Mansión Herman Suivre l’histoire

Era una noche oscura, un auto se aproxima lentamente. Estaciona en seco frente a una enorme puerta de varas de metal. El conductor, sale del auto en un brinco. Parece estar asustado. Intenta entrar por las grandes puertas. Era un sujeto muy delgado, así que pudo atravesar las barras. Un repentino rayo ilumina la noche. Se encontraba frente a una gran mansión como un castillo. Tenía decenas de ventanas, de algunas colgaban unas mantas. Por su aspecto, dedujo que la mansión se había abandonado, hace varios años.

Sus posibilidades eran escasas. Corrió hacia la mansión y saltó sobre una ventana de cristal. La ventana se rompió con facilidad. Se levantó del piso, sus manos se habían cortado con los cristales. Gotas de sangre marcaron el piso. El hombre comenzó a explorar la mansión, comenzando por un pasillo largo. Estaba todo oscuro. El hombre caminaba con el corazón en la boca. Las ventanas chirreaban, los truenos retumbaban, él estaba a punto de desmallarse.

Entró en una habitación. Tenía una cama, era grande, pero el colchón tenía moho por todos lados. Junto a la cama, había una foto. Una mujer blanca, vestida con ropas dignas de una reina, junto a un hombre flaco, con gafas circulares, un bigote encantador, y un traje negro propio de un empresario. Debajo decía “Señor y señora Herman”.

El cansado hombre, somnoliento, se acostó en esa cama. El colchón se hundió, pero poco después, logró dormirse. Eran aproximadamente las dos de la mañana. Un rayo iluminó toda la casa. El hombre se levantó a golpes, y pudo observar algo que no había notado con antaño. La imagen de los Herman se iluminó, y entonces vio algo perturbador. Al fondo de la imagen, había un niño cabizbajo. Esto perturbó tanto al espectador, que en toda la noche no pudo dormir.

Ya era de día, la mansión se había iluminado completamente, ya no daba tanto miedo. El hombre, de aspecto cansado, exploró la mansión intentando encontrar algún sistema eléctrico. Tal vez podría hacer funcionar la electricidad. Busco por varias horas en la mansión. Decidió salir, rodeó toda la mansión. Se fijó en un ático de madera, se acercó y lo abrió.

¡Ja! Exclamó de alegría. El sistema eléctrico estaba allí. Pero, parecía que los cables habían sido cortados. El un peligroso intentó por restablecer la electricidad, reconectó los cables. Hubo una explosión de chispas, pero la electricidad volvió a la mansión. Entonces, ese recuerdo del niño de la imagen, volvió a su mente.

Corrió al cuarto, cogió el cuadro, pero ese niño ya no estaba. Pensó “Tal vez fue mi imaginación”. Se tranquilizó. Ya se acercaba la noche. No había que comer en esa mansión, pero no pensaba buscar comida a esas horas. Esta vez, quiso dormir en otro cuarto. Había varios, demasiados en su opinión. Más al fondo, encontró el indicado. Era una cama pequeña, pero parecía la más cuidada del lugar. Se acostó. Minutos después, sintió como la puerta se golpeó. Se levantó asustado. Debió ser el viento, pensó. Volvió a dormir.

Al día siguiente, sintió unos pasos. Se levantó despacio. Salió en silenció, intentó seguir el sonido. Había llegado al salón principal. Una sombra se acercaba cada vez más. El hombre comenzó a temer.

Beeee

Era una oveja del bosque. Se preguntó “¿Cómo habrá podido entrar?”. Aprovechando la oportunidad, utilizó a la oveja como alimento. Después de matarla, la aso, y la comió. De la oveja solo quedaron los huesos, pero el hambre del sujeto no cesó.