—Todo lo que digo es que no me importaría sentarme en su cara durante unos buenos cinco o diez minutos —dijo Jimin mientras miraba la revista. Su pelo rubio ondulado caía sobre su cara de mochi mientras inclinaba la cabeza para conseguir un mejor ángulo— Demonios, incluso me conformaría con tres minutos. Mira esa boca.
—Ugh, detente —le quité la revista y traté de no mirar la foto por la que había estado babeando. El hombre de la foto era Kim Seokjin, uno de los mejores actores de Corea. Cabello oscuro, ojos almendrados y un cuerpo delgado pero musculoso que se veía increíble en la película sobre “Esparta” en la que había participado el verano anterior en Hollywood. El tipo era un todo un bombón— Ya es bastante malo que esté en la misma habitación con él. Lo último que necesito es tener una carpa en los pantalones.
—Estarás montando una carpa de todas formas —Jimin puso los ojos en blanco y se apoyó contra la pared, poniéndose cómodo en mi cama— No puedo creer que te hayan elegido para el papel.
Sí, a mí también me costó creerlo.
Quiero decir, no era un gran papel en la película; me habían elegido como extra. Se estaba filmando una comedia romántica en nuestra ciudad, Daegu, en el pueblo de Seo-gu, y querían que los locales de verdad participaran. Park Jimin, quien era mi mejor amigo y el cerebro malvado en nuestra relación, me había convencido de hacer una audición a pesar de que no tenía ningún talento interpretativo.
“¿Quién necesita talento con una cara guapa como la tuya? Sólo párate ahí y luce bonito.”
Él también había hecho la audición, pero enojó a la directora de las audiciones cuando ella lo atrapó tirándose a uno de los chicos del servicio de limpieza en el cuarto de atrás.
No consiguió el papel.
Mi mejor amigo era una especie de zorra. Y por algo así, en realidad me refería al cien por cien. Era la mejor persona que conocía, el tipo de persona que dejaría todo y conduciría a tu casa en cuanto le llamaras y le lloraras en medio de la noche porque un imbécil te rompió el corazón. Venía preparado con una botella de whisky barato, una caja de refrescos y aperitivos.
—¿Cuándo es la filmación? —preguntó Jimin.
—Aún no me han dado una fecha —respondí antes de sacar el teléfono y mirar 'otra vez' el icono del correo que decía que no tenía mensajes nuevos— Se supone que alguien debe enviar un correo electrónico pronto y darme los detalles.
Los más días que pasaron sin que recibiera una palabra lo hicieron parecer más como un sueño. O tal vez habían decidido que ya no me querían.
Ugh.
—Llegarán a la ciudad mañana, ¿verdad? —Jimin se inclinó y tomó mi cerveza de la mesita de noche antes de tomar un trago.
Siempre se servía de mis bebidas y comida. No me importaba. Compartíamos un apartamento; también podríamos compartir todo lo demás. Incluso las conexiones. Pero no sabíamos que habíamos estado saliendo con el mismo tipo hasta que los encontré follando en el sofá de la sala de estar. Acababa de conocer a ese tipo, así que no estaba muy molesto por eso. Jimin, sin embargo, se había convertido en un fogoso titiritero del infierno y le había pateado el culo al tipo.
—Creo que sí —respondí, sintiendo ese familiar aleteo de nervios cuando pensé en el equipo de filmación— Parte del equipo ya está en la ciudad, pero los actores y todos los demás deberían llegar por la mañana.
—La gente está perdiendo la cabeza por eso.
Daegu no era demasiado pequeño, pero lo suficiente como para que la noticia de que se estaba filmando una gran película se extendiera como un incendio forestal y pusiera a todo el mundo enloquecido.
—Sí, hay un grupo de chicas que ya están acechando en el hotel en el que se rumorea que se hospeda Seokjin —negué con la cabeza— Probablemente se abalanzará sobre él justo cuando salga del coche.
