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Abraham Norr


Amada Amante es la historia de Azucena, una ejecutiva exitosa, que andaba en búsqueda del verdadero amor y lo descubre en su edad madura, junto a su primer amor quien logra despertar en ella sus instintos eroticos y juntos descubren la magia del amor, con la combinación perfecta del impulso sexual, el amor romántico y el apego a la pareja al largo plazo, para demostrar que si es posible convertirse en la Amada y la Amante perfecta.



Érotique Interdit aux moins de 18 ans.

#erotismo #relacion #enamorarse #sexo #amor #pasion #romance
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El Primer Amor

ESTE AMOR QUE TU ME HAS DADO AMOR QUE NO ESPERABA ES AQUEL QUE YO SOÑE,

VA CRECIENDO COMO EL FUEGO. LA VERDAD ES QUE A TU LADO ES HERMOSO DAR AMOR,

Y ES QUE TU AMADA AMANTE DAS LA VIDA EN UN INSTANTE, SIN PEDIR NINGUN FAVOR.

ESTE AMOR SIEMPRE SINCERO SIN SABER LO QUE ES EL MIEDO NO PARECE SER REAL

QUE ME IMPORTA HABER SUFRIDO SI YA TENGO LO MAS BELLO QUE ME DA FELICIDAD,

EN UN MUNDO TAN INGRATO SOLO TU AMADA AMANTE LO DAS TODO POR AMOR.

AMADA AMANTE, AMADA AMANTE, AMANTE........... Y ES QUE TU AMADA AMANTE DAS LA VIDA EN UN INSTANTE .....

Esa era la letra de la canción que escuchaba Azucena desde que se hizo un éxito en la radio por allá en los años 70, en la voz de Roberto Carlos cuando solo tenía 15 años y le faltaba poco para entrar a la universidad y la verdad que nunca entendió eso de dar la vida en un instante, sin pedir ningún favor y mucho menos eso de darlo todo por amor. Amada y amante, eso no tiene sentido diría, sin pensar que la vida más adelante le demostraría que es posible dar todo por amor y que se convertiría en una mujer amada y en la amante perfecta.

Todo comenzó, desde muy joven, siendo una adolescente que apenas entraba en la pubertad y se enamoró del vecino tal vez uno o dos años mayor que ella, no era el simple primer amor, para ella significaría, aun sin saberlo que este sería su único y verdadero amor.

Alfredo se llamaba, el chico, al igual que ella, era conocido por ser un brillante estudiante y eso de alguna manera lo convertía en el muchacho más deseado por las chicas del vecindario, lo molestaba a Azucena y a pesar de que le gustaba nunca intento buscarle conversación, esto de alguna manera, ya comenzaba a vislumbrar su carácter y la determinación que la llevaría a convertirse en una excelente profesional y la directora más joven de una importante institución pública, que la coloco en la lista de las profesionales más buscadas y apetecidas por las empresas que intentaban hacer negocios con el gobierno, no solo por su profesionalismo y rectitud, sino por su belleza que atraía a los ejecutivos de las más importantes contratistas del gobierno y despertaba pasiones en especial en los hombres mayores que la deseaban no solo por su talento y belleza, sino que la veían como un reto y un trofeo que les gustaría exhibir entre sus colegas. Ella lo sabía y hasta lo disfrutaba, pero para ella también era un reto demostrar que su talento estaba por encima de cualquier emoción, eso era su objetivo como profesional y si eso ameritaba calarse a algunos viejos babosos, pues lo haría, total ella no tenía ninguna intención de casarse con alguno de ellos, aunque tal vez le gustaría ser amada y deseada por algún importante ejecutivo, amada si pero nunca seria la amante, diría ella, no como esa canción de Roberto Carlo, que la recordaba de vez en cuando, aun después de entrar en la etapa de adulta y sobre todo en cada encuentro amoroso.

Habían pasado solo unos meses desde que vio a Alfredo por primera vez cuando coincidieron en una fiesta, ella tendría 14 o 15 años no más, y el 16 o 17, para ella significaría su despertar hormonal y el comienzo de la atracción sexual hacia el sexo opuesto, aunque eso no le era permitido, ya que venía de un hogar profundamente religioso y nunca había tenido la oportunidad de conversar tales temas con sus padres, ni tampoco con sus amigas. Alfredo en cambio, a pesar de ser muy reservado, siempre le interesaba el tema y desde muy temprana edad era un asiduo lector de la revista Lux de educación sexual y de vez en cuando leía alguna que otra revista con mujeres desnudas como Playboy o Penthouse, que para esa época eran consideradas pornográficas y eran muy difíciles de conseguir.

