No siempre hay que estar al 100%. A veces simplemente estás al 50. O al 10. Y no tienes por qué sentirte mal por ello.
Intentamos estar bien, sonreírle a la vida, intentar complacer a todo el mundo, pero no siempre eso es posible. La vida ya se encarga ella solita de poner trabas que muchas veces no somos capaces de superar. Ves a tu alrededor que esa misma traba es superada sin problemas y piensas, ¿por qué yo no soy capaz? ¿Qué me ocurre? La respuesta es bien sencilla: no tienes nada de malo, simplemente cada persona es un mundo y cada reacción es diferente. Lo que a ti te resulta difícil, a otra persona le es sencillo, y viceversa. Y sí, es cierto, en muchas ocasiones te planteas en exceso las cosas, preguntándote cómo puedes hacerlo mejor para no decepcionar a nadie, cómo puedes arreglar desperfectos cuando ya no puedes hacer nada más. O sí, pero no sabes cómo llegar a ellos y hacerlos tuyos, cómo ayudarte a salir del agujero en el que te metes tú sola durante días.
Pero siempre hay algo, un pequeño haz de luz entre tanta oscuridad que te ayuda a tranquilizar esa mente tan loca que tienes. Que te dice que no pasa nada, que pares lo que sea necesario y que remontes a partir de ello. Obviamente te va a decir que no lo olvides, que sigas buscando soluciones, pero a tu ritmo. Y es así cuando vuelves a estar un poquito bien.
Estar mal o estar bien, entre tanto caos, no es malo, es necesario.
Merci pour la lecture!
Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
Après l’avoir fait, veuillez recharger le site Web pour continuer à utiliser Inkspired normalement.