dorthes Susana Martínez

La mujer abre los ojos lentamente y se levanta con dificultad. Parece ser que hoy es una de esas noches, pero Netossa está preparada para cualquier situación. Noches de no dormir, de consolar a su esposa mientras su camiseta se llenaba de lágrimas, mañanas de irritabilidad; todo eso es irrelevante si es capaz de hacer que al día siguiente la sonrisa aparezca en la cara de Spinnerella. Netossa/Spinnerella


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#lgbt #spinnetossa #she-ra #Spinnerella #Netossa
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Otra vez él

«Ahora una cucharadita de miel y… ¡listo!»

Netossa remueve la manzanilla con una cucharilla y, con cuidado para no derramarla del vaso, se dirige a su habitación. Menos mal que habían engrasado las bisagras de la puerta hace poco; quería despertar a Spinnerella de forma delicada y no con un desagradable chirrido.

La princesa deja el vaso encima de la mesilla y mira con lástima a su esposa. Allí se encontraba, sudando y revolviéndose; vestigio del chip que ese maldito instaló en su cuello.

Netossa extiende la mano para despertarla, pero…

—¡NO! ¡No! Por favor, no…

Un alarido resuena por toda la casa.

—… ¿Spinny?

La mujer abre los ojos lentamente y se levanta con dificultad. Parece ser que hoy es una de esas noches, pero Netossa está preparada para cualquier situación. Noches de no dormir, de consolar a su esposa mientras su camiseta se llenaba de lágrimas, mañanas de irritabilidad; todo eso es irrelevante si es capaz de hacer que al día siguiente la sonrisa aparezca en la cara de Spinnerella.

—Otra vez él… «Regocijaos en la luz del Amo, él purificará vuestros corazones…» ¡No puedo más! —dice al borde de las lágrimas.

—Tranquila, cariño, estoy aquí. Mira, te he hecho tu infusión preferida.

Mientras Spinnerella se toma la manzanilla a sorbitos, Netossa le acaricia la espalda. Después de un rato, aparta el vaso.

—Te he preparado un baño con agua tibia, ¿quieres que te ayude?

Cuando Spinnerella asiente, Netossa no duda ni un segundo en llevarla en volandas hasta el baño.

***

Mientras Spinnerella se relaja en la bañera, Netossa aprovecha para cambiar las sábanas de la cama. ¿Qué temperatura hace fuera…? Sí, se puede ventilar un poco. Aire fresco del campo, pero con cuidado, no se vayan a volar los papeles de la mesa. Sus reinos serán pequeños, pero aun así hay que hacer el papeleo. De eso no se libran, no. Vale, los perros han… no va a ser aire fresco del campo. Bueno, eso se arregla con un poquito de ambientador.

Ya ha pasado cuarto de hora desde que Spinnerella ha entrado en la bañera, así que Netossa llama a la puerta (sí, se puede) y la abre. Ahí está la mujer de su vida, envuelta en un albornoz morado y secándose el cabello. Netossa la abraza por la espalda y le da un beso en la mejilla.

—¿Te encuentras mejor? —pregunta Netossa

—Mucho —contesta Spinnerella mientras le acaricia los nudillos—. Pero me da rabia haberte fastidiado el cumpleaños.

«¡Ahí va, es verdad, si es mi cumpleaños!» piensa Netossa.

Tampoco le da más tiempo a perderse en sus pensamientos, porque Spinnerella empieza a caminar, decidida (y arrastrando a Netossa consigo), hacia la cocina. Allí abre el frigorífico de un tirón y mira orgullosa a la tarta de manzana que había hecho a escondidas durante toda la tarde. Netossa se descuelga de Spinnerella y extiende lentamente los brazos hacia su tesoro. Tan majestuosa y brillante… probablemente por la capa de mermelada que cubre los pedazos de manzana en la capa superior.

—¡Feliz cumpleaños, cariño! Espero que sea suficiente para compensar lo de esta noche…

Netossa, que ya ha emplatado un pedazo de tarta y estaba a punto de introducir el tenedor por segunda vez en el manjar, solo puede decir de forma muy elocuente:

—¿Eh? —Reiniciando los sistemas, espere un momento…— Ah, bueno, no hay nada que compensar, ya sabes que yo estoy ahí siempre para ayudarte y apoyarte en la salud y en la enfermedad y… ¿Qué lleva esta tarta? Es la mejor que he comido en mi vida.

—Eso es un secreto. Y si te ha gustado, eso significa que vamos 11-9 en tartas que nos han alucinado. Gano yo, por supuesto.

Oh.

Oh.

A lo mejor el «oh» en cursiva es demasiado dramático, ¡pero la situación lo requiere!

—La tarta quemada no cuenta, las instrucciones estaban mal escritas —se queja Netossa mientras se mete otro pedazo de tarta en la boca.

—Ah, se siente —dice Spinnerella. Acto seguido, le da un besito en la nariz a Netossa—. Si te sirve de consuelo, el resto de las tartas estaban muy ricas.

Cuando Netossa termina su pedazo de tarta, la pareja vuelve a la cama.

—Cuando se haga de día celebramos tu cumpleaños en condiciones junto al resto de la Alianza.

—Es verdad, que van a venir los niños a vernos.

—¡No son niños! Mermista y Sea Hawk acaban de tener un bebé precioso.

—Bah, para mí siempre serán los niños, sobre todo Frosta.

Y después de hablar de un poco de todo y nada a la vez, un besito y a dormir.

13 Avril 2022 00:00 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

A propos de l’auteur

Susana Martínez Estoy investigando esta cosa. Vuelva más tarde para ver una bio más currada.

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