En realidad, a Alfredo le gustaba Azucena, le parecía muy bella, pero algo joven para su gusto, total él ya estaba por salir del bachillerato y ella tal vez ni siquiera estaba en 3er. Año, muy chama pues y a lo mejor ni siquiera le interesaba el sexo. Azucena era tal vez la más bella de la fiesta, todos querían bailar con ella, pero sus ojos no podían dejar de ver a Alfredo, en verdad era muy atractivo y además inteligente, pensó, pero no le voy a dar el gusto si él quiere bailar conmigo le diré que no y así lo pongo en su lugar, le dijo a su hermano, quien era muy amigo de Alfredo y sabía que Azucena le gustaba Alfredo y por eso ella, le solicito que la llevara a la fiesta.

Alfredo, se sentía algo fastidiado en la reunión social, pensó que perdía su tiempo ya que tenía un examen en un par de días y debía levantarse temprano para estudiar, sin embargo, le hubiera gustado bailar con Azucena pero veía como ella ponía el típico freno en sus compañeros de baile y a él le gustaba bailar pegado, sentir el cuerpo de las chicas rozando su pene, aunque no estuviera erecto ya que por educación se controlaba y se limitaba a escuchar la música para evitar los malos pensamientos que pasaban por su cabeza, la de abajo, como siempre decía en tono burlón a sus amigos cuando trataba de explicar que el sexo comienza siempre por la cabeza, para referirse a la mente, pero le gustaba el doble sentido y la cabeza era un buen ejemplo para eso.

Alfredo pensaba que ya era tiempo de hacer el amor con alguna chica, pronto cumpliría 18 y aún era virgen, lo cual de cierta forma le preocupaba, el creía saber mucho de sexo y se sentía capaz de hacer disfrutar a las chicas tal y como lo había leído en el artículo de la última edición de Lux, “Como hacer disfrutar las chicas en su primer encuentro sexual”, articulo que se había leído dos o tres veces porque le pareció muy interesante e instructivo y más de una masturbación le había provocado de tan solo imaginarse en pleno acto sexual. Su imaginación vuela cuando se trata de temas sexuales, se reía de esto, sin saber que en el futuro esa imaginación lo metería en muchos problemas durante sus citas amorosas.

Azucena, se dio cuenta que Alfredo la miraba de vez en cuando y por instantes deseó que la sacara a bailar, pero no, ella no le iba a dar el gusto, si no tiene interés, él se lo pierde, pero de repente colocaron la canción que vendría a ser su karma o mejor dicho su obsesión, porque la perseguirá a lo largo de toda su vida y terminaría marcando su destino como una mujer “Amada y Amante”, la canción de Roberto Carlos la perseguía, sonreía en forma maliciosa y para su sorpresa, Alfredo la invito a bailar diciéndole que esa era su canción favorita y que le gustaría bailarla con ella.

Era la primera vez que Azucena sentía una verdadera emoción y tal vez excitación pero ella no lo sabía, a pesar de que sintió que su vulva se humedecía, cosa que nunca había sentido antes y le ocasionaba una especie de rubor que la hacía parecer más bonita, Alfredo lo percibió de inmediato y se dio cuenta que ambos se gustaban, porque no puso ninguna objeción cuando le bajo la mano y no se resistió, esto para los chicos de la época era el primer símbolo de que le gustaba a una chica porque permitía mayor roce entre los cuerpos y pegar las mejillas, casi como para darse un beso, lo cual enseguida le ocasiono una erección que Azucena sintió de inmediato, pero lo hizo pasar como si no se hubiera dado cuenta, pero la verdad la excitación se incrementaba en ella y le provoco, sin saber porque, apretar la mano de Alfredo y llevarla casi a la altura de su vulva, que cada vez se humedecía más y esta sensación, nueva para ella, le gustaba.

Es así, que casi sin darse cuenta, sus cuerpos se estrechaban cada vez más y el roce entre pene y vulva era más continuo, y de repente casi sin pedirlo, aunque era evidente el deseo, se besaron, fue un beso de “piquito”, como se le dice a los besos simple, solo de labio a labio, pero suficiente para que el hermano de Azucena se diera cuenta y les pidiera que por favor dejaran de bailar así que todo el mundo está hablando de ellos.

Alfredo se sintió apenado y no hallaba como ocultar su erección, que se hizo evidente cuando dejaron de bailar y que para disimular se sacó la camisa por fuera para ocultar la erección, que casi lo hace eyacular, ahí mismo, lo cual hubiera sido muy vergonzoso, pensó.

