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JungKook es un ángel reencarnado que ha perdido sus recuerdos y que convive contra su voluntad en el Infierno. El rey de los Oscuros, TaeHyung, es un vampiro que posee un pasado difuso del que muchos critican, por lo que se ve obligado a actuar con vileza; pese a ello, TaeHyung comienza a tener sentimientos inexplicables hacia JungKook. Sin embargo, el pasado que comparten ambos, sus propios pensamientos, objetivos, circunstancias y costumbres convierten sus sentimientos románticos en imprudentes deseos. ¿Podrán ambos alcanzar la felicidad junto al otro? “No quiero que pienses que mis sentimientos por ti no son sinceros; así que te lo demostraré”, espetó TaeHyung con firmeza y seriedad.


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☽⸸ 𝕻𝖗𝖊𝖑𝖚𝖉𝖎𝖔: Prometo matarte ⸸☾

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JungKook, divino

◦⚜ | JungKook | ⚜◦

✧.˚┊ Santuario Impío - Infierno ┊˚.✧

۰

El oráculo "Platinium" es el único poseedor de poder absoluto sobre la verdad, siendo así un portal hacia la divinidad y, por ende, al Cielo. También es conocido como el "ojo que todo lo ve".


A cierto modo, es indiscutible la premisa de creer que la verdad es superflua en un mundo de materialismo y ambición. No es así.


Observé con recelo a TaeHyung; su histeria y cólera eran sus mayores atractivos, solo si hablamos de impulsividad e irracionalidad. Verlo caminar de un lado a otro, sin rumbo, sin propósito, me causaba asco y repudio. A veces lucía como un completo mediocre sin ambición y en ocasiones un vampiro... sanguinario.


Mi situación, por el momento, es ser el insólito peón que lo sirva ante cualquier decisión impuesta; y con lo que iba trabajando con él, me daba cuenta que no sería sencillo permanecer a su lado. De este modo, el oráculo "Platinium" podría ser mi única salida del "Infierno". Sin embargo...


Bajé la mirada y vi la marca de la Santa Trinidad en mi brazo izquierdo. No puedo alejarme de él por más de un kilómetro y no puedo asesinarlo.


Él cree que tiene total control sobre mí, pero ambos sabemos que esta marca también puede favorecerme. Él sabe que...


Cubrí la marca con mi mano derecha y observé al rey de los Oscuros, era tan... insensato.


Sus ojos esmeraldas, por el uso de sus poderes, se posaron en los míos; sus facciones rígidas indicaban desagrado ante mi presencia. A veces creía que TaeHyung había nacido sin sentimientos o emociones, la carente falta de brillo en su mirada era prueba de ello; aunque, los tenía.


Desenvainó su espada y cortó la cabeza del anciano Han en cuestión de segundos, la sangre salpicó y ensució la habitación; dirigí mi mano derecha hacia mi rostro y toqué mi mejilla, cuando observé nuevamente mis dedos, noté que estaban cubiertos de sangre.


Admito que el tiempo fue insuficiente para expresar mi estupor. TaeHyung era frívolo, no poseía límites ni conciencia.


Sus soldados quedaron asombrados de tal atrevimiento; a sabiendas que aquel anciano era el único poseedor de la ubicación de la profetiza Yu. Sin él, volverían justo por donde empezaron.


Por su parte, TaeHyung avanzó hacia la cabeza del anciano Han posada en el suelo, la cual se encontraba cerca de mí. En silencio se puso de cuclillas, cerró los ojos y permaneció estático.


Segundos después, con el dedo índice, tocó la sien derecha del señor Han y sacó de él un hilo negro peculiar, el aura oscura y tétrica rodeaba a ese singular hilo; algunas chispas doradas (tal como el polvo de hada) brillaban alrededor del hilo. Siguió extendiendo su brazo, y cuando se detuvo chasqueó los dedos y el hilo negro flotó en círculos sobre la palma del rey.


