La Resistencia avanzaba entre lo que antes fue un lote de estacionamiento, ahora convertido en un pantano profundo, con árboles grandes y cientos de lianas, entre los alrededores nadaban cocodrilos, Emile era el miembro de reconocimiento, armado con un AS Val, Subfusil soviético creado en La Armería, estos tenían la misión de estudiar el terreno para proceder con una avanzada militarizada e invadir un fuerte del D.U.P, el cual estaba estacionado en una ciudad tribal.
Era de noche, por lo que aprovecharon la oscuridad para avanzar entre las ruinas.
Llegaron a una gran cornisa, desde allí se podía apreciar el pueblo tribal, con casas del viejo mundo decoradas con toques tribales, tenían una extensa granja, este poblado les pertenecía al pueblo de Majrret , mientras que el D.U.P había creado un fuerte bastante grande y muy bien protegido, dividiendo el pueblo en dos, y separando a las familias tribales, las que se encontraban en el lado del D.U.P, eran puestas en "Cuarentena", según ellos. Sin embargo lo que en realidad hacían era prohibirles las salidas mediante vallas, las cuales rodeaban la mitad de la ciudad, sin permitirles pasearse libremente por el Fuerte, hacían esto para que en caso de un ataque, el enemigo se viera forzado a no bombardear, y enviar tropas a pie.
Como una especie de escudo Humano.
Emile portaba un Tracksuit raído, con un arnés Chicom con una mochila de hidratación en la espalda, al igual que un chaleco antibalas por debajo del arnés para proteger de los impactos, y una mochila en la cintura trasera.
Este portaba un casco M1 de imitación, fabricados en la Armería hechos a partir de aleaciones de acero por parte de acorazados capturados y desguazados.
Llevaba puesto unas zapatillas atléticas sucias, pero que le servían para las misiones de sigilo por el hecho de que cada paso que daba era casi imperceptible.
Estando en la cornisa, pudieron estudiar el terreno, él y otros cuatro más del grupo de quince, se separaron hacia una roca un poco más alta, la cual les permitiría ver más el interior.
El fuerte era una especie de Oasis de menor tamaño, y muy bien fortificado.
Estos treparon la roca, y desde allí procedieron a hacer un reconocimiento.
Estas misiones por lo general tardaban días en completarse, principalmente por la poca tecnología de la Resistencia durante ese tiempo.
Estos observaron como un nativo comenzaba a iniciar un pequeño altercado contra unos sargentos del D.U.P, estos estaban armados con fusiles de asalto de pesado calibre, mientras que el nativo solamente tenía una revolver bastante vieja y dañada, con una munición muy mala, y el barril era bastante corto, este hablaba con los soldados, sin embargo estos no le entendían en lo absoluto, por lo que procedían a burlarse de él, y imitarle.
Tomándoselo a broma, sin embargo el nativo no estaba bromeando en lo absoluto, su forma de gritar era bastante seria, pues aparentemente estos soldados anteriormente habían abusado de su mujer e hijas, mientras que él se encontraba trabajando en las montañas, trayendo agua al pueblo.
Este se percató al llegar a su casa, cuando su mujer le terminó de contar la situación, este de inmediato fue a tomar su revólver, y amenazar a los soldados.
Emile no podía escuchar la conversación debido a la distancia, pero se pudo percatar de la situación pues este estaba observando desde una mira telescópica usada como catalejo.
—Hey...Mira a esos dos—Dijo Emile.
Este entonces le pasó la mira telescópica a uno de sus compañeros de equipo, este se llamaba Roland Prowell, y tenía alrededor de 47 y 52 años, era el mentor de Emile.
Roland era una persona bastante calmada, y eso lo hacía ser bastante temeroso y atosigante, pues exigía mucho de sus aprendices, y era cuestión de ellos cumplir con las expectativas de Roland, si no lo lograban, se largaban, no sin antes recibir un sermón terrible por parte de este.
Este media alrededor de 1.85, tenía el pelo largo y castaño, una barba poblada con un par de canas, y una cicatriz que recorría su ojo izquierdo, dejándolo tuerto, esta herida fue a raíz de un combate contra un Guàimó, que vendría a ser un Dragón de Komodo gigantesco y mutado, con garras lo suficientemente grandes como para arrancarle la espalda a cualquier persona.
La apariencia de estas criaturas es desagradable con solo verla, sin decir claro el Olor, pues debido a la Radiación emanada de los cráteres de la Tormenta, estas criaturas adaptaban no solo un hedor putrefacto gracias a la descomposición de la piel estando vivos, pero también por una bacteria que crece en la piel, la cual les da un tono amoratado.
—¿Cuánto tiempo más estaremos aquí?—Preguntó un miembro del pelotón, mientras hacía sus necesidades cerca de un árbol.
Este no escuchó ninguna respuesta, por lo que pensó que simplemente se habían dormido, o de lleno estaban haciendo algo en otro lado.
Este terminó de orinar, y mientras se subía la cremallera, un operador le sorprendió desde la espalda, tomándolo de la pierna izquierda, y el hombro, levantándolo por encima de su cabeza y estampándolo contra el suelo, rompiéndole el cuello.
