vrio_side Olga Rivera

Brizio ha subido al monte más elevado de su localidad, durante la época invernal para dar con un dragón. Su encuentro con esta criatura será todo lo que no esperaba.


Fantaisie Fantaisie urbaine Tout public.

#dragones #comedia #341 #humor #anime #oneshot
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En los altos nevados del monte de Dios.

Así se llamaba aquel lugar, completamente congelado los trescientos sesenta y cinco días del año, e inhabitable, al menos para algunos humanos. Ahora que Brizio lo pensaba, tampoco había visto a animal alguno. ¿Sería el hombre de las nieves el único capaz de vivir en un lugar como aquel? ¿Pie grande, quizás?

Eso era más creíble que pensar que allí vivía un Dragón. Sí, como leyeron, un Dragón, con D mayúscula, porque no era cualquier tipo de criatura mitológica, era «Él Dragón». Uno de los descendientes de la legendaria Hydra que Hércules venció, emparentado por cuarta o tercera generación con el Cerberos, y algún tipo parentesco con la sangre Asiática Divina.

––¿Y cuál fue el resultado? Un dragón de montaña nevada. ––Se quejó Brizio, con los dientes castañeando como conchas mientras trepaba aquella condenada montaña por segunda vez. Ya que, en la primera, casi se muere a medio camino tras resbalar y quedar con el pie atorado entre dos rocas.

Gritó de pura frustración, también para generar algo de calor. ¿Quién demonios le mandaba al estúpido dragón a vivir en las alturas? Es decir, no podía ser como los otros dragones en los cuentos y vivir en una cueva escondida en la selva o algo así. ¿Por qué la cima de una montaña helada? Estaba seguro de que moriría antes de siquiera llegar.

Entonces recordaba, por enésima vez el motivo de aquel viaje; no era por él sino por Yulen. Su preciado hermano menor que padecía de una mortal enfermedad degenerativa. Una que le había sido diagnosticada desde bebé y con el paso de los años lo estaba imposibilitado a siquiera caminar.

Por fin, tras mucho escalar, alcanzó la cima y vislumbró entre un blanco tan puro que lastimaba los ojos, un oscuro círculo medio amorfo. Al acercarse más, notó que era una especie de entrada, al menos el dragón sí tenía una cueva como en los cuentos. Miró hacia adentro y se talló las manos enguantadas, en espera de darse algo de calor y ánimos. Después entró a la cueva.

Pese a tener una linterna de alta potencia consigo, no lograba ver nada más que piedra, estalactitas, estalagmitas y algo de hielo ligeramente descongelado. La fría humedad era especialmente desagradable, pero compensaba la gran amplitud interna. Pronto comenzó a preguntarse si debía gritar para llamar la atención. Pero ¿qué diría? «Hola, ¿Señor Dragón, está por ahí?».

––Los sesos se te están congelando, Brizio... Piensa.

¿Debería hacer ruidos como de dragón? ¿Qué clases de sonidos podría hacer aparte de gruñir para captar su atención? ¿Silbar? Ahora estaba confundido sobre si había ido a cazarlo, ¿O no? Él solo pensaba buscarlo por ahí y de suerte topárselo. Sí, no era el mejor plan, pero estaba desesperado.

En la profunda oscuridad de la cueva, un par de ojos ovalados lo observaron.

«¿Quién osa interrumpir mi hogar?»

“El imponente Dragón entró en mí el campo visual y entonces...” O eso hubiera querido decir Brizio a sus futuros nietos, porque aquel ser tenía de imponente lo que un gato en dos patas. El Dragón; era una lagartija verde que se acercaba a él de manera pomposa.

––¿Eres el legendario Dragón? —, dijo incrédulo.

«¡Recuerda a quién te diriges, mocoso! Soy muchos más viejo que tú, por muchos años.»

Brizio levantó una ceja y miró a su alrededor ¿Qué había sido eso? ¿Una voz en su cabeza? ¿Estaría imaginando cosas? ––¿Eres el gran Dragón?, ¿el más imponente de los dragones, hijo de la Hydra y un Dragón divino asiático, pariente de Cancerberos?

«Oye, el tío Cerberos es una...“Bitchy” que no le gusta estar relacionado con este lado de la familia».

