mikchan09 Michelle Chan

Así fue mi vida, tal y como un ave enjaulada anhelante de libertad que abandonó la oportunidad de vivir su vida. Cuando veo a Adrik experimento un nostálgico sentimiento, me siento vivo. Tomé la decisión de sentirme así para siempre. Tras 4 largos años de arresto, decidí abandonar mi harapienta vida y tomar la del pobre crédulo que tuvo la desdicha de tenerme de compañero de celda. Aprendí a vivir la vida, pero no la mía. Presento la historia con la que participo en el concurso mensual de noviembre. Para la redacción del cuento usé las imágenes 2, 3 y 5.


Thriller/Mystère Déconseillé aux moins de 13 ans.

#InkspiradosChallenge #suspenso #terror
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Incluso después de tu muerte, te esperaré


31 de octubre

00:00 A.M

Me dedico a observar a lo lejos, y no encuentro nada más que la inmensidad del bosque. Camino sin rumbo, pero con el objetivo claro de al fin encontrarme con Val. ¿Cuándo es que mi aburrida vida dio un vuelco tan drástico? Es algo largo y confuso de explicar, pero que igualmente haré. Los hechos que estoy a punto de relatar son tan fantasiosos que entendería a quienes no me creyeran.

¿Por qué es que adjuntaré los escritos de mi diario? Es un simple instinto que me obliga a plasmar mi vida en papel antes de ver al amor de mi vida.


28 de septiembre

10:14 P.M

Mi vida en prisión nunca ha sido coronada con algún hecho significativo, o al menos algo que demuestre que estos 4 años de encierro representaron alguna clase de castigo para mi condena. Mi único medio de entretenimiento ha sido escuchar acerca de los casos de corrupción en esta pobre sede de presos. Pero debido a todo lo que descubrí de este lugar es que recibo un trato especial de los guardias; que son en su totalidad "policías" sin licencia, o cadetes expulsados. Solo Dios entenderá cómo es que se administra la justicia en este lugar.

En fin, soy un hombre capaz de fugarse en cuanto me lo proponga. Lo haría si tan solo existiese algo que captara mi atención de una manera lo suficientemente elocuente como para abandonar mi actual vida de sedentarismo. Pero por más que me largara, nada en el exterior garantiza que lograré mantener una vida mejor a la que tengo ahora.


En estos 4 años no ha sucedido nada que despierte mi interés, y que fomente la idea de fugarme. O esa era la situación hasta que hace un mes me asignaran un nuevo compañero de celda, luego de que el último se hubiese quitado la vida 2 años atrás. Es un joven alto y atractivo; cabello cuidadosamente recortado color rubio, ojos azules y claros, labios delgados e hidratados y piel pálida. El día que se instaló en mi celda ignoró mi apatía y me saludó cortésmente. Ese tipo representó el nuevo enfoque de mi atención, y el primero en muchos años. ¿Cómo es que alguien tan normal terminó en un lugar como éste? Resolver esta interrogante fue lo más divertido que hice en toda mi estadía como preso.

Desde sus primeros días aquí me he dedicado a averiguar qué es lo que captó mi atención en él. Tengo bastantes hechos que reportar, y de eso me encargaré mañana. Pero estoy seguro que esto no es una estupidez; si él llamó mi atención es por algo.

Confío en mis instintos.


29 de septiembre

11: 31 A.M

Adrik Anton Kuznetsov Filippov, ese es su nombre. Exacto, yo tampoco sé cómo mierda se pronuncia. Es de nacionalidad rusa, y abandonó su país natal para contraer matrimonio con su esposa en Estados Unidos, donde se dedicó a enseñar álgebra a nivel universitario. Los reportes acerca de su arresto indican que apuñaló a un hombre luego de que secuestrara y abusara de su esposa. Una causa bastante noble para ser arrestado.

Adrik es un hombre orgulloso, caballeroso y educado. Sus interacciones con el resto de prisioneros son casi nulas, pero respetuosas. En sus primeros días de estadía, Adrik aparentaba ser alguien adaptable a un cambio tan drástico en su vida.