—No me vengas con esas tonterías, Tae —dijo Jimin con una ligera risa— Tú también te abalanzarías sobre él si tuvieras la oportunidad.
—Quiero decir... tú no estás comprometido.
—¿Lo he estado alguna vez?
Abrí la boca para contar algunas de esas veces, pero él levantó la mano.
—No respondas a eso. Sólo llámame “tu Dios” y aliméntame con uvas mientras los hombres calientes y sin camisa me abanican.
—No quieres mucho, ¿verdad? —pregunté con un tono de sarcasmo— Sólo una vida simple y humilde.
—Lo único que me gusta de la palabra humilde es la parte de la hum**—Jimin sonrió y se acurrucó con mi almohada en la cama— Verbo —cambió su voz para que sonara como uno de esos presentadores de un concurso— ¿Puede usar eso en una frase, señor? Pues sí. Hum como en: A Jimin le gustaba que los hombres tarareen cuando le chupaban la polla.
(**hum, en inglés significa “tararear”)
Me pellizqué el puente de la nariz.
—Ni siquiera puedo contigo ahora mismo.
—¿Crees que Hoseok se impresionaría con mi increíble actuación?
Hoseok era un presentador de nuestra emisora de noticias local. Aunque era unos años mayor que nosotros, éramos como uña y carne.
—Improbable —respondí, concentrándome en mi teléfono— Probablemente te diría que mantuvieras tu trabajo de día.
Una almohada me golpeó en la cabeza.
—Idiota —dijo.
—Zorra —le respondí.
Era lo nuestro.
—Tengo hambre. ¿Quieres pedir una pizza? —preguntó Jimin, sin hacer ningún movimiento para levantarse.
—Supongo que seré yo quien la ordene...
Sus ojos avellanas reflejaban su sonrisa.
—La tomaré con queso y salsa extra.
—Tienes suerte de que te quiera —murmuré mientras me desplazaba por los contactos de mi teléfono y encontré nuestra pizzería favorita.
Llamé e hice el pedido antes de salir de la habitación. Era difícil de creer que alguien tan pequeño como Jimin pudiera hacer un desastre tan grande. Los platos estaban por todas partes, en todo el mostrador y apilados en el fregadero. Platos que había lavado y secado antes ese día. Se había preparado el almuerzo y había usado cada maldita sartén para hacerlo.
“No mates a tu mejor amigo, lo amas”, me repetía a mí mismo mientras empezaba a limpiar el desastre.
—¿Necesitas ayuda? —preguntó, apareciendo de la nada a mi derecha.
Salté y casi dejo caer el plato.
—¿Por qué estás tan nervioso, Tae? —Jimin bromeó antes de secar el plato que acababa de enjuagar— Te dije que estoy como un noventa y cinco por ciento seguro de que este lugar está embrujado.
—Lo único que está embrujado en este apartamento eres tú —murmuré, quitando el pollo quemado de la sartén— Ve a poner las noticias. Hoseok debería salir pronto.
Jimin se dirigió a la sala de estar, que estaba sólo a un metro y medio porque nuestro apartamento era muy pequeño, y encendió la televisión. Una cursi comedia estaba sonando, pero terminaría en unos minutos. Continué limpiando la cocina, poniendo los ojos en el estúpido diálogo del programa. Podría escribir un mejor guión. Dudaba de que tuviera un verdadero talento para la actuación; me sentía más cómodo detrás de la pantalla. Escribir, sin embargo, era algo en lo que me sentía muy bien. Tenía un montón de ideas. La parte difícil era conseguir que alguien las escuchara.
—Buenas noches, ciudad metropolitana de Daegu —anunció Hoseok después de la música de introducción al programa— Soy Jung Hoseok, y están viendo las noticias del Canal 4 KBS.
—¿Cómo es que siempre se ve tan perfecto? —preguntó Jimin, dejándose caer en el sofá. Me limpié las manos en la toalla y entré en la sala de estar.
