no es un libro que pretenda educar, por lo tanto, cualquier duda surgida la buscan y preguntan en otra parte. esto es ficción, por lo que si ven algo que dice ser así y en la vida real es asa, no quiero que me corrijan porque no pretende imitar la realidad, solo asemejarse a ella.
cualquier parecido a la realidad es pura coincidencia. y lo único 100% real, son los síntomas del síndrome del ovario poliquísitico.
—Ja-Jamás volveremos a tener otro hijo...— susurraba la mujer en la camilla, completamente agotada y adolorida.
—Pero mira que linda ha salido nuestra pequeñita.— su padre susurró fascinado mientras acariciaba las mejillas de la pequeña bebé.—Salió a mí, tiene mi nariz y mis ojos... pero tiene tus mejillas rellenitas bonitas.
La madre tomó a su pequeña entre sus brazos y sollozó al verla tan pequeñita y preciosa, era una ternurita.
La enfermera ingresó y se acomodó a un lado de la camilla con una tabla y papeles en manos.
—La pequeña está en perfectas condiciones, usted podrá irse hoy mismo si así lo desea. Recuerde que debe venir a controles para proteger a su bebé y a usted misma. ¿Ya decidieron el nombre? Es hora de registrarla.
—Sí, queremos que se llame Kim Hye-Bin...— habló la señora Kim emocionada, ese nombre significaba mucho para ambos.
Estaban tan emocionados por el nacimiento de su pequeña hija, siempre habían querido ser padres y por fin lo eran. Tenerla, fue como tener una bendición. A pesar de que el señor Kim no era el padre biológico, él consideraba que esa pequeñita era su hija y solo suya.
Su mujer también estaba de acuerdo. Se habían casado por impulso a los ocho meses de embarazo de la señora Kim, y a casi cinco meses de haberse conocido. Ellos eran, definitivamente, la definición de amor a primera vista. Se odiaban a muerte pero una simple sonrisa por parte de la madre, todo se fue al carajo y se enamoraron.
No sabían cómo ser padres, irían creciendo y descubriéndolo junto a su pequeña Hyebin.
Y todo se complicaría significativamente por los estudios de ambos y por los recursos limitados pero no se rendirían fácilmente. Saldrían adelante como la familia que eran.
—Bien, el registro ya está completo... El acta de nacimiento la solicitan cuando egrese del hospital. Felicitaciones.— se despidió con una reverencia y dejo al matrimonio Kim con su pequeñita sana y preciosa.
—Es idéntica a ti, Somi...— susurró suavemente al ver que la bebé caía en un profundo sueño, ajena al mundo real.
—Siento que también se parece a ti, ¿no la ves? tienen la misma nariz y boquita.
El padre negó divertido y besó la mano de su mujer, demostrándole cuanto la amaba.
—Mi madre no quiere verme ni en persona, de hecho, para ella ya no soy su hija.
—¿Y qué importa? esa señora estúpida es y siempre será cerrada de mente y en vez de apoyarte y ayudarte, te dio la espalda. Ni siquiera merece tus lágrimas.— intentó no alzar la voz.
—Lo sé, cariño... claro que lo sé, no merece ni mi lástima. Pero... yo la admiraba bastante, ella siempre lo fue todo para mí.
—Pero ahora Hyebin y yo somos tu familia y lo somos todo para ti.— alzó su mentón y detalló sus facciones.—Olvídala, no te merece.
—Te amo Hee, mucho.
—Yo más, mi amada Somi. Hay que festejar la llegada de nuestra hermosa hija.
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