O como nuestra Susan se presenta y encuentra a su futuro chorvo
La vieja estaba pelando papas cuando vio entrar a Juan con un enorme espejo que había comprado en el rastro, empezaron a discutir que para qué lo quería y habiéndolo dejado en la cocina llega Susan de haber ido a buscar atún en aceite de girasol al Día y aprovecha para peinarse frente a él los largos cabellos morenos, mirarse los amplios ojos de miel, compararse la fina boca o darse cuenta de que en el pie se le han enganchado los pullones[1] podridos de una papa.
Pero ella sigue recreándose en la imagen suya pese a lo espantosamente desconjuntado de su ropa. Y cuando se sentía ella muy sexy se cae el espejo y se rompe en cachitos como un paquete de roscos aplastados por una gorda. Entonces lo recoge y se los lleva para tirarlos a la basura en una bolsa.
Fuera de su casa habiendo saludado al mendigo se cruza con un perro con retraso y cuando ve quien es el dueño que viene tras la fiera suelta:
—¡Anda coño!
[1] Brote de la patata. En esta novela se emplea constantemente expresiones dialectales, por lo que estas aparecerán en itálica y explicaré el significado de aquellas que requieran de aclaración.
Merci pour la lecture!
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.