396
26.6mille VUES
En cours - Nouveau chapitre Toutes les semaines
temps de lecture
AA Partager

1. Shibari

Los siguientes oneshots corresponden al kinktober del año pasado que estaban en mi cuenta. Son 31 en total, con cada uno tratando una temática distinta. Hay desde cosas suaves a más fuertes. Leer con precaución

Shibari: estilo japonés de bondage

La posición aquí descrita:




Hoseok mordió su labio inferior, sintiendo la suave cuerda deslizándose por su piel con cuidado. Las manos expertas de Yoongi apenas le acariciaron, dejando por completo que fuera la cuerda la que le tocara con precisión.

―Relájate ―susurró Yoongi, y pudo sentir la sonrisa en su voz. Claro que lo estaría disfrutando, su Maestro amaba hacer eso―, no te tenses, que dolerá más.

―Maestro...

―No te permití hablar, Hoseok.

Calló su voz, con la visión a oscuras debido a la venda que cubría sus ojos, y la fibra de cáñamo se deslizó por sus piernas dobladas una última vez, presionando su pecho contra sus piernas dobladas.

―Qué bonito te ves ―le murmuró Yoongi, y sus palabras eran suficiente para calmarlo―, siendo mi prisionero y listo para recibirme...

Yoongi acomodó sus brazos de forma inversa en su espalda, con las palmas hacia fuera, y la cuerda comenzó a deslizarse nuevamente por ahí, alrededor de sus muñecas antes de unirse en un nudo en el centro, en medio de su espalda. La cuerda estaba firme, envolviendo su cuerpo con experto cuidado, impidiendo que pudiera moverse de cualquier forma. Su polla, endurecida entre todas las ataduras, presionada contra su vientre, goteaba presemen.

La posición era, en sí, bastante incómoda. Sabía que en unos minutos, sus brazos comenzarían a agarrotarse por la posición. Pero Yoongi tenía muy bien calculados los tiempos para no llevarlo al extremo, siempre sabía cuándo parar, a pesar de que la boca de Hoseok estuviera ocupada.

Con los ojos vendados, sus otros sentidos se encontraban un poco más agudizados, y pudo sentir a Yoongi agarrar el gancho y la cadena que colgaba del techo. Levantó levemente la cabeza, como si pudiera ver a través de la venda, pero fue inútil: la tela estaba atada con fuerza para que no cayera con ningún movimiento.

―Shhh, shhh ―chistó Yoongi, inclinándose y acariciándole el cabello con cariño―, quiero verte en el aire, cariño, colgando y atado, tan dispuesto para mí...

No pudo verlo, pero sabía que el gancho fue acomodado en el último nudo de la cuerda, el que no tocaba su piel.

Los pasos de Yoongi comenzaron a alejarse, con toda probabilidad, hacia la manivela que conectaba la cadena y el gancho. El ruido que hacía la manivela al girar hizo que su excitación pareciera aumentar, y lamió sus labios con fuerza.

Pasaron unos segundos en los que la cadena se tensó, antes de que sus piernas dejaran de tocar el suelo, elevándolo en el aire con lasciva lentitud. Hoseok ni siquiera hizo el amago de resistirse, tan acostumbrado a que Yoongi hiciera eso con él. A su Maestro le gustaba practicar el arte de shibari con él, dejarlo inmovilizado y con sus extremidades impedidas de hacer algo.

Su cuerpo se elevó por los aires en esa posición, con las piernas dobladas contra su pecho y los brazos hacia atrás, atado con las cuerdas de cáñamo. Mordió su labio inferior, sintiendo cómo se balanceaba en el aire durante un instante, antes de sentir las grandes manos de Yoongi agarrándolo de las nalgas.

―Así me gusta verte ―le dijo Yoongi, con la voz ronca por el deseo―, desnudo para mí, tan apretadito con las cuerdas, listo para que haga contigo lo que quiera, ¿cierto, Hope?

―Sí, sí ―masculló Hoseok, antes de que las manos del mayor se deslizaran por su piel. Gimió en voz baja, con los dedos de Yoongi haciendo pequeños círculos en su dermis.

―Mi bonito y lindo bebé ―los labios de Yoongi se posaron sobre la piel de Hoseok, besándole con suavidad las nalgas―. ¿Quieres que te coma, precioso? ¿Quieres que te pruebe?

―Claro que sí, Maestro, por favor... ―la voz de Hoseok se cortó al sentir la lengua de Yoongi delineando el contorno de su entrada, antes de lamerlo por encima―. Oh... Oh...

