min_jiyeon9305 Jiyeon Min

“En otra vida podríamos haber sido felices” “En otra vida tú conocerías mi alma tan bien como yo conozco la tuya y tal vez, solo tal vez, me amarías”.


LGBT+ Tout public.

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In another life...

"No voy a ser yo quien te ponga barreras... Soy feliz con lo que sientas por mi. Con tu amistad, con tu atracción o con lo que tu quieras... Solo deseo que me dejes seguir a tu lado, de la manera que sea..."
Anne sin filtros - Iria G. Parente y Selene M. Pascual

La campanilla del local suena. Un chico de cabellos dorados entra sonriente a la pintoresca cafetería vistiendo un chaleco verde. Mira de derecha a izquierda y el olor de las amapolas que crecen en las macetas pegadas a la pared inundó sus fosas nasales. Algo capta su atención, su sonrisa se vuelve aún más pronunciada y con paso firme se acerca a una de las mesas.

El lugar es cálido y acogedor, las paredes están cubiertas de papel tapiz color crema con diseños de enredaderas blancas. El techo es de color hueso y la araña que cuelga en el medio alumbra todo con una tenue luz blanca.

Hay un joven sentado en una de las mesas ubicadas al lado de la ventana. Su cabello es negro como el azabache y sus puntas se levantan en distintas direcciones. Levanta la cabeza y sus ojos dorados recorren la habitación con curiosidad y precaución.

El muchacho rubio se sienta frente al otro chico. Las cucharas golpean contra las tasas y producen un suave tintineo. James, así se llama quien ya estaba ocupando la mesa, mira a la persona frente a él sin entender el motivo del atropello a su espacio personal y no oculta su descontento.

El pelinegro frunce el ceño y acerca su taza hacia sí. Tiene un libro abierto y trata de esconderse tras este. El chico frente a él no deja de mirarlo sonriente y suelta una risilla al notar que James tiene el libro al revés.

—Aléjese— Dice el chico con firmeza— Me incomoda, ¿qué quiere?

—Matt, un gusto—El chico rubio extiende una mano ignorando completamente las palabras del muchacho frente a él

—Oh. ¿Será así? Entonces… lárgate!—Exclama James tras golpear su libro contra la mesa con fuerza.

Matt emite una risa melodiosa que provoca que la gente en las mesas próximas lo mire con adoración. El no lo nota, su atención sigue fija en la persona que lo mira furioso.

—Veras…—Matt hace un gesto con sus dedos indicandole a James que desconoce su nombre.

—Señor…—Empieza James con la intención de presentarse. Matt lo calla con un dedo.

—Ahórrate las formalidades.

James entorna los ojos y trata de irradiar la mayor cantidad de desagrado que puede.

—James, me llamo James.

Los ojos de Matt resplandecen con alegría y el chico vuelve a reír con suavidad. James no es inmune y, al igual que las demás personas dentro del local, sonríe discretamente mientras finge leer. El libro sigue al revés.

—Dime Jamie…

—James— Corrige al chico irritado.

Matt lo mira de una forma que James no logra entender. Hay alegría en sus ojos pero hay más emociones detrás de esta. James es un buen observador, efectos secundarios de limitarse a mirar y no actuar en las situaciones sociales. Matt esconde un secreto, Jamie lo nota por la forma en la que sus pupilas tiemblan por momentos y su sonrisa se tensa cada pocos segundos.

—Jamie—repite Matt con una sonrisa desafiante, James gruñe desde su asiento— ¿Qué hace un joven tan apuesto en esta absoluta soledad?

—No estoy solo—Responde James con el semblante serio—Tu irritante persona me hace compañía.

El rostro de Matt se tiñe de confusión pero este vuelve rápidamente a su usual semblante despreocupado.

James se siente en la obligación de aclararle al chico que solo bromeaba. La vulnerabilidad de Matt prácticamente se derrama fuera de él, sus ojos verdes parecen aclararse y volverse cristal al sentirse rechazado.

—Solo bromeaba… Quiero decir… Eres irritante pero no quiero que…—James se interrumpe sin saber cómo terminar la frase.

—No quieres que me vaya—. Termina Matt por él mientras levanta la mano.

Una mujer se acerca sin muchas ganas. Toma la orden de Matt y se aleja sin voltear ni una sola vez. Tiene el cabello negro hasta la cintura y los ojos de un frio azul oscuro que los hacen parecer dos portales al fondo del oceano.

James estira un brazo tratando de llamar a la chica de nuevo. Sus ojos estaban vacíos y su rostro era una lucha de odio hacia sí misma y hacia el mundo. Matt lo detiene y niega de forma cansada.

—Dejala— Susurra Matt—. Mirar mal a los clientes es la única forma que tiene de desahogarse, si la tratas bien se sentirá culpable, se echara a llorar y me tirara el té a la cabeza.