Hoseok era el guapo de nuestro trío. Yo era el inteligente y Jimin era la rubia tonta.
La belleza, el cerebro y el niño salvaje.
Con su cabello negro y frente expuesta, sus penetrantes ojos, su mandíbula pronunciada y su fuerte complexión, Jung Hoseok parecía un príncipe encantador de la vida real.
—¿Su equipo de peluquería y maquillaje? —dije, sentado en el sofá junto a un Jimin acurrucado.
Me dio una suave patada en el costado.
—Sabelotodo.
La otra presentadora de noticias era una mujer llamada Jessi. Siempre llevaba camisas escotadas y parecía coquetear con la cámara sin importar el tipo de noticia que estaba cubriendo. Hoseok nos dijo que incluso después de que le dijera que no estaba interesado, ella no se había echado atrás.
Tenía un novio ahora, pero eso no la detuvo de rozar ocasionalmente su mano con la de Hoseok o hacerle proposiciones en el camerino.
—Esa mujerzuela debería ser despedida —dijo Jimin— Ni siquiera es buena.
—Sí, pero Hobi dijo que ella se está tirando al director —señalé— Así que no importa.
—Gracias, Jae —dijo Hoseok mientras la cámara se dirigía a él después de que el meteorólogo nos dijera que se esperaba lluvia esa noche. Su voz era suave, no muy profunda, y relajante. A menudo le había dicho que debería narrar audiolibros— El galardonado actor Kim Seokjin debería llegar a Daegu mañana por la mañana y la gente no puede contener su emoción. La multitud ya está reunida fuera de su hotel. La corresponsal Ahn tiene más sobre la historia —la pantalla se dividió para mostrar a una bonita chica de cabello corto, envuelta en una chaqueta ligera y de pie fuera del único hotel de cinco estrellas de la ciudad— Hyejin, ¿cómo se ve allí?
—¡Hola, Hoseok-ssi! —dijo Hyejin después de varios segundos de asentir en silencio— Bueno, puedes sentir la emoción aquí. No todos los días un rompecorazones de Corea como Kim Seokjin llega a Daegu. Hablé con algunas de los fans antes, y esto es lo que tenían que decir…
Luego se proyectó un vídeo de la entrevista de Hyejin con ellas. Mujeres de todas las edades hablaban de Kim Seokjin y de cómo no podían esperar a verlo. Algunas hablaban de sus papeles en películas anteriores y de lo mucho que les gustaban las películas, y otras sólo podían hablar de lo mundialmente guapo que era.
—Ese serás tú algún día —dijo Jimin con una sonrisa tonta— Kim Taehyung, estrella extra del cine surcoreano, visita una ciudad y hace que todas las mujeres quieran tener su bebé.
Yo me reí.
—Mi papel en la película será súper pequeño. La gente ni siquiera me notará.
—Yo me fijaré en ti, muñeca. Y gritaré en el cine: '¡Ése es mi mejor amigo!'. Entonces, lanzaré palomitas al aire como si fueran confetti.
Me levanté del sofá cuando llamaron a la puerta. Mi estómago gruñó mientras pensaba en lo bien que iba a saber esa pizza de queso. Le di una propina al repartidor antes de poner la pizza gigante en la mesa de café.
—Traeré platos y servilletas —dije mientras entraba en la cocina. Odiaba comer de la caja porque era demasiado sucio. Cuando volví a la sala de estar, negué con la cabeza.
Jimin tenía la caja en su regazo y estaba devorando una porción de pizza, goteando salsa por todas partes.
—¿A qué sabe esa salsa extra? —pregunté en un tono seco.
—Mm, pues muy bien —dijo con la boca llena.
Que el Señor me ayude. Voy a matarlo.
Tomé la caja de su regazo, la puse de nuevo sobre la mesa y le di un plato.
—Dios, eres como una abuelita —Jimin se lamió los pequeños dedos, en lugar de usar la servilleta que le había traído, y agarró otra porción, poniéndola en su plato.
