minminyoonji Minmin YoonJi

YoonGi es un híbrido de gato empesinado en conquistar a JiMin, un híbrido de zorro, se niega a ser marcado por otro alfa que no sea él. Y NamJoon, el solo es un híbrido de perro, un guitarrista que conoce a YoonGi en el club nocturno al que JiMin asiste con frecuencia.


Fanfiction Groupes/Chanteurs Interdit aux moins de 18 ans.

#bts #yoongi #namjoon #omegaverse #omega #alfa #gato #perro
Histoire courte
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Parte unica

Advertencia: el siguiente contenido abarca en su mayoría relaciones sexuales entre personas del mismo sexo así como actos que se pueden considerar como "inmorales".


Este oneshot fue diseñado específicamente como material de entretenimiento y de estímulo sexual por lo que no debe ser tomado como una obra literaria de carácter serio.


Si este contenido no es de tu agrado te hago la cordial invitación de pasar de largo y buscar otro contenido que se adapte a tus necesidades.


Omegaverse, lemon y smut para su disfrute.


Estaré leyendo sus comentarios.

...



—Todos tus compañeros de secundaria ya tienen al menos un bebé —exclama su madre por el auricular.


—Eish, no son todos, no exageres mamá.


—Pero sí la mayoría, incluso varios ya están esperando su tercer hijo —Escucha y rueda sus felinos ojos, notando la mirada divertida de JeongYeon sentada a su lado—. Esta bien sino quieres tener hijos aún, pero prometiste que te dejarías marcar por un buen alfa si tu padre y yo permitíamos que fueras a la universidad, antes de graduarte.


— Y aun no me graduo, apenas voy por la mitad de mis estudios —dice con molestia—. Además no tienes de qué preocuparte, pronto tendré una hermosa marca en mi cuello.


— ¿Cuándo YoonGi? — Pregunta desesperada. — ¿Cuando?


— Muy, muy pronto, confía en mí.


— Siempre dices lo mismo.


— Esta vez es real. — Responde sonriendo, justo en el momento que el subterráneo para en la estación. — Ahora ya me tengo que ir mamá.


— No me vayas a colgar.


— Saluda a papá.


— ¡YoonGi!


— Besos.


Y cuelga sin ningún pesar o remordimiento. JeongYeon suspira al bajar ambos del vagón y lo mira con cara graciosa, meneando su blanca y esponjosa cola de gato beta.


— Tu madre si que es intensa.


— Dime algo que no sepa. — Responde riendo en tanto los dos van por subir los escalones. — Igual cuando esté marcado me dejará en paz.


JeongYeon hace una mueca y chasquea la lengua con desagrado.


—Ya te dije, ese idiota de JiMin solo se fija en omegas hembra —Le dice ella sin dejar de caminar, abriéndose paso entre la multitud de la gente.


—Yo seré la excepción —responde él sin importarle que su amiga le rueda los ojos e ignora mientras revisa la dirección que marca su móvil—. Y deja de llamarlo así, JiMin es el más listo de la clase de matemáticas.


— Y ya está, para todo lo demás es un estúpido, se la pasa cogiendo, ese es su único talento.


— Te equivocas, también es un gran bailarín.


— No baila taaan bien. — Le responde ella haciendo un puchero. — Yo soy mejor.


— Claro. — Le dice riendo.


JeongYeon frunce el ceño y le jala una de sus orejitas negras, medio despeinándolo. Entonces YoonGi se queja.


— Cállate pies izquierdos. — Dice ella.


YoonGi no evita reclamarle que lo ha despeinado y ella sólo le responde que sigue viéndose perfecto. Él lo sabe pero aún así no le gusta verse con el cabello fuera de lugar, mucho menos con la clase de orejas que tiene. Siguen caminando unos cuantos minutos más hasta finalmente detenerse en el bar.


Según buenas fuentes este es el sitio donde JiMin y sus amigos pasan sus noches de viernes casi sin falta y esa es la razón por la que YoonGi y JeongYeon están aquí ahora.


— No puedo creer que me convenciste de venir aquí sólo para ver a ese tonto. — Reclama JeongYeon mientras los dos sacan su identificación para que los dejen pasar.


La música del interior ya resuena y cuando paran en la entrada ya es necesario que los dos empiecen a alzar la voz si quieren escucharse.


— Igual me has insistido desde hace meses en venir aquí. — Dice YoonGi, pasando al lado del guardia que verifica que sea él quien está en la foto de la tarjeta. — ¿Acaso no te encanta el rock Indie?


— Sí, pero te negaste a venir conmigo solo hasta ayer que Momo te contó lo de JiMin, que malo eres.


— Estamos aquí y eso es lo que cuenta.


JeongYeon bufa pero ya no le dice nada y YoonGi simplemente la deja ser mientras se ríe de ella. Entrando pueden notar que el lugar está a reventar de gente, los dos moviéndose con suma dificultad entre lo apretados que están todos.


YoonGi mira todo a su alrededor y debe admitir que el local no está nada mal. Hay mesas por toda la orilla. Una barra de bebidas del lado izquierdo, los baños del lado derecho junto a unas escaleras, un escenario al fondo y una pista en el medio. Alza la mirada y descubre el segundo piso, que tiene un hueco justo en el centro y por el cual las personas de arriba pueden mirar la pista y el escenario. Y justo en la tarima del escenario, una banda de cuatro integrantes, baterista, guitarrista, bajista y tecladista, donde el guitarrista también es el vocal, tocando alguna canción de Rock que le es levemente conocida.


YoonGi no los observa mucho, solo lo necesario para darse cuenta que todos son canes, empezando por el guitarrista que tiene cola y orejas de perro. Hace una mueca de desagrado y continúa caminando, agarrado de la mano de JeongYeon. Buscan con la mirada un espacio libre donde puedan sentarse y JeongYeon no tarda ni dos segundos en señalar una mesa que apenas se desocupa. Los dos corren hacia ella (como pueden) para evitar que alguien más se las quite y en su carrera es que YoonGi siente que alguien lo toma de la cola y juega provocativo con ella. Él voltea y mira al alfa, que le devuelve una sonrisa descarada alzando una ceja, como intentando ser coqueto. Que maldito fastidio.


YoonGi toma su colita negra y tira de ella, con el cuidado suficiente para no lastimarse pero si enérgico para soltarse de ese estupido. El alfa que tiene orejas de oso muestra intenciones de acercarse pero YoonGi le gruñe con irritación. JeongYeon que se da cuenta lo toma de la mano y le dice que se calme, llevándolo a la mesa y sentándolo en una de las dos sillas altas.


— Ese estupido. — Dice, mientras ve como aquel alfa se ríe de su pequeña travesura con los demás idiotas de sus amigos.


— No le hagas caso Gigi. — Dice ella, tranquilizándolo, en tanto toma el menú y se lo muestra. — Mejor revisa qué es lo que vas a ordenar.


YoonGi toma la carta de bebidas en su mano y agradece mientras revisa los cócteles. Aún no ha comido así que considera debe pedir algo suave, pues no quiere estar borracho para cuando JiMin aparezca. Él y su amiga ordenan un par de medias de fresa junto a una botana que consiste en jamón picado, queso y aderezo dulce. El mesero les sonríe, más que nada a JeongYeon y se va.


— Le gustaste. — Le dice YoonGi a su amiga, que se endereza orgullosa mientras peina su cola blanca encima de su cintura.


— ¿Tu crees? — Pregunta sonriendo mientras sigue con la mirada al muchacho beta con orejas y cola de conejo.


— ¿Lo dudas?


Claro que no, JeongYeon sabe perfectamente cuando a alguien le gusta. Pero lo gracioso de esta situación es que parece que a ella realmente le ha gustado ese conejo, cosa que es extraña pues rara vez ella se fija en alguien. Eso no evita que YoonGi se sorprenda cuando el mesero vuelve con su orden y JeongYeon aprovecha para preguntarle su nombre al mesero. Jeon JungKook le responde él con una sonrisa de grandes dientes, con mirada coqueta y pose orgullosa. Sino fuera por su olor, YoonGi diría que ese tipo se las da de Alfa y no de Beta.


Cuando JeongYeon deja de coquetear con el mesero es que YoonGi nota a los amigos de JiMin llegar, iluminandosele el rostro cuando ve las orejas de zorro sobresaliendo por la multitud de gente. Inmediatamente YoonGi se yergue sobre sí y acomoda su blazer blanco junto al collar de su cuello y su camisa blanca a rayas negras. Tiene que verse increíble.


— Ay no. — Se queja su amiga y YoonGi no tarda en darse cuenta del motivo.


JiMin aparece al fín pero con él llegan encimadas las tontas de Jenny y Rose, y como si eso no bastara, atrás de ellos tres, también Jisoo y Lisa.


— Te dije. — Murmura JeongYeon dando un trago de su copa. — Todas omegas. hembra.


— Les voy a ganar. — Responde YoonGi con aire decidido. — Tengo una ventaja sobre ellas a la que JiMin no se va a resistir como alfa.


— ¿Uh, qué ventaja?


— Soy virgen.


JeongYeon rompe en un risotada que sólo YoonGi nota pues el ruido que hace la banda desvía la atención de todos en el lugar.


— ¡Tu no eres virgen!


— Claro que sí.


— ¡No lo eres! — Responde aun riendo. — Si apenas ayer te viste con HoSeok.


— Eish… HoSeok ni ningún beta cuenta. — Declara convencido. — Un omega deja de ser virgen hasta que recibe un nudo en su interior.


— ¿Quien dice esa estupidez?


— Yo lo digo. — Dice seriamente pero JeongYeon no deja de reír incrédula ante el planteamiento de su supuesta ventaja.


YoonGi suspira harto y vuelve a mirar a JiMin, quien junto a sus amigos y ese grupo de oxigenadas, sube las escaleras y toma una de las mesas del balcón.


— Además, JiMin no tiene que enterarse que ya he tenido sexo con betas. — Responde. — Lo importante es haberme guardado para él como único alfa, no como esas cuatro arrastradas.


— Jenny es virgen. — Responde JeongYeon desinteresada, llenándose la boca de queso. — Ella sí es virgen.


YoonGi la mira mal pero a ella parece no importarle, se ve más ocupada en coquetearle al mesero con sus miradillas inocentes. Él bufa haciendo un puchero con sus labios y tomando su pequeño bolso negro de diseñador se va al tocador, enojarse provoca que le den ganas de orinar.


Una vez vaciada su vejiga sale del cubículo, suspirando de alivio y sintiéndose bastante más ligero. Se mira al espejo mientras lava sus manos y se le escapa una sonrisa de satisfacción. Luce guapísimo esta noche, agradecido de gastar sabiamente la mitad del dinero del mes en tan bonita ropa. JiMin no se va a resistir, está seguro. Sin embargo borra la sonrisilla apenas la puerta del baño de omegas se abre y entra una de esas cuatro. YoonGi mira de reojo a Rose y finge ignorarla. Ella ya lo ha visto ahí, así que va y se le cuelga del hombro mientras ella se arregla el flequillo.


— YoonGi, no sabía que venías a este club. — Le dice juguetona alzando una ceja.


— JeongYeon insistió, le encanta la música indie y esas tonterias.


— Claaaro… seguro no tiene nada que ver con que sea el bar favorito de JiMin.


Por supuesto ella lo sabe, es decir, no es secreto que YoonGi está más que interesado en JiMin, mirándolo desde la distancia, siguiéndolo con sus ojos. El la mira despectivo y decide irse de vuelta donde JeongYeon. La oye reírse satisfecha y eso le molesta. Que sorpresa es que su mesa ya está ocupada por otras personas y que cuando busca a su amiga ella ya está en una esquina charlando con el maldito mesero. Debió adivinar que esto pasaría.