Dicha pulcra actitud no duró mucho. Luego de 2 semanas, comenzó a encorvarse mientras comía, sus dedos temblaban al levantar el tenedor, y se perdía más seguido en sus pensamientos (siendo durante 47 segundos, 15 segundos más que durante sus primeros días). Desde el inicio de la tercera semana, comenzó a hablar dormido, y tenía pavorosas pesadillas. Fue obvio, Adrik es realmente inmaduro.

Comprobé que tiene un sueño estúpidamente profundo. Tanto así que no se percata cuando en la madrugada decido bajar de mi litera, y soy capaz de comprobar su acelerado ritmo cardiaco. Su corazón se agita rítmicamente, es maravilloso escuchar ese desesperado palpitar todas las noches. Su cabello es delgado y sedoso, pero no tiene un sabor llamativo. Recuerdo claramente esa noche, en la que regocijé mis deseos y mi lengua fue capaz de acariciar su abdomen, ¡y me encontré un tesoro! un pequeño lunar a la altura de sus costillas, y otro justo al lado de su ombligo. Escribir sobre aquella noche refresca en mi memoria lo grato que fue ese momento, ¡una piel tan lisa rematada por dos lunares! ¡Simplemente recordarlo sacude a mi corazón en un ritmo tan melodioso como el suyo!


Y puedo seguir y seguir escribiendo acerca de cada detalle de su perfecta apariencia o de su frágil personalidad, pero hace 2 días descubrí la razón por la que Adrik captó mi atención desde el inicio...Val, su esposa. Santo Dios pero esa mujer es de otro mundo. Mierda, ella me hizo sentirme vivo de nuevo. Hasta ahora siento sus ojos sobre mí, esa siniestra mirada está clavada sobre mi espalda. ¡Qué puedo hacer yo para defenderme ante la belleza de una mujer!

Me he dedicado a analizar cada trazo de tinta sobre las cartas que le envía a Adrik, cada párrafo, cada palabra, cada letra; cada fracción de Val es perfecta. Plasma sus apasionados sentimientos sobre el papel de manera exquisita.



11 de octubre

10:30 P.M

El estado mental de Adrik no podría estar peor en ningún sentido. Ha dejado de comer, ya no me saluda por las mañanas ni se despide por las noches. Lo escucho sollozar en silencio durante la madrugada. Su llanto a horas tan altas de la noche me hace recordar a los constantes episodios melancólicos que solía tener mi viejo compañero de celda ¿Cómo es que se llamaba el estúpido con el que compartía la litera? Carajo, ni siquiera recuerdo el nombre de ese imbécil.

El punto realmente importante es que Adrik cada día se desconecta más del mundo. Ayer realicé la tradicional inspección a su cuerpo durante la madrugada, y encontré cortes en sus muñecas. Con todo ese hartazgo ha dejado pasar por alto la fecha en la que debía ser enviada su carta a Val. Es tan afortunado de tener a alguien que conozca los horarios en los que se comunica con ella.

Esa noche Adrik regresó tarde, justo a tiempo para que los guardias aseguren las celdas con candado. Durmió lo suficientemente profundo como para permitirme escribirle a Val yo mismo. Fui capaz de escribir exactamente igual que Adrik, no dejé que se me escape ningún detalle. La caligrafía, ortografía, pulso; imité cada aspecto a la perfección. Al terminar de escribirla tuve una sensación increíble, era la primera vez que le declaraba mis apasionados sentimientos a alguien. Ocurrió hace 5 noches, no pude dormir de la emoción por recibir su respuesta; imaginar su ansiosa cara me seduce.

Mis días se reducían a revisar el casillero de Adrik, y permanecer ahí hasta recibir mi añorada respuesta. Y hoy en la mañana finalmente llegó.


Querido Adrik:

Quiero verte, te necesito a mi lado. Ven, por favor, y abrázame, bésame, dime que me amas, y seamos uno solo como siempre fue. Te estoy esperando en nuestro hogar, y lo seguiré haciendo. Pero no te apresures, solo regresa, te esperaré aquí hasta el fin de la eternidad.

Atentamente, Val.


