Reclamando a su bebé✨... [JiKook] Suivre l’histoire

JiMin:

MinJi y yo hemos recorrido un largo camino. Un largo, largo camino.

Somos soldados. Unos muy rudos. Dieciocho años en el servicio, cerca de una docena de tours en el Medio Este. Si, todavía estábamos vivos. Llámalo suerte. O simplemente nacimos para esto.

Hablaré por mí mismo. Nací para esto.

Quise entrar al ejército después de la escuela. Mi mente estaba centrada en CEORN y volverme un oficial comisionado después de la graduación, y nadie podía detenerme.

MinJi, el llorón, no podía soportar la idea de estar separado por mucho tiempo, así que el mierdero tenía que inscribirse también, pasando los exámenes mentales con mejores notas que las mías, el maldito inteligente. Por lo menos le pateé el culo en puntería.

MinJi siempre fue el suavecito entre los dos. Sabía que yo podía asumir la separación, pero entonces, el punto es irrelevante. Estábamos juntos, siempre lo estuvimos.

Nuestra guinda de la batalla se colocó cuando las torres gemelas cayeron. Vertimos nuestra primera sangre en la Tormenta del Desierto.

Sobrevivimos la orgia. De hecho, jodimos a Saddam y vivimos para contarlo. Decoraron nuestros uniformes con muchas tiras de colores y estrellas también. Podíamos hacer un show de modas, y tendríamos muchos coños llorando por ser llenados por nuestras pollas de estrellas y rayas. Puedes llamarnos veteranos experimentados. Nuestros uniformes siempre eran nuevos, pero nuestros cuerpos han visto mejores días. Lo que había dentro de nuestras cabezas, la mierda que hemos visto y hecho nunca será encontrado en las páginas de grandes diarios o dicho en la hora estelar.

Las noticias acerca de la guerra que los ciudadanos amantes de la paz asolapan en la TV son de películas, blanqueado y editado para inspirar patriotismo, no desmoralizar y antagonizar los egos frágiles y destruir el Sueño Americano. Los chicos regulares en casa no tenían el estómago para las cosas que hicimos en nombre de América.

Después de casi una década de peleas, las tropas americanas se han retirado de Irak. La guerra ha terminado. ¿Cierto?

Error. Nunca se detuvo.

Mientras estemos aquí, nunca se detendrá. Sólo hubo una pausa.

Con los políticos agarrados en el poder en la Casa Blanca y ninguno de ellos se responsabiliza cuando la mierda estalla, todo gira alrededor de unos cuantos miles de tropas americanas abandonados en este quebrado país.

No puedo decir que el presidente se haya equivocado al mandar las tropas a casa, dejando sólo una fracción de su magna armada, pero puedo decir que los enemigos no hubieran resurgido a una fuerza más fuerte si las tropas se hubieran quedado. Pero eso es sólo mi humilde opinión.

Analizando las decisiones provenientes de “niveles sobre la realidad’ no era mi lugar. Era un soldado primero y ante todo, yo sólo recibía órdenes.

MinJi y yo éramos los remanentes de los 168-mil-fuertes soldados de la armada de los Estados Unidos que sacudieron el país entero de arriba abajo, dejándolo en ruinas después de docenas de batallas sangrientas que derrocaron el régimen del dictador y quebró la resistencia rebelde oponiéndose al gobierno de transición respaldado por los Estados Unidos.

Tomó casi una década alcanzar la paz relativa en las principales provincias. La paz que causaron las vidas de cerca cinco mil soldados americanos y cientos de miles de heridos y lisiados.

No me importó contar las bajas del otro lado o las vidas inocentes que cayeron en el fuego cruzado. Era primordial enfocarse en nuestros objetivos fundamentales para sobrevivir estas guerras.

Preocuparse por el otro lado podría desdibujar tu código como soldado y te haría hacer preguntas existenciales que nunca serían respondidas. Te jodería la cabeza. No quería auto sabotearme.

Tengo grandes planes para mi carrera.

Para el simple soldado en las líneas de batalla, contando sus ganes y pérdidas era inmaterial en el gran esquema de las cosas. Tu estabas ahí para sobrevivir o irte a casa en una caja, o peor, quedar en el desierto para convertirte en la cosa de la que fuiste creado-polvo.

Yo no era un soldado ordinario. Era un maldito Mayor del cuerpo de Marines, y no alcancé este rango sentándome en mi trasero masticando Slim Jims dentro de la seguridad de las paredes de una base y ladrando órdenes desde un sistema de radio. Obtuve mis insignias peleando en los frentes de las batallas. No tuve que hacerlo. Era un oficial comisionado. Pero elegí hacerlo.

Vivo para esto. Respiro el desierto como hago con el coño mojado de una mujer. La follo como un soldado hambriento en su descanso cada vez, nunca fallo en acabar. Está en mi sangre.

Podría vivir aquí por siempre. Si, podría morir aquí en cualquier momento, también. Estaba aquí para ganarlo para mi país. Ese era mi código, y nunca se desdibujó o diluyó por la sangre y gajo de mis camaradas fertilizando las áridas arenas de Irak.

Incluso cuando las tropas se mudaron, escogí quedarme aquí. MinJi no quiso dejarme. Lo usual. Estábamos aquí juntos. Todavía. Nuestra nueva misión era ayudar a reconstruir lo que quedaba del país, asistir al gobierno de transición en alcanzar la estabilidad. Hemos estado entrenando su ejército a ser más inteligentes en combate, enseñándoles a usar armas más sofisticadas, proveyéndoles de las mismas, también.

Por supuesto, que lo que hicimos a los lados y entre era clasificado. Era suficiente decir que estábamos aquí para asegurar los intereses de los Estados Unidos sobre todo y todos.

En todo caso, estuvo relativamente tranquilo en los últimos tres años. Hasta la semana pasada.

Todo comenzó. Otra vez.