pasttelmemories ♡ ♡

Kim TaeHyung es un empresario infeliz que se encuentra un conejito abandonado y este resulta ser un precioso omega e híbrido de conejo en celo. ⠀ ⠀ | Omegaverse. ⠀ ⠀ | TaeHyung dom alfa. JungKook sub omega. ⠀ ⠀ | JungKook híbrido. ⠀ ⠀ | Contenido sexual explícito. ⠀ ⠀ © Obra hecha por @HeavenFilm. No se ⠀ ⠀ acepta plagio, adaptación ni inspiración.


Fanfiction Interdit aux moins de 18 ans.

#Koottom #jkbottom #taetop #taehyungtop #inkspiredstory #vkook #taekook
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Prologue: innocent bunny.

El alfa estaba sentado en su escritorio, observando con el ceño fruncido y un semblante serio los papeles que tenía frente a sus ojos.


Firmaba, timbraba algunas cosas y en otros archivos simplemente daba su aprobación o negación a las propuestas que sus empleados le brindaban.


— Adelante.— El hombre dijo con la voz ronca, demasiado concentrado en su trabajo, sin prestar atención a la hermosa omega que había abierto tímidamente la puerta.


Sana observó a TaeHyung con las mejillas ligeramente enrojecidas, pero el de cabello negro peinado hacia atrás siguió sin prestarle atención.


La fémina apretó los labios y tosió suavemente, por fin llamando su atención y también el contacto visual.


— Señor Kim, no debería irse tan tarde a casa. Además, usted y yo tenemos una cita, ¿recuerda? — TaeHyung se maldijo a sí mismo por no haber mirado antes a la belleza que tenía en frente de él.


La mujer tenía una perfecta piel pálida, ligeramente canela y tostada. Labios gruesos, una sonrisa encantadora. Cintura estrecha, caderas prominentes y largas piernas esbeltas.


Joder.


— Por supuesto que sí, Sana-ssi. ¿Qué tal si me esperas allá, mh? Prometo irme en unos minutos, tú espérame, no te podrás deshacer de mí en toda la noche.— El alfa le guiñó un ojo mientras sonreía coqueto.


Sana se mordió el labio inferior y sintió como su corazón latía fuertemente en su pecho.


Ese hombre era, definitivamente, el alfa mås hermoso, atractivo y masculino que conocia. Su esencia gruesa complementaba a la perfección ese cuerpo de muerte y su rostro perfecto.


— Sí, señor Kim. Estaré esperándolo con una sorpresa.— Respondió con una sonrisa igual de coqueta, dándose la vuelta para cerrar la puerta con delicadeza.


A penas se fue, TaeHyung suspiró. Sana solía subirse la falda y abrirse un poco la blusa cada vez que iba a la oficina de su jefe. Ya lo habían hecho muchas veces allí. En el escritorio, en la pared, en los bafios. Pero, por supuesto, no solamente con ella. También con otros omegas. Secretarias, funcionarios, sus colegas de trabajo.


TaeHyung se habia follado a prácticamente todos en aquel edificio.


Quién podría resistirse a un alfa tan encantador y perfecto como él? Era joven, hermoso, gracioso, inteligente, multimillonario. Simplemente el hombre perfecto.


Pero, TaeHyung se preguntaba algo. Si lo tenía todo... ¿Por qué no era feliz?


Con aquella mueca seria en el rostro, el alfa guardó algunos archivos dentro de los cajones y carpetas que tenía en su escritorio. Salió silenciosamente de la oficina mientras se ponía el caliente y grueso abrigo de invierno.


El otoño se había ido y los días estaban más fríos y gélidos que nunca. Llovía mucho, caía nieve y otros días habían tormentas eléctricas que no lo dejaban dormir en absoluto.


Mientras caminaba por los corredores de la empresa y se dirigía al elevador, TaeHyung se miró en el espejo del mismo con seriedad, tristeza y aburrimiento en sus ojos. Estaba exhausto, ir a la casa de Sana a follar simplemente no lo entusiasmaba. Es decir, claro que iba a disfrutarlo, era sexo y los orgasmos se sentian muy bien, pero joder. No era nada nuevo para él y la omega no le llamaba la atención, solo era una cara bonita, no tenía nada en especial.


Justo como él.


— Mierda, debí traer el paraguas. — Dijo para sí mismo, mojándose el rostro, el cabello y los hombros anchos con las gotas de agua que caían del cielo. No era mucha Iluvia, a penas chispeaba, pero conociendo de sobra el tiempo se largaría una terrible tormenta durante toda la noche.


Bueno, de todas formas tampoco dormiría. Iba a coger toda la noche.


Malhumorado con el tiempo y las grises nubes que cubrían el cielo en su totalidad, el alfa caminó hasta su gran vehículo que había salido hace a penas unos meses atrás. De lujo, ridículamente costoso y hermoso para un amante de los autos como él.


