©LyzOrtega
Cuando me miras me vuelvo loco. —Y•D✨
El ruido es la principal razón de no gustar de aquellos lugares llenos de luces, alcohol, poca comida e infestadas de personas. Porque no gustaba de salir en primer lugar, amaba la comodidad de su hogar desde que era un niño y era amante de ver películas cada fin de semana o terminar alguna serie de moda. Esa era su vida. ¿Pero por qué todo cambia? ¿por qué de momento no está tan seguro de ser perfecto? ¿por qué no le gusta salir?, su razón tiene nombre y apellido. Lamentablemente desde pequeño su madre lo obligo a ser amigo de muchos niños, mismos que hoy en día algunos lo humillan, otros lo ignoran y los que no deberían de ser unidos a él lo rebajan.
No le gusta salir por ella, por Mie JungNa, su "mejor amiga", es la mujer bella que todos miran. Es el centro de atención a donde salen, es la persona que todos desean como novia, amiga, amante o lo que sea. Siempre es ella. Jimin ha perdido la cuenta del número de veces que le ha gustado un chico y todos quedan encantados con ella. Sabe que no es culpa de JungNa, al contrario, ella es carismática, bella y única. La chica perfecta.
Envidia mucho que encante a las personas en segundos, ha tratado de aprender de ella pero es imposible. Nadie le presta atención, por mucho que se arregle, cambie y trate de tener al menos un beso con su cita. Termina solo en la mesa, mirando como su mejor amiga baila con se supone debería ser su cita. Mirando por sobre su hombro, aprecia una vez más como JungNa es una diosa en medio de la pista, ella es bonita, alta y tiene una dulce voz. Sabe porque la buscan, porque la siguen. No los culpa de todos modos.
De la misma forma que no se culpa por caer por un desconocido. ¿Cuando fue la última vez que tuvo sexo?, no lo recuerda ahora. Dios, no es su culpa. ¿De acuerdo?, simplemente estaba sentado en las sillas altas, lo vio un momento y le encantó ese hombre caliente. El porte que tiene. Hombros anchos, un pecho levemente trabajado y esas manos, no pudo dejar de verlas. ¿Es posible que sea adicto a ese detalle? Tiene calor, hace mucho tiempo no siente ese tipo de temperatura. Debe desviar la mirada. Concentrarse en dejar de beber, seguro el alcohol lo esta haciendo pensar cosas extrañas, no debió de tomar mucho. Se reclama.
Remueve su propio cabello hacia atrás y exhala por la sensación conocida de su cuerpo. Baja la mirada, maldice, menos mal hay mucha gente y la iluminación lo ayuda. Suspira de nuevo mirando adelante por inercia.
El corazón le agita, hay un hormigueo por sus manos que logra hacerlo sentir nervioso y torpe. ¿Por qué tremenda creación de Adonis lo esta mirando? Por los dioses del Olimpo, ese hombre caliente lo esta mirando. Y no es de una manera amable o tranquila, ese hombre caliente se lo come con la mirada y aunque en otra situación Jimin le hubiera hecho una seña obscena, justo ahora le gusta.
¿Es legal que un hombre se vea sexy con un pantalón de mezclilla y sus piernas sean fuertes para llenarlo? ¿es normal que se sienta babear por ese estilo único de cabello más largo atado en una coleta pequeña? Ojos azules que lo escanean, sonrisa fina que le dedica y esa lengua que pasa por el labio inferior, Jimin ignora su alrededor. Esta concentrado en la invitación que tiene justo ahora.
Imita las acciones, se siente caliente, necesita aire fresco porque su corazón se emociona por la atención de un hombre apuesto, que no solo le gusta, le encanta. Revisa a sus lados si no esta quedando como idiota por hacerle caso al chico. Pero todos están en lo suyo. Jimin odia ser de esa forma, por primera vez se anima a sí mismo. Baja de la silla alta, y le brillan los ojos ante la clara señal que hace el hombre para que lo siga. ¿A donde quiere ir?, no tiene idea, sus pies avanzan y pasan entre las personas.
La garganta se le seca, humedece sus labios y ante el pasillo que observa no se detiene para nada. El letrero de la entrada verifica en que se está metiendo, ¿está bien entrar al baño? ¿es una buena idea?, toma la manija, abre lento y manda al demonio sus dudas. Si sigue pensando, no va vivir experiencias nuevas.
—Eres un poco lento. —La puerta es cerrada, contra está es arrinconado, escucha el seguro pero no importa si delante de él está el hombre de hace rato. —Tienes unos labios hermosos.
La voz contra su rostro lo derrite, frío azul oscuro de sus orbes brillosos lo escanean. El pequeño "¿puedo?" que logra excitar a su corazón acelerado y aceptar la unión de sus labios, Jimin sube sus brazos a los hombros, exige más de la acción. El beso no es delicado, no cuando sus bocas se abren y aceptan el invasor propio. Es una locura que si quiera acepte esa loca idea. Que se deje invadir a corta y beneficios de un ser desconocido y con un gran atractivo solo por su locura.