Alfredo y Azucena, salieron de la fiesta y juntos fueron caminando, casi sin dirigirse palabras, a sus respectivas casas, afortunadamente vivían muy cerca y el cómo todo un caballero, decidió acompañarla a su casa, mientras que sus amigos se quedaron disfrutando de la fiesta y conversaban de manera burlona con el hermano de Azucena por atreverse a separar a los bailarines eróticos, como los llamaron después de que salieran. Esto marco, en Alfredo su gusto por los actos eróticos y tal vez algo de voyerismo y exhibicionismo, que siempre le llamaría la atención en su vida adulta.

Al llegar a su casa Azucena lo invito a entrar y le ofreció un vaso de agua como excusa para que pasara a la sala de estar y siguieran conversando un rato y poder saber lo que él pensaba de ella, después de la bochornosa escena que provocara su hermano. Alfredo acepto la invitación, en realidad quería seguir sintiendo las sensaciones que le provocaba el contacto con Azucena y enseguida sintió que su pene volvía a tener una erección y de una forma muy discreta, trato de disimularlo desviando la conversación hacia el tema de los estudios y de lo que quería ser cuando se graduara de bachiller.

Pero la excitación era igual para los dos y no la podían evitar porque la atracción era mutua, Alfredo sin pensarlo la agarró y la besó como ya lo había visto en las películas y se sentía todo un protagonista, para su sorpresa, sintió la lengua de ella entrando en su boca y la verdad que no sabía qué hacer, pero le gustaba. Azucena había escuchado de sus amigas que los verdaderos besos son de lengua, no sabía que significaba, pero, sintió que debía meterla en la boca de Alfredo y la verdad que fue excitante, para ambos. La sudoración aumento, las hormonas explotaron y la pasión parecía incontenible, la mano de él se metió suavemente entre la blusa y pudo tocar los senos de Azucena cuyo pezón permanecía erecto desde el primer momento que sintió el pene cerca de su vulva y casi sin pensarlo, Azucena le metió la mano dentro del pantalón para tocar aquello que había sentido durante el baile y comenzó a frotarlo y apretarlo como si quisiera sacarlo y llevárselo, pero de repente sintió un líquido caliente en sus manos, espeso y pegajoso, al principio le dio asco, pero luego le gusto la sensación y mucho más le gusto el olor que desprendía ese líquido y quiso averiguar cómo sabia por lo que puso su mano en la boca, le gusto su sabor y pensó que le hubiera gustado tener el pene de Alfredo dentro de su boca, pero enseguida desecho esos pensamientos y se quedó abrazada de Alfredo, un tiempo que para ella pareció infinito, no solo había encontrado su primer amor sino que su primera experiencia sexual, la cual recordaría cada vez que tuviera sexo en el futuro, ya que esta sería la única vez que tuvo oportunidad de besar y masturbar a Alfredo durante toda su juventud, aunque en realidad nunca supo que eso era una masturbación, pero el recuerdo de ese encuentro, de esa experiencia, seguiría latente por muchos años antes de que volvieran a encontrarse, ya adultos.

Alfredo muy apenado, pero a la vez complacido, le limpio con su camisa las manos de Azucena, llenas de su semen, la situación lejos de molestarlo le agradaba y de solo pensar en lo bien que se sintió, volvió a tener una erección y estaba dispuesto a intentar tener sexo por primera vez, pero en eso sintieron a alguien bajando de las escaleras que conducen al cuarto de los padres de Azucena, era su Padre, maldición pensó Alfredo y Azucena rápidamente reacciono y le dijo a su padre que Alfredo ya se marchaba que solo lo acompaño a su casa y en agradecimiento le ofreció un vaso de agua, le explico que su hermano se quedó en la fiesta y que ella tenía que estudiar para mañana, el padre agradeció el gesto, la felicito por ser tan responsable y dejo que se despidieran en la puerta.

La despedida fue corta, pero suficiente para dejar en ambos un recuerdo que los mantendrá unidos por siempre.  

7 Janvier 2018 00:20 1 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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Jackie Inkspired Blogger Jackie Inkspired Blogger
¡Hola! Tu historia ha sido revisada por el equipo editorial de Inkspired. La hemos dejado en estado de En Revisión, ya que creemos que aún tiene faltas ortógraficas que pueden ser corregidas para que obtengas más lectores y seguidores. Una vez que lo hagas, puedes dejar un comentario en este mismo post para que, en unas semanas, la verifiquemos. ¡Mucho ánimo y feliz escritura
January 10, 2019, 02:24
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