Histoire courte
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Hasta que nuestro mundo se acabe

Una semana, una intranquila semana había pasado desde que ellos se habían separado; desde que aquella alarma había comenzado a sonar…

_Ambos se encontraban en una cita como la que acostumbraban a tener cada fin de semana, habían decidido que era buena idea ir al cine. Sin mucho que discutir se decidieron por ver una película de terror, pero justo cuando iban a entrar a la función comenzó a sonar una alarma.


Ambos se encontraban en una cita como la que acostumbraban a tener cada fin de semana, habían decidido que era buena idea ir al cine. Sin mucho que discutir se decidieron por ver una película de terror, pero justo cuando iban a entrar a la función comenzó a sonar una alarma.

—Este es un mensaje del gobierno nacional y a partir de este momento deberán acatar a la perfección lo que se les demandará, ha llegado la cuenta regresiva; han comenzado a presentarse los desastres que desde hace un tiempo han sido predichos—la voz robótica de una mujer anunciaba lo que todos temían, él y ella solo podían mirarse con preocupación, mientras él le sostenía la mano a ella—A partir de hoy inicia un toque de queda, nadie podrá salir de sus hogares si quieren seguir con vida— las personas comenzaron a correr desesperadas—Si, así como lo escuchan el fin del mundo ha comenzado a llegar.

El chico solo pudo apretar más fuerte la mano de la chica y comenzó a caminar con ella a rastras, pero mucho antes de que pudiesen llegar al estacionamiento para buscar la moto del chico, le arrebataron al amor de su vida de sus manos.

—¡Jay! — ella gritó, pero ya era muy tarde, sus padres la habían tomado sin dejar que se despidieron y la habían alejado de él.

—Mi amor, prometo que volveremos a vernos antes de que el mundo llegue a su final, porque si voy a morir quiero que sea contigo a mi lado- escribió el a su novia antes de subir a la moto e irse a su casa para no salir más

Después de aquel día no habían podido comunicarse. Desde que la alarma se activó comenzaron a morir cantidades inimaginables de personas y él no estaba seguro de si ella seguía con vida.

—Jay amor, debes comer. Tienes días sin hacerlo- la madre del chico se encontraba en su habitación intentando que el pobre no muriera de inanición.

—No me pidas que coma, cuando no tengo razón alguna para vivir. Entiende mamá, sea como sea vamos a morir y yo ya he comenzado a hacerlo. —Ella intentó acercarse pero él le hizo un gesto para que no lo intentara—Quiero estar solo así que por favor sal de aquí y cierra la puerta. La pobre señora no podía dejar de pensar que su hijo estaba a punto de morir y ella no podía hacer nada.

Pero lo que nadie sabía en esa casa era que Jay estaba plañendo huir, salir de allí a toda costa solo para pasar las últimas horas de su vida con la persona que amaba, cuando el pequeño reloj marcó las tres de la tarde, el chico tomó lo necesario y comenzó sacarlos por la ventana que había logrado abrir sin que sus padres se dieran cuenta.

Cuando por fin estuvo fuera de casa con mucho cuidado de no hacer ruido rodó su motocicleta, hasta que pudo arrancarla. Decidió meterse por el callejón que frecuentaban; el cual conectaba las veredas en donde vivían ambos, dejó en aquel lugar la moto y caminó hasta donde la chica vivía. Cuando se ubicó en la parte trasera de la casa pudo verla allí mucho más pálida de lo que la recordaba; con unas ojeras que decoraban su rostro y una expresión triste.

Tomó una piedra y apuntó a aquella ventana, ella se sorprendió al verlo allí; llevaba día esperando que eso sucediera. Bajó tan rápido como sus pies se lo permitieron y salió de la casa sin recordar lo que sus padres le habían dicho. Corrió hasta a él y lo abrazó. Para ambos fue como volver a la vida, ese abrazo simbolizó un respiro nuevo lleno de esperanza, al separarse la besó.

—Vengo a buscarte para que escapemos juntos, no soporto estar más sin ti—Ella lo miró confundida, sus padres habías salido porque sus abuelos estaban teniendo ataques de ansiedad; y muy claro le habían dicho que no debía salir.

—No puedo—se alejó de él—Mis padres han salido y no quiero que al regresar no me encuentren—él cambió su expresión a una de confusión y luego comenzó a pensar que podía hacer.

—Pues si no puedes…—se alejó de ella y retrocedió a donde se encontraba su mochila, ella comenzó a aterrarle la idea de que decidiera irse—Tendré que quedarme contigo.

—Pensé que te irías—susurró más para sí misma y el la miró confundido—No me mires así, pero cuando retrocediste creí que te marcharías…—él la silenció con un beso.

—Me quedaré porque no sé si hoy se la última vez que nos volvamos a ver—y así fue él se quedó allí.

Pasaron una tarde como aquellas que acostumbraban a tener, películas, comida, juego y por supuesto sexo. Se entregaron a ambos como si de verdad esa fuera su última vez, dadas las seis de la tarde comenzó a sonar de nuevo la alarma que indicaba el comienzo de otro evento catastrófico. Una hora más tarde habían quedado a oscuras, la electricidad falló.

—Em¬— él comenzó a hablar mientras acariciaba la espalda de la chica— Te he amado desde hace tanto tiempo que no recuerdo como hiciste para que me enamorara de ti, pasé los mejores últimos tres años de mi vida contigo. Y hoy cuando no sabemos qué pasará mañana quiero prometerte que te amaré hasta la eternidad y que no soltaré tu mano nunca más—Luego de esas palabras la besó.

—Jay, yo te agradezco a ti por haber entrado en mi vida. Por enseñarme que la vida es mucho más de lo que podemos imaginar. Me miraste cuando nadie más lo hizo y eso siempre lo llevaré conmigo, yo también prometo seguir amándote tanto como mis pulmones lo permitan. Y si en aquel lugar al que vamos después de la muerte puedo seguir amándote, prometo que volveré hacerlo— Repitió la acción del chico.

Y allí mientras ambos se profesaban su amor en un discurso que parecían los votos de su boda sintieron la tierra temblar tan fuerte como pueden imaginar, luego un sonido ensordecedor lleno sus oídos y cuando todo aquello ocurrió, todo dolor se calmó y sus ojos nunca despertaron de aquella eterna oscuridad.

Ambos se amaron hasta que sus cuerpos respiraron y aun después de la muerte ambos se encontraron para seguir amándose como la primera vez en que lo confesaron



FIN...

5 Août 2021 00:20 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

A propos de l’auteur

Karenth Rincón Nací en el año 2001 en una ciudad llamada San Cristóbal, me dedico al mundo de la escritura desde 2014

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