Pero no podía negarse, el alcohol a veces te impulsa a cometer estupideces, Jimin está de acuerdo en ello. Aunque la pierna que se mete entre las suyas lo obligue a jadear entre el beso por la fricción en su evidente erección. Protestar era imposible, la boca le hormiguea y es chupado con tantas ganas que no desea separarse. No ahora. Quiere más, las manos grandes lo aprietan de la cintura, consciente de como una amasa su culo a gusto y preferencia.
—E-Espe—La mordida en su labio le manda escalofríos a su ser, exhala y trata de controlarse, se derrite en los toques continuos de su cuerpo. No está preparado para ese tipo de atención, cuando las primeras veces han sido muy vagamente placenteras. —P-Por favor, s-so-lo un segundo.
—¿No te gusta? —Jimin está seguro que está hecho un desastre, puede sentir como por si solo las mejillas le arden y hay un calor más extendiéndose en el agarre.
No necesita verse a un espejo para saber que debe verse horrible justo ahora y aún así, ese bendito hombre con su sonrisa sensual sigue repartiendo besos en su mandíbula con unas ganas increíbles que solo le motivan a continuar.
—¿Qué pasa lindo?—Obtiene su atención.
—N-No sé tu nombre. —Habla lo mejor que puede.
La sonrisa que lo recibe es atrevida, el agarre cambia, cuando ambas manos le tocan el trasero. Y aunque no hay una contestación en ese segundo, se limita a imitar los movimientos de su lengua, la succión, la mordida. Esa forma de morder su barbilla y su cuello dejando posibles marcas. Mordisqueando como un gatito que prueba carne nueva y degusta su platillo.
—Yoongi. —Es lo único que escucha contra su oído antes de que su lóbulo sea lamido, Jimin tiembla, la fricción de su entrepierna continua y su centro hace un corto circuito por esa simple acción.
En realidad no tiene idea con certeza como y porque no tiene miedo, estar en el baño con un desconocido es extraño. No tanto si ese mismo tipo mete las manos debajo de su ropa interior y aprieta ambas nalgas sin dejar de besar sus labios. Jugar con la lengua, ser succionado como agua después de un naufragio, o la simple exquisitez del cuerpo que lo aprieta. Como si quisiera robarle el aliento por completo y dejarlo delirar, algo que ya está logrando.
El movimiento lo motiva, los dedos que se abren paso entre sus nalgas lo obligan abrir las piernas y jadear contra la boca. Con las manos nerviosas y algo inquietas desabrocha su pantalón dándole la libertad a Yoongi de hacer lo que desee considerar de él, una aceptación a que pase lo que no debería en ese lugar.
Las consecuencias de sus acciones llegaran después, justo ahora sus pantalones son bajados con fuerza, es girado contra el lavabo donde apenas y puede sostenerse con sus manos, cuando se inclina hacia delante y por el espejo es conciente de los besos que Yoongi deja en la piel de su trasero. Desciende, y el miedo se apodera de él ante la brusquedad al ser abierto. Expuesto por completo a ese tipo.
—¡N-No! ¡oye! ¡Espe—La humedad tibia contra su agujero lo tensa, debe cubrir su boca y sostenerse. El movimiento húmedo es completamente nuevo para él, nadie le ha lamido él culo, claro que hace limpieza completa por la esperanza nula de tener sexo pero no para recibir ese tipo de atención.
Él músculo entra, abre, humedece y explora como invasor. Jimin tiembla, las piernas se sienten débiles sin hacer nada. Las primeras veces son extrañas, pero las siguientes prenden algo nuevo en él, ese "click" que como un hormonal recibe por la primera experiencia. Con valor y aún temeroso abre más las piernas dándole espacio, después de todo se está tomando la molestia de prepararlo de una forma nueva. Aunque no pueda resistir, la necesidad de masturbarse llega a su mente, trata de hacerlo y controlar sus caderas para no moverse pidiendo más por la atención.
—Quieto, no te toques. —El manotazo que recibe lo hace lloriquear, quiere correrse. Tiene la necesidad de hacerlo, el cosquilleo en el vientre que se expande por la situación logra que las piernas le tiriten. ¡Necesita un poco más!, puede sentir que está cerca. —Si te corres no sere amable.
—Yoongi ~—Lloriquea, se queja y pierde el control de sus caderas empujandose hacia atrás. Quejándose cuando Yoongi deja de lamerle el culo. —M-más... —Arquea la espalda, y justo cuando dos dedos entran y tocan una glándula en su interior, lloriquea echando su cabeza hacia atrás, impulsando su cadera hacia los dedos corriendose en un grito.