Resopla con su pequeña naricita y decide que es momento de actuar. Mira al techo y entrecierra sus ojos analizando su objetivo, quien ríe y bebe, rodeado de otros alfas y sus omegas. Respira profundo y sube las escaleras a paso seguro, confiado mientras pone su mejor sonrisa.


De nuevo tiene que soportar que alfas e incluso betas le tiren de su cola en un intento primitivo y casi cavernícola de llamar su atención, los ignora porque no puede perder tiempo pero si por el fuera seguro ya estaría golpeando a algún par. Cuando se libra de la multitud que se interpone en su camino llega y se para en la mesa de sillones de cuero donde están al menos diez personas bebiendo a risotadas. No sabe qué es lo gracioso pero si quiere mezclarse con ellos es mejor empezar a reír también.


YoonGi da otro paso y se mete entre dos alfas que de inmediato lo miran, cambiando su rostro de diversión a uno de interés, saboreando su cuerpo con nada de disimulo. Que satisfacción la de YoonGi tener este efecto en los alfas, JiMin no va a ser la excepción y por eso lo mira coqueto cuando este le saluda.


— ¿YoonGi, cierto? — Le pregunta el zorro, con su cola anaranjada meneándose lentamente.


— Hola, JiMin. — Le dice saboreando su nombre en la boca.


Los dos se sonríen y YoonGi espera a que el alfa se deslice sobre su asiento, haciéndole lugar junto a él, lamentablemente eso no pasa, pues JiMin sonríe desviando la mirada con cierta incomodidad mientras los demás empiezan a reir en silencio.


— Pues un gusto saludarte, YoonGi.


Y la primera en dejar escapar su risa es la estúpida de Jenny, justo cuando Rose aparece y pregunta qué es tan gracioso. Viéndose humillado YoonGi no tiene de otra más que girarse sobre sus pies y caminar de vuelta a las escaleras, ignorando la pesada y burlesca mirada de todos esos imbéciles.


No va a mentir diciendo que esto no le ha dolido, porque definitivamente ha sido un golpe duro a su ego y orgullo. ¿Cómo se atreve a haberle rechazado así para dejarlo herido de tan patética forma? Malditos alfas y malditos zorros.


YoonGi busca a su amiga pero sigue ahí y ahora no sólo en compañía del estúpido mesero sino también de otros pendejos que no tiene idea de donde salieron. Debería ir hasta ella y decirle que todo está acabado, que mejor se vayan de una vez porque no quiere encontrarse con los amigos de JiMin después de tal humillación, más desiste de esto cuando la ve tan contenta, riendo y saltando al son de la batería. Después de todo, aunque ella le acompaño, también es un lugar que ha esperado conocer desde tiempo atrás y YoonGi no le puede arruinar la noche sólo porque a él se la ha arruinado un maldito estúpido en cinco segundos.


Entonces se va a la barra y pide media charola de Shots, todos a base de leche dulce con licor, deseos de su parte gatuna aflorando por el enojo. La cantinera, que es una alfa, hace el intento de coquetearle cuando trae la orden, diciéndole estúpidamente que sus "orejitas negras" lucen perfectas para morder en la cama. Esto hace que YoonGi gruña con poca paciencia tal gato arisco y la asusta, lo suficiente para que ella se aleje mientras murmura una maldición.


Entonces bebe de cada uno de los pequeños vasos, sentado en la barra mientras la guitarra y el bajo acompañan la voz del vocal. YoonGi presta poca atención a la canción y dios santo… no puede sentirse más mierda que esto.


Para el momento en que la canción termina YoonGi ya también se ha terminado todos los tragos y es cuando la banda anuncia que se tomará un breve descanso para comer y beber antes de continuar la tocada. Que alivio para el omega pues no podría soportar otra canción que señale lo terrible de su fracaso esta noche.


Sin embargo no obtiene mucho confort por más de un minuto pues el vocal de la banda se inclina a su lado sobre la barra y pide agua carbonatada a la cantinera. Empezando a beber con su maloliente sudor de alfa que golpea sus fosas nasales, goteando sobre la mesa a pocos centímetros de la mano de YoonGi. Un escalofrío recorre su espalda y su cuerpo se estremece.


— Dios, apestas. — Gruñe YoonGi bajito, aunque no tanto pues el alfa claramente le escucha.


El perro alza una ceja y gira sus orejas un poco antes de sonreír.


— Gatito enfurruñado. — Dice este.


YoonGi se gira y lo mira furioso a los ojos. ¿Pero cómo se atreve este papanatas a llamarle gatito, y por si fuera poco gatito enfurruñado? ¡Él no es ningún gatito ni un enfurruñado! Sabiendo que demonios significa enfurruñado, pero él está seguro de que no es nada eso.


— Discúlpate.


— ¿Por qué? — Pregunta el tipo sin dejar de reírse.


— Por llamarme de esa manera, es insultante.


— ¿El que te llame gatito o el que te llame enfurruñado? — Dice. — Porque no dije nada que no fuera verdad.


— ¡Claro que lo hiciste! No soy nada de esas dos cosas.


— Tienes ojos, orejas y cola de gato, entonces eres un gatito. — Dice con toda obviedad. — Y lo enfurruñado es innegable.


— No soy un enfff… fuuu… fudurrr…


— Enfurruñado.


— ¡Eso!


— ¿Sabes siquiera lo que significa enfurruñado?


— Claro que se. — Miente con enojo, no se va a dejar humillar por este desconocido también.


El perro se ríe bebiendo de su agua y niega.


— Me llamo NamJoon. — Dice como si alguien le hubiera preguntado, luego le guiña el ojo. — Y enfurruñado significa enojado, malhumorado, irritado.


Malditos alfas de mierda que se creen con el derecho de enseñarte cosas que no pediste saber. YoonGi bufa indignado y pide a la cantinera un cóctel más, la alfa le mira con evidente fastidio más le obedece, no tardando en darle lo que ha pedido. Entonces el gato de cabello negro se lleva la copa a su boca y bebe, ignorando al estúpido alfa castaño que le mira con clara diversión.


— ¿Cómo te llamas? — Le pregunta el perro y YoonGi ríe entre dientes, mirándolo desafiante.


— No te voy a decir.


Pero hoy el destino está empecinado en joderle la noche y sumandole a su ya desastrosa situación se aparece su amiga, llamándole por su nombre con efusividad mientras se acerca a la barra para abrazarlo por la espalda.


— ¡YoonGi, aquí estás! — Exclama ella restregando su cara llena de sucio maquillaje sobre su ahora no tan impecable saco blanco.


Ya ni para que empujarla, piensa YoonGi mientras aparta el rostro sonrojado lleno de derrota, escuchando al tipo NamJoon reir.


— Un gusto... YoonGi. — Le dice.


JeongYeon se voltea y parece que al fin repara en la compañía que tiene YoonGi, mirando a su amigo un tanto curiosa. Él niega diciéndole que no pregunté y ella obedece, antes de gimotear y pucherear.


— ¡Ese tonto ya tiene novio! — Chilla, refiriéndose claramente al mesero.


YoonGi la mira y la abraza aunque no tan sorprendido, los meseros coquetos siempre son lo peor. Mientras consuela a su amiga alza la mirada y apunta al entrometido del perro que no deja de verlos. El alfa parece tomar la advertencia y alza las cejas, antes de levantarse y empezar a caminar rumbo a cualquier parte lejos de ellos dos.


Pasan un buen rato abrazados hasta que YoonGi resopla, sintiéndose acalorado y algo inquieto por los olores. JeongYeon que lo nota se separa de él y se acomoda la falda junto a su colita. Le sonríe y le dice que está colorado hasta las mejillas.


— ¿Tienes calor? — Pregunta, YoonGi asiente dando un último trago a su bebida. — ¿Tu celo es esta semana?


YoonGi lo había olvidado, levanta la mirada mientras piensa y asiente cuando recuerda que en efecto, su calendario marca fecha de celo en seis días. Ella reafirma con su cabeza y después sonríe con picardía y travesura. Se inclina contra sus orejitas y susurra.


— Hay que masturbarnos.



JeongYeon está recostada a su lado, con las piernas abiertas, su bragas en los tobillos y sus senos sacados por encima del sostén. Con los dedos de una mano se frota el clítoris, rápidamente de arriba hacia abajo mientras con la otra mano se penetra el culo entre jadeos y pequeños gemidos.


YoonGi la mira sonrojado haciendo lo mismo, desnudo por completo boca arriba, jalandose la polla desenfrenado mientras presiona sus dedos contra el interior de su ano. Ella lo mira y ambos saben que están cerca, bajando sus orejitas y meneando la cola. Él no puede resistirse y acerca su rostro al de su amiga, dando un beso en su mejilla y abrazandola mientras ambos se corren ahogando un par de grititos.


Ambos se ríen y YoonGi lleva su mano a la vulva empapada de JeongYeon, mezclando el semen de su orgasmo con los fluidos viscosos de ella. Su amiga lo imita y con su propia lubricación masturba la erección que de a pocos pierde firmeza. Se miman por un buen rato y finalmente se separan, vistiéndose con la ropa interior antes de descansar un momento. JeongYeon suspira divertida.


— Si tu mamá supiera que te masturbas conmigo a tu lado seguro te devolvería a casa con ella. — JeongYeon dice riendo mientras se tapa la boca para que su escandalosa voz no despierte a sus compañeros del complejo.


YoonGi jala un cojín de osito Kumamon y lo abraza al recostarse de lado. Mirándola.


— Ella jamás creería algo así de mi, está segura que esperaré a pasar mi placer al lado de un buen alfa.


— ¿Esos existen? — Pregunta ella con una mueca.


Se ríen con desgana y después suspiran rendidos. YoonGi junta el entrecejo y se aprieta a su esponjoso cojín, abrazandolo mientras hace un mohín silencioso.


— Estúpido JiMin. — Murmura malhumorado. — Soy más bonito que esas tontas.


— Pero no eres un omega hembra. — Dice. — Sabes que los alfas siempre tienen esa fijación con enrolarse con omegas bonitas, lindas y sumisas, que sean más bajitas y menudas que ellos.


— Tontos, tontos alfas.


JeongYeon le da la razón con los labios apretados y golpea con sus pequeños puños la cama.


— Idiota mesero.


YoonGi la mira y ella le sostiene la mirada, un silencio largo y después rompen a reir ahogadamente, callandose mutuamente cuando la sombra de unos pies se asoman por el espacio entre la puerta y el piso del pasillo. Tontas cuidadoras también.


❣️


YoonGi es bastante descuidado, es decir no es la persona más diligente cuando se trata de medicación y siempre necesita constantes alarmas para recordar tomar sus píldoras, ya sea por un resfriado o por una maldita infección, incluso para los supresores de su celo. Es por eso que tiene que apagar la tercera alarma del día mientras se mete a la boca la pequeña cápsula de color blanco con porpura.


Su celo ya va por el tercer día de cinco y no importa si toma una dosis doble de supresores, sigue sintiéndose caliente, muy caliente. Pero está bien, porque HoSeok siempre está dispuesto a darle su tan necesitado alivio. Por eso YoonGi camina a toda prisa por el campus, yendo hasta el estacionamiento oeste donde el beta siempre deja su auto y donde han quedado de verse en cinco minutos.


No le importa si choca con algún que otro tonto durante su camino, solo quiere llegar rápido para follar lo más pronto posible. Y es esta la causa de que no se fije en nadie a su paso, ignorando por completo los ojos curiosos que le miran apenas atraviesa un par de autos.


— Pero miren, si es el gatito enfurruñado del que les hable.


Enfurruñado. De nuevo esa palabra. YoonGi se detiene en seco y mira rápidamente a su alrededor. No tarda ni dos segundos en conectar con la mirada descarada de ese estúpido alfa, quien sonríe recargado en el capote de un auto negro, acompañado de otros dos perros como él.