—Ah, ijh —Pese a haber perdido la cabeza, el cuerpo del anciano Han se retorcía de dolor, y su cabeza se torcía, sus ojos se abrían y su piel hervía. Escuchar sus quejidos era completamente escalofriante; estaba muerto y estaba sufriendo; así de incoherente era.


—Dijiste que no habría nada en el universo que pudiese carcomer tu voluntad —musitó el rey—; pero no hay sensación más tormentosa que la inexistencia del alma —Hizo puño su mano y aquel hilo se convirtió en una llave dorada; y al mismo tiempo, el cuerpo del anciano se convirtió en nada, lo vi desintegrarse, pero no quedó nada de él, ni polvo.


Noté las miradas perturbadas de los presentes, y entendí por qué lo temían tanto. Incluso para los ángeles era imposible eliminar una materia, menos un alma. Tragué duro y sentí miedo. No era rival para este rey. Retrocedí inconscientemente.


TaeHyung le hacía justicia a su apodo: "Señor de las llaves infernales". Según tengo entendido, a través de las especulaciones demoníacas, TaeHyung poseía todas las llaves del Infierno; lo que indicaba que podía, incluso, abrir el sepulcro de Lucifer.


Aquella sonrisa diminuta en su rostro exclamaba felicidad, una felicidad aborrecible.


Emití un suspiro inaudible y cerré los ojos tratando de huir de mis pensamientos. En ese pleno silencio provocado por mi mente, yéndome de la realidad absurda, fijé mis sentidos en aquel aroma característico de la sangre: metal y hierro.


Oscuridad...


Armonía...


Silencio...


Calma...


Y sangre...


«¡¡¡Ahh!!!»


Una escena traumática surcó mi mente. Yo echado sobre la fuente rectangular, sumergido entre los litros de la sangre de mi padre, y él... viéndome con esa mirada opaca y nostálgica. Esa noche era lunada, yo podía ver la luna sobre mí, podía escuchar mis latidos frenéticos y mis lágrimas rojas caer. Me juzgué por largos años el no haber huido ese mismo día, pero fue la gran impresión de procesar el fallecimiento de mi progenitor y la presencia de TaeHyung lo que no me permitió reaccionar cuerdamente. Además, me convencí de que TaeHyung me había salvado.


Le entregué mi libertad, mi poder, mi cuerpo. Creí que me había rescatado de ese silente dolor subyacente en mí.


Abrí los ojos lentamente, capté a TaeHyung a un metro mío y sentí cómo mi corazón se contraía.


Él...


Me abracé a mí mismo y bajé la mirada; apreté mis manos y respiré profundo. ¿Por qué debería temer a un ser inferior a nuestro Padre? Él debería temernos, yo...


—Si ya tienes los recuerdos del anciano Han, entonces no tiene caso permanecer con usted —mencioné sin titubeos y con una mirada colérica.


El susodicho se levantó y volteó con la intención de encararme. Traté de buscar un atisbo de remordimiento en su mirada; pero no había nada pulcro en él, es más, se sorprendía que tuviese rencor acumulado hacia este, creyéndose un santo samaritano.


—Aquí el que da órdenes soy yo —espetó.


—Me retiro —afirmé con la intención de hacerlo.


Él tomó mi brazo derecho y me volteó con agresividad. Su mirada bajó a mis pies y luego la subió con arrogancia hasta quedar a la altura de mis ojos.


—Te recuerdo que eres tú el que está bajo la marca maldita.


—¿Y? ¿Qué harás? ¿Matarme? No habría mayor dicha en este infierno que morir —respondí zafándome de sus manos, dejando caer algunas lágrimas de ira por mis mejillas rojas.


Apretó mi brazo y tuvimos una batalla de miradas, ninguno parpadeó ni bajó la mirada.


—Sabes que hay destinos peores que la muerte en el Infierno, y no te daré el gusto de vivir tu quimera —aseveró golpeando mi hombro con el suyo, retirándose de ese modo del Santuario Impío, acompañado de sus guardias.


