yisha_alin Yisha Alin

Jimin y Yoongi tenían tres hijos y formaban un sólido matrimonio, o al menos eso era lo que Jimin pensaba, pero su feliz existencia se hizo añicos cuando supo que Yoongi tenía una aventura, entonces se dio cuenta de que, a lo largo de los años, sus vidas se habían separado cada vez más, Jimin quería salvar su matrimonio, pero tal vez fuera ya demasiado tarde, si Yoongi había llevado su infidelidad hasta sus últimas consecuencias, ¿podría perdonarlo alguna vez? Autora: MR M-Preg Yoonmin


Fanfiction Interdit aux moins de 18 ans.

#jimin #mpreg #separacion #infidelidad #yoongi #yoonmin #doncel
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Capítulo 1

El teléfono empezó a sonar cuando Jimin, después de dejar a los mellizos acostados, bajaba las escaleras. Maldijo entre dientes, se coloco sobre la cadera al pequeño Minki y bajo apresuradamente los últimos escalones para descolgar el teléfono del recibidor. Se detuvo paralizado al verse reflejado en el espejo que había sobre la mesita del teléfono.

"¡Dios mío, estas hecho un desastre!", se dijo con desconsuelo. El pelo de un castaño desteñido y despeinado, estaba húmedo y le caía sobre la frente. Tenía las mejillas coloradas y la camisa azul mojada en varios sitios, allí en donde sus tres hijos, a los que acababa de bañar, le habían salpicado. Minki empeoraba el aspecto de su papi todavía tirando más de los botones de su camisa, esforzándose por descubrir uno de sus pezones. Si ya normalmente era un niño inquieto, en aquellos momentos estaba, además, de cansado e impaciente.

ㅡNo. ㅡle dijo Jimin con dulzura pero con firmeza, quitándose la mano de la camisa ㅡEspera. ㅡbeso su cabecita y descolgó el teléfono, sin dejar de fruncir el ceño ante lo que veía en el espejo.

ㅡ¿Diga? ㅡdijo distraídamente, sin darse cuenta de la pequeña pausa que hizo la otra persona antes de responder.

ㅡ¿Jimin? Soy Jungkook.

ㅡ¡Hola, Jungkook!

Jimin hizo un gesto de sorpresa y se relajo al escuchar a su amigo y al hacerlo, se dio cuenta de que, hasta ese momento había estado muy tenso, lo que hizo que volviera a ponerse tenso de nuevo. Estaba perplejo, últimamente, se había sorprendido muy tenso dos veces.

ㅡ¡Minki, por favor! ¡Espera!

El niño gruño y él en broma, le devolvió otro gruñido. En sus ojos cafés se reflejaba todo el amor y la alegría que sentía por su hijo. Era el más exigente de sus hijos y el de peor carácter, pero lo quería tanto como a sus gemelos. ¿Cómo no iba a quererlo si tenía los mismos ojos de su padre?

ㅡ¿Todavía no has acostado a esos mocosos? ㅡdijo Jungkook con un suspiro.

No se molestaba en ocultar que para él los niños eran desagradables. Aunque era el modelo de hombre triunfador, no tenía tiempo para los niños. Era alto y peli castaño rojizo, y su vida transcurría a un nivel muy diferente que el de Jimin. Jungkook era el sofisticado chico de un mundo, mientras que Jimin era el abnegado "ama de casa" y "madre" de familia.

Pero era el mejor amigo de Jimin. En realidad, era el único amigo que Jimin había conservado desde los tiempos del instituto. El único que vivía en Seúl, como Yoongi y él. Los demás, por lo que él sabía, seguían viviendo en Busan.

ㅡDos ya están en la cama y uno está a punto. ㅡdijo Jimin ㅡMinki tiene hambre y está impaciente.

ㅡ¿Y Yoongi? ¿Todavía no ha llegado?

Jimin detecto el tono de desaprobación de su amigo y sonrió. A Jungkook no le gustaba Yoongi. Saltaban chispas entre ellos cada vez que se veían.

ㅡNo, ㅡrespondió Jimin, y añadió con cierta tristeza ㅡasí que puedes meterte con él cuanto quieras, que no te va a oír. ㅡen realidad, era una vieja broma entre los dos amigos.