— ¿Qué haces aquí? — Inquiere con tono duro, entrecerrando sus ojos mientras baja sus orejas en una sutil amenaza.


— Aquí estudio. — Le responde el tipo.


— Ya quisieras.


— Tengo una credencial que lo prueba. ¿Te la muestro?


El alfa hace ademán de sacar la billetera del bolsillo de sus vaqueros. Dios , sí que tiene mala suerte. YoonGi no está para ese estúpido y sus palabras rebuscadas, hay un asunto del cual necesita encargarse y no va a perder el tiempo aquí. Resopla con sus labios y se da la vuelta, ignorando al perro.


— Dios, nunca había visto a un gatito más agrio. — Lo escucha decir y aunque sabe que debería seguir de largo su orgullo es más, haciéndolo actuar por impulso.


Se voltea y lo mira furioso, alzando su mano mientras muestra su dedo corazón hacia el tonto perro y sus tontos amigos que también se rien. El más alto parece sorprendido, claramente no esperando que un gatito omega sea así de desvergonzado. YoonGi sabe que nadie lo ve así y eso le da cierto sentido de grandeza. Lamentablemente la cara se le va al suelo un segundo después de que los chicos dejan de reír.


— Déjalo, nam. — Dice uno de los más bajos. — Huele a falta de sexo.


Siente como todos los colores se le suben al rostro sin saber cómo responder, entonces hace lo que nunca, que es agachar la cabeza y escapar rápidamente de allí.



YoonGi jadea de gusto cuando HoSeok por fin se hunde dentro de él, llenándolo a medias y tocando con agilidad ese punto que tanto placer le da. Entierra sus garritas en la espalda del beta y este murmura que mejor le apriete la cola o de lo contrario dejará marcas muy visibles en su piel. El omega hace caso y con esfuerzo abandona su agarre para tomar rápidamente la cola de ardilla y apretujarla con cada nueva embestida.


HoSeok por lo general es muy atento con él y siempre pregunta por las partes en que YoonGi quiere que le toque, cosa que a veces le irrita porque a estas alturas ya debería saber que le excita muchísimo que le muerda los pezones, pero esta bien, no importa si se lo tiene que repetir de nuevo, al fin de cuentas HoSeok siempre le complace en la medida de lo posible.


Entonces le pide que chupe y estire, HoSeok le sonríe y obedece, bajando su rostro para lamer sus pezones y luego tirar de ellos. De pronto es salvaje, mordiendo al grado de lastimarlo pero un gruñido es suficiente para hacer que HoSeok se controle. Aun con esos detalles YoonGi lo disfruta bastante. Sudando y gimiendo cada que HoSeok amasa su culo con las manos mientras profana su húmeda entrada con impetú. Se pierde entre las lamidas, los chupetes y los besos llenos de saliva, jodiendo duro sobre la cama que no deja de golpear la pared.


HoSeok lo pone en cuatro y muerde sus orejas, mientras él, aprovechando la posición, empieza a masturbarse buscando con desespero su orgasmo. Está tan cerca de lograrlo, de correrse y gritar.


— Ugh, gatito. — Gruñe HoSeok cuando chupa una de sus orejas.


De pronto la imagen indeseable de un alfa toma forma en su cabeza y casi es instantánea la pérdida de dureza en su pequeño pene de omega. YoonGi gruñe y bufa, frustrado de no poder venirse con gusto y tener que soportar una embestida que ya no le da placer.


— ¿Qué te pasa? — Pregunta HoSeok mientras lo aprieta de la cintura y pasa la lengua contra su cuello. — ¿Quieres que te de tu leche en la boca, gatito?


Dios, YoonGi siempre disfruta que HoSeok se corra a chorros directamente en su boca pero ahora mismo la idea le parece asquerosa por el simple hecho que le llame de esa forma, aunque si lo piensa bien HoSeok le llama así cada que tienen sexo desde que lo conoce. La diferencia es que ahora el apodo le irrita.


— No me llames así. — Dice molesto, girándose para morder los delgados labios de HoSeok. — Ya no más.


— ¿Por qué no?


— Porque no me gusta y ya. — Dice con firmeza sin dar pie a más apelaciones, HoSeok parece entender y no discute más.


YoonGi restriega su colita negra contra el pecho de HoSeok y le muerde una de sus orejas de ardilla. El beta se queja poco pero le sonríe, tomando eso como una invitación para hacerlo aún más rápido. HoSeok toma el pene medio flácido de YoonGi y lo masturba, sin tardar en que el omega recupere su erección y gima más fuerte conforme las estocadas se vuelven más cortas, más fuertes y más rápidas.


Pronto HoSeok se corre contra el condon y el ano apretado de YoonGi, mientras este último anuncia a gritos que se viene, y un segundo después explota a hilos blancos sobre la manos de HoSeok, cayendo gotas sobre la cama y las sábanas. Un orgasmo suficiente para calmar el lado animal de YoonGi.


Los dos tiemblan con respiraciones entrecortadas y caen cansados sobre la cama, uno contra el otro. HoSeok besa su hombro y lo abraza por la cintura, YoonGi detesta esta parte cuando el menor se pone demasiado empalagoso. Ambos saben que esto no tiene tintes románticos, follan como amigos y nada más, y los dos están bien con eso pero aun así… abrazarse, a veces le resulta exagerado. Como sea YoonGi lo deja, es lo menos que puede hacer después de una buena jodida y lo más seguro es que en unos minutos quiera hacerlo de nuevo así que mejor mantener el buen humor entre ambos.


Él se queda mirando al techo suspirando suavemente y HoSeok acaricia su abdomen antes de reír juguetonamente.


— ¿Entonces ya no más gatito? — Le pregunta HoSeok, recargándose en un brazo para mirarlo.


YoonGi gruñe por lo bajo y aprieta sus labios, entrecerrando sus ojos en advertencia. La ardilla sonríe y se vuelve a acostar contra su cuello.


Gatito. Que indignante, el no es un tonto gatito, el es YoonGi, un gato sexy de orejas y cola negras, de ojos intensos y caminar elegante, no un maldito cachorro de omega frágil, pequeño y risueño. Y no va a dejar que nadie le llame de nuevo de esa maldita manera.


❣️


Pasan más de dos semanas desde su pequeño tropiezo en el bar, ya lo ha pensado bien y cree que puede darle una segunda oportunidad a JiMin. Es decir, seguro para el alfa resulta difícil ir en contra de los estereotipos pero una vez que vea el buen partido que es YoonGi ya no podrá decirle que no otra vez. Está seguro que JiMin al final va a caer a sus encantos, lo follara con deseo y le marcará para amarlo por el resto de sus días. Sin importar que sea un omega varón.


Ese es un buen plan pero claro, YoonGi necesita una buena excusa para acercarse a alfa, mientras este se encuentre a solas sin la molesta compañía de otros alfas. Las omegas no le preocupan, ya todas esas arrastradas se alejaran tarde o temprano.


Ahora pues su plan empieza yendo al café donde se supone JiMin pasa después de sus prácticas de baile. El único inconveniente es que las prácticas acaban pasadas las ocho de la noche y YoonGi tiene que esperar toda la maldita tarde en el campus. Podría ir de ida y vuelta al lugar donde vive pero tampoco es que tenga mucho dinero para gastar en un pasaje innecesario, menos después de haberse comprado ropa nueva otra vez, quedándose apenas con unos cuantos wones que deberá hacer rendir por lo que resta de la semana hasta que sus padres le envíen lo del mes que viene. Que alivio que igual no coma tanto, mantener su figura le cuesta mucho sacrificio.


Entonces decide que puede esperar en la biblioteca e irse a la cafetería unos minutos antes de las ocho. Cuando la noche cae YoonGi ya tiene todo fríamente calculado y se apresura a entrar al local, pidiendo un batido de frutas mientras espera en la mesa del frente junto a la entrada. Y se queda allí, esperando pacientemente. No tiene problemas cuando pasan veinte minutos de las ocho, no es como que JiMin vaya a aparecer corriendo y puntual, y a él le sobra tiempo. El complejo donde vive cierra sus puertas a las diez así que no tiene por lo cual preocuparse. Pero el tiempo corre y la cajera le mira mal después de terminar su batido y no irse por más de una maldita hora. YoonGi se ve forzado a gastar lo que reservaba para su boleto de tren y comprar un tonto té barato que sabe a tierra, convencido que JiMin va aparecer cuando menos lo piense.


Lastimosamente se da cuenta que ha sido un idiota cuando el reloj marca las nueve con treinta, y uno de los meseros le dice que es la hora de cierre y que debe irse ya. Que estúpido y humillado se siente de nuevo, más al darse cuenta que ya no tiene dinero para volver a casa y que sino corre se quedara afuera sin un techo bajo el que dormir esta noche. Así, toma sus cosas y corre por la mitad del complejo universitario hasta el lado norte. Marcando el número de JeongYeon para que esta le envié un taxi que ya después planea pagarle o para que mínimo consiga retrasar el cierre de puertas. Pero ya es costumbre que nada le salga bien a YoonGi y su móvil ya no tiene crédito para llamadas ni para mensajes.


Estúpidos alfas, estúpido JiMin, estupida cajera, estúpido mesero, estúpida cuidadora de omegas, estúpido dinero y estúpido YoonGi. ¡Estúpida su maldita suerte de pacotilla! Va a gritar y va a rabiar como un niño pequeño. No le importa que esta a mitad de la acera y que todos lo vayan a mirar. Que el mundo se vaya a la mierda. Inhala aire y cuando aprieta sus puños para lanzar una grosería a los cuatro vientos alguien le toca el hombro.


— ¿Gatito enfurruñado?


Hijo de puta.


— ¡No me llames así! — Grita con sus mejillas rojas, alzando sus orejas y erizando su cola negra.


El alfa da un paso hacia atrás y sostiene contra su pecho una bolsa de papel con el logo de la pastelería de la que justo acaba de salir. YoonGi respira agitado y siente como todo el mundo lo mira a él y al perro que sonríe nervioso, casi asustado, frente suyo. Ay, que se pudran todos.


— Lo siento, YoonGi. — Murmura el alfa suavemente, recomponiendose de la sorpresa. — Ya no lo haré.


YoonGi, repite en silencio. Así que el tonto alfa recuerda su nombre. Qué vergüenza porque YoonGi ya se olvidó del nombre de él, en su cabeza sólo se repite "Tonto perro alfa" una y otra vez. Pero no se va a disculpar.


— Gracias. — Dice de mala gana y sin esperar a que el perro diga nada se da la vuelta y sigue caminando.


Sin embargo, YoonGi solo da unos pasos cuando el perro se pone a su lado y le sigue.


— ¿Te encuentras bien? — Pregunta este con una expresión de genuina preocupación, cosa que le irrita a YoonGi, no necesita que esté tonto se preocupe de él.


— Estoy perfecto. — Responde caminando rápidamente.


— ¿Y por qué caminas tan rápido?


— Porque voy tarde.


— ¿A donde?


— ¿Qué te importa tonto Alfa?


— Me llamo NamJoon. — Dice riendo mientras corre a su lado. — Si quieres te llevo, mi auto está ahí.


El perro NamJoon señala un pequeño auto blanco estacionado justo en la esquina a lado del parquímetro. YoonGi para en alto y sonríe aliviado.


— ¿Harías eso?


— Claro. — Responde el alfa con media sonrisa. — Te ves bastante desesperado.


YoonGi entrecierra los ojos y bufa. Camina hacía al auto y se para de brazos cruzados junto a la puerta. El alfa se ríe de él y niega con la cabeza pero igual se da prisa y abre con la llave electrónica. YoonGi sube y el alfa también un segundo después. El auto se pone en marcha y NamJoon le pregunta la dirección. YoonGi no tarda en dársela señalando que debe manejar como rayo, casi ordenandolo. A el alfa no parece molestarle solo asiente.