La habitación se inundó de los jadeos suaves de Hoseok y los sonidos que hacía la lengua y labios de Yoongi contra su apretado ano, tan cerradito debido a la posición que tenía Hoseok. El más joven quería que se lo follara, quería que le metiera la polla por allí a pesar de la posición, sin embargo, sabía que su Maestro quería usarlo sólo de esa forma.

La lengua de Yoongi entró dentro de él y sintió la saliva deslizándose por entremedio de sus nalgas, preparándolo y dilatándolo. Hoseok lloriqueaba por la sensación de las manos sobre sus nalgas, de la lengua contra su entrada, de las cuerdas presionando alrededor de sus pezones, rodeando su polla y deslizándose por sus muslos, apretando sus brazos e impidiendo el movimiento de sus manos.

Le gustaba tanto eso, amaba demasiado cómo Yoongi usaba las cuerdas para inmovilizarlo, apretando en sus puntos débiles, presionando en los sitios más sensibles que poseía. Yoongi los conocía con total exactitud, los probó cien y mil veces, volviéndolo un desastre y provocando que alcanzara el cielo.

―¿Qué pasa, cariño? ―le murmuró Yoongi contra su agujero―. ¿Quieres moverte? ¿Quieres abrirte de piernas para mí?

―Fólleme ―suplicó Hoseok―, Maestro, fólleme...

―No ―Hoseok gimió con fuerza cuando Yoongi escupió contra su ano―, no, te has portado horrible esta semana, bebé. Sólo puedes correrte con mi boca, de ninguna otra forma.

El menor volvió a lloriquear, volviendo a sentir la lengua sobre su entrada. Una de las manos de Yoongi le separaba una nalga, mientras que la otra le agarraba de los muslos para impedir que se balanceara en el aire. La mano que le sostenía de un muslo comenzó a acariciarle por entre las cuerdas, haciendo que la sensación de presión fuera más escalofriante y excitante.

La lengua de Yoongi entraba y salía de su ano, con los labios chupando y probándolo, y Hoseok comenzó a temblar. El orgasmo comenzó a construirse, con un hilo de saliva corriendo por la comisura de su boca. Empezó a sentir la inevitable acción de comenzar a mover sus caderas, como si de esa forma pudiera generar un poco más de roce en su entrepierna, pero tuvo que detenerse al escuchar su gruñido en señal de advertencia.

―Maestro, Maestro... ―la voz de Hoseok se cortó y se convirtió en un grito suave, sintiendo cómo su polla se corría entre sus piernas apretadas contra su pecho―. Oh dios, oh... oh dios...

―No, no, yo te hice llegar al orgasmo, no él ―le dijo Yoongi, dándole una suave palmada en el culo

Hoseok soltó una risa baja, con las manos de Yoongi quitándose de encima de él. Pronto, el menor comenzó a sentir cómo le bajaba del aire con lentitud, hasta que sus piernas tocaron el suelo cuidadosamente.

El mayor volvió a él y las manos de Yoongi comenzaron a deshacer los nudos con experta facilidad. Yoongi admiró la piel de Hoseok marcada por las cuerdas, tan enrojecida, pero sin llegar a hacerle una herida.

―Ven aquí, ¿te duele mucho, amor? ―preguntó Yoongi, liberando las manos y brazos de Hoseok, ayudándolo a flexionarlos―. ¿necesitas dormir?

―Hyung... ―se quejó Hoseok, antes de sentir los labios de Yoongi en sus brazos, masajeándolos―, hyung, te amo mucho.

―Yo también te amo mucho, mi bebé ―Yoongi le acarició el cabello―. Mañana te colgaré de otra forma, ya verás.

Hoseok dejó salir unas risitas, soñador y feliz de que Yoongi lo rodeara de cuerdas por todas partes.



¡gracias por leer!

11 Septembre 2022 04:12 2 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
91
Lire le chapitre suivant 2. Pet Play

Commentez quelque chose

Publier!
Willey Motaye Willey Motaye
Es que hay que amar tu talento. Cómo no.
September 18, 2022, 21:51
Quin Cua Quin Cua
Aaaaaahhhh justo hace rato estaba pensando en estos capítulos aaahhh, gracias por traerlos de vuelta
September 11, 2022, 04:48
~

Comment se passe votre lecture?

Il reste encore 8 chapitres restants de cette histoire.
Pour continuer votre lecture, veuillez vous connecter ou créer un compte. Gratuit!