Jimin nunca se había molestado porque Jungkook le manifestara su opinión acerca de Yoongi. Siempre había permitido que le dijera a él lo que no se atrevía a decirle a Yoongi a la cara. Pero aquella vez, un extraño silencio siguió su comentario.

ㅡ¿Ocurrió algo? ㅡle pregunto a Jungkook.

ㅡMaldita sea. ㅡdijo Jungkook entre dientes ㅡSi, la verdad es que si. Escúchame, Jimin. Me siento muy mal por hacer esto, pero tienes derecho a...

Justo en aquel momento un diablillo en pijama apareció en lo alto de la escalera y bajo a toda velocidad, convertido en piloto de caza y disparando la ametralladora de su avión.

ㅡNecesitamos agua ㅡinformo a su papi, desapareciendo por el pasillo en dirección a la cocina.

ㅡMira... ㅡdijo Jungkook con impaciencia ㅡya veo que estas ocupado. Te llamo después... o mañana. Yo...

ㅡ¡No! ㅡintervino Jimin de repente ㅡ¡No cuelgues! ㅡestaba distraído, pero no tanto como para no darse cuenta de que Jungkook quería decirle algo importante.

ㅡEspera un momento que voy a ocuparme de estos mocositos ㅡdejo el auricular sobre la mesa y fue a buscar a su hijo mayor.

Jimin no era alto, pero era esbelto y tenía una bonita figura. Sorprendentemente bonita, teniendo en cuenta que había dado a luz a tres niños. Sin embargo, no era del todo extraño porque, siempre que encontraba tiempo acudía al gimnasio local, donde nadaba, hacia aerobic y jugaba al badmington.

ㅡ¡Te encontré con las manos en la masa! ㅡdijo sorprendiendo a su hijo con las manos en la caja de galletas. Lo miro con severidad y el niño se puso colorado ㅡEstá bien, pero llévale unas a Jisoo. Y no quiero ver ni una migaja en la cama ㅡdijo viéndolo salir corriendo, con una sonrisa triunfal por si su papi cambiaba de opinión.

Con Minki aun en brazos Jimin regreso y tomo el teléfono de nuevo.

ㅡ¡A que estas casado con un sinvergüenza! ㅡexclamo Jungkook ㅡ¡Maldita sea, Jimin, te está tomando el pelo! ¡No está trabajando, está saliendo con otro doncel! ㅡaquellas palabras golpearon como látigo a Jimin.

ㅡ¿Qué? ¿Esta noche? ㅡse oyó decir, sintiéndose como un estúpido.

ㅡNo, no esta noche en particular. ㅡrespondió Jungkook con pensar ㅡAlgunas noches, no sé si muchas o pocas. Lo único que sé es que tiene una aventura. ¡Y todo Seúl lo sabe menos tú! ㅡse hizo silencio. A Jimin se le heló el aire en los pulmones, fue como si le clavaran alfileres en el pecho.

ㅡPerdóname, Jimin... ㅡdijo Jungkook con voz grave, tratando de hablar con suavidad ㅡNo creas que me gusta esto, no importa que...

Jungkook iba a decir que poco le gustaba Yoongi y cuanto le gustaría verlo caer, pero se contuvo. No era ningún secreto que no se gustaban mutuamente, y que solo se soportaban por Jimin.

ㅡY no creas que te digo esto sin estar seguro, ㅡañadió ㅡlos han visto en varios lugares. En algún restaurante... ya sabes, demasiada intimidad para que se trate de una reunión de negocios. Pero lo peor es que los he visto con mis propios ojos. Mi último novio vive en el mismo sector que Kim Seokjin, los he visto salir y entrar muchas veces...

Jimin había dejado de escuchar. No dejaba de recordar ciertas cosas, indicios que convertían lo que Jungkook decía en algo demasiado probable para que pudiera tomárselo como una simple habladuría. Detalles en los que debe haber reparado hace varias semanas. Pero había estado demasiado ocupado, demasiado absorto en sus propios asuntos como para darse cuenta. Nunca había desconfiado del hombre cuyo amor por él y por sus hijos no había puesto en duda jamás.

En aquellos momentos, se daba cuenta de muchas cosas. El frecuente mal humor de Yoongi, su irritación con él y con los niños, las numerosas veces en las que se había quedado en su estudio en vez de acostarse con él.