— A la orden ga… — YoonGi se gira y lo fulmina con la mirada, gruñendo bajito, NamJoon ríe nervioso y traga saliva. — Gato.


El auto corre y NamJoon evita todos los altos posibles. YoonGi no deja de mirar el reloj y cuando marca las diez en punto deja escapar una maldición que asusta al pobre alfa. Justo tres minutos después se detienen en el edificio blanco y YoonGi sale disparado hacia la puerta, sacando su tarjeta de entrada, la pasa por el lector magnético pero la manija no se destraba. Intenta dos veces más pero no tiene acceso.


De nuevo YoonGi explota en un berrinche y lanza su tarjeta al piso, seguido de su precioso bolso negro. Claro que YoonGi se arrepiente cuando el accesorio de piel (la cosa más cara y preciada que posee) estampa el sucio piso, corriendo hacia ella para levantarla, limpiarla y abrazarla tal cual un oso de peluche. Y finalmente, agachado contra el suelo, YoonGi gimotea, rendido, enojado y frustrado por tener un puto día de mierda.


A pocos pasos de él NamJoon ha bajado del auto y recogido su tarjeta.


— ¿No puedes entrar? — Pregunta el alfa en todo suave, agachándose y devolviéndole la llave electrónica.


YoonGi la toma y niega, limpiándose las lágrimas del rostro.


— Es una residencia estudiantil para omegas y betas hembras, las puertas se cierran diez en punto.


— ¿Y a qué hora las vuelven a abrir?


— Seis de la mañana. — Responde con voz rota. — Ahora no tengo donde dormir.


NamJoon aprieta los labios, se levanta y ve a YoonGi cabizbajo, quien aún sigue aferrado a su pequeño bolso negro con sus orejitas negras pegadas a la cabeza, triste, muy triste. De pronto un ruido sobre sus cabezas los hace mirar arriba. NamJoon ve a una chica con orejas de gato blanco asomarse por una ventana y YoonGi pega un brinco, gimoteando de nuevo.


— JeongYeon. — Chilla como un niño pequeño mientras menea la cola.


— ¿Está cerrado? — Grita a susurros la chica mientras YoonGi sacude la cabeza de arriba abajo sin parar de llorar. — ¿Ahora qué vamos a hacer?


— ¡No lo se! — Grita a lágrima viva.


NamJoon voltea a sus espaldas y ve cómo las personas que caminan por ahí los miran raro, más que nada a YoonGi, que llora y llora igual a un niño chiquitito, igual que un gatito perdido.


— ¡No quiero dormir en la calle!


La chica que lo ve desde arriba parece a punto de llorar también y NamJoon se estremece, tan nervioso. Mira a su auto una vez y a los chicos llorones después. Inhalando y exhalando.


— Puedes dormir en mi apartamento. — Dice y los lloriqueos paran abruptamente.


El gato lo mira con sus grandes ojos, jalando mocos e hipando en silencio.


— Eres un alfa. — Dice. — Y yo soy omega.


— Mis hermanos viven conmigo. — Responde. — Ellos también son omegas, no te voy a hacer nada.


Y por arte de magia las lágrimas se van y detrás de ellas viene una enorme y satisfecha sonrisa gingival de dientes y colmillos blancos.


— ¿Por qué no lo dijiste antes? — Pregunta el gatito alzando sus orejas con alegría mientras mece su colita negra de un lado a otro, caminando directo al auto. — ¡Vamos!


NamJoon se queda pasmado por tan abrupto cambio de humor y se queda allí callado mientras YoonGi le grita a su amiga que ya tiene donde dormir, que no se preocupe por él y que mañana la ve en la escuela. Su amiga está igual de sorprendida que NamJoon pero despide a su amigo con una pequeña sonrisa, diciéndole que se cuide y que duerma bien, y sobre todo, que se porte bien.


A NamJoon se le hace extraña esa advertencia pero la deja pasar pues el omega ya se ha subido a su auto y demanda irse de una vez. Parece que se ha metido en un pequeño lío con este gatito enfurruñado pero ya no se puede echar para atrás y tampoco es que le agrade la idea de dejar a un omega dormir en la calle, no sabiendo el tipo de cosas asquerosas que le pueden pasar.



Cuando NamJoon llega con YoonGi al edificio donde está su apartamento ya sabe un montón de cosas del omega. Lo primero es que estudia diseño gráfico, lo segundo que tiene veinte años, osea, dos años menor que él y lo tercero engloba un montón de cosas que apenas pudo sacarle porque el omega no parecía muy contento con hablar. Sabe que es hijo único, omega, híbrido de gato igual que sus dos padres y que su mejor amiga es la chica que vive en el cuarto al lado del suyo. También ha averiguado que tiene que vivir en esos cuartos para omega porque su madre es muy conservadora y estricta como para dejarlo vivir en un apartamento.


— Sí no vivía en ese lugar ni de chiste me habrían dejado venir a la universidad. — Dice por último cuando suben al elevador.


— Supongo que tu madre te quiere mucho.


— Es una exagerada, nada más. — Responde. — Mira lo que ha pasado nada más por sus tontas ideas.


— Bueno, sí. — Dice NamJoon dándole la razón a medias porque igual no quiere contradecir a YoonGi, no viendo la clase de temperamento que tiene.


Cuando llegan al tercer piso NamJoon se adelanta a YoonGi, y este último mira como aún lleva con él esa bolsa de papel con la que lo encontró hace ya rato. Él no pregunta nada, no es como que le importe y sólo espera a que el alfa abra la puerta. Un bonito apartamento de paredes de ladrillo rojo y vigas de madera los recibe. A YoonGi le encantan los apartamentos de diseño industrial y este luce increíble, con una cocina completa de color blanco y una sala a juego de sillones blancos también.


— Wow. — Dice YoonGi llamando la atención de NamJoon, los dos quitándose los abrigos. — No creí que tendrías tan buen gusto.


NamJoon lo mira y hace una mueca, no entendiendo mucho. Deja la bolsa de papel sobre la mesa de la cocina y observa al omega mientras este se pasea por el lugar, completamente maravillado.


— ¿Te gusta?


— Me encanta. — Murmura YoonGi.


YoonGi detalla cada rincón y sonríe, oliendo todo el lugar. Dos olores diferentes al del alfa se cuelan por su nariz y los reconoce como otros dos omega igual que él, pero el lugar parece vacío y se voltea a NamJoon, algo desconfiado.


— ¿Y tus hermanos?


— Mi hermano Jin trabaja en un restaurante así que siempre vuelve tarde. — Le responde NamJoon mientras va a la cocina y abre la nevera, sacando un par de botellas de jugo. — Taetae en cambio ya debería estar aquí pero sospecho se ha escapado con su novio, otra vez.


— ¿Y estás tan tranquilo? — Pregunta YoonGi. — ¿Y si marcan a tu hermano?


— Saben cuidarse solos. — Dice. — Además el novio de TaeHyung es un beta.


NamJoon le extiende una botella a YoonGi, invitándolo a tomar asiento. El omega sigue viéndolo con un poco de recelo y aunque acepta la bebida no se sienta en el sofá tal como él, sino que va a la ventana de la sala y la abre para asomarse a la calle por el balcón.


NamJoon lo deja hacer lo que quiera y lo mira de espaldas. Es un gato muy bonito. Piensa en silencio. Con orejas finas y delgadas, una cola larga y elegante, una cintura y hombros pequeños. Con olor dulce de café y chocolate. Cualquiera que lo mirara desde una distancia segura sin cruzar palabra estaría convencido de que se trata de un pequeño, lindo y risueño omega, uno de esos gatitos sumisos, deliciosos y sensuales a los que todo alfa gusta. La idea le hace gracia a NamJoon y se ríe solo. Pobres alfas los que se topen con este gato, desilusionados quedarán.


— ¿De que te ries? — Pregunta YoonGi cuando se gira y encuentra al alfa con una amplia sonrisa, mirando distraídamente al suelo.


— De nada. — Le responde este. — Solo que es muy gracioso, tienes una personalidad muy voluble, primero gritas, luego lloras y ahora andas por ahí como un niño curioso.


— No soy voluble.


— ¿Sabes lo que significa?


— Sí, esta vez si lo se.


— Entonces aceptas que no sabías lo que significaba enfurruñado.


— No me vuelvas a decir así.


— No lo estoy haciendo, ya me quedó claro que no te gusta, YoonGi.


YoonGi asiente con satisfacción y con aire digno se sienta al lado de NamJoon, tomando el control remoto que está sobre la mesa y enciende el televisor. NamJoon lo mira fuera de lugar, sintiéndose extraño en su propio apartamento, completamente ajeno a la atención del omega que cambia de canales como si se tratase de su propio televisor. Lo mira un rato, el gato con ceño fruncido mientras busca algo en el catálogo de películas. De pronto le parece tan bonito, tiene un perfil hermoso, su frente, su nariz y su boca. Oh, su pequeña y rosada boca.


— Nada que ver, solo basura. — Murmura YoonGi fastidiado, dejando el control de vuelta en la mesa.


Se voltea a ver a al alfa y este esta con sus ojos de perro bien abiertos, mirándolo.


— ¿Qué? — Pregunta con dureza y el alfa aparta la mirada.


— Nada. — Murmura nervioso y señala a la cocina, levantándose. — ¿Quieres cenar? No soy muy bueno pero mi hermano siempre deja comida deliciosa en la nevera, solo tengo que calentarla.


Comida. Su panza ruge con sólo escuchar la palabra. Claro que YoonGi se siente tentado pero de inmediato se niega tal placer.


— No, gracias. — Responde, educadamente porque incluso siendo él sabe que hay que tener modales cuando se te ofrece comida. — No está bien que cene.


— ¿No está bien? — NamJoon lo mira con el entrecejo junto, confundido. — ¿Por qué no habría de estarlo?


YoonGi se acerca a donde NamJoon y se detiene junto a la mesa de la cocina. El alfa deja un recipiente de cristal con algo dentro que luce por donde se le vea, delicioso. Tiene que resistir.


— Porque engordo, y si estoy gordo me veo feo.


— Pero tú eres precioso. — Suelta NamJoon en un descuido, del cual se reprocha inmediatamente con las mejillas rojas.


— Claro que lo soy. — Reprocha YoonGi orgulloso, notando la tez roja del alfa. — Es porque me mantengo a dieta constantemente, si estuviera gordo me vería horrible.


NamJoon guarda silencio y decide ocuparse de la cena, igual tiene que dejar un plato caliente para cada uno de sus hermanos y ni se diga de él que no está acostumbrado a dormir con el estómago vacío. Calienta los alimentos en el horno pero es entonces que el omega se acerca sigiloso a él y se pone frente suyo, sonriendo.


— Por eso te acercaste a mi. — Dice YoonGi. — ¿Por qué te parezco precioso?


YoonGi nota como NamJoon se pone tenso de tenerlo tan cerca, nervioso, claro que lo está, porque él es un gato irresistible, hasta para un perro que naturalmente odia a los gatos.


— No. — Responde NamJoon recuperando su confianza y no dejándose intimidar por los hermosos colmillos de YoonGi. — Lo hice porque te veías solo y triste, como un novio al que dejan plantado.


Y la declaración le cae cómo un balde de agua fría a YoonGi, entonces se enoja. NamJoon no evita reírse, ahí está de nuevo ese gatito enfurruñado. YoonGi que se da cuenta de su diversión contenida lo apunta con un dedo, amenazandolo.


— No te atrevas a decirlo.


Ah, pero NamJoon no le tiene miedo a nadie, ni siquiera a un gato negro de largas garritas.


— Como un gatito enfurruñado.


