Con purpurina morada sobre su rostro, Star se despidió de su público haciendo una pequeña reverencia.
— ¡Son ustedes lo máximo! — exclamó ella con una expresión sonriente al haber terminado su espectáculo.
Bueno… No era como si ella hubiera llenado precisamente el estado más grande de todo el país. Sin embargo, para una joven cantautora como ella, que le costó un mar de lágrimas grabar incluso su primer disco, el poder cantar aunque fuese enfrente de veinte personas, como lo había hecho ella esa noche, significaba algo muy especial. No importaba si el escenario hubiera sido un casi derruido bar ubicado a las afueras de la ciudad, para ella, había valido la pena cada segundo.
Después de haberse secado un poco el sudor producto del esfuerzo puesto en el concierto y tomado unos sorbitos de agua, la joven cantante se disponía a dirigirse a casa, pero una voz familiar la detuvo.
— ¡Hey, Estrellita! ¿Por qué tan sola? Para festejar tu éxito, ¿qué te parece si te invito una hamburguesa del “Wild Cravings” Acuérdate que está abierto las 24 horas.
Ella ni siquiera tuvo que voltear para saber quién le estaba hablando. Se trataba de Leroy, su amigo desde la preparatoria, quien la había acompañado en sus aventuras desde ese entonces.
— ¡Claro que sí! —Respondió ella sin dudarlo— Me leíste la mente. Tenía ganas desde hace tiempo de una buena hamburguesa.
Realmente, las hamburguesas del “Wild Cravings” tenían todo, menos el ser realmente apetitosas. Eso sí, era muy baratas y por eso eran conocidas entre la comunidad de ebrios, bohemios y noctámbulos de la ciudad. Y por mucho que le hubiera ido bien esa noche, Star necesitaba distraerse lo más posible.
—Esto y más mereces—sonrió Leroy mientras le daba una buena mordida a una hamburguesa doble con tocino. —Si sigues por este camino, pronto vas a poder comer langosta cada vez que quieras
—Ojalá—sonrió la cantautora de oscura cabellera, mordiendo su hamburguesa de pollo—Pero la verdad, lo único que me gustaría en este momento es tener un poco de verdadera paz mental
— ¿Por qué, bonita? Déjame adivinar… Lo de tu novio todavía te sigue atormentando por las noches.
—S-Sí. Cada noche, por más que lo intento, no puedo dejar de pensar en su lindo rostro la última vez que lo vi. Pienso que si tal vez las cosas hubieran sido distintas, él probablemente estaría todavía aquí conmigo.
—Mi vida—la tomó de la mano Leroy—Tú hiciste todo lo que pudiste. Él era un chico muy dañado. Le diste mucha felicidad en sus últimos días.
—No sabes lo mucho que me gustaría convencerme de eso. Pero creo que ese es un dolor que voy a seguir cargando por mucho tiempo.
—No te rindas, cariño. Tú mereces volver a ser feliz, y espero que poco a poco vayas dejando atrás esos recuerdos que sólo te lastiman.
—Ojalá así sea…
Star dio un enorme suspiro, mientras miraba por la ventana. Afuera, el mundo seguía su marcha. En la calle, ya pocas personas pasaban y el ruido de algunos autos se escuchaba en la lejanía. Era hora de ir a casa.
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