Se estremeció de la cabeza a los pies. Cerró los ojos y recordó que, otras veces anteriores, Yoongi había querido hacer el amor y él le había respondido que estaba demasiado cansado.

Pero él creía que habían solucionado el problema. Pensaba que, desde hacia un par de semanas, desde que Minki dormía sin despertarse en toda la noche y él estaba más descansado, todo había vuelto a la normalidad.

Solo habían pasado unas noches desde que hicieron el amor con tanta ternura que Yoongi se había estremecido entre sus brazos al despertar. ¡Dios!

ㅡJimin ㅡ¡no! ¡ya no podía seguir escuchando a su amigo!

ㅡTengo que colgar, ㅡdijo con voz grave ㅡtengo que dar de comer a Minki. ㅡen aquel momento, recordó algo mucho más doloroso que el mal humor de Yoongi. Recordó el delicado aroma de un caro perfume que una mañana descubrió en una de las camisas de su marido al recogerla para echarla a la lavadora. Estaba impregnado en el algodón de la camisa. En el cuello, en los hombros, en la pechera. El mismo aroma que Jimin había detectado sin reconocerlo desde hacía algunas noches, cada vez que su marido volvía a casa tarde y lo saludaba con un beso. En la mejilla, en el cuello, en el pelo... ¡Qué estúpido había sido!

ㅡNo, Jimin, por favor, espera...

Colgó bruscamente y el auricular se le cayó de las manos, golpeo sonoramente sobre sus piernas y sobre el suelo y quedo sobre los pies de la escalera. Imaginaba a Yoongi. Lo imaginaba con otro doncel, teniendo una aventura, haciendo el amor, ahogándose en suspiros...

Le dieron náuseas y se cubrió la boca con una mano, apretando el puño contra sus fríos y temblorosos labios.

El teléfono sonó otra vez. Se puso de pie. Poseído de una extraña calma, que no era más que una manifestación del profundo choque que acababa de sufrir, lo agarro, lo dejo descolgado y se dirigió a las cocina.

Nada más terminar su cena, Minki se durmió. Se tumbo boca abajo, hecho un ovillo, abrazado a un osito de peluche. Jimin se quedo mirándolo un buen rato, aunque sin verlo realmente, sin ver nada en absoluto. Se le había quedado la mente en blanco. Echó un vistazo a las habitaciones de los mellizos.

Jihoon estaba dormido, con las sabanas arrugadas a los pies de la cama, como siempre, y los brazos cruzados sobre la almohada. Se acerco, le dio un beso y lo tapo. De sus hijos, Jihoon era el que más se parecía a su padre, pálido y con una barbilla prominente, señal de su carácter decidido, como el de su padre. Era alto y fuerte, igual que Yoongi a la misma edad, tal y como había visto fotos del álbum de su suegra.

Luego fue a ver a su hija, Jisoo era muy diferente a su hermano mellizo. Al entrar por la mañana a su habitación, se la encontraba siempre en la misma posición en que se había dormido. Jisoo tenía el pelo sedoso y negro, esparcido sobre la almohada. Era el ojito derecho de Yoongi, que no ocultaba su adoración por su princesa de ojos mieles. Y la pequeña lo sabía y explotaba la situación al máximo.

¿Cómo podía Yoongi hacer algo que le pudiera doler a su hija? ¿Cómo podía hacer algo que pudiera rebajarlo a los ojos de su hijo mayor? ¿Podía ponerlo todo en peligro solo por el sexo? ¿Sexo? Le dieron escalofríos. Tal vez era algo más que sexo, tal vez era amor, un amor verdadero. La clase de amor por la que un hombre lo traiciona todo.

Pero, tal vez, todo fuera una mentira. Una mentira sucia y estúpida, y Jimin estaba cometiendo con su esposo la mayor de las indignidades con tan solo suponerlo capaz de algo así. Pero recordó el perfume, y muchas noches que había pasado fuera, echándole las culpas al contrato de Harvey's. ¡Maldito contrato!

Se tambaleo y salió de la habitación de Jisoo para dirigirse a su cuarto, donde, la semana anterior, se habían encontrado de nuevo y habían hecho el amor de una manera muy tierna por primera vez en muchos meses.

