Histoire courte
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Mortem

Vuelco a la penumbra cuasi el paso yerto,

hecho cenizas,

rogando por sobre la asfixia del mercurio,

otrora sangre,

que el dolor de enferma carne

el deslave de ambas cuencas,

la gangrena jamás vista

por fraterna celosía

emulen, en horfandad de sacristía,

obsceno sacrificio al Caído Primordial.


No clemencia pido al tormento de mi arrastre,

a la infección de su letargo

que impide prisa a mi agonía,

pues ya a merced de este yermo de recuerdos

ahogado en noche eterna y estancada agua sin vida,

habré, así tal cual sobre mi piel arado extraño

desnudase tan maldita líquida raíz,

exhumar del camposanto,

si a caso a golpe de falange,

un último tesoro.


¿Cuán hórrida esperanza puede obrar

en aquel funambulista sin propósito,

si allende, oquedad de soles muertos, todo es niebla,

y aquende, averno más que tierra, nunca hay alba?

Pues heme contaminado todo, sin premura,

por senderos, recovecos, polvaredas;

jardines tumefactos, lóbregas arenas,

por sabanas incoloras

de palabras hechas fango;

no hay tesoro al que aferrarse o Edén corrupto a mi descanso.


Por tanto a párpados, a brazos míos

exijo al fin una última apertura,

extiendan la pertinaz desdicha de esta alma,

sus fragmentos, lo yerto en sus cenizas,

al compás sacramental de un solo salto;

al vacío,

a su paz.

30 Octobre 2022 15:26 1 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

A propos de l’auteur

J. M. Montova Un simple vertedero de sinsentidos, despropósitos y letras.

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