El inconveniente era que a medida que crecían, sabían que su tiempo como guardianes estaba llegando a su fin. Y así, comenzaron a buscar un sucesor digno para tomar su lugar. El proceso de búsqueda duró años, tantos, que creían que jamás lo lograrían encontrar o que nunca serían testigos de dicha sucesión. Pero era estrictamente necesario que esto se diera ante de que muerieran por su gran longevidad.
Después de mucho buscar, encontraron a un joven guerrero llamado Zurno que poseía todas las cualidades que buscaban: coraje, fuerza y sentido del deber. Lo entrenaron en los caminos de la batalla y le transmitieron su conocimiento y experiencia, sabiendo que él sería la clave para el futuro de su mundo, sin embargo, el tiempo y el destino tendrían otro veredicto algo distinto al que todos esperaban que fuera a tener lugar.
Y cuando llegó el momento, entregaron el manto de tutela al joven guerrero, confiados en que él protegería el Diamante de la Vida y mantendría su mundo a salvo. ¿Estaba ciertamente preparado? Sí, ellos y todos creían que sí, él era el máximo exponente en las nuevas generaciones que pretendían poner por delante de todo al Diamante, incluso de su propia vida.
Zarek y sus guerreros se retiraron del servicio activo, contentos sabiendo que habían cumplido con su deber y que su mundo estaba en buenas manos. Y mientras miraban las estrellas, sabían que su legado viviría para siempre. Su entrenamiento fue arduo e intenso. Durante años estuvo preparándose por si cualquier cosa ocurriera.
Pero cuando el joven guerrero se preparaba para asumir su nuevo papel, un señor oscuro llegó al planeta con sus ejércitos y bombas, decidido a robar el Diamante de la Vida para sí mismo.
El joven guerrero sabía que tenía que actuar con rapidez para proteger el diamante. Reunió a sus fuerzas y se preparó para la batalla, sabiendo que el destino de su mundo estaba en juego.
La batalla fue feroz y brutal, y ambos bandos sufrieron numerosas bajas. Pero al final, el joven guerrero salió victorioso. Había salvado el Diamante de la Vida una vez más y había protegido su mundo de las fuerzas de la oscuridad.
Pero mientras el señor oscuro huía derrotado, el joven guerrero sabía que la amenaza estaba lejos de terminar. El señor oscuro era un enemigo formidable, y no se detendría ante nada para reclamar el Diamante de la Vida para sí.
Por eso, el joven guerrero juró permanecer alerta, listo para defender su mundo de cualquier amenaza que pudiera surgir. Sabía que tenía un largo camino por delante, pero estaba preparado para lo que fuera.
Con el paso de los años, el joven guerrero se hizo mayor y sus habilidades y experiencia aumentaron. Se convirtió en un guerrero experimentado, y el pueblo de Zorath sabía que estaba en buenas manos.
Pero incluso mientras disfrutaba de los elogios de su pueblo, el joven guerrero sabía que la amenaza del Señor Oscuro se cernía sobre el horizonte. Sabía que un día, el señor oscuro regresaría, y que tendría que enfrentarse a él en un enfrentamiento final.
Y cuando ese día finalmente llegó, el joven guerrero estaba preparado. Reunió sus fuerzas y se preparó para la batalla final, sabiendo que sería la mayor prueba de sus habilidades y su valor.
La batalla fue intensa y violenta, la sangre tiñó todos y cada uno de los rincones que completaban los campos que cubrían el planeta. El señor oscuro poco a poco tomo todo el territorio y el joven no pudo hacer frente a sus contiendas. No estaba listo, a tal punto que todo comenzó a desmoronarse, el ejército oscuro terminó por liquidar la población de Zorath, el pueblo lloraba desconsolado, el final estaba cerca y no podían hacer nada por evitarlo.
El joven, que desveló que se llamaba antes de morir, fue asesinado por el señor oscuro, escupiendo sangre en su último aliento. Una estruendosa tormenta hizo que la oscuridad se hiciera con todo. La muerte había llegado y ahora Zorath, el planeta que algún día fue hermoso, habían llegado hasta su punto terminal.
Un nuevo templo fue erigido para el señor oscuro, y desde ahí reinaría hasta el fin de sus días en el ahora llamado Planeta Xenon. Ya no había guerra porque la autarquía no lo permitía pero la anarquía inundaba todo el paisaje en un mundo donde los sentimientos ya no importaban, solo la muerte, la destrucción y la maldad.
FIN.
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