La semana anterior. ¿Qué había pasado la semana anterior para que su esposo volviera a él de nuevo? Jimin había hecho un esfuerzo, eso es lo que había ocurrido. Él había estado muy preocupado por cómo iba su matrimonio y había hecho un esfuerzo. Había dejado a los niños con su madre y había cocinado el plato favorito de Yoongi. Se había puesto un conjunto de seda negro y habían cenado con velas.

Sin embargo recordó la tensión en el rostro de Yoongi al estar desnudos en la cama, una tensión que su esposo echaba a menudo al estrés, y sintió un escalofrió. Cerró la puerta y se dirigió al cuarto de estar. Se daba cuenta de muchas cosas, cosas que su estúpida ceguera no había visto hasta entonces.

La fuerza con la que lo había agarrado de los hombros, en un intento desesperado, pero evidente de guardar distancias. La triste mirada en sus ojos mieles mientras observaba su boca. El suspiro con que había recibido su confesión: "Te quiero, Yoongi", le había dicho, "siento mucho que haya sido muy difícil vivir conmigo".

Yoongi había cerrado los ojos y trago saliva, frunciendo los labios y apretando los puños sobre sus hombros hasta que él doncel sintió dolor. Luego, lo había estrechado entre sus brazos y había hundido el rostro en su cuello, pero no había dicho una palabra, ni una sola palabra; ni una disculpa, ni una declaración de amor, nada.

Pero habían hecho el amor con mucha ternura, recordaba con un dolor que recorría todo su ser. Fuera lo que fuese su relación con el otro doncel, todavía lo deseaba con pasión, con una pasión que no podría sentir con otro.

¿O tal vez si? ¿Qué sabia él de los hombres? Había conocido a Yoongi con diecisiete años. Había sido su primer amante, su único amante. Jimin no sabía nada de los hombres. Y por lo visto, nada de su marido.

Vio su rostro reflejado en el espejo que había sobre la chimenea de mármol y lo miro fijamente. Estaba pálido y tenía un rictus en los labios. Veinticuatro años, padre y esposo, por ese orden. Sonrió amargamente. Aquella era una verdad a la que nunca se había atrevido a enfrentarse.

"Lo querías", se dijo, "y lo conseguiste, en el corto espacio de seis meses. No está mal para un ingenuo muchacho de diecisiete años". Pero Yoongi tenía veinticuatro años, pensó con cinismo, y la suficiente experiencia como para dejarse atrapar por el truco más viejo del mundo.

Pero entonces el cinismo lo abandono. No había ningún truco, no tenía derecho a denigrarse a sí mismo a algo que en absoluto lo fue. Tenía diecisiete años cuando conoció a Yoongi, y era muy inocente. Era la primera vez que iba a una discoteca, acompañado de un grupo de amigos que se rieron de su miedo a que les preguntaran la edad y no les dejaran pasar.

ㅡ¡Oh, vamos! ㅡle dijeron ㅡSi te preguntan cuántos años tienes, miénteles como lo hacemos nosotros.

Fue consciente de la presencia de Yoongi desde el momento de entrar. Era fuerte, delgado y blanco, y muy atractivo, tanto como una estrella de cine. Sus amigos y amigas también sintieron su presencia, y se rieron tontamente al comprobar que no ocultaba el interés en ellos. Pero en realidad, era a Jimin a quien estaba mirando. Jimin, con su pelo castaño y ondulado, silenciosamente, enmarcando su preciosa cara.

Su amiga Yerin lo había maquillado y su amigo Hoseok le había prestado unos pantalones rasgados ajustados y una camisa al estilo escocesa que se ceñía perfectamente a su delgado torso. Si sus padres lo hubieran visto así vestido, se habrían muerto del susto. Pero estaba pasando el fin de semana en casa de Hoseok, mientras sus padres se habían ido a visitar a unos parientes, así que no podían ver como su único hijo pasaba el tiempo mientras ellos estaban fuera.

Y fue a Jimin a quien Yoongi se acerco primero cuando pusieron una canción lenta. Le dio un toquecito en el hombro para que se volteara y sonrió, con gracia y confianza en sí mismo. Consciente de la envidia de las otras chicas y chicos, dejo que lo tomara entre sus brazos sin una palabra de protesta. Jimin podía recordar aquel hormigueo al recordar su tacto, su proximidad, su suave pero firme masculinidad. Bailaron durante mucho rato antes de que el mayor hablara.

