Simón:
Mi celular no dejaba de vibrar, esa molesta repetición de la canción me estaba despertando. Oh, claro, ¡ya finalizaron las vacaciones y ha empezado un nuevo año escolar!
Sería natural de mi negarme a ir al colegio, fui apartado desde la guardería gracias a mi poder, y solo pocas veces estudiaba con todos los demás. Seguramente será difícil explicarle esto a mis únicos amigos, mi poder de cambiar de forma.
Hace poco recibí un reloj para gestionar mi poder. Dolió mucho cuando me lo puse por primera vez, no esperaba eso. Me lo quité por el dolor y rápidamente me dirigí a ducharme, además de usar el agua fría de la ducha para calmar el dolor en mi mano izquierda.
Miré el reloj un poco confundido, esa barrita en la pantalla parecía decirme algo. Me lo puse otra vez, pero aguanté el dolor.
Un pequeño panel se mostró en la pantalla apenas la barra se había completado, decía cosas así de mi poder, estaba confundido, pero no podía despertar a mis padres solo para preguntar, apenas son las 5 y 30 de la mañana.
El panel mostraba varios datos míos, desde mi edad hasta lugar de nacimiento. ¿Qué clase de objeto del área 51 habrán conseguido mis padres esta vez?, sinceramente no tenía idea. Deslicé mi dedo en la pequeña pantalla y aparecieron otros datos, pero esta vez acerca de mi poder:
Shapeshifter 1: Simón
Tiempo de transformación: 200-500 ms
Tiempo máximo transformado: 60 min
Recarga segura para la transformación: 1 min
Yo solo hice un silbido como respuesta. Vaya que estos datos me hubieran evitado muchos problemas en guardería y en lo poco que estuve en primaria. Empaqué mi desayuno y me despedí de mi madre, que se había despertado.
Yo ya conocía este colegio a pesar de que nunca he entrado, esta al otro lado del pueblo y claramente si había rumores de mi en primaria, aquí los habría también, eso me incomodaba mucho, pero tenía un arma para liberarme de esto.
Jeffrey y Carolina. Mis dos mejores amigos (lo digo yo, no ellos).
Choqué las manos con Jeffrey apenas nos encontramos, parecía perdido hasta que le pregunté. Solo me mostró su celular en un chat, que mostraba el grado de él y yo, claramente 9-1 estaba en medio de la cancha del colegio.
Lentamente llegaban cada y uno de los compañeros, incluida Carolina, que me recibió con un abrazo, que, sinceramente esperaba de ella. Sé que Carolina apenas la conocí cuando yo hacía mandados, ella solo estaba ahí sentada esperando a que su mamá terminara de comprar. Ya Jeffrey es un caso más distinto, lo vi desde primaria, y según lo que me dice, desde la guardería. Sé que se ve lo más confiable, pero nunca me ha llegado a creer acerca de mi poder a pesar de mis explicaciones.
Después de ese "gran discurso de bienvenida" nos dirigimos para las aulas. Yo no me fijaba en los nombres de mis compañeros, solo unos como: Alberto, Dayelin, Juan Diego y Henry. Ya de las clases mejor ni hablo, todo era presentación tras presentación, un poco irritante para mí.
Llamé a mis amigos apenas las clases habían terminado. Jeffrey no parecía muy de acuerdo, pues vive bastante retirado del colegio, pero aun así, accedió. Claro después de que fuera al baño con él, no es algo malo a mi parecer, una compañía siempre ayuda. Al entrar vimos a un chico y una chica peleándose, era extraño, no solo porque es el baño de hombres, sino también que el muchacho parecía mucho más herido que ella.
—¿Acaso van a coger aquí o qué? —Jeffrey interrumpió la pelea, una mala idea a mi parecer.
—¿De qué hablas? —la chica se molestó, pero Jeffrey sonreía, es claro que hará bromas de muy mal gusto para ellos.
—De nada, solo que si quieren hacer el "sin respeto" es mejor que lo hagan en sus casas en vez del primer día de clase.
—No empieces con tus estupideces ahora, Jeffrey —el chico cogió furioso la camisa de Jeffrey, pero no podía levantarlo, era claro que Jeffrey es más fuerte—. ¿O quieres empezar con un moretón para mañana?
—Nah, no te preocupes. ¿Pero qué pasa si grito "profesora Sonia"? si te llega a ver sería tu fin ¡y eso que es solo el primer día!
El chico parecía desbordar de ira, pero a contrario a lo que pensaba, se rindió y se fue sin decir ninguna otra palabra. Nuestras miradas se dirigieron a la chica, Dayelin ahora que lo recuerdo, pero ella comenzó a llorar.
—¿Acaso pensabas hacerlo? —le dijo entre lágrimas, pero Jeffrey negó con la cabeza.
—Me gustaría saber qué fue lo que paso aquí —yo me quedé mirándola fijamente, me di cuenta que su ropa escondía un par de cortadas.
—Paso que...
Pero antes de que pudiera hablar, la profesora Sonia interrumpió, era obvio que escuchaba la pelea y pensaba hacer sanciones, lo supe por que en su mano llevaba una carpeta de anotaciones.
—Dayelin, levántate —le dijo—. Necesito que me cuentes lo que paso.
—¡E-espera! —yo estaba confundido, ¿era posible que buscara encubrirlo?, ya ha pasado algo y ni siquiera le he revelado acerca de mi poder. Solo podía pensar en lo peor.
—¿Pasa algo, Simón?
—¿No deberían ayudarla a tratar las cortadas que tiene? ¿y con el otro chico que amenazó a Jeffrey?
A pesar de mis preguntas, la profesora se retiró junto con la chica. Miré a Jeffrey un poco sorprendido, no podía creer que pasara esto en mi primer día, otra vez.
—Eres nuevo aquí, Simón —Jeffrey se sentó en los fregaderos, solo para después llenar una botella de agua—. Eso pasa todos los días, te acostumbraras.
—Me preocupa saber qué pasa si saben que soy un cambia formas —le dije un poco preocupado, tenía esperanza de que me creyera, pero su rostro me decía cualquier cosa excepto que me cree.
—¿Otra vez con eso? —habló mientras bebía—. Deberías dedicarte a ser actor o alguna otra cosa parecida, siempre dices y dices, ¡y ni das pruebas!
—¡¿Pruebas?! —me parecía una ofensa lo que dijo, aunque ya estaba acostumbrado a su actitud—. Oigan a este. Yo te di todas las pruebas y no me creíste.
—¿Y yo para que creería algo tan ridículo como ser "un cambiaformas"? eres mi amigo y todo, pero no vengas con esas cosas.
—Dame la botella, sin limpiar.
—Que no se note tanto, Simón
A pesar del tono sarcástico de Jeffrey, me decidí en hacerlo. Toqué la boquilla de la botella con uno de mis dedos, solo para que después de unos segundos, convertirme en Jeffrey.
No solo sorprendí a Jeffrey, sino también a Carolina que andaba buscándonos. ¡Justo a tiempo! Antes de que ella pudiera huir, la tomé de la mano (accidentalmente) y la traje hacía mí, para después cerrar la puerta
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