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La Criatura


Una vez más logró el control total de su mente. Cada vez que había logrado lo mismo antes, el horror se había apoderado de ella y había gritado o expresado el miedo en su rostro, también había intentado escapar, o gritar, o incluso atacar a la criatura frente a ella, y cada vez el monstruo la había dejado de nuevo aletargada, para su pesar, el efecto causado no le evitaba recordar todo lo que había hecho.


Observó a la criatura con cuidado. Tenía las mejillas sonrojadas y rellenas, los labios rosados, los agujeritos a los lados de la boca cuando sonreía, las cejas delicadas y los ojos de un azul imposible, brillantes y alegres; eran los mismos rasgos de su pequeña, y cuando estaba nublada la confundía con ella, pero ahora, completamente despierta, se daba cuenta de que aquello no era su hija, que la cosa que masticaba en la alfombra manchando todo el vestido celeste no era su niña adorada, sino otra cosa.


—Mami —dijo haciendo un puchero—, tengo hambre.


Debajo de su boca un pedazo de vísceras se resbaló lento por la pequeña barbilla. Algunas puntas del cabello achocolatado se habían untado de sangre y habían servido como un pincel en el blanco rostro, dejándole líneas rojas aquí y allá. Ese rostro ensangrentado la enfrentaba con ojos azules y sin piedad.


Todo había empezado en la mañana de Halloween: ella había salido a preparar el desayuno y lo que todavía creía era su hija le había dicho exactamente lo mismo: “Mami, tengo hambre”, ella le había respondido, sonriendo con todo su amor, que le haría el desayuno, y aunque le dio todas las opciones posibles, su niña había rechazado cada una. Entonces la pequeña le había dicho qué es lo que quería para desayunar y ella había reaccionado confusa ante el macabro pedido. Al notar el pánico, el monstruo empezó a afectar su mente.


Ya adormecida había cumplido el capricho gastronómico de su pequeña una y otra vez. Sin falla, su hija al terminar de devorar las entrañas de la víctima había vuelto a mirarla y a decirle “Mami, tengo hambre”. Entonces ella le sonreía y le decía en voz cariñosa “No debes comer tanto”, y su hija la miraba con una sonrisa pícara “Solo uno más, mami, es Halloween”, y ella había salido a conseguir un nuevo niño disfrazado para que la criatura no pasara hambre.

Ahora de nuevo estaba despierta, y sabía que tenía que actuar, que no podía dejar que la pesadilla continuara. Logró contener las lágrimas en sus ojos, logró ahogar todos los gritos de horror que se estrellaban en su garganta con intención de salir disparados e incluso logró obligarse a sonreír.


—No deberías comer tanto, linda —le dijo imitando una sonrisa de reprimenda, y la cosa con la imagen de su pequeña le devolvió la sonrisa.

—Solo uno más, mami —prometió haciendo un puchero mientras que del labio cayó un pedacito de nariz del niño en la alfombra de la sala.

—Está bien, uno más —le respondió aguantando el asco y tomó la bandeja de brownies de la mesita de centro.


Alzó la bandeja hasta el pecho y se repitió mentalmente que no podía dejar que el monstruo se diera cuenta de su estado mental. Reprimió como pudo la angustia de pensar que había llevado ya ocho niños a su sala de estar para que una criatura asquerosa se alimentara. Le sonrío al monstruo, dando todo de sí para expresar un amor que no sentía, y para no reaccionar de ningún modo a la forma en que la cosa hundía el dedo en la cavidad ocular del cadáver y luego lo chupaba con algo de tristeza por no encontrar mucho sabor.


—No demoro, mi niña —le dijo en voz con canto, después de haberlo repasado varias veces en su mente para asegurarse de que saldría natural. Logró ese efecto forzándose a imaginar que iría al mercado a comprar lo que faltaba para el almuerzo de su hija.


¿Qué sería de su hija? ¿Dónde estaría en ese momento? El monstruo que ahora arrancaba una costilla de la víctima y mordisqueaba la poca carne que aún quedaba tenía que haberle hecho algo a su verdadera niña. No. No podía investigar, tenía que escapar, ponerse a resguardo, buscar ayuda, atacar en grupo.