ㅡ¿Cómo te llamas?

ㅡJimin ㅡle respondió con timidez ㅡPark Jimin.

ㅡHola, Park Jimin ㅡdijo Yoongi en un murmullo ㅡMin Yoongi.

Cuando estaba absorbiendo todavía las dulces resonancias de su voz suavemente modulada, Yoongi le puso la mano bajo su cintura y el menor se estremeció al sentir su tacto. Yoongi lo atrajo hacia sí, pero no hizo ningún intento de besarlo, tampoco le dijo que saliera del local con él y dejara a sus amigos. Tan solo le pidió el número de teléfono y prometió llamarlo muy pronto. Jimin pasó la semana siguiente pegado al teléfono, esperando con impaciencia su llamada.

En su primera cita, lo llevó en un coche. Un Ford rojo.

ㅡEs el coche de la empresa ㅡle dijo con una sonrisa que llego a comprender muy bien. Amablemente pero con una intensidad que le hacía contener el aliento, Yoongi le dio confianza para que hablara de sí mismo. De su familia, de sus amigos, de sus gustos. De su ambición de estudiar arte para dedicarse a la publicidad, al decirle aquello Yoongi frunció el ceño y le pregunto su edad. Incapaz de mentir, Jimin se sonrojo y le dijo la verdad. Yoongi frunció el ceño todavía más y el doncel se mordió el labio porque sabía que lo había echado todo a perder. Yoongi lo llevo a casa y se despidió con un escueto "Buenas noches".

Jimin quedo destrozado. Durante muchos días, apenas comió y no pudo dormir. Estaba a punto de tener un problema serio de salud cuando Yoongi lo llamo una semana más tarde. Lo invito al cine. Jimin se sentó a su lado en la oscuridad y no dejo de mirar la pantalla, pero no vio nada, solo podía concentrar su atención en la proximidad de Yoongi, en el sutil aroma de su colonia, en su rodilla a unos centímetros de la suya, en el tacto de sus hombros, que se rozaban. Con la boca reseca, tenso y con un temor a hacer cualquier movimiento por no echarlo todo a perder por una segunda vez, no pudo evitar un gritito cuando Yoongi le agarro la mano. Con expresión seria entrelazo sus dedos.

ㅡTranquilo. ㅡmurmuro ㅡNo voy a morderte.

El problema era que el doncel estaba esperando a que lo mordiera. Incluso entonces, ingenuo como era, sin saber cómo debía comportarse con un hombre, lo deseaba con una desesperación que debía ser patente en su rostro. Yoongi murmuro algo y apretó su mano contra la suya mientras volvía a concentrarse en la película. Aquella noche lo beso con tanto deseo que Jimin sintió temor antes de que lo dejara marchar.

En su siguiente salida, lo llevo a un restaurante muy tranquilo y no dejo de mirar al doncel durante la cena, mientras le contaba cosas acerca de si mismo. Acerca de su trabajo en una gran empresa de ordenadores que le obligaba a viajar por todo el país, acerca de su ambición de tener su propia empresa, de cómo ahorraba todas sus comisiones para hacerlo algún día. Hablaba con tal calma y suavidad que Jimin tenía que inclinarse hacia adelante para no perderse palabras de lo que decía. No dejaba de mirar al doncel, no para observarlo, sino para absorberlo. Cuando lo llevo a casa, Jimin estaba en peligro de explotar por la tensión sexual acumulada. Sin embargo se limitaron a darse un beso. Lo mismo sucedió otra docena de veces, hasta que un día inevitablemente en vez de llevarlo al cine lo llevó a su apartamento.

Después de aquel día, apenas iban a otros lugares. Estar solo y hacer el amor se volvió en lo más importante de sus vidas. Yoongi se convirtió en lo más importante, por encima de sus notas, de sus ambiciones, de la opinión de sus padres, que no paraban de manifestarle su desaprobación sin menoscabar lo que sentía por Yoongi.

Tres meses más tarde, y después de que Yoongi estuviera dos semanas de viaje, el doncel lo estaba esperando en el apartamento.

ㅡ¿Qué haces aquí? ㅡle pregunto Yoongi.