—¿La conoces?— Pregunta James.

—Más de lo que quisiéramos…

James lo sigue mirando, sus labios fruncidos exigen más respuestas pero sus ojos no están seguros de querer saber que pueden quitarle el brillo a una chica tan joven y bella.

—Se llama Anne, tenía otro nombre antes pero se deshizo de él cuando huyó de casa.

—¿Por qué huyó?

—Para no deshonrar a su familia. Su abuelo la hubiera repudiado, por consiguiente Gabriel, su padre, también lo hubiera hecho.—respondió Matt con amargura.—Su madre jamás le hubiera perdonado a ese hombre el rechazo hacia su hija así que lo habría abandonado…Gabriel no conoce un mundo sin su esposa y no habría querido conocerlo tampoco.

James lo mira sin producir ruido alguno. Sus manos tiemblan y sus ojos evitan encontrarse con los de Matt

—¿Qué podría haber hecho?...—Pregunta James.

—No es algo que yo pueda revelar. Solo te puedo decir que Cecily, su madre, también huyó de casa cuando era joven y así conoció a su marido—Matt no lo mira mientras responde, su voz es monótona y sus ojos parecen estar mirando algo muy lejano.

—¿Por qué huyó su madre?

—Buscaba su corazón—Responde Matt con una sonrisa—Buscaba a su hermano.

Anne se acerca a la mesa y le guiña con un ojo a Matt, su rostro sigue siendo de piedra pero una pequeña chispa parece encenderse en ella cuando mira a Matt.

—Engendro libertino, aquí tienes tu té—. Dice Anne con una sonrisa ladeada.

Matt frunce los labios y emite un sonido lastimero. En sus ojos baila el fuego del infierno, así como James lo percibe. Estos se han oscurecido y lucen cafés, solo cuando la luz cae directamente sobre ellos es cuando los destellos verdes aparecen.

—Annie… ¿Me traes mi…

—No, toma tu té.

Anne se aleja con una pequeña sonrisa. James se siente aliviado al notar que ella al menos puede sonreír.

Matt mueve su té sin ganas. El sol empieza a ocultarse afuera del local y la gente pasa con mayor frecuencia por la banqueta. Mujeres con bellos vestidos y hombres de traje y sombrero. El cielo gris de Londres parece un enorme techo que cubre a sus ciudadanos del mundo exterior. Matt quiere cubrirse de sí mismo, quiere olvidar quien es solo por un día y quiere olvidar quien es James. Tal vez en otra vida… Tal vez en alguna otra realidad.

—¿Qué me dices de ti?—Pregunta James.

—Mi historia es mucho más aburrida que la de Anne. Incluso en la tragedia ella me sobrepasa...—Se quejó Matt con dramatismo.

—Mi hermana escribe historias, le puedes decir Luce. Ella sabe que no existe ninguna historia mala, simplemente no todas son contadas de la manera correcta. — Dice James. Sus ojos se iluminan al mencionar a su hermana.

—¿Cómo es ella? ¿Luce? ¿Se parece a ti?—pregunta Matt con la barbilla apoyada en su mano.

—No, ella es como madre. Madre se llama Tessa. Ella y mi hermana son castañas, son dulces, encantadoras, tienen ojos muy bonitos y siempre saben qué decir. — Responde James con cariño.

Matt le sonríe, hay palabras que luchan por salir pero él las mantiene a raya. No puede hacer lo que desea y asustar a James.

Los ojos del rubio viajan por el rostro de Jamie. Se detienen en sus labios y regresan a sus ojos. Lo ha visto en otras ocasiones en la misma cafetería, sabe cómo es su madre, como es su padre y como es su hermana. Solo ha preguntado para no ser descubierto. Matt sabe que la familia de Jamie tiene un atractivo incomparable, sabe que la tal “Luce” escribe en el parque cerca a su casa, sabe que James lee junto a su hermana y que mira con odio a cualquier joven que se acerque demasiado a ella y sabe que Tessa trabaja como decoradora de casas.

Matt conoce muchas cosas acerca de James y está seguro de que ambos podrían haber tenido una bella amistad de no haber sido por Matt. Matt no es bueno, su corazón no es como debería ser, Matt siempre lo supo. Cuando era pequeño su hermano, Charles, le había dicho que no podía ser tan frágil, que el mundo lo rompería. Matilde, su hermanita, es la única que ha nacido bien. Matilde es fuerte, inteligente, hermosa y talentosa, ella es su vida, su razón de ser. Matilde es la única que no lo juzga, que lo quiere a pesar de sus defectos.

Matt le sonríe a James, el pelinegro está hablando de su familia. Sus ojos se agrandan y parecen estar hechos de oro fundido. Le sonríe de vuelta, mide sus palabras pero cada vez le cuesta más ser juicioso con lo que dice, quiere hablarle a ese chico de todo, quiere contarle sus problemas y quiere reír y olvidarlo todo.

