Poeta Obcecado Suivre l’histoire

Sabes lo que quiero, conoces mi misión. Buscaba un lucero sin saber si iluminaba.

Encontré esa intensidad dentro de tu corazón, y no me di cuenta que mi mente amenazaba.

Después quise escapar y no ser su prisionero, pero mi cabeza no lo pudo detener.

Ahora aunque deserte y huya por el mundo entero, solo tengo un concepto, y eres tú, mujer.

Ahora sufro de abandono ya no sé ni que pensar, miro a otras con lujuria aunque contigo quiero estar.

Siempre me invadía una astuta perversión, sin embargo hoy te convertiste en mi pura obsesión.

Eres las cadenas que soportan mi dualismo, que amansa una fiera, que hace que no sea el mismo.

Todo lo que quise y tuve era esa libertad, y ahora nuevamente eres mi eternidad.

Vamos a hacer lo que hacemos cuando sueño en lo que hacer.

En este mundo se permite todo lo que quieras ser.

No existen leyes ni justicias por una sola cuestión.

Y es porque tú y yo vamos formando la perfección.

Nos complementamos cada día que hablamos.

Siempre que nos miramos se construye el universo.

Ese en el que un día los dos juntos nos hallamos.

Ese en el que nunca nada va a estar disperso.

Sabes lo que quiero, conoces mi misión. Buscaba un lucero sin saber si iluminaba.

Encontré esa intensidad dentro de tu corazón, y no me di cuenta que mi mente amenazaba.

Después quise escapar y no ser su prisionero, pero mi cabeza no lo pudo detener.

Ahora aunque deserte y huya por el mundo entero, solo tengo un concepto, y eres tú, mujer.

Ya no sé ni lo quiero y aunque lo sepa no hay opción.

Debo construir hoy una máquina del tiempo.

Poder retroceder y evitar la contusión.

Que me depararía un día eso si no lo intento.

Pensándolo mejor, mejor haré otro artificio.

Que nos transportará a un mundo sin sufrimiento.

Es posible que conlleve mucho sacrificio.

Pero te aseguro que no habrá arrepentimiento.

Sabes lo que quiero, conoces mi misión. Buscaba un lucero sin saber si iluminaba.

Encontré esa intensidad dentro de tu corazón, y no me di cuenta que mi mente amenazaba.

Después quise escapar y no ser su prisionero, pero mi cabeza no lo pudo detener.

Ahora aunque deserte y huya por el mundo entero, solo tengo un concepto, y eres tú, mujer.