Pensó en sus vecinos, en el de al lado, el que tenía una escopeta. Pero pensó que sería improbable que se la prestara, o que accediera a arrancarle la cabeza a una niña pequeña; incluso si no lo era, parecía a todas luces su pequeña y adorable hija. Pensó en su exesposo también, pero lo descartó con rapidez; se necesitaba confiabilidad y respaldo, y estaba segura de que la reacción de su exmarido sería cuestionar todo antes de decidirse a tomar acción de una manera diametralmente opuesta a la necesaria. La policía podría ser una opción. ¿Pero qué dirían de su propio actuar, trayéndole niños como alimento a lo que fuera que estuviera en su sala de estar?


Su mente trabajaba con velocidad, mientras controlaba cada paso, cada gesto. Tacón, punta, tacón, punta, buscar las llaves tranquila en el bolso abierto de la mesita al lado de la puerta…


Tal vez la mejor opción sería conseguir no una persona, sino toda la ayuda de la que fuera capaz: vecinos, exesposo, el agente que pasaba cada media hora en su patrulla para cuidar a los niños, el tipo que la saludaba en el supermercado y le miraba el culo, la peluquera que aquella vez había atrapado un ladrón ella sola y todos a los que se encontrara en el camino; todo conocido y desconocido que quisiera ayudar. Todos juntos entrar a la casa y ver lo que ellos pensarían era su hija, cenándose un niño en la sala de estar. Alguno reaccionaría, alguno atacaría, alguno haría algo.


Con una mano sostenía la bandeja, así que no era fácil tomar las llaves con naturalidad, teniendo en cuenta que su mano, al salir de la seguridad del delantal, temblaba. Miró de nuevo a la cosa, usaba una costilla para golpear las otras, generando un remedo de música, le hizo recordar a su hija jugando con la comida en un almuerzo cualquiera. Retuvo de nuevo las lágrimas de desesperación y se obligó a pensar en qué haría en esa situación si creyera que eso era su hija.


—No juegues con la comida —le reclamó, casi juguetona. Se felicitó por el esfuerzo y tragó el vómito que se agolpó en su garganta.


Su hija soltó el afilado hueso ensangrentado y le dio una sonrisa avergonzada, a modo de disculpa. Ella le sonrió y se dio la vuelta, logró que su mano dejara de temblar, y reacomodó la bandeja en su mano izquierda.


Dos de los brownies tenían el líquido viscoso ensangrentado que había salido disparado del cuerpo del niño cuando la criatura horrenda, demasiado sonriente, se lanzó contra él. Fue como si escuchara de nuevo el grito del pobre niño, la risa con la misma voz de su hija y la risita enternecida que salió de su propia garganta. Detuvo la exclamación involuntaria apenas esta salió de su boca, y miró al monstruo, que la miraba fijo, con sus ojos azules penetrantes. El miedo le revolvió el estómago cuando su mano logró agarrar el picaporte.


—¿Mami? —le dijo la criatura, demasiado seria.

—Ya vuelvo, cariño —anunció sonriente, pero las lágrimas salieron incontroladas de sus ojos aterrados.

No necesitaba llaves, ya vería como entrar. Estaba a pasos de la libertad, pero escuchó aquel sonido y vio como de la boca de la criatura, idéntica a la de su hija, salía el tubo verde orgánico; vio cómo se desplazaba, reptando parecido a un gusano saliendo más y más por la boca desencajada, tirando baba verde por todos lados, y vio como se le enroscaba en la pierna.


—No, hija, no, por favor no —alcanzó a decir antes de sentir el pinchazo.

No supo por qué estaba tan alterada, no supo porque sentía miedo, su hija adorada terminó de tragar el órgano alargado que le salía de la boca.


—Mami, tengo hambre —le insistió y ella se sintió mal; su hija pasaba hambre y ella perdiendo tiempo angustiada no sabía ya bien por qué.

—No demoraré, cariño —le dijo sonriendo. Tiró los brownies ensangrentados y cruzó la puerta con las llaves en la mano. Un niño regordete, disfrazado como Sandman se quedó mirándola y ella extendió la bandeja. “Uno así seguro la llena” pensó alegre.

—Tengo brownies —declaró con voz cantora y el niño regordete hizo lo que pudo para correr hacia ella.


22 Octobre 2022 05:06 7 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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Marco Campos Marco Campos
Me pareció muy bueno.
December 09, 2022, 01:26
Biosneidy B.M. Biosneidy B.M.
Esto es muy bueno.
November 06, 2022, 22:05

Arkham Voulghs Arkham Voulghs
ésto es simplemente increíble.
October 30, 2022, 21:13

Susana Rivero Susana Rivero
Podría estar mejor narrada pero me gustó. Eres bueno.
October 23, 2022, 23:56

~

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