Otros dos operadores más le rajaron la garganta a dos Rebeldes descansando, uno de ellos logró gritar, alertando a los demás.
—Mierda...—Dijo Emile.
Este se puso boca arriba, y tomó su AS Val, cerrojeándola.
Roland tomó su Ak 47 con Silenciador, colocándose de rodillas y apuntándole a la espesura del bosque detrás de ellos.
Los cuatro rebeldes que estaban echados entre la maleza, se percataron también, tomando sus subfusiles silenciados, mientras que el cuarto tomaba su rifle francotirador hecho a partir de chatarra y madera, utilizando una lata de aceite gruesa como silenciador.
Estos esperaron a que algo se asomara, o un simple ruido.
Pero cuando lograron percibir algo moverse, a Roland y Emile les colocaron a ambos un cuchillo en el cuello, mientras que a los otros cuatro rebeldes los asesinaron tres operadores, los cuales se materializaron de entre las penumbras.
Ambos rebeldes fueron apresados y encarcelados, llevándolos al fuerte, en donde también disponían de una prisión.
Las celdas eran de plasma, a diferencia de los barrotes, estas tenían un aura de energía azul, y eran prácticamente un muro.
Se podía ver a través para ambos lados, y era bastante eficiente pues era prácticamente imposible cruzar una de esas siendo un humano común y corriente.
Cuando los escoltaron hasta la Aldea, pudieron ver al mismo granjero, seguía allí, amenazando a los guardias, cuando de repente este amartilló la pistola, preparándose para dispararles, o eso quería dar a entender.
—¡Baja esa mierda ahora mismo!—Exclamó un Oficial del D.U.P, que apareció para supervisar el altercado.
Este comenzó a susurrarle a los guardias apostados en ese turno para después largarse.
El guardia alzó el rifle, y entonces procedió a cerrojearlo.
—¡Te dije que bajaras la pistola!—Exclamó—¡¿Qué parte no entiendes?!—
Este entonces abrió fuego deliberadamente contra el hombre, acribillándolo.
Y de entre unas casas, salieron sus hijas, una de ellas tenía 7 años, y la otra 5, al igual que su mujer.
Emile y Roland pudieron observar cómo tanto las niñas como la mujer, quebraban en llanto, encima del cadáver del hombre, el cual yacía con múltiples agujeros de bala en el torso, y acostado en un charco de sangre.
—Caminen—Dijo el Operador que les escoltaba, mientras los empujaba a ambos hacia la compuerta para acceder al fuerte.
Esta era bastante grande, por lo que esperaron un par de minutos para que se abriera lo suficiente como para acceder.
Del otro extremo salieron múltiples guardias muy bien armados, y un acorazado cargado con una ametralladora 90mm lista para matar a todo el que intentara entrar al sitio.
—¿Hounds?, ¿En serio?—Preguntó Emile.—¿Esperan a que estas personas los ataquen con blindajes tipo seis?—Añadió.
Los Hounds eran perros robóticos utilizados por el D.U.P, los cuales estaban fuertemente blindados, teniendo el mismo tipo de blindaje que un tanque, y una ametralladora de 12,7mm montada encima, estos tipos de vehículos eran controlados por una inteligencia artificial, por lo que podían fácilmente reconocer objetivos, amenazas potenciales, y diferenciar de entre civiles y enemigos. Al igual que reconocen si una persona se encuentra nerviosa o no, para posteriormente marcarla como potencial amenaza, y centrar la mayor parte de su atención en ella.
En algunas ocasiones esta inteligencia artificial fallaba en reconocer el temor de personas, principalmente con los niños, los cuales se suelen asustar demasiado al ver a soldados avanzar, por lo que estos al querer tomar algo de sus bolsillos, o del suelo, eran de inmediato reconocidos como amenazas, y sin previo aviso, les disparaban.
Estos accedieron al bloque de prisión, en donde se trataban a prisioneros de guerra, principalmente los rebeldes, y nativos tribales de la ciudad que intentaban sublevarse ante la llegada y posterior control totalitario.
Cuando accedieron a una celda, a ambos los juntaron con otras cuatro personas, de estas cuatro se encontraba una niña con lo que parecía ser su acompañante, un hombre bastante alto, y de apariencia familiar y dos prisioneros rebeldes.
A Emile y Roland los tiraron en la celda, estos cayeron al suelo con ambas manos esposadas en la espalda, lo que les complicó ponerse de pie.
Un prisionero le ayudó a Roland a ponerse de pie, mientras que El Sujeto le ayudó a Emile a ponerse de pie.
Cuando este lo hizo, Emile le miró a los ojos.
Eran de un portador, asemejándose a una galaxia en caos, con sus cuencas carbonizadas.
—Bienvenido a Holbach, el fuerte más asqueroso de esta corporación de mierda—Dijo un prisionero.
El Sujeto entonces extendió su mano, chasqueando sus dedos y señalando las esposas.
—Oh, ¿Las esposas?—Preguntó Emile.