YoonGi hace intento de golpear el pecho de NamJoon pero este es más rápido y lo toma de la muñeca. Lo hace tan fuerte que tira de él y lo atrae contra su pecho, pegandose ambos con tan poca distancia entre sus caras que es posible sentir el aliento de ambos entremezclarse. Los dos se miran por un momento. La cola esponjada de NamJoon se agita lentamente de un lado a otro mientras las orejitas negras de YoonGi giran nerviosamente. Los dos respirando el aire que segundo a segundo se impregna con sus olores de omega y alfa, espeso e intenso.


La tensión sexual se percibe por todas partes, YoonGi la siente y NamJoon la puede ver en los ojos negros de YoonGi, que lo miran con un destello de deseo. Entonces mandando a la mierda su razón, NamJoon se inclina y besa los labios del omega, y dios, que labios. Son suaves, carnosos, de un sabor delicioso y exquisito. YoonGi le devuelve el beso y admite que este maloliente perro en realidad no apesta, todo lo contrario, su aroma a madera y vainilla es embriagante.


Se besan por largo rato, mordiendo sus labios y frotando sus lenguas mientras jadean. NamJoon empuja a YoonGi contra la mesa y se mete torpemente entre sus piernas, acariciando su trasero. Se separa de su boca y baja hasta el cuello del gato, donde su dulce olor se intensifica, aspira y se pone duro. Jadea y chupa la blanca piel. YoonGi percibe las caricias de NamJoon y se llena de ganas por abrirse de culo para él, su deseo crece más cuando las firmes manos del perro suben por sus caderas y se meten debajo de su blusa. Tan electrificante, suave y caliente. Pero no, NamJoon no es un beta, es un alfa y no es el alfa que quiere.


NamJoon es empujado y se encuentra con el rostro encendido de YoonGi, que lo mira intenso en una clara y silenciosa negativa.


— Creí que tú querías. — Dice, excusándose por sus encendidas caricias.


— Yo no me acuesto con Alfas. — Responde YoonGi mientras NamJoon se separa lentamente de él, los dos acomodándose la ropa y el cabello, respectivamente.


— ¿Qué? — Pregunta NamJoon, una vez más confundido. — ¿Por qué no?


— No quiero una marca indeseada y tampoco quiero un nudo sino es con mi pareja para toda la vida, es la única virginidad que conservo para la persona que amo.


— Que tonto suena eso. — Repone NamJoon, riendo inevitablemente.


— Me importa un carajo. — Dice YoonGi, cruzando los brazos y levantando sus labios en un puchero. — Así lo quiero yo.


NamJoon vuelve a ver ese repentino cambio de humor. YoonGi de verdad le hace justicia a la definición completa de gato, tan impredecible. Niega mientras recupera el aire y mira sus pantalones, aún con una erección debajo de ellos. NamJoon no es el único que lo nota pues YoonGi ríe de pronto mirando también allí abajo.


— Podemos masturbarnos si quieres. — Dice YoonGi, mirando de vuelta a NamJoon que tiene una cara impactada, desconcertada y muy pero muy roja, tan gracioso. — Mi amiga y yo lo hacemos siempre. — Agrega para quitarle importancia.


— ¿Estas bromeando, verdad?


— ¿Por qué habría de hacerlo? Es muy divertido y excitante, más cuando nos corremos jun…


— ¡Detente!


— … tos.


NamJoon mira fijamente a YoonGi y este le ve con cara inocente, como si nada de lo que hubiera dicho fuera problemático, sin una pizca de vergüenza o pudor.


— Eres muy extraño. — Ríe nerviosamente.


El omega se encoge de hombros y sonríe de lado.


— ¿Eso es un sí? — Le pregunta YoonGi.


Tan desconcertante. NamJoon suspira y mira a la puerta de su cuarto, luego la señala y camina hacia ella.


— Ven, puedes dormir en mi habitación, yo dormiré en el sofá.


Qué decepción para YoonGi.



Cuando YoonGi despierta lo primero que percibe incluso antes de abrir los ojos es el aroma alfa de NamJoon. La madera y la vainilla están impregnadas en todas partes, en el colchón, las sábanas y las almohadas. Las paredes, el escritorio y las cortinas no son la excepción. Se ha dado cuenta desde la noche anterior pero justo ahora el olor es más intenso, más penetrante y su cuerpo lo resiente pues ya tiene una buena y prominente erección. Es una cosa rara, piensa YoonGi, pues muy rara, pero que muy rara vez, tiene erecciones matutinas. Esos son problemas de alfas y betas, no de omegas. Oh, y está tan deseoso que ya considera masturbarse. ¿Debería?


De repente la calma de la habitación es interrumpida por el toque suave pero firme de alguien al otro lado de la puerta. No hace falta que pregunte quien es, NamJoon al otro lado no tarda en darle los buenos días y decirle que ya está el desayuno, si es que quiere tomar algo antes de irse. YoonGi totalmente acalorado responde nervioso que está bien y de inmediato se levanta de la cama, cama que en realidad sólo consiste de un colchón alto tirado directamente sobre el suelo. Toma su ropa y se quita la camiseta que NamJoon le prestó como pijama.


Se lava la cara en el pequeño baño de la habitación y se asegura de ya no estar erecto antes de salir. En la cocina ya está NamJoon sentado a la mesa, junto a otros dos muchachos mientras un cuarto tipo cocina algo en la sartén.


— Están deliciosos. — Escucha decir a uno, quien toma un pastelito de la bolsa de papel que NamJoon llevaba anoche, así que eso era, dice YoonGi en su cabeza. — Gracias Hyung.


YoonGi se aclara la garganta y todos voltean a mirarlo, NamJoon le sonríe.


— Buen día YoonGi. — Le dice NamJoon a YoonGi, viendo que recién despertado es aún más bonito.


— Buen día. — Dicen los otros tres al unísono.


— Buen día. — Responde YoonGi.


El omega camina hasta ellos pero se detiene cuando nota al tipo que tiene orejas de conejo, él lo conoce, claro, es el maldito mesero.


— ¡Tu! — Exclama YoonGi sorprendiendo a todos. — Tu eres el tipo que le coqueteo a JeongYeon teniendo novio.


— ¿Que? — Escucha NamJoon preguntar a su hermano.


Todos miran al joven muchacho y a JungKook. Que boquea con sorpresa y luego agita sus manos.


— No Tae. — Dice JungKook. — Es un error, me esta confundiendo con alguien más.


YoonGi ahoga un grito y se lleva una mano al pecho.


— ¡Claro que no! — Reclama. — Tu eres el beta, el mesero de ese tonto bar.


NamJoon mira a YoonGi y luego a su hermano TaeHyung, nervioso no comprendiendo que demonios pasa pero parece que para su hermano SeokJin no es así, porque este deja la sartén y señala con su cucharón a JungKook, con un rostro que le dice que todos aquí van a morir.


— ¡Jeon! — Grita SeokJin. — ¿Otra vez? ¿Cómo te atreves?


— Fue esa chica la que coqueteo conmigo.


— Mentiroso, no te atrevas a difamar a JeongYeon.


Entonces la bomba explota. TaeHyung y SeokJin se ven furiosos y si algo sabe NamJoon es que cuando esos dos están molestos lo mejor es correr porque cualquier inocente puede pagar los platos rotos. Y claramente YoonGi no sólo prendió la mecha sino que está poniendo más leña al fuego mientras todos gritan. Así que toma las llaves de su auto y más rápido de lo que toca un rayo la tierra agarra a YoonGi del brazo y lo saca del apartamento.


— ¡Ese estúpido! — Grita YoonGi por el pasillo y NamJoon se ve en la forzosa necesidad de callarlo por la fuerza, poniendo una mano sobre la pequeña boca del omega.


— Ssh. — Sisea. — Me vas a meter en problemas con los vecinos.


— ¿Ese tonto es el novio de tu hermano? — Pregunta y NamJoon asiente. — ¿Y no te molesta?


— No es la primera vez pero en su defensa jamás le ha sido infiel a TaeHyung.


— Oh dios, lo dices tan tranquilo.


— Es que conozco a Kook y él no es capaz, solo le gusta coquetear. Aunque no creí que lo hacía en el trabajo. — Murmura esto último mientras se rasca la cabeza. — Con lo que me costó convencer al jefe de que lo aceptara.


— Ojalá lo despidan, a él y a ti.


— ¿Qué? — NamJoon se queja. — ¿Y a mí por qué?


— Porque me doy cuenta que seguro eres como él, tonto alfa. — Exclama YoonGi alzando el pie y después lo estampa con fuerza sobre uno de los pies de Namjoon.


El alfa se traga un grito de dolor y YoonGi aprovecha para correr mientras sonríe maliciosamente.



JeongYeon pega de pequeños brincos mientras ríe bajito por lo que YoonGi le ha contado esta misma mañana.


— No supero que hayas hecho eso. — Dice abrazándose al cuello del omega. — Eres un gran amigo.


— Ese tonto conejo es lo que se merecía.


— Por supuesto, aunque siento algo de pena por ese tal NamJoon, parece un buen tipo.


— ¿Buen tipo? Si es igual de patán que el mesero ¿Olvidas que me beso?


— Pero si te gusto.


— No quita que me besó, obviamente con intenciones oscuras. Pudo marcarme.


— No creo que quisiera hacer eso y aunque lo hubiera querido, se detuvo cuando se lo pediste e incluso se negó a masturbarse contigo. Creo que es tímido.


— No lo sé.


Van caminando por la calle mientras siguen platicando cuando el claxon de un auto las sorprende. Tanto YoonGi como JeongYeon pegan un salto y se giran a la fuente de tan molesto sonido. Allí, desde el auto blanco, NamJoon las saluda. JeongYeon devuelve el saludo en tanto YoonGi solo entrecierra los ojos. Es dos segundos después que nota que NamJoon no va solo, pues en el lugar del copiloto va sentado uno de sus hermanos, TaeHyung. YoonGi alza una ceja confundido y ve como el alfa les llama a él y a su amiga.


Esto va a ser interesante.


❣️


JeongYeon y TaeHyung se han hecho amigos después de que este último mandara al conejo mesero al diablo, y YoonGi también forma parte del pequeño grupo de tres, pues ha descubierto que el hermano pequeño de NamJoon es muy, muy divertido. Así que hoy celebran su amistad con la primera pijamada semanal, la primera de muchas dicen ellos.


YoonGi y JeongYeon se han traído consigo media maleta llena de ropa, maquillaje y sus peluches favoritos. También algunas golosinas como chocolates y galletas. Planeaban ordenar comida a domicilio, tal vez pollo frito o bolas de arroz con relleno picante pero desistieron cuando el hermano mayor de NamJoon dijo que les prepararía una deliciosa pizza.


Entonces YoonGi decide ya no preocuparse de la dieta al menos por el día de hoy, no cuando el olor de la pizza en el horno inunda todo el apartamento. Como es fin de semana NamJoon aún no está en casa, ya que tiene tocada con su banda en el bar y SeokJin los deja poco antes de que anochezca pues debe ir a su trabajo en el restaurante. Así los dos omegas y la chica se quedan totalmente solos. El ambiente perfecto para hacer un poco de travesuras, como por ejemplo, comprar bebidas alcohólicas.


Los tres van a la tienda de conveniencia más cercana, a sólo dos calles del edificio. Compran unas cinco botellas de soju y regresan al apartamento. Se atiborran de pizza, de golosinas y beben, todo mientras cantan música y tratan de replicar las coreografías de grupos idols más populares del año. Después, cuando se cansan, hacen un concurso de maquillaje y pasarela mientras fingen ser celebridades.


Para cuando pasan de las diez los tres ya están llenos de comida, llenos de dulces y medio borrachos, buscando algo bueno que ver en la televisión.


— Nada. — Murmura TaeHyung con un puchero mientras se recarga en las piernas de JeongYeon.