Solo en el momento de recordarlo, siete años más tarde, se dio cuenta que no le había gustado encontrarlo ahí. Tenía el rostro serio y cansado, igual, pensaba Jimin sentado en el cuarto de estar de su casa, que en los últimos meses.

ㅡTenía que verte ㅡle dijo, agarrándolo de la mano y arrastrándolo al interior del apartamento. Inevitablemente hicieron el amor, luego el doncel hizo café y lo bebieron en silencio. Yoongi, que solo llevaba un albornoz, se sentó en su sillón y el menor se hizo un ovillo a sus pies, y se abrazo a sus rodillas.

Entonces le dijo que estaba embarazado. Yoongi no se movió ni dijo nada y el doncel no lo miro. Yoongi le acaricio el pelo y el menor apoyo la cabeza en la pierna.

Al cabo de unos momentos, Yoongi dio un largo y profundo suspiro. Agarro a Jimin y lo sentó en su regazo. El menor encogió las piernas, como una niña, como Jisoo cuando se sentaba en los brazos de su padre para buscar consuelo.

ㅡ¿Estás seguro?

ㅡCompletamente. ㅡdijo Jimin, pegándose a él, asiéndose al eje sobre el que giraba su vida ㅡMe comencé a sentir mal y compre una de esas pruebas que venden en la farmacia. Ha dado positiva. ¿Crees que puede ser incorrecta? ¿Voy al médico antes de que decidamos algo?

ㅡNo. ㅡdijo Yoongi ㅡAsí que estas embarazado. Me pregunto como ha ocurrido ㅡañadió pensativamente. Jimin se rió nerviosamente.

ㅡEs culpa tuya. ㅡle dijo ㅡEres tú el que tiene que tomar precauciones.

ㅡY eso he hecho. ㅡreplico él ㅡBueno, al menos tenemos tiempo de casarnos antes de que toda la ciudad se entere del por qué lo hacemos.

Y aquello fue todo. La decisión estaba tomada, Yoongi se ocupo de todo, evitando que el pequeño sufriera de cualquier pregunta indiscreta, cualquier inconveniente, ayudándolo a soportar la decepción que suponía para sus padres.

Una vez más, fue siete años más tarde, cuando se dio cuenta del verdadero significado de sus palabras "Al menos tenemos tiempo de casarnos antes de que la ciudad se entere del por qué lo hacemos". Y, por primera vez, pensó que, tal vez, en otras circunstancias, Yoongi no se habría casado con él.

El menor lo había atrapado. Con su juventud, su inocencia, con su confianza infantil y su ciega adoración. Yoongi se había casado con él porque creía que era lo que tenía que hacer.

El amor no tenía nada que ver con el asunto.

El sonido de una llave en la puerta principal lo devolvió al presente. Se dio la vuelta. Sentía una extraña calma, un extraño alivio. Miro el reloj de la pared. Yoongi no iba a volver a casa hasta varias horas después. Tenía una cena de negocios, le había dicho. Que estúpido le pareció aquella excusa, se dijo sonriendo amargamente y acercándose a la puerta del cuarto de estar.

Yoongi le daba la espalda. Jimin se dio cuenta de la tensión de los músculos del cuello y la rigidez de su espalda bajo la tela de su abrigo negro. Se dio la vuelta lentamente y sonrió. Jimin observo su rostro cansado y pálido. Yoongi miro al teléfono descolgado. Se acerco y levanto el auricular. La mano le temblaba ligeramente al dejarlo en su lugar.

Jungkook debió haberle llamado. Debía haber sentido pánico al ver que él menor se negaba a contestar el teléfono y lo había llamado para decirle que lo había hecho. Le habría gustado oír aquella conversación, pensaba Jimin. La acusación, la defensa, la confesión y el veredicto.

Yoongi lo miro y el menor dejo que lo observara durante unos instantes. Luego, sin decir nada, se dio la vuelta y volvió al cuarto de estar.

Era culpable. Lo llevaba escrito en su aspecto. Culpable.


Yisha

26 Août 2021 01:35 3 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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jenn ☆ jenn ☆
qué tristeza☹
December 21, 2023, 03:22
Yullan Mariieth Yullan Mariieth
Dios Yunki como le haces eso a tu marido que te adoraba
June 15, 2023, 11:03
Dayanna García Dayanna García
Que crudo se siente todo
May 23, 2023, 20:42
~

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