Cuando leí la carta experimenté un nuevo sentimiento. Es la primera vez en mi vida que me han dicho que me aman... ¡Alguien me ama! ¡Es demasiado increíble como para ser verdad! Este sentimiento es demasiado intenso, es lo que estuve buscando durante todo este tiempo. ¡Me siento tan vivo! Necesito salir de acá e ir a verla.

Para poder ver a Val necesito ser Adrik, ¡Pero qué situación más idónea! ¡Si soy más auténtico que el mismo Adrik! Conozco su voz, personalidad, expresiones faciales, manera de interactuar, resistencia mental, aceleración cardíaca, volumen respiratorio. Lo sé todo de él, y su apariencia la conozco como la palma de mi mano, solo debo arrebatársela. Soy más auténtico que el mismo Adrik.

Su vida es mía.


29 de octubre

4:31 P.M

Hoy es el gran día, realmente lo haré esta noche. Cada segundo lejos de Val es una tortura, pero finalmente tengo listos los preparativos para ir con ella y poder ser eternamente feliz en su compañía. Tuve que realizar una minuciosa investigación sobre cada rincón de esta porquería de prisión, y encontré el lugar ideal para poder matar a Adrik, tomar su cuerpo, y fugarme a través del canal subterráneo de alcantarilla.

Al salir del edificio de la prisión hay un pequeño patio cuyo único fin es fomentar las peleas entre maniáticos. Pero al atravesar el patio hay un cobertizo abandonado, que fue el escenario donde mi anterior compañero de celda se quitó la vida.

Es un lugar idóneo que se aleja de las celdas y es restringido por una llave que ya se encuentra en mi posesión. No podría pedir un lugar más romántico para cometer mi primer asesinato luego de 4 largos años de encierro.



30 de octubre

8:44 P.M

Pude sentir cada músculo de Adrik tensarse en el momento que sacudí su hombro para despertarlo.

Tomé aire y empecé. —Oye, ¿quieres hacer un trato conmigo?— Adrik perezosamente se enderezó y me encaró. Fue la primera vez que le dirigí la palabra. —Yo puedo sacarte de aquí, te ofrezco la posibilidad de culminar con tu delirio.

—¿De verdad? ¿No es alguna clase de broma?— Sus ojos comenzaban a emanar un pequeño brillo de esperanza. Rematé mi jugada sacando las llaves de la celda de mi bolsillo y explicándole la ruta de escape. Imagínense la fuerza de voluntad que requirió contener el jadeo que mi boca anhelaba expulsar al ver su deslumbrante sonrisa.

—¡Oh señor! ¡Es usted un verdadero ángel!

—Pero un trato es un trato. Si aceptas mi ayuda, necesito dinero a cambio.

—¡Eso no será un problema! Si nos dirigimos a mi residencia le entregaré todo lo que usted desee. No será difícil para mí saciar sus necesidades financieras.


No nos complicó salir de la celda y de la edificación sin ser percibidos. Esquivamos sencillamente el despacho de los empleados. Todos los guardias estaban sumamente ebrios; bailando y cantando en el salón principal. Atravesamos el patio con la misma facilidad.

Abrí el cobertizo con dificultad en manipular el oxidado candado, se encontraba en un estado sospechosamente deteriorado para solo haber transcurrido 6 semanas desde que alguien estuvo dentro. Pero entramos al oscuro y desolado cobertizo.

El ambiente era peculiarmente pesado. Adrik ingenuamente acortó la distancia entre ambos, quizás para sentirse protegido. ¡Qué cómico! La inocencia de un tipo tan sincero lo apegó al monstruo del que debería alejarse.

Casi brinqué de emoción en el momento que la mano de Adrik se posó sobre mi hombro. Sus manos eran suaves y calientes, fueron así desde el día que lo conocí. No pensaba sacar la linterna de mi mochila mientras la mano de Adrik siguiera ahí. Mataría a quien me arrebatara ese momento.


El agarre de Adrik hacia mi hombro se intensificó, sus uñas penetraban en mi piel con la fuerza suficiente como para dejar una marca, ¡qué afortunado fui de vivir ese momento! ¡Nadie era capaz de reventar esa burbuja de felicidad!