Matt asiente y escucha con detenimiento. Su corazón late con desenfreno. Él lo sabe. Sabe que todo en él está mal, que la forma en la que reacciona su cuerpo ante la voz de James no es normal, que el cariño que siente hacia ese muchacho no es del todo correcto.

Su corazón está demasiado expuesto, lo ha estado siempre. Siente las cosas con demasiada fuerza, las heridas siempre son profundas y los golpes pueden romperlo sin importar la intensidad.

—...Mi padre también es escritor pero sus libros no pueden ser leídos por todos. Además la mayoría del tiempo escribe sátiras bastante subidas de tono. A Cordelia le encantan—. James sonríe mientras habla de su padre.

Matt, a diferencia de Jamie, borra su sonrisa al escuchar el nombre de la futura esposa de James. Matt la conoce, está seguro de que se llevaría muy bien con ella de no ser por las circunstancias. Cordelia es preciosa, su largo cabello rojo parece fuego derramandose por sus hombros, su piel es del color de la canela y sus ojos son tan negros como el cabello de Jamie. Están hechos el uno para el otro, los dos se aman y eso asesina a Matt lentamente. Matt siente que se cae a pedazos cuando recuerda que él no debe amar a James, que su vida está mal. Tal vez algun dia la gente como él pueda ser feliz, tal vez algun dia la gente como él pueda soñar con un corazón que no necesite traicionarse a sí mismo para poder seguir latiendo con tranquilidad.

—Jamie…¿Eres feliz?—pregunta Matt con súbita intensidad.

—...Por supuesto, ¿por qué no lo sería?—Responde James un poco confundido.

—Es mi deber preocuparme por mis amigos, Jamie.

James frunce el ceño pero no puede evitar que se le escape una sonrisa.

—Gracias por preocuparte Matt. Creo que tengo que irme, Cordelia me espera y no deseo llegar tarde—. James se despide, su sonrisa no se atenúa ni un poco.

Matt, por otro lado, sabe que la luz se apagará en el momento en el que James salga de la cafetería. El ya no lo intentará más, debe superar a James y si debe de vivir en su imaginación a partir de ese día, lo hará. James se casará, James nunca lo amará. Tal vez en otra vida ellos podrían haber sido felices, quizá como amigos. Quizá James lo habría podido conocer mejor, quizá lo habría entendido, quizá él se habría podido enamorar de alguna otra persona.

“En otra vida podríamos haber sido felices”, quiere decirle Matt a Jamie. “En otra vida tú conocerías mi alma tan bien como yo conozco la tuya y tal vez, solo tal vez, me amarías”.

James se levanta y se despide con un movimiento de cabeza. Se acerca a la puerta y se vuelve para mirar a Matt una vez más y sonreírle con cariño. No olvidará a ese chico pero hay algo que no termina de cuadrar. Aún nota el secreto oculto en los ojos de Matt.

Jamie regresa sobre sus pasos y se detiene frente a Matt. El rubio lo mira confundido y sus ojos se agrandan desmesuradamente cuando Jamie lo abraza. “Todo está bien, gracias.”, susurra James con una sonrisa. Después camina otra vez a la salida y sale con paso despreocupado.

Matt se queda mirando la puerta del establecimiento. Anne se acerca a él y se sienta a su costado.

—¿Estás bien?—pregunta la chica mientras retuerce su largo cabello entre sus dedos.

Matt niega y seca las lágrimas que caen tercamente por sus mejillas.

—Hiciste lo que podías, Matt—Susurra Anne.

—Anna…¿algún día estaremos bien?—Matthew dice el nombre de su amiga con el cuidado de alguien que sostiene una frágil joya en sus manos.

—No lo se Matthew…—Anna dice el nombre de su amigo con menos cuidado. Ella se aferra a el y lo vuelve suyo sin aprisionarlo.

Ambos chicos se apoyan en el otro. Anna jala su cabello irritada y resopla con fastidio.

—Cortaré esto apenas pueda — .Dice Anna molesta— Estoy harta.

Matt se ríe entre las lágrimas y abraza a su amiga.

8 Mai 2022 01:50 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

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Jiyeon Min 𝓑𝓣𝓢 ᴀʀᴍʏ, ᴍᴏᴀ, ɴᴇᴠɪᴇ, ʟᴜᴠɪᴇ 𝘉𝘢𝘯𝘨𝘤𝘩𝘢𝘯 𝘴𝘵𝘢𝘯, 𝘠𝘦𝘫𝘪 𝘴𝘵𝘢𝘯, 𝘓𝘦𝘦 𝘴𝘪𝘴𝘵𝘦𝘳𝘴 𝘴𝘵𝘢𝘯 Ⓔⓛⓛⓐ /Ⓔⓛⓛⓧ

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