Hasta que su olfato captó algo extraño. Una esencia dulce, una esencia en peligro, el aroma de... Un omega en celo. No, no podía ser un omega en celo.


Era distinto, era algo que le hacía perder la cordura. A él y a cualquier alfa que estuviese presente, pero sólo estaba él. TaeHyung era la única persona de pie en el estacionamiento de la empresa mientras la Iluvia cada vez caía con más fuerza e intensidad sobre la ciudad iluminada y negruzca.


Se dejó Ilevar, dejó que sus instintos le Ilevaran a aquellas feromonas ácidas y dulces.


Muy por otro lado, en los sucios y malolientes recipientes de basura de la empresa, un pequeño conejito blanco se escondía de las gotas de Iluvia en un cartón húmedo de algún recipiente de comida podrida.


Sollozaba adolorido. Su diminuta patita peluda y sucia ardía, quemaba, punzaba en sus huesos.


Estaba tan aterrorizado, oía los pasos de alguien acercársele, podía olfatear a un alfa aproximarse a su posición, al callejón en donde había vivido prácticamente todo el año.


Envuelto en Iodo, JungKook chilló y sintió sus grandes ojitos avellana lagrimear. Intentó ocultarse, intentó saltar dentro de algún objeto y ocultarse, pero su patita ensangrentada quemaba y él no era capaz de moverse.


Arrastró entre gimoteos y sollozos de dolor su pequeño cuerpecito peludo y blanco. Se metió dentro de una caja con el cartón sucio, con heces de ratas, musgo y suciedad que por supuesto olía tan mal que hacía a su pequeña naricita arder.


Tenía tanto frío, no creía poder aguantar más noches así.


Empapado desde el rabito a las puntitas de sus largas orejas, envuelto en cada centímetro de su cuerpecito con espeso y sucio Iodo que le hacía ver como un animalito de color café, no uno blanco como realmente era. Ni hablar de la herida en su patita que evitaba prácticamente por completo su movilidad. No podía caminar, JungKook se arrastraba y se raspaba la pancita en el proceso.


Ardía, y mucho. Hasta que los pasos se hicieron más fuertes y cercanos. Su pequeño corazoncito comenzó a latir demasiado rápido dentro de su pechito. El conejo se cubrió los ojos con las patitas y chilló en pleno llanto desesperado cuando vio una mano acercársele.


— Oh no, pobre pequeño, ¿qué clase de bestia despiadada te dejó aqui? ¿solito, hambriento y en el frío? — Habló dulcemente con pena, acercando el dedo índice a la carita del conejito. Este, completamente aterrorizado abrió la boquita y enterró con fuerza los dientitos cuadrados en la piel morena del alfa.


TaeHyung jadeó. — Auch.—


Intentó nuevamente, esta vez agachándose sin importarle estar completamente empapado. Casi tanto como el animalito a esas alturas.


JungKook lloriqueó cuando dejó de tocar el suelo del callejón y estuvo acostadito en la palma del hombre.


¿Por qué él... Lo atraía a su pecho y le hacía sentir su calor?


Sorprendido, con las orejitas y las patitas cubriéndose los ojitos, el omega movió la naricita y olfateó la esencia del alfa. ¿Acaso él no quería hacerle daño? ¿Eso era posible?


TaeHyung meció al pequeño como un bebé. Camino rápidamente hacia su auto para darle calor al conejito y acarició su cabecita para tranquilizarlo.


JungKook estaba al borde del llanto, pero de felicidad por no ser atacado como muchas veces había sido.


— Bien, ya Ilegamos, conejito.— Habló como si él pudiese comprenderlo. Se sacó rápidamente el abrigo y le dio la vuelta, dejando momentáneamente a la bolita Ilena de Iodo en su regazo, sin importarle que estuviese ensuciando sus costosos pantalones de diseñador.


Acomodó bien el abrigo en el asiento a su lado para dejar al conejito en la parte seca de la prenda, así podia utilizarlo como una camita.


— ¿Te Ilevaré a tu nueva casa, de acuerdo, cosita bonita? — Acarició la naricita del conejito y casi murió de ternura al verlo sacudir el rabito como un cachorro feliz.


Jodidamente adorable.


Mientras el alfa conducía y temblaba de frío por su ropa mojada, encendió la calefacción y de vez en cuando observó a la bolita peluda y sucia acurrucada en su abrigo.


El aroma dulce seguía presente, pero menos intenso que antes. ¿Por qué?


Y al cabo de unos veinte minutos, TaeHyung se encontraba en su casa, subiendo las grandes escaleras para Ilegar a su dormitorio luego de pedirle la cena a uno de sus empleados.


