Cada martes Joy siente a Lunes Suivre l’histoire

Es martes de nuevo, una nueva nota o carta debe llegar a Joy como cada semana, misteriosas notas con una firma de “Es Lunes de Nuevo”, irónico ¿Verdad?. Bueno, pues empecemos por el 30 de abril de 2020.

Era martes y Joy llegaba de trabajar a las 7 de la tarde como es costumbre, estaciona el auto y cuando sube al andén de su casa, baja la cabeza al suelo antes de abrir la puerta y se encuentra con un sobre café con el nombre de “Martín”, siendo específico dice “Para: Martín”, ¿Quién es esa persona? Pues Joy no lo sabe, igualmente recoge el sobre y lo lleva adentro para leerlo luego. La primera carta hablaba de como una chica avisaba al dichoso Martín que cada semana haría llegar una carta de como fue su semana. Y así sucedió.

Aunque Joy dejo una nota ese martes en su puerta que decía “Oye, no sé quién seas, pero no soy Martín, te has confundido de lugar”.

Parece que esta nota nunca fue leída, pues las notas siguieron llegando los martes, hablaban sobre una extraña máquina que mencionaba como «Ocuástulo», hablaban sobre lo difícil que era ser una señorita de la realeza, hablaba de cuan difícil era escoger tu vida cuando alguien más estaba planeándola de izquierda a derecha, entre esas había muchas más temáticas de las que escribía, y todas se firmaban con un: “Esta es Lunes en un martes.” o “Es Lunes de nuevo.”

Al final, Joy simplemente se resistió y disfruto de las locas notas que estaban en la puerta de su casa cada martes a las 7:00 pm, cuando llegaba de su agotador trabajo.

Aunque Joy intentara encontrar información de su emisor, no lo lograba y los martes eran los días en que no podía faltar al empleo, así que tampoco podía revisar por su cuenta quien las dejaba allí.

Cada martes Joy sintió que Lunes existió allí, solo que no era visible, cada martes se volvió especial en su vida, porque cada martes Joy siente a Lunes.

Las cartas continuaron por los últimos dos años hasta encontrarnos en un 30 de Abril de 2022, cada año Lunes le recordaba que ese día fue el que las cartas iniciaron a enviarse.

Ese día se presenta un corto eléctrico en su empresa, así que todos los empleados son enviados a casa más temprano, hoy Joy puede sentarse al lado de la puerta a esperar que una carta de Lunes aparezca como es costumbre.

Pasa poco más de una hora y son las 5:48 y nadie se ha acercado a dejar algo, sigue esperando y a las 6:15 ve como el atardecer empieza a parecer, había pasado tanto tiempo desde que se fijó lo suficiente en el cómo para apreciar los hermosos colores que desprende, separa su mirada del cielo y mira su puerta, ve como una luz se enciende en el aire por lo que se levanta hasta quedar de pie, con cara perpleja por ello ve como una carta sale de aquella pequeña luz hasta quedar en el suelo, Joy rápidamente recoge el sobre dando la espalda a la calle y la cara a la puerta.

Esta vez en el sobre no dice “Para: Martín”, no, claro que no.

Esta vez él sobre esta dedicado de manera inusual.

“Para: Joy

De: Lunes en el último martes”

“¿Qué significa ello?” se pregunta Joy sin entender, razón por la que apresuradamente abre el sobre y lee la carta, todo siendo habitual hasta el último párrafo, que te lo cito a continuación:

“Ya que has leído el sobre, no creo que haya necesidad de explicar cosas como que sé quien eres y que no habrá más cartas y notas luego de esta, puesto que el Ocuástulo de 1752 ha funcionado por fin después de varias décadas”.

Sin entender nada, cierra la carta y se gira para dar la cara a la calle, pero sin poder creerlo, encuentra una mujer a diez pasos de él, se queda sin palabras por todo, pero incluso antes de que pudiese decir algo, ella le roba las palabras y dice:

—Es un placer verte, Joy, me presento, soy Lunes, quien se molestó en escribirte cada martes al atardecer.

Al terminar, una sonrisa aparece en su rostro y Joy se siente desfallecer.