—Y tú eres el compañero de cuarto más desordenado de la historia —le respondí.
—Pero también el más adorable —añadió con un guiño.
—Tienes salsa en la esquina de tu boca. Y en el pelo —ladeé la cabeza— ¿Cómo diablos lo conseguiste?
—Sólo con talento, supongo.
Cuando Hobi volvió a aparecer en pantalla, movió la sección a las noticias mundiales y habló de una serie de asesinatos en ciudades más grandes. Perdí el apetito mientras escuchaba la noticia. Había demasiada tragedia en el mundo; tiroteos en masa, ataques terroristas, tormentas devastadoras, asesinatos y accidentes de coche.
Cambié de canal.
—¿Hola? —dijo Jimin, tratando de agarrar el control remoto— ¡Estaba viendo eso!
Lo mantuve fuera de su alcance.
—Sí, bueno, yo quiero ver una película.
—Por favor, no vuelvas a Jurassic Park. Esta será, como… la millonésima vez que la pones esta semana.
—La cuarta, en realidad —corregí— No desprecies a mis dinosaurios.
—Eres un dinosaurio, Tae.
Por mucho que se quejara, aún así se acurrucó a mi lado y vio la película.
Traté de no pensar en mi millón de preocupaciones.
¿Y si la compañía ya no me quería en la película?
¿Y si todavía me querían, pero hago el ridículo delante de Seokjin durante el rodaje?
—¿Vas a llorar cuando se muestre el viejo centro de Jurassic Park otra vez? —preguntó Jimin antes de reírse.
Le di un golpe en la cabeza. A veces era un poco tonto. Esa parte de la película siempre me hacía llorar.
Más tarde esa noche, estaba en la cama desplazándome en mi portátil.
Seokjin había publicado en sus redes sociales que estaba emocionado de seguir filmando la nueva película. Parte de ella ya se había filmado en un gran estudio, pero las localizaciones iban a ser rodadas en algunas zonas rurales de Daegu. Seo-gu. Por lo que deduje, era un romance cursi en el que los protagonistas se encontraban en una cafetería de un pequeño pueblo. Su co-protagonista y amante de la comedia romántica, Kim Yongsun, conocida como Solar, había llegado a la ciudad unas horas antes y él había dicho que no podía esperar a verla de nuevo.
Había rumores de que estaban saliendo, pero ninguno de los dos lo había confirmado o negado.
Puse los ojos en blanco.
Enamorarse de un hombre heterosexual era una receta para el desastre. Pero no era como si alguna vez me hubiera dado la hora del día.
Jimin se rió suavemente desde la otra habitación, seguido de un golpe y una risa más profunda y ronca. Genial. Tenía a un tipo en casa. Cuando las risas se convirtieron en suspiros y gemidos, me puse los auriculares y encontré mi lista de reproducción favorita en Spotify para ayudar a ahogarlos.
Tenía unos cuantos chicos a los que llamaba de vez en cuando, pero no estaba de humor esa noche.
No, parecía que estaba más preocupado por acechar a los medios sociales de Seokjin y preguntarme cómo era en persona.
Lo averiguaré pronto.
Ese pensamiento me revolvió el estómago.
Antes de que pudiera detenerme, comenté su post.
thv: ¡Espero que te guste Daegu! Nos sentimos honrados de tenerte. Asegúrate de parar en Seomun Market. La mejor comida callejera de la ciudad. Probablemente de Corea.
Dios, fui tan tonto.
Seokjin recibió cientos de respuestas a sus mensajes, la mayoría diciendo cosas como “Jin papi” o “dame diez hijos”, así que no fue como si viera los míos.
Antes de que pudiera obsesionarme con ello, apagué mi portátil.
Jimin seguía con el tipo al azar, y subí el volumen de mi teléfono, dejando que la banda Behind The Scenes me cantara “Hold Me Tight” para dormir.
Merci pour la lecture!
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