— Por qué mierda esta porquería vibra tanto.— Se quejó con el conejito en brazos que descansaba dentro del abrigo. Sacó el celular de su bolsillo trasero del pantalón y miró con el ceño fruncido la pantalla, encontrándose con más de diez llamadas perdidas de cierta omega con largo y ondulado cabello naranja.


Oh.


No le importaba una mierda. Lanzó el celular al sofá de su enorme habitación y depositó al animalito que dormía sobre su cama, despertándolo en el proceso.


JungKook observó a su nuevo amo, a su salvador, al alfa que lo había rescatado de la miseria, con grandes ojos curiosos y brillantes, como si tuviese la misma galaxia en ellos.


TaeHyung le sonrió con cariño y encendió el amplio televisor. Así había algo más de ruido y el híbrido no se sentiría muy solito mientras él iba a preparar algunas cosas en el moderno baño de tonalidades negras y doradas. Precisamente para el animalito, para limpiarlo y finalmente desinfectar y vendar aquella herida que tenía en la pata.


El omega observó la habitación. Era enorme, definitivamente nunca había estado en un lugar tan precioso y sobre todo limpio como ese.


Estaba tan cansado que podría dormirse en cualquier momento, pero el alfa apareció en frente de él con las mangas de la camisa negra arremangadas hasta los codos y una sonrisa cuadrada en su precioso rostro.


— Hora de bañar y limpiar al conejito. ¿Te gustan las burbujas y los olores suaves? Apuesto a que sí. Vamos.— Le habló dulcemente como si se tratara de un cachorro o un animal muy doméstico.


JungKook movió tan rápidamente la colita que parecía que iba a salir volando, su rabito en este caso, sería la hélice del conejito helicóptero.


TaeHyung se mordió el labio inferior para evitar sonreír como un imbécil.


— Dios santo, eres tan tierno.— Arulló al conejito en sus brazos, dándole un besito en la cabecita luego de limpiarlo un poquito con una toalla.


Había Ilenado un recipiente con agua calentita. Ni muy caliente, ni muy fria; tibia.


Utilizaría un shampoo de avena y vainilla vegano, muy suave y perfecto para un animal tan frágil como él o un cachorro, un bebé. JungKook al principio se asustó en cuanto las grandes manos del hombre le hicieron rozar las patitas sucias con el agua a una temperatura perfectamente cálida, pero su voz ronca y suave al mismo tiempo le hizo relajarse en su totalidad.


— Tranquilo, está tibiecita. Yo te tengo, confia en mí, pequeño. — Y logró hundir suavemente el cuerpecito del híbrido en el recipiente, dejándole la cabeza y las orejitas paradas fuera del agua, evidentemente.


El alta echó un poco de la loción en una de sus palmas y frotó, haciendo burbujas y creando una espumita que luego untó en el cuerpito y cabecita del pequeño. Hizo masajes, acarició con suma delicadeza, tarareó una canción y sonrió al ver cómo el conejo se relajaba a tal punto que cerraba los ojitos y movía el rabito bajo el agua.


A los pocos minutos terminó el baño de JungKook. TaeHyung mentiría si dijese que no se sorprendió al ver el verdadero color de su suave pelaje. Un blanco niveo, liso y hermoso como la misma nieve o las nubes esponjosas y día de buen clima. Al parecer era un conejito albino, o algo así.


Frotó al animal con una toalla en búsqueda de retirar el exceso de agua que goteaba de él y caía a la alfombra de la habitación. Se aseguró de dejarlo bien seco y cálido, tanto que se había esponjado y era un conejito inflado y con frizz. Parecía salido de la lavadora. Se veía todavia más tierno, sobre todo si movía así la colita cada vez que TaeHyung le hablaba o lo mimaba como a un bebé.


— Déjame ver esa patita. Luego podrås dormir.— El alfa, demasiado preocupado del conejo, trajo un botiquín a su cama y sacó un poco de suero, que por supuesto no ardería tanto como el alcohol, y un pequefio vendaje blanco.


A JungKook le dolió la forma en que el líquido caía sobre la carne abierta, pero se distrajo viendo la televisión que anteriormente su amo había encendido. Se mostraba a un beta horneando un pastel de vainilla, crema de leche y fresas maduras y rojizas.


No se percató del momento en que TaeHyung terminó de vendarlo y comenzó a desvestirse él mismo.


JungKook alejó rápidamente su atención del televisor y se concentró en el alfa.


Prioridades.


¿Por qué habría de tener vergüenza? Tenía a un conejo en su cama, no a una persona. Y de todas formas, aunque fuese un omega, un alfa o un beta, a TaeHyung no le importaría, estaba bastante orgulloso de su contextura delgada pero robusta, masculina y muy alfa. No tenía músculos ni nada así, pero sí estaba tonificado y en forma. Tenía un cuerpo muy atractivo, los músculos excesivos no eran necesarios para tener un cuerpo caliente y bonito.