— ¿Por qué no tienes más plataformas? — Pregunta YoonGi con fastidio mientras se lleva una mentita a la boca.


— NamJoon y SeokJin son los que pagan. — Se queja TaeHyung. — Contratan solo lo que ellos ven, y antes no me importaba porque JungKook me dejaba usar su cuenta de Disney* pero ahora que ya no somos nada… No hay otra cosa.


YoonGi hace una mueca y después se le ilumina el rostro cuando se le ocurre una buena idea.


— Hay que ver vídeos porno.


— ¿Tu ves porno? — Pregunta TaeHyung escandalizado.


— ¿Tu no? — Interviene JeongYeon.


— Los omegas no deben de ver esa clase de cosas, es asqueroso e inmoral.


— ¡Ay, TaeHyung! — Exclama YoonGi riendo. — No me vayas a salir también con que no te masturbas.


TaeHyung abre la boca como queriendo decir algo pero la cierra de inmediato, bajando la cabeza y negando sumamente avergonzado, rojo, rojo de pies a cabeza. JeongYeon y YoonGi se cubren la boca, incrédulos, asombrados y escandalizados, todo al mismo tiempo. YoonGi grita que no puede permitir esto y JeongYeon lo secunda, los dos poniéndose en marcha, JeongYeon acomodando los cojines de la sala mientras pone una sábana que rápidamente se ha traído de la habitación de TaeHyung, mientras YoonGi abre el navegador de Internet y busca algo en la barra buscadora.


— ¿Qué hacen? — Pregunta TaeHyung nervioso.


— Arreglando esto, hoy te vas a masturbar mientras ves una porno.


— No podemos ver pornografía, esta prohibido, ni siquiera puedes descargarla, el gobierno la tiene bloqueada.


— Siempre hay formas. — Declara YoonGi con una sonrisa amplia y llena de picardía. — Siempre.



El tercer video finaliza y TaeHyung tiene cara de que está a punto de desmayarse, tan rojo y tan acalorado. YoonGi y JeongYeon no dejan de mirarlo mientras se aguantan las ganas de reir. Este perrito omega es tan inocente.


— ¿No te sientes como si estuvieras en celo? — Pregunta YoonGi mientras se acerca a TaeHyung y deja un casto beso en su mejilla.


TaeHyung aprieta los labios y duda en responder con sus ojos brillosos.


— Anda, puedes decirnos. — Dice JeongYeon mientras se saca los pantaloncillos y desabotona lentamente su camisa.


YoonGi que la mira la imita y también se va desvistiendo hasta quedar completamente desnudo, los dos meneando sus colitas de gato mientras acarician sus pequeñas y bonitas orejas. TaeHyung está abochornado, mirándolos lleno de vergüenza y pena.


— No tienes porque avergonzarte Tae. — Murmura YoonGi sentándose a su lado mientras pone otro vídeo de dos tigres omegas hembra haciendo un trío con un alfa leopardo macho. — Puedes tocarte sin pena.


JeongYeon y él le sonríen a Tae transmitiéndole cariño y confianza, diciéndole que todo estará bien, que puede disfrutar de su cuerpo por sí mismo. Lo ven tragar saliva, muy nervioso pero al final el perrito les sonríe de vuelta y se desnuda con ellos, sentándose los tres en el sofá con las piernas abiertas. Ven dos vídeos más, dejando para lo último un video de un omega masculino que se masturba frente a la cámara.


— Solo tienes que hacer lo que él. — Le murmura YoonGi a TaeHyung mientras deja otro besito en su hombro y empieza abrir sus piernas. — Acaricia, pellizca, todo lo que quieras, usa tus dedos, adelante y atrás, es maravilloso, Taetae.


Los tres chicos se empiezan a masturbar, JeongYeon frotándose el clítoris con la palma mientras se penetra la vagina con una mano, en tanto con la mano libre se aprieta los senos. YoonGi y TaeHyung por su parte se meten los dedos de una mano en el culo y se jalan la pequeña verga con la otra mano. Gatos y perro gruñen bajito mientras chillan, sus piernas bien abiertas temblando y sus colas inquietas moviéndose de un lado a otro. La primera en correrse es JeongYeon, seguida a los pocos segundos de YoonGi, los dos sonriendo de satisfacción.


El que tarda más es TaeHyung y YoonGi y JeongYeon lo miran con cariño y paciencia mientras este lucha consigo mismo para alcanzar el orgasmo. YoonGi limpia las lágrimas de TaeHyung mientras acaricia su abdomen, y JeongYeon peina el cabello de este mientras lo arrulla con su dulce voz.


— Casi lo logras. — Susurra YoonGi, contra el oído de TaeHyung, dejando pequeños besos en su frente y mejilla. — Un poco más.


TaeHyung lo mira con sus ojitos llorosos y un segundo más tarde explota en un grito corriendose al fin entre hilos delgados y largos de semen semitransparente. Omegas y beta se miran y ríen melodiosamente mientras se acurrucan contra sus cuerpos desnudos.



Pasada la medianoche YoonGi, JeongYeon y TaeHyung ya están bañados y dormidos en la pequeña cama de este último, los tres apretujados uno contra otro mientras se abrazan y suspiran suavemente. TaeHyung es una de esas personas que no dejan de ser inquietas mientras duermen y no es sorpresa cuando YoonGi sale tirado de una patada fuera de la cama, cayendo al suelo haciendo que se despierte de tremendo golpe.


El gatito se queja en una palabrota pero ni eso es capaz de despertar a JeongYeon y TaeHyung que roncan tal como perezosos. A YoonGi se le encrispa el pelaje negro de la cola y los mira con ojos asesinos. Nada, no se van a despertar. Pésimos amigos. Dice en su cabeza mientras se levanta para salir de la habitación en busca de un vaso de leche que le baje la molestia. Cuando abre la nevera y saca el cartón de leche escucha un ruido viniendo del otro lado del apartamento, se asoma discretamente y mira a través de la puerta entreabierta del cuarto de NamJoon.


Se esconde cuando el alfa aparece con pijama puesta y una toalla de baño sobre su cabeza mojada. YoonGi aspira y puede notar que el alfa recién se ha bañado. Una lástima, porque casi no puede distinguir el olor de la madera y la vainilla. Se sirve el vaso de leche y finge que no ha notado a NamJoon, bebiendo despreocupadamente cuando este aparece en la sala y lo saluda.


— Estás despierto. — Murmura NamJoon antes de sentarse en el sofá, sin dejar de mirarlo.


— Cortesía de TaeHyung. — Responde en un puchero donde levanta sus rosaditos labios.


NamJoon lo ve y ríe, negando divertido mientras el omega bebe su vaso de leche, justo como un lindo gatito.


— Te pateó. — Afirma, sabiendo que su hermano menor es así.


YoonGi asiente con el ceño junto y deja el vaso vacío en el lavabo. NamJoon lo ve y dice de nuevo que es tan bonito, más con su bonita pijama enteriza que lo hace ver cómo un bebé enorme. Tan, tan bonito. El alfa aparta la mirada y se frota las orejas una última vez antes de lanzar la toalla mojada a cualquier parte, enciende la tele y busca una película que ver. El gato, que sigue ahí, se acerca a él y toma asiento a su lado, no demasiado cerca pero tampoco demasiado alejado.


— ¿Qué verás?


— Una película de zombis. — Responde. dándole Play a la pantalla.


YoonGi no le dice nada y se queda allí sentado, mirando a la tele con rostro interesado. A NamJoon no le molesta, en realidad debe decir que le agrada tener compañía y si es del gatito enfurruñado mucho mejor. Cuando empieza la película se escucha una canción que ambos conocen y a YoonGi se le ilumina la cara por un momento.


— Esa canción, tú la estabas tocando la otra noche. — Habla emocionado.


— Take me out. — Dice NamJoon. — ¿Te gusta?


— Para nada. — Responde YoonGi cambiando drásticamente de humor, cruzándose de brazos en una clase extraña de berrinche. — La odio, me recuerda a alguien.


— ¿A mi?


YoonGi lo mira y se ríe negando, luego vuelve a hacer otro puchero.


— No a ti, a otro estúpido alfa.


A otro… otro estúpido alfa. Ouch. NamJoon va a fingir que eso no le duele , y sólo se ríe.


— ¿Lo conozco?


— Lo dudo. — Responde el gatito. — Se llama Park JiMin, es un compañero de la universidad.


— ¿Y por qué lo odias?


— El estúpido me rechazó… ¡A mí!... ¿Puedes creerlo?


NamJoon alza una ceja y se ríe por lo gracioso que se ve YoonGi enojado. ¿Es que acaso se puede ser más tierno estando furioso? Claro que no, es efecto es exclusivo de los gatitos, de los gatitos negros y hermosos.


— Ahora entiendo porque te recuerda a él.


— Así es. — Afirma YoonGi molesto.


El alfa lo sigue observando luego cae en cuenta de algo.


— ¿Ese es el alfa por el que te cuidas tanto? — YoonGi asiente, con el entrecejo junto. — ¿Pero si ya te rechazó entonces no eres libre de hacer lo que quieras?


— Aún no me rindo, JiMin al final va a darse cuenta de lo mucho que me quiere.


Dice YoonGi con total decisión y NamJoon sabe que va en serio, totalmente en serio, y que nada lo va a hacer cambiar de parecer. Asiente, serio, en tanto regresa su atención a la película en el momento justo que el primer zombi aparece y jode a la humanidad entera. Dios, tan predecible. NamJoon detesta lo predecible.


YoonGi ve a NamJoon suspirar con tedio y vaya que no lo culpa, si la maldita película está para morirse de sueño. ¿Por qué los extranjeros no hacen más películas como Train to Busan? Deberían copiar ese tipo de cosas de Corea en vez de intentar producir imitaciones baratas de idols.


— Dios, que aburrida esta esta cosa. — Murmura YoonGi.


NamJoon lo mira con ceja enarcada y asiente sonriendo de lado.


— Tienes razón. — Dice, apagando el televisor. — Bastante sosa.


— Eso es lo que obtienes por contratar plataformas tontas, tacaño.


NamJoon se ríe y YoonGi sonríe con él.


— ¿Entonces que debería pagar?


— Disney*.


Aha, así que YoonGi y TaeHyung se parecen bastante. Omegas al fin.


— Lo pensaré.


— ¿De verdad? — Exclama el omega emocionado, riendo con demasiada fuerza.


Todos se van a despertar con semejante ruido. NamJoon se ve obligado a acercarse a YoonGi y poner una mano en su boca, callándolo suavemente.


— No hagas tanto ruido, YoonGi. — Murmura riendo con él.


YoonGi le aparta con cuidado y se pone uno de sus dedos sobre la boca, indicando muy contento que guardará silencio. NamJoon asiente y lo deja, pero no se aleja de él. No, permanece ahí, frente a él, sentado en el sofá mientras lo mira a los ojos, sintiendo de nuevo esa tensión en el aire de días atrás. Sabe que YoonGi también la siente porque sigue ahí, quieto, como esperando que algo suceda.


YoonGi lo mira un buen rato, respirando acelerado, estremeciéndose cuando NamJoon levanta una mano y acaricia su rostro, tomándolo lentamente antes de unir sus bocas. Se saborean mutuamente a base de besos y mordidas por un largo, muy largo rato, parando solo cuando YoonGi necesita respirar y empuja a NamJoon, poniendo sus manos sobre el trabajado pecho de este. NamJoon lo mira intenso y YoonGi se contrae de deseo, pero sabe que no puede ceder ante el impulso. El inhala profundo y aprieta los labios, nervioso.


