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Era una noche fría como todas en invierno, pero eso no evitaba que Jimin se encontrara admirando las estrellas en la azotea del edificio ignorando por completo el hielo a su alrededor.


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#bts #yoonmin #jimin #suga #yoongi
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Frío y Calidez

Era una noche fría como todas en invierno, pero eso no evitaba que Jimin se encontrara admirando las estrellas en la azotea del edificio ignorando por completo el hielo a su alrededor.

El frío no podía compararse con el torbellino de pensamientos que lo mantenían despierto, ya había estado una hora en su cama tratando de conciliar el sueño y al verlo imposible quiso tomar aire, aunque este fuese helado, no importaba, necesitaba preocuparse por algo más fácil de lidiar que sus propios pensamientos.

A simple vista nadie podría adivinar la razón de su desvelo, como siempre una expresión de tranquilidad y hasta “alegría” se reflejaba en su rostro, más sus ojos estaban ligeramente más oscuros de lo habitual, esa energía y vitalidad que estaba acostumbrado a demostrar se había agotado durante el transcurso del día dejando sólo el vacío que era su alma en momentos como ese.

Momentos en los que las heridas parecen abrirse.

Sus inseguridades comienzan a ahogarlo.

Y las lágrimas ceden ante el dolor.

El vocalista se abraza a sí mismo al sentir como el frío se hace aún más pesado obligándolo a refugiarse en la delgada ropa que lo viste, sabe muy bien que podría ir a abrigarse, lo sabe, pero no quiere hacerlo porque él salió para poder sentir ese frío en su piel, necesita sentir como el hielo congela sus huesos y su sangre llegando lentamente hasta su corazón… quizás puede doler al principio, como todo siempre duele pero ese dolor es resistible, le ayuda a olvidar lo demás, a olvidar que tiene de pensar, que tiene que volver a llorar.

Porque Jimin no puede ser siempre el chico alegre y sin preocupaciones, él también tiene esos momentos de tristeza, en el que el mundo no es de color y sólo hay gris a su alrededor, que la calidez se pierde dejándole sólo ese frío invernal, ahogándolo, cegándolo, recordándole todas esas heridas sin cicatrizar que continúan lastimándolo en silencio, pero… ¿cómo puedes sanar una herida si no se le ha dado el tiempo de sangrar? ¿Cómo puedes borrar las lágrimas que aun no has podido derramar?

Jimin cierra sus ojos con fuerza deseando que el dolor pronto se congele, se siente cansado, agotado de sentir lo mismo una y otra vez, se supone que él debe de ser fuerte, ser un chico rebelde que se enfrenta a la sociedad y la adversidad, luchando, resistiendo, entonces, ¿por qué continúa sintiéndose de esa manera?

Tan frágil.

Tan inseguro.

“Tan solo…”

El frío cae con más fuerza sobre él, aplastándolo, recordándole que también puede causar dolor, haciendo a sus dientes castañear a un son sin ritmo y que el poco calor que posee empiece a escapar de sus labios en forma de un débil vaho transparente. Jimin se abraza a sí mismo tratando de mantener el calor, de consolarse, de no dejarse arrastrar una vez más por la tristeza, porque ya no quiere estar triste, ya no quiere llorar.

Ojalá el frío desapareciera.

Y entonces como por arte de magia este disminuyó, aunque Jimin siga vistiendo la misma delgada ropa y que el clima esté igual de frío, una inusual sensación de calidez cubrió su cuerpo, por lo que sin comprender el vocalista voltea buscando una explicación a ese cambio de temperatura, encontrándose entonces con la expresión de Suga que lo mira con una ceja arqueada y sus brazos cruzados sobre su pecho.

El menor siente la necesidad de decir algo pero antes de poder siquiera pensar en algún tipo de explicación, la expresión de YoonGi se suaviza mostrando una ligera sonrisa de cariño.


“Está helando”


Murmura el rapero con su profunda voz provocando un leve estremecimiento en el interior del vocalista quien se limita a asentir en silencio, viendo como entonces su amigo amplía un poco más su sonrisa para luego sentarse junto a él, tan cerca como para poder tocarlo pero aun así sin llegar a hacerlo.