El conejito miró el torso desnudo del alfa, sus hombros anchos, su espalda un poco musculosa.


Si estuviese en su forma humana, definitivamente estaría echando humo por la cabeza en cuanto TaeHyung se bajó la ropa interior y caminó completamente desnudo al baño para darse una buena y relajante ducha.


Grande.


El conejito dio saltitos hacia el centro de la cama y se acomodó en una de las almohadas. Era esponjosa y suave, no se comparaba en absoluto al suelo frío, sucio y hediondo de las calles.


Todo había cambiado gracias a ese precioso, amable y encantador alfa. Dicho alfa, luego de unos quince minutos salió de la ducha. Caminó fuera del bafio, cerró la puerta para dejar el vapor atrapado allí y caminó hacia su cama, viendo al conejito completamente dormido justo en dónde él debía dormir.


Suspiró.


No podía molestarse, ese animalito había estado en la calle durante quizás cuanto tiempo.


Luego de ponerse un cómodo y algo holgado pijama de algodón, TaeHyung tomó al conejito en sus manos y se acostó, dejándolo luego encima de su pecho.


Vió esos grandes ojitos cafés abrirse y creyó ver unos destellos azules en sus pupilas.


TaeHyung frunció el ceño. Los ojos de los omegas eran azules, ¿por qué él repentinamente había cambiado el color de sus iris? Lo dejó pasar, creyó que era debido al cansancio.


Mientras acariciaba a su nueva mascota con cariño en el lomito, cerró los ojos y no se esperó recibir justo en los labios un par de lametones y besitos inocentes.


El conejito movía rápidamente la colita y frotaba la cabecita y las orejas contra el mentón del alfa, quién sonrió y le dio un besito en la cabeza.


— Es hora de dormir, pequeño.—


Y así lo hicieron, al menos hasta la madrugada, en donde el conejito estaba muy inquieto y comenzó a dar saltitos justo encima del rostro de TaeHyung.


El alfa, Ilevado por el sueño le gruñó, quizás un poco molesto.


JungKook se detuvo inmediatamente y le miró con enormes ojos cristalizados. Se había paralizado por completo al oírle emplear ese tono de voz. Indefenso, en un inocente intento de protegerse a sí mismo, el conejito se cubrió los ojitos con las patitas y las orejas largas mientras temblaba.


TaeHyung, a penas pudiendo abrir los ojos, acarició delicadamente su lomito y se disculpó.


— Perdóname, conejito. Tengo sueño, no quise asustarte.— Y JungKook, aún temblando poquito, cedió en cuanto el mayor pasó a rozar su rabito con uno de los dedos.


Más, más, ahí por favor.


El animal se volvió aún más inquieto, su aroma empalagoso alertando completamente al lobo del alfa.


— Ah, pequeño, ¿qué sucede? Estás demasiado inquieto. ¿Tienes hambre, te duele algo? —


Oh, no le había dado de comer. Lo olvidó completamente.


Suponiendo que era eso, se rascó un momento los párpados con los dedos y repentinamente, en cuestión de míseros segundos, sintió un peso mucho más grande que el del animalito en su pecho.


TaeHyung se asustó y miró inmediatamente, pensando que se trataba de algún espíritu o un ente maligno, pero en vez de eso, se encontró con un jadeante jovencito que estaba encima de él, con las manos a los lados de su cabeza y las rodillas apoyadas a los lados de las piernas del alfa bajo las mantas.


Unomega. Tenía un omega encima de él. Uno con una erección en su pequeño pene rosadito, con lubricante dulce chorreando por la cara interna de sus gruesos y bien formados muslos, uno que movía el rabito y lo miraba con los ojos de un brillante azul en completa lujuria y deseo, ni hablar de sus labios entreabiertos, aquellas mejillas sonrojadas de una tonalidad intensa de rosado, la estrechez de su pequeña cintura y los erectos pezoncitos rosados en su pecho.


Joder, mierda. ¿Qué?

10 Mai 2022 00:19 7 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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Lire le chapitre suivant unique: needy bunny.

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Moona 🌙 Moona 🌙
Noooo que lindo todo 😭😭😭
October 26, 2023, 06:12
Jai Ll Jai Ll
Empezamos fuerte
May 18, 2023, 05:19
EO Erandi OsoCan
No me deja leer tu historia :(
May 10, 2022, 21:12

  • Abigail Dueñez Abigail Dueñez
    A lo mejor es por qué no has actualizado tu edad, puede ser por eso May 19, 2022, 00:03
koottom -- koottom --
nisiquiera sé cómo funciona la app pero aquí me tienes, aaa solo espero q tengas mucho éxito aquí también <33
May 10, 2022, 05:11

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