— No me…


— No te acuestas con alfas, ya se. — Murmura NamJoon, interrumpiéndolo mientras deja un beso en su mejilla. — Pero recuerdo que dijiste que tu y JeongYeon se masturban juntos y que podíamos hacer eso tu y yo. ¿Entonces puedo masturbarte mientras tu me masturbas a mi? ¿A eso te referías?


— No exactamente. — Responde agitado. — Pensaba más bien tu y yo acostados en una cama, cada quien masturbandose por su cuenta, como dos amigos íntimos.


— Uhm. — Se queja NamJoon, separándose de YoonGi con decepción.


El alfa hace una mueca triste y a YoonGi le enternece ese puchero.


— Pero tu idea suena mucho mejor. — Dice risueño. — Incluso podemos seguir besándonos ¿Qué te parece?


— Me encanta. — Responde NamJoon ronroneando de placer.


Acto seguido se vuelven a besar, más se levantan del sillón para caminar unidos hasta la habitación del alfa, dónde cierran la puerta con seguro. YoonGi se desviste por su cuenta, bajando el cierre de su enterizo mientras NamJoon se saca los pantalones y la camisa, quedando rápidamente desnudo. Así que no llevaba ropa interior. Dice YoonGi mientras él todavía tiene que sacarse las pantaletas y los calcetines de gatito.


Tan pronto como los dos están desnudos, van y se recuestan sobre el colchón que está en el suelo. No se tocan demasiado, simplemente se besan en tanto sus manos bajan a los genitales del otro, empezando a masturbarse sin dar muchas vueltas. NamJoon besa a YoonGi, tomando su pene con delicadeza, tirando y bajando. YoonGi que no se queda atrás hace lo mismo y gime de excitación ante el fuerte olor del presemen de NamJoon. YoonGi mueve sus caderas contra la mano de NamJoon, los dos besándose. El alfa meneando la cola de gusto en tanto YoonGi respira más fuerte, sintiéndose vacío.


— Nam. — Pregunta el gatito con una mirada juguetona, sacudiendo sus orejitas.


— ¿Sí, YoonGi? — Pregunta con una sonrisa, emocionado de escuchar a YoonGi ronronear de tal manera su nombre.


— ¿Y si metes un par de dedos?


Oh vaya, NamJoon alza una ceja, falto de aire, hipnotizado y totalmente atento a las necesidades del omega.


— ¿Eso se te antoja?


— Mucho. — Le dice YoonGi con un pucherito.


NamJoon ríe y besa tiernamente los labios de YoonGi.


— Abre la boca. — Ordena con suavidad.


El omega obedece ante su petición y NamJoon no tarda en meter dos de sus dedos en la boca de YoonGi. El gatito lo recibe con expresión necesitada y chupa lentamente, ensalivando la mano de NamJoon con lujuria disfrazada de ternura. El alfa gruñe emocionado por tan excitante imagen. Lo que daría por una mamada de esa dulce boquita. Saca sus dedos y sonríe.


— Separa las piernas YoonGi, voy a hacer que te corras.


El omega se abre de nalgas completamente en un segundo y le muestra al perro su bonito ano apretado, rosado y húmedo mientras menea de izquierda a derecha su larga colita negra. NamJoon lo observa y siente que la boca se le hace agua. ¿El culo de YoonGi sabra tan delicioso como huele? Mejor no hacerse preguntas a las cuales jamás podra responder. En vez de torturarse NamJoon decide acariciar la bonita entrada de YoonGi, y juega sus dedos en él, sacándole un largo gemido al omega. Después de rato mete ambos dedos al mismo tiempo, arrancándole el aire a YoonGi mientras los dos se ponen aún más duros. El alfa dobla sus dedos, jalando y empujando, una y otra vez, con suavidad, con deseo y con mucho, mucho cuidado. Los dos se miran intensamente gruñendo mientras muestran sus colmillos.


Omega y alfa menean sus colas de lado a lado y agitan sus orejas. YoonGi jadea y gime cada vez más fuerte y con menos control. Entonces, fuera de sí, perdiendo la mitad de la razón, NamJoon lo jode duro con la mano y le hace temblar las piernas. YoonGi trata de mantener el ritmo y masturbar a NamJoon pero no puede mover su mano cómo el quisiera, está pronto a correrse y su cuerpo comienza a hacer corto circuito, temblando de manos y piernas. Ninguno puede apartar la mirada de sus ojos mientras el alfa suda de excitación y YoonGi llora de placer.


— Me vengo. — Anuncia NamJoon mientras gruñe y acelera los movimientos de su mano, el nudo formándose con rapidez, hinchándose lleno de sangre contra la mano de YoonGi.


— Yo… yo también. — Declara YoonGi a voz temblorosa, tomando a NamJoon de las mejillas mientras chilla su nombre. — Nam… Nam… ¡Ah!


Semen sale disparado hacia todas partes, NamJoon corriendose contra los muslos de YoonGi mientras este último eyacula contra su propio pecho y abdomen. El alfa surge y NamJoon gruñe contra el cuello de YoonGi, aspirando su aroma, deseandolo. Sería tan fácil, solo una mordida sobre la blanda piel y sería suyo por siempre, solo para él. Podría, repite, más no lo hace, porque su lado racional le dice que no está bien, porque le recuerda que ambas partes deben estar de acuerdo. Así que se resiste.


El lindo y apretado ano de YoonGi palpita y se contrae contra los dedos del perro mientras el omega gime gozando de su orgasmo, sonriendo. A NamJoon le parece tan precioso, en verdad que sí. Entonces, NamJoon deseoso de él, besa a YoonGi quien tiene la boca abierta, y NamJoon aprieta con sus dedos un poquito más, haciendo que YoonGi abra más la boca en un pequeño grito ahogado. Oh dios, es magnífico, tan simple como eso. Saca sus dedos lentamente, muy lentamente y YoonGi gruñe de gozo mientras sonríe satisfecho.


NamJoon baja la vista y mira sus dedos mojados, cediendo de inmediato ante el impulso de llevarselos a la boca mientras cierra los ojos. Chupa sus dedos por entero y es un sabor dulce, un tanto ácido pero que le gusta mucho. Vuelve a abrir sus ojos y encuentra a YoonGi mirándolo fijamente, su pecho bajando y subiendo rítmicamente con fuerza.


— Pervertido. — Murmura el omega entre jadeos.


Sin embargo este no le da tiempo a NamJoon de defenderse pues agarra el pene aun hinchado de NamJoon y toma con uno de sus dedos el delgado hilo de semen que une la pierna de YoonGi con el pene de NamJoon. Delicadamente YoonGi acerca el dedo a su boca y cierra los ojos, saboreando la deliciosa semilla blanca de NamJoon.


A YoonGi también le gusta mucho el sabor de NamJoon.


❣️


A lo largo de dos meses YoonGi y NamJoon se han vuelto amigos cercanos, no sólo en el sentido de masturbarse el uno al otro (cosa que hacen al menos dos veces por semana) sino también en cuestiones más íntimas como es el platicar interesadamente de su vida personal. Aprenden pequeñas cosas el uno del otro, como su familia, sus amigos, sus estudios y sus aspiraciones.


Se consuelan cuando algo va mal en la escuela o sucede algún contratiempo en el trabajo. También descubren que tienen muchos gustos en común, música, libros, comida, juegos y películas. Se llevan bien, bastante bien tanto que empiezan a compartir sus tardes juntos y cuando no se ven por la escuela o el trabajo no dejan de enviarse mensajes. Lo hacen tanto que incluso HoSeok ya le reclama a YoonGi su abandono, diciendo que ya no lo quiere y que parece que ha pasado de él como amigo.


YoonGi cree que todas estas acusaciones no tienen sentido, pues tampoco es que fuera muy cercano a HoSeok, apenas y se veían un par de veces al mes, además, no sólo es que este con NamJoon, sino que ahora que Tae es su amigo su tiempo está por completo ocupado. Además es periodo de exámenes y YoonGi sabe que no es la persona más brillante del mundo, razón por la que debe esforzarse el doble si quiere tener buenas notas.


Suerte que NamJoon sea el mejor de su generación y se haya ofrecido a ayudarle, quien por cierto, aunque no estudié diseño gráfico como él, si estudia animación digital, algo que le va bastante bien. Entonces ambos se están en la biblioteca justo como los últimos cinco días, repasando para el examen que YoonGi tendrá el lunes próximo. La materia que más dolor de cabeza le da a YoonGi, pero que sabe esta vez aprobará porque va bastante bien gracias a NamJoon.


YoonGi siempre se queja de ser alguien tonto pero a NamJoon le parece que es alguien bastante listo y capaz, solo que es flojo y descuidado. Pero lo están resolviendo juntos, al menos YoonGi ya se mantiene concentrado durante sus sesiones de estudio. Como ahora, en que está con la mirada bien fija sobre el libro de humanidades que utiliza para su materia, haciendo apuntes con dedicación mientras frunce el ceño y saca la lengua. Es tan bonito. NamJoon no necesita decírselo, sabe que YoonGi es consciente de eso e igual no estaría bien, pues no tienen esa clase de relación.


¿Pero qué relación tienen? Es una pregunta que NamJoon se ha repetido en varias ocasiones, generalmente en la calma y soledad de las noches antes de dormir. No son novios pero tampoco amigos comunes, entonces diría que son amigos con derecho, aunque con derechos restringidos. La cuestión es tan fastidiosa para NamJoon. Suspira cansado y sin darse cuenta llama la atención de YoonGi.


— ¿Ya te cansaste? — Pregunta el omega con expresión curiosa.


— Un poco. — Miente. — ¿Y si vamos por un helado?


— Uhm, no tengo dinero.


— ¿No recién la semana pasada te envió dinero tu mamá? — Pregunta NamJoon riendo, ya imaginándose la respuesta.


— Sí, pero había un peluche muy bonito de Kumamon y ahora sólo tengo lo justo para terminar el mes.


Claro que sí, a eso se refiere cuando dice que YoonGi es bastante descuidado. ¿Pero que se le va a hacer a este pobre gatito?


— No hay problema. — Dice NamJoon, empezando a guardar sus libros en la mochila. — Yo te invito.


— ¿De chocolate y menta con chispitas?


— Chocolate y menta. — Repite NamJoon con desagrado. — Si eso quieres, allá tú.


YoonGi sonríe como un pequeño niño y emocionado empieza a tomar sus cosas. No importa si el gatito tiene gustos asquerosos, a NamJoon no deja de parecerle adorable. Cuando se levantan caminan juntos fuera de la biblioteca, directo a la heladería del campus.


— ¿Entonces es seguro que irás a la fiesta de disfraces de mi facultad? — Pregunta NamJoon realmente curioso.


— ¡Claro, ya te lo he dicho! — Exclama YoonGi.


¿Cómo no iría si él ama las malditas fiestas de disfraces? Es la única oportunidad que tiene al año para ponerse ropa sexy sin que nadie le diga nada. No por nada se ha preparado por dos semanas con ayuda de JeongYeon quien sabe coser muy bien. NamJoon le devuelve la mirada y parece contento con su respuesta. YoonGi le sonríe y de pronto siente ese calor abrasador y sofocante dentro de su pecho. Es un sentimiento que ha ido creciendo dentro de YoonGi las últimas semanas y que no sabe decir que es.


Tal vez… no, eso no es. Por supuesto que no. Aunque… ¿Tal vez NamJoon siente lo mismo? YoonGi mira al suelo algo tímido de pronto y NamJoon parece notarlo pues muestra intenciones de acercarse a él sin embargo ninguno hace nada, mucho menos cuando alguien se para frente a ellos y los detiene.


YoonGi alza la mirada y frente a él está JiMin, sonriendo con esa mirada de dios griego que paraliza a cualquiera, con sus orejas de zorro bien erguidas en señal de orgullo. Y el alfa los saluda, en realidad, solo a YoonGi.


— Justo estaba buscándote, YoonGi. — Dice el zorro, casi ignorando la presencia de NamJoon.


