"... ¿y... bien?"
Una mujer no tan alta estaba sentada en frente de un hombre que revisaba un trabajo encomendado para ella, se veía bonita, esas gafas opacaban la belleza de sus ojos verdes claro, su cabello negro sedoso era envidiable y un cutis perfecto sin duda alguna... era Tesla, la mujer tras el trabajo de LA PALABRA DEL SABIO, una novela extensa que cautivo a países completos e incluso tuvieron que traducirlo a otros idiomas, si eso parece poco sacaron muchas películas y series sobre la novela, al haber ocho libros consecutivos de esa novela había mucho material para producir un éxito, después de todo ella se dedicó a esa novela en cuerpo y alma.
"Mmm... ¿no te parece repetitivo?"
El hombre puso los papeles en la mesa.
"Hablaste sobre los principes de tu novela en todos tus libros y ahora quieres hablar del último... este, oeste, norte y... ¿sur?"
El tipo tocaba con sus dedos la mesa una y otra vez.
"Además el título, LA PALABRA DEL SABIO pierde relevancia mientras que es lo más importante, no sé que se te pasó por la cabeza cuando decidiste ponerle ese título si vas a hablar de PRINCIPES y magia y guerras y-"
"¿Sugiere que hable de alguien más?"
Ella estaba nerviosa.
"Mmm... podría ser... la perspectiva de un campesino, o que el nuevo protagonista de tu novela sea una mujer"
El hombre se arregló su cabello con su mano y con un suspiro siguió hablando.
"También quería hablar de usted... su nombre..."
"¿Yo?"
Ella estaba confundida.
"Te llamas Tesla ¿verdad? Pues bueno, el público piensa que eres... ya sabes, un hombre..."
"Ese nombre me lo pusieron mis padres, no puedo negarlo ni cambiarlo legalmente"
Tanto en la escuela, secundaria, preparatoria y universidad era el ojo de burla de todos, a las finales ella se acostumbró a esa burla.
"No digo cambiarte... solo usar un seudónimo"
El tipo seguía leyendo los papeles.
"Como Tatiana, Carmen, Karol, en fin... que se yo"
"Esos no son apodos..."
Ella miraba sus manos para evitar la tensión del ambiente.
"¿Tienes algún apodo?"
El joven bajó las ojas y la miró fijamente.
"Me dicen Tetris..."
Un apodo metafórico poco convencional.
"Pfff... ¡jajajajajajajajajajajaja!"
El tipo golpeaba la mesa repetidas veces mientras reía sin parar, al parecer era a la única persona que le daba gracia.
"Osea que... ¿video juegos? Jajajajaja no me hagas reír y para el colmo en tu resumen dice que el último principe se enamora de una campesina desconocida y... ¿van a ser felices? Jajajajajajajaja..."
Ella estaba molesta.
"Bien, me retiro"
Ella solo se levantó y se fue de la oficina del editor, ella trabajaba en una Editorial, aparte de hacer su novela revisaba las fallas ortográficas o la coherencia de las novelas.
"Ese payaso..."
Apretaba sus puños mientras recordaba lo que le decía el editor.
En eso un jovencito se acercó a ella, era James, un chico de apenas diecinueve años que empezó a trabajar allí, siempre que veía a Tesla era como un reseso sin haber sonado ninguna sirena.
"Tesla... ¿y bien? ¿Cómo te fue?"
Era atento con ella, comprensivo, sobreprotector pero... había algo extraño en esa relación de empleados.
"Estoy ocupada James... lo siento pero tengo mucho trabajo que hacer..."
Ella siempre lo evitaba de las mejores maneras posibles.
"Mientras te acompaño a tu oficina que te parece si hablo algo más"
Se veía inocente y juguetón.
"Dilo antes de que llegue a mi oficina James..."
Ella caminó más apresurada de lo normal.
"¡o- oye eso no vale!"
James trataba de alcanzarla.
"Todo vale en esta vida James... que tengas buen dí-"
James se puso delante de ella evitando el ingreso a su oficina.
"¿Qué te parece si vamos a comer juntos en la salida del trabajo? Tengo una sorpresa para ti-"
"Lo lamentó James, hoy llegan mis padres a mi casa y tengo que estar con ellos el resto del día"
Ella lo miraba fijamente a los ojos sin mostrar alguna emoción.
"B- bueno... ¡pero no me rendiré, tendré una cita contigo!"
Se fue corriendo como un niño, era gracioso y mostraba ternura apesar de medir un metro ochenta.
Tesla entró a su oficina y cerró la puerta.
"¡es muy lindo, no lo puedo creer, quiere una cita conmigo!"
Después de decir eso la cara de Tesla cambió rápidamente a una incómoda y estresada mirada.
"Pero sé como eres en verdad James..."
Ella sabía bien que solo era una faceta de James y que su verdadera actitud era dominar y ser agresivo, ella aún recordaba aquella laptop que le robaron a James.
HACE UN AÑO:
"Me robaron... mi laptop... ¡me la robaron Tesla!"
James lloraba como un niño, era de esperarse... apenas cumplía dieciocho.
"Awwww pobre James... ven aquí..."
Tesla le daba un abrazo.
"Vas a estar bien..."
Ella acariciaba la cabeza de James, era gracioso ver a una mujer de veintinueve años con un joven de dieciocho.
"Tesla... me costó un dineral... mi vida se arruinó..."
James estaba llorando en el suelo, movía sus extremidades pareciendo a un puchero de un niño malcriado.
Tesla había recibido una llamada.
"¿E? ¡mamá, cómo has estado te extrañe mucho...! ¡voy de inmediato a la casa!"
Tesla se había despedido de James para ir a su casa, ya estando ahí... sacó una laptop.
"Es la laptop de James..."
Ella lo había robado, al saber algunas cosas de informática, anuló todas las opciones para localizar el dispositivo, incluso las cuentas que tenía en esa laptop fueron anuladas para conectarse a un servicio privado de la laptop, Tesla era una loca obsesionada con James.
"Si tiene fotos mías es por que me ama y si no... le devolveré la laptop"
Lo decía mientras seguía teniendo una sonrisa.
"Que fácil se creyó lo de la llamada"
Apesar de ser alguien bonita, ningún hombre le había dado tanto afecto como James.
"¡si hay una foto mía que no le haya pasado me declararé a él!"
A pesar de su edad, pensaba como una adolescente enamoradiza.
"..."
Pero lo que vio en aquella laptop simplemente convirtió ese amor inocente en... asco y repulsión absoluta, fue extraño que bastara con tan solo siete segundos revisando la laptop para que su amor se desvaneciera.
Anam Pukky