La respiración de Adrik dejó de ser regular; inhalaba y exhalaba con dificultad. Desvié mi vista a su cuerpo, y vi el punto exacto en que el cuchillo fue introducido en la zona cervical de Adrik.

¡Estaba furioso! ¡¿Quién se atrevía a arrebatarme la dicha de la intimidad que compartí con Adrik?! Lo tomé antes de que cayera al suelo y miré con desprecio a la persona que había cometido el crimen. Mis ojos se desplazaron desde sus descalzos pies, su deteriorada ropa, sus largos cabellos, y su desconocido rostro. La oscuridad del ambiente me impedía lograr descifrar su identidad. Pero podía sentir sus ojos, atacando cada extracto de mi alma. Me sentí extrañamente intimidado.


Sus manos seguían extendidas incluso luego de apuñalarlo, temblorosas y sudorosas. Mientras que yo era incapaz de reaccionar luego de ni siquiera escuchar su respiración o el palpitar de su corazón.

Estaba aterrado, no lo negaré. Pero mi atención se volvió a centrar en Adrik y en su fatídica herida. Retiré el cuchillo de su nuca con la garantía de que no podría volver a moverse.

Adrik me miraba como si yo fuese el centro de su mundo, como si fuese a ayudarlo. En ese momento, nada importaba más que yo. ¡Nunca me había sentido tan amado! Las carcajadas que me había esmerado en esconder explotaron desde mi tórax. Ese era el sentimiento que había estado buscando durante 4 años. ¡Me sentía tan vivo!


—¿Quién es el verdadero monstruo?— Susurró el misterioso hombre en el hilo de voz más horripilante que escuché en mi vida. Eso no ayudó a que se detuvieran mis estridentes carcajadas.

Mi diversión cesó en el momento que comencé a escuchar las voces de los guardias desde el exterior del cobertizo. El hombre abrió una misteriosa puerta detrás de unas cajas y atravesó su umbral; tomé con inseguridad a Adrik y lo seguí.

¿Por qué es que me dirigí a un lugar que claramente desconocía? Es simple, confío en mis instintos.

Mi cuerpo se movía casi inconscientemente, siguiéndolo a través de una puerta de la que nunca supe de su existencia. Fue en ese momento que perdí mi mochila, y el único objeto en mi posesión era el cuchillo con el que Adrik había sido apuñalado.

La misteriosa puerta condujo directamente al estacionamiento. El hombre se subió al volante y encendió el único auto parqueado en el lugar. No me tomé ni un segundo para pensarlo, debía ir con él; ese terror, esa intriga, esa excitación...me hacían sentir vivo.


Adrik no perecía, alargaba sus últimos momentos de vida tras cada sufrido y doloroso respiro. Lo subí a los asientos traseros del auto y me senté a su lado. Lo acomodé boca arriba, posicionando su cabeza sobre mi regazo. El hombre comenzó a manejar y en un parpadeo abandonamos los alrededores de la prisión. El ambiente nunca abandonó a la oscuridad. Era incapaz de siquiera ver el camino, y menos de avistar el rostro del recóndito hombre.

Había olvidado que la sede estaba ubicada en lo profundo de un bosque hasta el momento en que tuve la oportunidad de abandonar el lugar. El auto esquivaba los árboles con agilidad y atravesaba el bosque con paciencia.


Poco a poco la vitalidad de Adrik se alejaba de su cuerpo, sus ojos batallaban contra su perseverancia para cerrarse y poder terminar con su delirio, pero luchaba contra la muerte sobre mi regazo.

—Me duele...tengo miedo...

Su agitada respiración cesó. Relamió sus resecos labios con desesperación, y enfocó su vista hacia arriba. ¿Qué es lo que reflejaba en su mirada? ¿Miedo? ¿Arrepentimiento? Hasta ahora me ataca esa duda.

