagas. ¿Y si armas un escándalo sin querer en otro país?, ese contrato no te va salvar.


—Yoongi, amo el ballet. Amo bailar para el público, y quiero que me apoyes en este punto de mi carrera. Si lo logro, entonces no tendré que ser el invitado por fama. Quiero hacerlo por talento.


—Nadie te niega que tienes talento. Pero te están pidiendo tres años de tu vida, sin tus padres, sin hablar coreano, sin lo que eres. Tres años sin mí. ¿Vas a elegir abandonar todo por un contrato? —Jimin niega, no es difícil aceptar que ama lo que tiene y debido a ello extiende el folder hacia su esposo. —Ya lo firmaste, ¿para qué lo quiero?


—No lo he firmado. Yo no sé mucho sobre contratos, así que quiero que lo leas y me digas la verdad. —Pide.


Saca los papeles, lee concentrado en las pautas y las ganancias, apenas encuentra algo raro saca el bolígrafo del estante cercado y lo encierra para continuar. Es extraño que en cada cierta parte vea errores, pasa al resultado final y suspira.


—Jimin, no lo firmes. —El menor espera que explique que hay de malo. —En todos los contratos que vayas a tener a futuro, lee y busca cuando se termina. Este contrato es indefinido, en pocas palabras, van a exprimir todo de tí. Cada centavo es para ellos y tú solo tendras la fama. No es para nada justo. ¿De acuerdo?


—Si entro a tu compañia, ¿crees que pueda hacer más que solo bailar? —Es decepcionante que su única oportunidad sea una farsa. —No sé cantar, ni rapear. No tengo talento para crear música o escribir canciones.


—Te enseñaran a cantar, y rapear. Yo te enseñaré a escribir y componer. Que no sepas hacerlo no significa que no puedas. —Trata de animar a su pareja, sabe que se siente ser engañado por un contrato. —Minnie.


—Estoy bien. —Afirma, toma el contrato y lo tira a la basura para sentarse. —Come, se enfría y aun falta el postre. —Recrimina, con esa sonrisa tan propia de él.


Yoongi obedece después de unos minutos, pero incluso después de la cena al terminar de limpiar la cocina y dejar los trastes secos en su lugar. Se asoma sin hacer ruido en el umbral de la puerta de la sala, donde observa como Jimin yace sentado en la alfombra, abrazando sus rodillas mientras hay un programa de televisión. Uno que habla de la música y su cambio con los años.


Min conoce las emociones de quien ama, por los años juntos reconoce cuando se siente decepcionado de algo. Como los papeles que no le daban al comienzo, cuando aprendía con esmero el papel y no era seleccionado. Lo vio tantas veces en ese lugar pero no se acercó para darle su propio espacio. Hoy rompe las reglas, entra en silencio y se sienta a una distancia alejada pero cerca, suficiente para poder hablarle.


—Cuando era adolescente, firme el primer contrato que me dieron sin dudarlo. —Por como Jimin se remueve sabe que lo escucha. —Me dijeron que sería famoso, incluso prometieron llevarme a la fama en menos de tres meses. —Finalmente Jimin voltea sin dejar de abrazar sus rodillas. —Los contratos son peligrosos. Y me quedé sin nada, ni fama, ni canciones o ganas de hacer más. Sentí vergüenza por olvidar leer y confiar.


—Hyung.


—Cariño, yo mismo te haré un contrato. Te llevaré por cuatro meses a muchos países, teatros increíbles para que te presentes. Yo mismo me haré cargo de la publicidad y la gente sabrá de tí, de tu talento. La belleza de tu baile. —Promete, porque lo ama y haría cualquier cosa por él. —A cambio, solo quiero una cosa.


—Lo tienes todo.


—Minnie, solo quiero que tomes esas clases de canto. Que escribas y compongas a mi lado. Quiero verte crecer de forma artística. Y esa sonrisa, quiero verla siempre. No más lágrimas, ni decepciones. Solo confía en tí. —Ama las lágrimas que Jimin suelta, los labios fruncidos y el ruido de un sollozo.


Se acerca, sostiene y carga en brazos. Porque cuando era joven no tuvo a nadie que le diera esperanza, y ahora que sus vidas están entrelazadas, hará lo posible por que el sueño de Jimin se cumpla.


—Yo haré tus sueños reales mi amor.



La caída del pedestal es atroz.


©LyzOrtega

15 Juin 2023 04:38 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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