No me llames "bebé", no cuando entre tus sábanas y suspiros rezas el nombre de ella y no el mío.
No me llames así, cariño, que mi corazón late con ilusión y duele cuando el sabor amargo de la decepción se prueba en mis labios y zumba en mis oídos.
A veces eres un hermoso amarillo y otras un nefasto negro que parece querer consumirme.
Las agujas del reloj me dicen que es hora de irme, pero mis manos se aferran a tu espalda y no quiero dejarte ir de nuevo.
Estoy cansado de vivir esto una y otra vez, pero me prometí que sería la última ocasión que sería miserable gracias a ti.
Adiós, cariño. Hoy me desligo de ti y vuelo a un lugar mejor.
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Esto ya debería estar en microrrelatos, pero me apetecía ponerlo aparte.
Merci pour la lecture!
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