Jimin desde hace tiempo se pregunta si acaso su hyung lo espía o lo sigue sin que se dé cuenta, porque siempre que lograba escaparse del departamento para tener esos momentos de soledad el mayor no tardaba en encontrarlo, sin importar si salía a la azotea o se encerrara en algún salón desocupado, de alguna u otra forma el rapero siempre llegaba a su lado quedándose junto a él.


Porque no basta sólo con encontrarlo, no, Suga se queda ahí a su lado hasta que regrese a su habitación.


Sin importar si es tarde o de madrugada, si está lloviendo o hace un frío invernal, YoonGi nunca lo dejaba, y aunque todo eso ya era incomprensible para el vocalista, lo más extraño ciertamente es que el mayor nunca hablaba, sólo lo saludaba con algún comentario trivial como el anterior y luego se quedaba en silencio, nada más, sólo eso, se quedaba ahí inmóvil a su lado sin pronunciar palabra alguna, ningún regaño por salir a altas horas de la noche, sin quejarse por la temperatura y sin pedir explicaciones por la obvia tristeza de sus ojos cristalinos, inclusive hubo una ocasión en que Jimin se encontraba en medio de un llanto y lo único que Suga dijo fue “la luna es hermosa” para luego acariciar con suavidad su espalda.


Sólo hacía eso.


Quedarse ahí con él y nada más.


Sin palabras de aliento, sin consuelo, sin preguntas y sin respuestas, sólo YoonGi y su calidez.


Aunque Jimin se empeñara en escapar y esconderse, YoonGi siempre lo encontraba.


Aunque Jimin estuviera al borde del llanto, YoonGi no lo cuestionaba.


Estaba ahí, sin pedir algo a cambio y poco a poco Jimin se dio cuenta de que esa calidez podía llegar a doler mucho más que el frío a su alrededor.


Dolía porque se sentía tan bien que le aterraba el acostumbrarse a eso, Jimin quería frío, buscaba el frío que significaba la soledad pero contrario a sus deseos el rapero llegaba a romper su pequeño paraíso artificial, abrigándolo con esa calidez propia de él, obligándolo a sentirse acompañado, protegido, querido… y Jimin no quería sentir todas esas cosas porque sabía que terminaría aferrándose al mayor, terminaría atesorando esa compañía y deseándola con más frecuencia.


Empezaría a escapar no sólo para llorar, sino que para ser consolado.


Escaparía no sólo para estar solo, sino que para ser encontrado.


Finalmente Jimin escaparía sólo para que YoonGi lo alcanzara.


Y tenía miedo de acostumbrarse a esa hermosa rutina.


Porque si se aferraba a su amigo, si efectivamente terminaba aferrándose a la compañía del mayor, ¿qué ocurriría cuando tuvieran que separarse?


Cuando pierda esos preciosos segundos que le regalaba el rapero quedándose a su lado, cuando pierda esa calidez que lo regocija en silencio, esa ligera sonrisa de cariño y a esos hermosos ojos que son aún más brillantes que las estrellas que antes estaba contemplando.


Eres un cursi Jimin.


Murmura su conciencia al mismo tiempo que baja su mirada a sus manos, comenzando a presionarlas entre ellas, eran extraños, inquietantes y también aterradores la cantidad de pensamientos que llegaban a su mente cuando del rapero se trataba, porque aunque no se atreviera a decirlo en voz alta Suga era el responsable de la mayoría de sus cavilaciones sin sentido y también de sus recurrentes temores.


El temor, por ejemplo, de no ser lo suficientemente bueno, de no poder seguir el ritmo y ser dejado atrás.


De que YoonGi lo deje atrás…


Jimin siente su pecho contraerse ante aquel pensamiento, no puede, no puede ser apartado y quedarse solo, no puede quedarse sin Suga, porque aunque insista en ocultarlo y le cueste un poco admitirlo, YoonGi se ha convertido en alguien indispensable en su vida como para que se lo arrebaten, porque aunque no lo consuele, el rapero es quien le ayuda a desahogar toda esa tristeza que mantiene contenida en su interior, porque aunque sus heridas no sangren parecen cicatrizar con el mayor a su lado. Suga es la razón por la que puede seguir sonriendo con honestidad sin forzarse a fingir, es su fuerza, es su apoyo, aun sin decirlo Suga es muchas cosas para él y por ello a Jimin le aterra perderlo, que se aleje de él y no poder hacer algo para evitarlo.