Pero en lo profundo de mi corazón existía el sentimiento que me obligaba a alentar a Adrik. ¿Cómo se supone que debía sentirme viendo al hombre que me devolvió la vitalidad batallando contra la muerte? Un pesar se apoyó sobre la cuenca de mis ojos y convirtió a mis retinas en una superficie de cristal, que me permitió sollozar deliberadamente.

Hace 4 años que no experimentaba tal tristeza.

—Ayúdame...por favor sálvame...Val— Dejé de sentir el armónico latir de su corazón. Sus ojos seguían apuntando hacia el techo.

Incluso después de la muerte, Adrik siguió mirándome.


¿De qué manera reaccionaría Val si hubiese estado en ese momento? Un hermoso rostro como el suyo no merece soportar agonías. ¿Me sonreiría si encontrara en mí el recuerdo de Adrik? Estuve los siguientes 20 minutos dedicándome a imaginar el emocionado rostro de Val al verme, era lo único que podía hacer.

La carretera en el bosque era interminable, pero la densidad del bosque se reducía. La luz de luna lograba alcanzarnos en los instantes que las ramas no se interponían en su camino. La iluminación era tenue, pero suficiente para poder identificar el rostro del hombre al volante.

En el momento que logré verlo a través del retrovisor, encontré su aterradora mirada pegada en mí. Tal y como si hubiese viajado a través del infierno y emergido de las profundidades para reencontrarnos, mi viejo compañero de celda me miraba como si fuese yo el que acababa de resucitar.


Lo miré con desprecio y su tiesa posición fluctuó por primera vez; sus manos temblaban. El titubeo en sus manos ocasionaron que el auto oscile en su dirección.

Viajábamos a una velocidad lo suficientemente desorbitante como para estrellarnos con algún árbol. Pero no podía controlar la ira en ese momento. ¡Ese estúpido me estaba mirando como si yo fuese el monstruo! ¿Quién se creía que era ese hijo de puta?

Él era un monstruo, debía matarlo. El impulso que el coraje me ofreció fue mayor al miedo hacia la muerte. A pesar de que la velocidad del auto no se redujo, rodeé con mi antebrazo el cuello del hijo de puta y lo apreté con fuerza contra el respaldar.

Ese tipo ni siquiera estaba respirando, no sentía el palpitar de su corazón, pero su reacción y expresión eran idénticas a las de un vivo. Ese maldito quería engañarme. Expulsó desgarradores gritos con su espantosa voz. Era tan tenebrosa, sentía realmente que podría estar invocando a Satanás en ese momento. Pero no lo solté.

Debía matar al monstruo.


No quité mi antebrazo de su cuello hasta que sus gritos cesaron, y el auto permaneció inmóvil. Un extraño pesar se posó sobre mis hombros ¿culpabilidad? Honestamente me da igual.

Me bajé del auto junto con Adrik. Recosté su cadáver contra un árbol, y admiré su belleza por última vez antes de sacar el cuchillo. Lloro de la emoción cada vez que recuerdo el momento en el que el cuchillo tocó su rostro. ¡Cualquiera se estremecería al enterarse del pulcro método con el que corté su rostro! Cuando lo retiré por completo deseché el cuerpo de Adrik, ya no lo necesitaba.

Miré con excitación el rostro de Adrik sobre mis manos. Quién hubiese pensado que debía tomarme tantas molestias para finalmente poder apoderarme de su identidad. Estaba realmente emocionado.

La adrenalina suprimió el dolor que significó retirarme mi propio rostro. El de Adrik encajó a la perfección sobre el mío.


Ya tenía su tono de voz, manera de hablar, interactuar, pensar, gesticular, respirar, y ahora su rostro. ¡Fue el nacimiento del nuevo Adrik!

Val, voy en camino. Pondré fin a tu dolorosa espera, sólo aguarda a que regrese.

A nuestro hogar.

25 Novembre 2021 01:55 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
1
La fin

A propos de l’auteur

Michelle Chan ʕ •́؈•̀ ₎ Mira un Winnie Pooh. No tengo mucho que decir de mí. Escribir me distrae y me divierte, y me haría feliz si la gente también puede distraerse y divertirse leyendo lo escribo. ヾ(-_- )ゞ ヽ(´▽`)/

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