Limpié mis lágrimas y vi la camilla en donde antes reposaba el cuerpo del anciano Han, que días atrás me había suplicado asesinarlo para proteger así a la profetiza Yu. Y mis palabras se oían sonoras en mi conciencia: "Prometo que te sacaré de aquí". No podía liberarlo, tampoco podía matarlo por la marca maldita yacente en mi brazo y en mi sangre.


¡¡TE ODIO KIM!! Te mataré, lo prometo, te mataré.


—¡¡¿Entonces por qué lloras?!! —me cuestioné cayendo hacia el suelo y sintiendo un dolor indescriptible atascado en mi pecho.


El Santuario Impío estaba ubicado "bajo tierra", en la segunda facción del Infierno. Era un ambiente cargado de energías negativas, adornado con antorchas y objetos de oro, con muchas figuras ancestrales veneradas por los oscuros; en medio de aquel cuarto de tortura estaba una gran camilla, lugar en donde se posaba el cuerpo para los suplicios próximos que se avecinaban.


Mi llanto cesó.


Debía conseguir la forma de salir de este Infierno, y solo podía lograrlo mediante la famosa "Navidad", el día en que la marca de la Santa Trinidad pierde poder y puedo alejarme de TaeHyung más de lo debido. Solo hay un problema, no puedo desmaterializarme, y la única salida del Infierno es el portal que custodia Cerbero, la mascota del rey.


Entonces, ¿cómo podría huir del infierno hacia el oráculo Platinium?


Escuché algunos pasos acercarse en mi dirección y decidí esconderme en uno de los callejones de la ciudadela Gris. Miré con disimulo a los propietarios de aquellos pasos y me di con la sorpresa de que eran simples demonios.


—Oí que JungKook está enamorado del rey —mencionó un demonio vestido de terno; un "contratista de almas".


¡¡¿Yo enamorado de TaeHyung?!! Qué idiotez.


—¿Ese ángel que fue prisionero de Kwon por 4 años? —preguntó el demonio contrario.


—Ese mismo —contestó.


—¿Pero el rey no fue maldito por Doyun?


¿Doyun? Jamás había oído ese nombre.


—Shh... incluso los partidarios de la Gran Reina Viuda prohibieron la mención de ese nombre.


—Doyun fue un...


Fue lo último que pude oír ante la lejanía de ellos dos.


¿Doyun? Ese nombre me intrigaba y... me causaba cierta familiaridad.


Exhalé decaído.


No encontraba aún alguna idea que pudiese sacarme -vivo- de este infierno; y, para colmo, se acercaba diciembre.


«[...] JungKook está enamorado del rey»


¿Por qué recuerdo ese desagradable comentario?


No, no, no. Es una mala idea. Una muy mala.


Pero... si quiero venganza, si realmente la quiero, mi forma de demostrarle mi sufrimiento y rencor es a través del dolor. TaeHyung, antes de conocerte era incapaz de odiar a alguien, antes de ti creía que cualquier ser podía ser salvado de la oscuridad; pero, no puedo, realmente no puedo evitar sentir tanto odio hacia ti, pido que me perdones, porque sé que si me libero de ti, tú serías el primero que saldría herido.


—Saldré de aquí, te lo prometo.




📷

Bienvenidos, nuevamente, a Abominación Divina. Lamento haber reeditado toda la historia, sin embargo, posee la misma esencia y los mismos eventos. Únicamente he deseado darle otra narrativa a la historia.

Y este mundo infernal y celestial es imaginario, y tampoco digo que es así como quiero que sea. Por favor, tómenlo como una historia de fantasía esotérica y llena de misticismo, no como religiosa; no quiero que haya confusiones futuras. Si has leído hasta acá, estoy más que agradecida, así que, ¿qué esperas? Comienza a leer y disfruta la lectura :)

Far

16 Novembre 2023 04:04 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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Universo de Abominación Divina
Universo de Abominación Divina

Un universo en donde los ángeles, demonios y otras clases de especies habitan entre los seres humanos y sus propios reinos. Un universo lleno de magia y misterios. Un universo en donde la fina línea que divide estas dimensiones es voluble. En savoir plus Universo de Abominación Divina.