Porque ese sería el peor frío que podría existir.


El frío que trae la ausencia de alguien especial.


Jimin muerde su labio inferior alzando esta vez su mirada hacia el rapero, le inquieta lo que oculta el mayor en su mente, lo que piensa de él al escabullirse a altas horas de la noche a llorar, ¿acaso Suga sospecha que formaba parte de sus temores?


Por supuesto que no.


No hay forma de que Suga lo sepa.


Ni siquiera Jimin es capaz de entenderlo por completo, descubrir la razón de esa inseguridad que lo aqueja al pensar en un futuro sin el rapero, esa tristeza que presiona su pecho ante el dolor de la posible separación.


Porque nada ata a Suga a él.


Aunque él se sienta atado al mayor.


El rapero es demasiado importante para él, desde hace tiempo y por muchas razones, pero Jimin… él no se cree tan importante para el rapero, con Suga la relación nunca ha sido tan estrecha, son miembros del mismo grupo, quizás hasta amigos, el cariño existe pero ese cariño es el mismo con los demás chicos, entonces… teniendo una relación tan superficial es fácil para el mayor dejarlo atrás, ¿no es así?


¿No es así?


Los dientes presionan con más fuerza el labio inferior casi rasgando la piel ante aquella pregunta, si YoonGi y él no tienen una relación tan estrecha entonces ninguno de los dos le debe algo al otro, pero… ¿por qué el corazón de Jimin sigue oprimiéndose ante la posibilidad de perderlo? Y… ¿por qué YoonGi se mantiene ahí a su lado cuando nadie más lo hace?


¿Por qué?


YoonGi de pronto se siente observado y de reojo nota como su acompañante mantiene la mirada fija en él, como analizándolo, admirándolo, dedicándole una mirada tan nueva y extraña que remueve algo en su interior.


“¿Ocurre algo?”


Pregunta con tranquilidad viendo como el vocalista desvía la mirada en cuanto le habla y esa es una reacción extraña, pocas veces el menor rehúye de sus miradas cuando están a solas, ve como el vocalista abre y cierra su boca como si no tuviese voz para hablar.


“Dime Jimin”


Lo anima sonriendo, notando como ahora las mejillas del otro se encienden levemente.


“No me dejarás, ¿verdad?”


La voz del vocalista suena débil, casi lastimada lo que hace al rapero fruncir su ceño, sin creer que su amigo pregunte aquello, sin poder explicarse de dónde es que nace tal preocupación.


“Nunca”


La respuesta es firme y espontánea, sin dejar lugar a dudas, porque es así, la siente así, Suga sabe que no miente.


“¿Lo prometes?”

“Lo juro”


Jimin quiere protestar, negarse a creer en las palabras del mayor pero no puede porque los ojos de su amigo le piden que crea en él, aún sin volver a decirlo, la mirada de YoonGi le prometen que no lo dejará, que no se apartará, que aunque en algún momento le den a escoger dos caminos él siempre escogerá el que esté a su lado.


Y esa promesa sigue siendo tan hermosa como aterradora.


“Te quiero Jimin…”


Agrega de la nada sin siquiera molestarse en mirar al otro, en vez de eso mantiene su mirada fija en las estrellas, contándolas en silencio como solía hacerlo todas las noches cuando subía a la azotea para acompañar a su dongsaeng, finalmente el contar las estrellas parecía ser un pasatiempo tan infinito como el consolar el silencioso dolor del vocalista.


“No sé si me creas…”, continuó, “…no sé si te importe, pero te quiero más de lo que puedes imaginar y por eso no te dejaré ni tampoco permitiré que tú te apartes, te perseguiré, te buscaré y te encontraré cuantas veces sean necesarias”. Suspira. “Sinceramente no soy bueno en esto de consolar, no sé qué decir en este tipo de situaciones pero tengo la pequeña esperanza de que sepas leer entrelineas como para entender mis palabras… ver a través de esta máscara que uso día a día frente a ti y a los demás.”


