Para mi, el problema del dolor es que hasta cierto punto se vuelve satisfactorio, es casi como un amor al sufrimiento, tal vez es muy masoquista de mi parte soñar una imagen donde estoy destruido, con la cabeza en el suelo, todos mis sueños y esperanzas quemados por sucesos que se escapan a tus manos, el dolor te vuelve vulnerable, el dolor genera empatía y el sufrimiento de alguna u otra manera genera una conexión contigo mismo, eres tu quien conoce tus limites, estar ahi en el suelo, te hara levantarte mucho mas imponente... para volver a caer.
La presión me asfixiaba casi como un yunque sobre mi espalda, la inexperiencia de un chico de 8 años no era suficiente para cargar con un peso que no entendía, frente a mí, imponente una bestia de casi 2 metros y peligrosos ojos inyectados en sangre me señalaba tenebrosamente.
- Tu... - La bestia tenía una voz imponente, lo suficiente para estremecer el joven corazón de un pequeño de mi edad– Eres tan débil...
Mis ojos empapados en lágrimas no entendían bien aquello que frente a mi sucedía, la bestia continuaba inmóvil a escasos metros de distancia, apuntándome con un largo dedo, una perturbadora sonrisa se asomaba en su rostro, un rostro oscuro, un rostro inentendible.
- MUEVETE, PUTO NIÑO - Un hombre se abalanzó sobre mí y de una patada me impulso unos metros adelante, a un sucio suelo, sucio a causa de los escombros de lo que alguna vez fue mi hogar – ¿Acaso deseas morir? Reacciona, debes ser fuerte.
Logré encontrarme a mí, en ese mar de confusión, estaba en shock, pero al fin fui capaz de despertar, observé aquella bestia que continuaba inmóvil, todavía con sus ojos clavados en los míos.
Al fin fui capaz de observar aquello que quise ignorar, en la mano izquierda de aquel bastardo, posaban inertes, las cabezas cercenadas de mama, papa y mis 2 hermanos, mi cuerpo sintió una debilidad inmediata, simplemente me deje caer, poco a poco perdí la conciencia, yo estaba ahí, en ese suelo sucio, feliz, de saber que pronto me reuniría con ellos, pronto desaparecería.
…
- ¿Oyeee?, imbécil, ¿Cómo mierda eres capaz de dormir en un puto sitio así? - Clara Henmid, la chica más hermosa que mis ojos habían visto, tenía la cara ridículamente pegada a la mía - Mira idiota, si deseas que esta misión funcione, tendrás que poner de tu parte.
- ¿Qué horas son? - Dije en medio de un bostezo que salía del fondo de mi alma.
- 9:30 Pm Novato – Dijo Hendim con una sonrisa burlona.
Para este punto protestar por la hora en que decidió despertarme era idiota, una pérdida del tiempo. Me limite a seguir su paso a través de los metálicos y modernos pasillos del avión k78 en el que nos encontrábamos
- Volví a soñar con esa cosa, puta madre, espero no reaccionar así si me topo con una – Dije esperando una respuesta normal.
- Si te encuentras una, espero que te arranque las piernas – Hendim nunca fue amable conmigo, era hermosa, pero era una perra.
Llegamos al fin al cuarto principal, una moderna sala de reuniones donde Arnold Vipes, mas conocido como “Silencio” y Ann Vipes su gemela “Acción” esperaban sentados con cara de preocupación.
- Estamos a 2 horas de llegar al objetivo, Berlín - Arnold se refería específicamente a Nueva Friedrichshain, territorio conquistado por un enemigo que, en años, nadie había podido comprender.
- Ya saben cuál es el plan, simplemente es encontrar un “Zlo” y fotografiarlo, nadie ni nada debe vernos, nos escogieron por ser lo mejor, y lo vamos a demostrar – Ann estaba obsesionada por complacer a su padre, quien de alguna u otra forma le exigía lo mejor, la excelencia absoluta.
Roman Vipes, el maldito “Killer Zlo”, padre de los Vipes y líder de la casa Viperdon, una leyenda que se posicionaba en lo más alto del círculo cerrado, aquellas empresas de nombre anónimo que mantenían a salvo las esperanzas de nuestra humanidad de reconquistar el territorio robado por los “Zlo”.
- ¿Y el imbécil de ojos morados? Dijiste que nos escogieron por ser los mejores de la academia, ¿qué hace este idiota aquí? - Clara Hendim era una bruja, una perra que deseaba con su corazón no tener contacto con nadie que no sea de una casa principal, y yo, ni siquiera tenía apellido.
- Ezcleror lo quiere aquí - Dijo Ann mirándome a los ojos – Es el único humano que ha observado la mirada maldita de un zlo y vivió para contarlo, debió morir y escapo del tártaro, además tiene unas calificaciones decentes, no creo que esté a nuestro nivel, pero Ezcleror no es idiota, si este chico está aquí, es por algo.
- ¿Sobrevivir? Este chico si murió, está muerto por dentro – Arnold soltó una carcajada, se paró de su asiento y golpeo con suavidad mi espalda – Solo... No te mueras, hazme el favor.
- Bueno – dije aparentando desinterés – Tratare de no “Desaparecer”