El Dragón se subió a una piedra y quedó casi a altura de los ojos del joven. Su cuerpo era de iguana y tenía la cara alargada de reptil. Brizio se calló, atontando con aquella respuesta coloquial.

«¿Sabes? Los pueblerinos de dónde vienes son unos entrometidos».

Pueblerinos, ¿así era cómo los consideraba?

––No todos los días se dice que un dragón llega a la ciudad, a la montaña de su ciudad, uno que puede conceder deseos.

La lagartija lo miró y siseó. ¿Estaría pensando profundamente o algo así?

«¿Cuál es tu deseo?» Preguntó con voz espesa, mientras miraba fijamente con ojos como serpiente al humano.

El chico tragó, antes de responder. ––Salvar a mi hermano.

«¿Qué tiene?»

––Una enfermedad degenerativa que lo impide andar por su propia cuenta.

«Trato». Respondió el lagarto, de inmediato, sorprendiendo al humano. «Pero a cambio me llevas montaña abajo».

Descolocado por esa petición dijo: ––¿No puedes bajar por tu cuenta?

«¿Dónde te parece que tengo escondidas las alas? ¡Y soy de sangre fría!»

Claro que era de sangre fría, era una iguana en dos patas después de todo. ¿Pero no tenía algún poder mágico que pudiera usar? Antes de que Brizio pudiera hacer o decir nada, la mentada lagartija ya se había metido bajo su caliente abrigo. Respingó un poco, pues la piel del reptil era increíblemente fría.

«¿Qué? ¿sentiste frío? Lo siento, debo mantener el calor mientras bajo».

Méndiga sabandija.

Salieron entocnes de la cueva, y mientras se preparaba para descender, evitando mirar hacia abajo, le habló al lagarto. ––¿Por qué no habías bajado antes?

Primero hubo un silencio.

«Eres el primer humano que viene».

Aquella respuesta sólo congeló un poco más el cuerpo de Brizio. Todo había sido pura casualidad.

«Eres bastante crédulo de las historias, ¿eh?»

––Estoy planteándome el hecho de que puedas salvar a mi hermano.

«Le daré un poco de mi sangre y se curará».

––¿Y si no sucede así? ¿Qué pasará si decido mantenerte encerrado en mi casa luego de eso?

«¿Y qué te parece si te muerdo ahora mismo un testí-…»

––Está bien, está bien, tú ganas.

«El frío impide que mis poderes fucionen, pero una vez en la tierra, no habrá problema en poder hacer buen uso de ellos».

––¿Por qué estabas ahí?

«Castigo de mi madre por arrancarle la cabeza a un hermano… Le salió triple y no pudo soportar su imparable charla».

––¿La Hydra aún vive? ¿No murió con Hércules?

« Bah… puros cuentos humanos».

Brizio no pudo evitarlo, se rió. Aquella sabandija comenzaba a caerle bastante bien. Aparte de la fatiga, el descenso no pintaba a ser tan malo como el ascenso. Quizá, incluso aún mejor

23 Décembre 2022 01:20 5 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

A propos de l’auteur

Olga Rivera Nacida en la costa, viviendo en la capital de mi país desde la infancia. Escribo lo que me encantaría leer y en ese sentido estaría muy agradecida si mis historias, aunque muchas veces tontas por naturaleza, hacen que olvides la realidad y te entretengan también. Claro, cuando logren salir del hermoso sotano en el que estan apilados.

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Şeyma Nur Koyuncu Şeyma Nur Koyuncu
your cover is so beautiful
August 01, 2023, 19:28

Eduart Eslava Eduart Eslava
Es creativo, la forma de utilizar la ironía y la burla para persuadir al lector, buscando también la aprobación y está bien lograda, además de no hacer de menos la carga emocional (detrás del deseo del protagonista) en esencia como la trama de un manga de aventura (todo lo que estoy diciendo significa que me gustó, perdón por marearte tanto)
July 21, 2023, 20:28

  • Olga Rivera Olga Rivera
    Ciertamente largo, pero se agradece el comentario. Un placer qué te gustara el relato. July 27, 2023, 14:48
Xoxty Sau Xoxty Sau
esta gracioso
June 01, 2023, 02:25
~