Jimin sabía de máscaras, las conoce todas ya que se las habían presentado justo antes de debutar, son parte de la actuación de ser idol, se supone que son parte de su “imagen” y aun así sabe que ninguno de los integrantes de BTS las utiliza, nunca les han sido necesarias porque todos son genuinos frente a los demás, la tristeza, la impotencia, el enfado y la alegría todo se reflejaba con total honestidad, ese es su encanto, el de los siete, hasta él nunca pudo usar una de las máscaras que le ofrecieron, porque una sonrisa duele aún más cuando tiene que ser fingida, por ello escapa en las noches para llorar, porque así puede sonreír durante el día sin sentirse un mentiroso. Por eso, al conocer de máscaras sabe que el mayor tampoco las utiliza, no, por supuesto que no, YoonGi es uno de los integrantes que menos ocultan sus emociones, puedes ver todo lo que siente sólo mirando su rostro, ese chico es totalmente transparente aunque insista en ocultarlo.


“Tú no puedes usar máscaras hyung, no te queda”


Eso suena casi a burla y YoonGi podría sentirse ofendido si no fuera por la tímida sonrisa que se dibuja en los labios del vocalista.


“Soy un actor en potencia, ¿acaso no lo sabías?”

“No estoy diciendo que no puedes actuar, es sólo que no te puedes ocultar, eres… transparente”

“No es verdad”

“Lo es”

“Bueno, si soy tan transparente, ¿qué se supone que estoy pensando ahora?”


YoonGi se voltea sentándose mirando directamente hacia el menor, casi viéndose reflejado en los ojos ajenos, mientras que Jimin siente como un agradable calor se entibia sus mejillas ante la profunda mirada frente a él. Puede ver algo en los ojos contrarios pero no sabe que es, no reconoce ese brillo, la verdad nunca lo había notado antes.


“Que… ¿tienes sueño?”


Una limpia y perfecta carcajada escapa de los labios del rapero al mismo tiempo que las mejillas del vocalista vuelven a encenderse y una vez más, como desde hace tiempo, la palabra “adorable” cruza la mente de Suga al ver al otro hacer un puchero.


“No te burles hyung”

“No me burlo, es sólo que no me esperaba eso”. Sonríe. “Tienes razón, sí, tengo sueño así que… ¿qué te parece si regresamos al departamento?”

“Pero…”


Jimin tiembla por la idea de regresar, ¿qué hará sin el frío a su alrededor? ¿Acaso tendrá que llorar en su cama una vez más? Cuando sienta el peso de sus pensamientos e inseguridades aplastarlo sin darle descanso.


“No es necesario que pienses, sólo duerme, yo estaré ahí contigo para no dejarte llorar”

“P-Pero… ¿cómo…?”

“Si yo soy transparente, tú eres cristalino Jiminnie”. Suaviza su sonrisa. “Vamos a la cama, hoy dormirás conmigo”


Las mejillas de Jimin enrojecen aun más ante esa afirmación y antes de poder quejarse o reclamar, el rapero ya lo está arrastrando en dirección al departamento, sujetando su mano con fuerza y haciendo que el frío desaparezca en un segundo.


La calidez de YoonGi es abrasadora, casi puede sentir que le quema y aun así el menor se deja quemar, porque cree que ese calor es capaz de derretir el hielo en su corazón, permitiéndole ver que lo que necesita para recuperarse no es un frío que congele sus heridas, sino una calidez que las cicatrice.


YoonGi puede ser esa calidez que necesita.


Y aunque aún le aterra… aunque aún duela la posibilidad de una futura separación, Jimin intentará aferrarse al mayor.


Porque tal y como YoonGi prometió que lo perseguiría, Jimin también puede perseguirlo.


Sin importar quién sea el que se aparte primero, ambos se perseguirán hasta encontrarse y estar juntos otra vez.

7 Avril 2022 23:36 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

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