Este entonces se dio la vuelta, mientras que el sujeto fundió el acero de estas, liberándolo, al caer las esposas, este último procedió a convertirlas en ascuas, las cuales volaron y chocaron con el campo de fuerza que bloqueaba la celda.
Este entonces liberó a Roland.
—Coloquen las manos atrás, cuando esos imbéciles entren saldremos de acá—Dijo El Sujeto.
Estos entonces se sentaron, con las manos atrás.
—Mi nombre es Thatch, soy ingeniero de la resistencia—Dijo un prisionero.
—Y mi nombre es Luca, se podría decir que soy el saboteador de la resistencia—Dijo el segundo prisionero.
—Yo me llamo Emile, y soy de la división de reconocimiento—Dijo este.
—Si, me di cuenta por tu parche—Dijo Thatch.
—¿Y tu anciano?—Preguntó Luca.
—Roland, Era Sub-Teniente de la división de Espectros—Dijo Este.
—¿Ex-Espectro?—Preguntó Thatch con su boca semi-abierta, y frunciendo el ceño.
Los Espectros fueron una subdivisión que existió hace mucho tiempo, esta desapareció debido a que los últimos espectros fallecieron en batalla, y los pocos que sobrevivieron se hicieron tan viejos que se les era incapaz de luchar.
La razón de esto era por los pocos capaces de poder clasificar para este rango, se podría decir que era una unidad de élite.
—Mis respetos...—Dijo Luca.
—¿Y qué hay de ustedes dos?—Preguntó Emile.
—Amelie Johnson, se podría decir que soy mensajera—Respondió la joven, de aparentemente trece años.—Nada interesante que añadir—
—¿Y tú?—Preguntó Thatch, observando al sujeto.
—Soy su protector—Respondió.
—Me refería a tu nombre...Pero bueno—Dijo Thatch un tanto apenado por la respuesta.
—¿Y cómo llegaron aquí?—Preguntó Emile.
—Pues veras, es una historia un tanto graciosa—Dijo Thatch.
—No, no lo es—Murmuró Luca.
—¿Ustedes dos ya se conocían?—Preguntó Emile.
—Qué comes que adivinas—Respondió Thatch.—Somos como un dúo dinámico—Añadió.
—Él es el alegre—Dijo Luca.
—Y el es cascarrabias—Dijo Thatch.
—Solo soy realista ante las situaciones...—Respondió Luca.
—Si claro, cada día te pareces a mi padre—Dijo Thatch.—Todo el tiempo quejándose de su esposa—Añadió.
—En fin, como les decía. Nos encontraron queriendo hacernos con un Acorazado Mangoose, pero nos atraparon porque ¡Alguien!, olvidó guardar la basura que dejaba atrás, y nos terminaron siguiendo el rastro—Dijo Thatch, haciendo mucho énfasis en la palabra "Alguien".
—Y una mierda, no esperaba a que se fueran a preocupar por la basura, el mundo está hecho una mierda, no me parece raro encontrar basura en un camino de tierra—Dijo Thatch.—Y más si está cerca de la ciudad.
Emile soltó una pequeña carcajada, al igual que Thatch y Roland.
La Joven Amelie también rio, sin embargo su protector no lo hizo, este estaba pensando en cómo escapar junto con la niña, y cumplir con su misión.
—¿Y ustedes dos?—Preguntó Thatch, refiriéndose a Emile y Roland.
—Pues nos atraparon haciendo reconocimiento—Respondió Emile.—Éramos un pelotón de ocho, pero los Operadores mataron al resto, y nos tomaron a nosotros como prisioneros—Añadió.
—Mierda...—Murmuró Thatch.
—Cross es el peor mariscal que hemos tenido entre las filas... Prefiero mil veces seguir órdenes de Judith—Dijo Luca.
—Judith se encuentra haciendo operaciones tácticas en África, no creo que regrese a Shemonth por lo menos un par de meses.—Dijo Roland.
—¿La conoce?—Preguntó Luca.
—Como no, yo trabajé para ella tres años, y nunca me decepcionó, sus tácticas eran, y siguen siendo impresionantes, eso y que también sabe a la perfección cómo hacer que las limitaciones se transformen en una ventaja—Respondió Roland.
—Claro, como la batalla en el cruce de Clementh—Dijo Thatch.
—Si, La Resistencia contra una amenaza irregular...—Murmuró Luca.
—Los tipos tenían armamento similar al de La escoria elitista—Dijo Thatch—Asumo que eran más subordinados—Añadió.
—La Orden...—Murmuró El Sujeto.—Se hacen llamar La Orden.
—No he oído de ellos—Dijo Emile.
—No deberías, pero quise responder tu pregunta—Dijo El Sujeto.
—¿Por qué?, ¿Trabajas para ellos?—Preguntó Emile.
—Nah—Respondió El Sujeto.
—¿Entonces por qué dices que no debería saber quienes son?, Si claramente tu me estas respondiendo—Dijo Emile.
—Porque entre menos sepas, mejor—Respondió El Sujeto.—Basta con conocer el nombre para prevenir altercados futuros.—Añadió.—Son un muy mal negocio.
Merci pour la lecture!
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