Los espasmos, la sensación de gracia y éxtasis lo invaden, es difícil respirar. Más si los dedos apenas abren su interior y el agarre de Yoongi ahora le toma la cintura con fuerza. Los dedos continúan entrando, el ruido húmedo que resuena por los fluidos ya obtenidos le da un poco de color al asunto. Jimin solo escucha ropa caer y el metal contra el piso. Está ocupado en respirar y acostumbrarse a los dedos largos de ese hombre, con la boca abierta exhala y suspira de gozó ante el abandonó.
—Eres sexy, me gusta. —Se concentra en las palabras, absorto en su mundo como para darse cuenta de la suavidad golpeando en su entrada, la bienvenida al pene del hombre caliente le saca el aire, si solo es el glande lo que entra y arde, ¿qué puede esperarse de lo demás?
Sale, y vuelve a entrar, esa acción se repite conforme los suspiros de Jimin van cambiando de tono. El dolor crece, sus paredes hacen el esfuerzos de aceptar la intromisión pero, es dificil. Los quejigos son pequeños y suaves, se vuelven más agudos y rotos. Las cosquillas alrededor de su nariz avisan de sus lágrimas, la sensación de asfixia mientras se sostiene y endereza. Si mira abajo, puede apreciar su propia excitación visible y la forma tan dura de ser sostenido por las caderas. En algún punto el dolor es pasable, la entrada es más dura y directa. Jimin mantiene la boca abierta soltando maldiciones y gimoteos en suplica.
¿Por qué todo su alrededor le da vueltas?, se siente mareado recibiendo embestidas contra el espejo del lavabo, le duele su abdomen por el choque contra la cerámica. La piel le arde, sin mencionar los azotes contra el culo que recibe de una mano pesada. Pero no importa mucho si tiene la boca tapada por la mano de ese mismo desconocido. Y grita contra ella por el golpeteo directo contra su próstata, el golpe de sus pieles es un ruido obsceno que por primera vez le gusta.
—¡Mnngh! ¡Uhm! —Con las manos rojas por la fuerza al sujetarse, se impulsa hacia atrás, el grosor del pene duro que entra en su interior lo está volviendo loco. Siente las venas marcadas del mismo, como rozan en sus paredes húmedas, y calientes. La forma de apresarlo en su interior y está encantado de como su propia baba escurre de satisfacción. —ahhh, ahhh. S-Sí, así.
Yoongi lo obliga a pegar su rostro a la cerámica del lavabo, agradece que este seco. El ruido de sus muslos golpeando entre ellos es ruidoso, los gritos que Jimin suelta suben de tono, está seguro que es el mejor sexo que ha tenido, es como si ardiera por dentro y el calor fuera aumentando ante cada acción, como el mundo se detiene, su corazón se acelera y la respiración le falla.
—¡Yoongi! —El azote que recibe en su culo lo hace saltar, la sensación de dolor solo crea esa chispa, un impulso, un aviso que le dice que está cerca. Y muerde su propio labio disfrutando de la palpitación de sus sexos unidos al compás de las embestidas que recibe. —ah, a-ah
Antes de poder avisar, hay dos golpes a la piel sensible de sus nalgas, no hay tiempo para gritar si la voz le falla y solo puede tensarse, contraer el abdomen y lloriquear obteniendo el orgasmo. Hilos de semen disparados a la loza del suelo de aquel baño. Con la respiración acelerada, su cuerpo se encuentra laxo y fuera de órbita por un momento.
Apenas logra jadear cuando Yoongi le aprieta la cintura con sus grandes manos y no separa ambos sexos. El palpitar continuo junto al líquido que arde en su interior lo hace inhalar profundo y venirse por tercera vez ante ser llenado. No tenía idea de que eso le gustara. Dios, un tipo caliente tuvo sexo con él en un baño de un antro conocido.
—Diablos, ¿qué hice? —Jimin susurra a sí mismo cayendo en cuenta de sus acciones. Teme ver el espejo, pero lo hace.
Aun con sudor y los cabellos sueltos, ese tal Yoongi lo hace suspirar. Y cuando sale de su interior es consciente de como el semen escurre por sus muslos. Tal vez, está mal pero, está dispuesto a ser llenado por ese tipo una vez más solo sí puede ver su rostro cuando tengan sexo. Está vez de frente.
—No te muevas. —Jimin obedece, escucha ruido y siente como es limpiado al menos lo suficiente. Las prendas son acomodadas y lo gira, Jimin ha perdido la valentía después de lo antes hecho, se lava la cara y manos para evitar mirar o hablar con ese tipo.
Sabe que imita sus acciones, el ruido del agua, la toalla que le pasa después y entonces ¿qué debe hacer ahora?, el alcohol ya perdió su efecto. Sostenido de la cintura y la nuca, es reclamado de nuevo, pero esta vez hay una obsesión por tenerlo cerca. Mantener las caderas juntas y una sonrisa en medio de ese beso que le manda cosquillas al pecho.
Y definitivamente, haberlo seguido fue la mejor decisión que pudo tomar.
Por favor, bésame del mismo modo que lo hiciste la primera vez.
©LyzOrtega
Merci pour la lecture!
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