NamJoon lo mira calmo aunque por dentro siente que hay algo que no está bien.


— Hola, JiMin. — Responde YoonGi con sus mejillas encendidas.


Oh, así que este es JiMin, ahora entiende porqué su lado animal empieza a descontrolarse. ¿Que quiere este asqueroso zorro?


— Me preguntaba si querrías tomar un helado conmigo. — Le pregunta JiMin a YoonGi.


JiMin ha invitado a YoonGi a tomar un helado, por dios, esto está de no creerse. YoonGi quiere pegar un salto y abrazarse a JiMin. Claro que quiere, quien en su sano juicio se negaría. Oh, solo hay un problema, se supone que él iría con NamJoon a tomar un helado. ¿Qué debería hacer? Duda un instante y mira a NamJoon. El perro le devuelve una mirada sin expresión. NamJoon es su amigo y él sabe cuánto ha estado esperando esto, claro que entenderá.


— Por supuesto. — Dice YoonGi a JiMin, sonriéndole.


Da un paso hacia el zorro y mira a NamJoon, despidiéndose de él mientras le pide en silencio que le desee suerte. El perro lo despide con media sonrisa y YoonGi se va tomado del brazo de JiMin, sin notar que la larga y esponjosa cola de perro se mantiene inmóvil, completamente decaída.


❣️


JeongYeon lo mira de brazos cruzados desde la esquina de su cama, mientras él se mira orgulloso en el espejo, tan guapo, tan sexy y tan bello.


— No puedo creer que vayas a la fiesta de ese tonto. NamJoon nos invitó desde hace un mes y ese estúpido apenas lo hizo hace dos días.


— Ya te lo dije, fue una fiesta improvisada. — Dice YoonGi con total seguridad mientras se coloca los pendientes. — Además NamJoon sabe que no puedo dejar pasar esta oportunidad y se lo tomó muy bien cuando le avise.


— Improvisada, permite que me ría. — Responde JeongYeon con total molestia. — Y eso es lo que crees tú, YoonGi. Olvidas que NamJoon es un alfa, nunca va a mostrar que está dolido.


— ¿Y por qué habría de estarlo?


YoonGi y JeongYeon se miran fijamente. Ninguno dice nada por varios segundos, ambos molestos. YoonGi no entiende lo que su amiga trata de explicarle o es tal vez que sólo no quiere entenderlo. No importa, porque ella se levanta de la cama y resopla de enojo.


— Pues yo si iré a lo de NamJoon. — Anuncia. — TaeHyung también estará ahí y no pienso dejarlos plantados, no cuando NamJoon tocará con su banda.


— Pero no me puedes dejar solo. — Replica YoonGi. — Dijiste que irías conmigo.


— Me retracto, no iré a una estúpida fiesta llena de tontos alfas donde sólo seremos juguetes para su diversión personal.


— ¡JiMin no es así!


— ¡Maldición, YoonGi! ¡Reacciona, no seas imbécil!


El gatito aprieta sus puños en enojo.


— ¡Bien, no vayas! ¡No te necesito! ¡Mucho menos ahora que tendré un alfa que me va a cuidar!


— ¡Suerte con eso!



El lugar está a reventar de gente y YoonGi jamás imaginó que la casa de Jimin fuera así de grande y lujosa. La verdad es que se siente intimidado, él no es una persona de dinero y lo puede notar mirando los disfraces bien elaborados que los demás llevan puestos, que lucen bastante costosos en comparación al suyo. Es que este traje que lleva puesto lo hizo JeongYeon con telas baratas porque se suponía que iría a la fiesta de la facultad de NamJoon donde no importaba que fuera un traje costoso sino algo divertido que a él le gustara. Dios se siente tan fuera de lugar, tan pequeño e indefenso. Si tan sólo hubiese tenido más tiempo y más dinero se habría hecho de algo mejor pero ya que, ya está aquí y ahora le toca entrar a este lugar donde su querido JiMin lo espera sólo a él.


Se arma de valor y aprieta sus garritas alrededor de la correa de su bolso negro, ese tan bonito y el cual es el único que tiene. Que alivio que sea de buena marca, es lo único que podrá presumir frente a estas personas si le llegan a preguntar. Mientras camina entre el mar de gente se dice y repite mil veces que está bien, que él está bien aunque vaya solo y que no necesita a la tonta de JeongYeon. Sus sueños están a punto de cumplirse y eso es lo único que importa.


Se pasa un buen rato buscando a JiMin hasta que finalmente lo encuentra en el jardín de atrás. Todo el mundo está alrededor de él y su bola de amigos, que parecen estar sumergidos en una especie de concurso en la que tienen que beber y donde el que beba más gana. Obvio YoonGi se une a toda la gente y grita el nombre de JiMin entre aplausos y vítores. Y obviamente salta cuando el zorro es quien gana. JiMin celebra entre gritos antes de notar a YoonGi, pero cuando lo hace va directo hasta él, haciendo que YoonGi se muera de la emoción por ser notado y ser esperado.


— Ahí estás, mi lindo YoonGi. — Balbucea JiMin quien claramente está ebrio. — Mi lindo, lindo… ¿De qué estás disfrazado?


El alfa señala con cierta burla su ropa pero YoonGi decide ignorar ese gesto porque es obvio que JiMin no está en sus cinco sentidos y no es su intención ser grosero.


— Soy un brujo sexy.


— Claro, claro. — Declara JiMin con una mueca extraña, riéndose de él. — Lo sexy no te lo niego.


¿Qué significa eso? YoonGi no lo descubre pues JiMin le besa la comisura de los labios y le toma de la mano, sonriente, borracho y extasiado. YoonGi se siente en las malditas nubes.


— YoonGi, ayúdame a ir a mi habitación, creo que apenas y puedo caminar. — Murmura besando uno de sus cachetes. — ¿Puedes, lindo?


— S… Sí. — Responde YoonGi dudoso, poniéndose nervioso por alguna razón. — Solo dime dónde está.


— Dentro de la casa tontito ¿Donde más?


Y de nuevo YoonGi se niega a molestarse, porque ¿Cómo podría enojarse con JiMin después de que se haya decidido a mirarlo? Toma al alfa como puede y lo lleva escaleras arriba. En su camino percibe un montón de caras extrañas, miradas cargadas de desprecio, de burla y algo de lastima. Pero sigue ignorándolas sin detenerse hasta llegar a la habitación que JiMin dice es suya. Los dos se meten en la alcoba y YoonGi cierra la puerta para que el ruido no moleste a JiMin, que el pobrecito se ve bastante mareado.


Ambos caen en la cama y antes de que YoonGi pueda ponerse de pie JiMin ya está sobre él, mirándolo con sus intensos ojos de zorro.


— No hay duda de que eres bastante lindo. — Dice el alfa, sacándole a YoonGi una pequeña sonrisa nerviosa.


— ¿Lo crees?


— Por supuesto. Eres un muy lindo gato negro, un omega bastante sexy.


— Claro que soy sexy. — Dice YoonGi recobrando algo de confianza en sí.


Eso parece hacerle algo de gracia a JiMin, que se ríe con una mueca antes de inclinarse y besarlo. Es tan sorpresivo que YoonGi no reacciona hasta bien pasados unos segundos, notando las manos que lo sujetan de la cintura y lo empujan con fuerza contra la cama. Hay algo que no le gusta a YoonGi en todo eso pero sigue negándose a ceder ante todas esas pequeñas alertas que se encienden dentro de él. Solo sonríe y ronronea fingiendo que le gusta que JiMin lo toque. Porque, esto es lo que ha esperado por mucho tiempo.


JiMin baja por su piel y besa su cuello con cierto salvajismo que hace que el corazón de YoonGi se acelere, aunque no sabe si es de miedo o excitación. Debe ser lo segundo se dice y sonríe para JiMin mientras acaricia sus orejas de zorro.


— ¿Me vas a marcar? — Pregunta YoonGi, algo emocionado de pensar que al fin será un omega con alfa.


— Claro que no. — Responde JiMin empezando a reírse sin tacto alguno de él. — Esto es para pasar el rato, para probar.


YoonGi se queda sin aliento.


— No entiendo. — Le dice, confundido.


JiMin suspira con algo de tedio.


— Hasta ahora sólo me he acostado con omegas hembras porque me parecen más bonitas y más sensuales pero mis amigos insisten que los omegas varones también tienen lo suyo, su encanto. Apretaditos con más ganas de follar que una mujer. Me lo repitieron tanto que ya no me pude resistir y dije ¿Por qué no?


YoonGi se queda callado y JiMin lo besa de nuevo. Sus manos firmes se meten entre su ropa, debajo de su blusa y debajo de sus pantaletas. Dos dedos se meten dentro de él, sin cuidado alguno, lastimandolo, violandolo. Entonces la realidad le cae encima. JiMin no lo quiere, JiMin no lo ama. JiMin solo va a usarlo como un vil muñeco que después va a desechar. JiMin no es un buen alfa. JiMin no es NamJoon.


— No quiero. — Dice sacándose la mano de JiMin, empujándolo. — Así no quiero.


El alfa lo mira sorprendido y después enojado, riéndose incrédulo. Se acerca a él y lo toma de las muñecas, apretando con fuerza.


— Te vas a dejar, calienta pollas. — Le amenaza. — Se que eres un puto que se acuesta con varios y a mi no me vas a dejar con las ganas después de estarte pavoneando frente a mi.


— Dije que no.


— Y yo dije que sí. — Grita el alfa y YoonGi sabe lo que viene a continuación.


Debe correr, porque sino lo hace va a ceder contra toda su voluntad. Por eso golpea a JiMin directamente a la boca, sintiendo como le quiebra un diente. Si el alfa no puede hablar el omega no tiene nada que obedecer. Aprovecha que JiMin se dobla de dolor para levantarse y correr hacía la puerta pero el alfa que siempre es más rápido que un omega alcanza a tomar su bolso.


YoonGi trata de no soltarlo y tira de él, mientras JiMin jala la correa con más y más fuerza, debería soltarlo, debería pero antes de que pueda hacerlo el hilo de piel se revienta, haciendo que ambos caigan de espaldas de lados opuestos. Es su última oportunidad y YoonGi no la desperdicia, al carajo todos. Abre la puerta y sale corriendo sin que le importe la mirada de todos. Solo huye a cualquier parte sin mirar atrás mientras llora y se dice que es un maldito estúpido.


Un completo y maldito estúpido de mierda.


...


Cuando llega a la facultad de lenguas le toca sumergirse una vez más en un mar de gente que no deja de gritar, cantar y bailar al ritmo de la música. YoonGi conoce esa canción, alza la mirada y ahí está NamJoon en el escenario, tocando y cantando Take me out. Lo estudia desde la distancia con el rostro lleno de lágrimas secas. De pronto esa canción se siente como si NamJoon estuviera cantándola con un motivo más profundo.


Eso mismo es lo que provoca que YoonGi se acerque al escenario, buscando ser visto por NamJoon que ahora nota ni siquiera se ha disfrazado. Se suponía que él también haría de brujo, ahora que lo recuerda. Dios, YoonGi se siente tan imbécil y aún más imbécil cuando encuentra a JeongYeon y TaeHyung mirándolo desde lejos, claramente enojados, molestos de que él esté ahí, de que se haya aparecido después de lo que hizo.


Oh, si tan sólo ellos supieran que se ha llevado su castigo. Va hacia ellos pero entonces la canción termina y la banda de NamJoon se despide para dar espacio a otra banda en el escenario. El alfa baja de la tarima y se encuentra con él. YoonGi le sonríe nervioso.


— Estuviste genial. — Le dice con su voz tímida.


NamJoon exhala con fastidio y rueda los ojos.


— Si acabas de llegar.


— Pero sé que estuviste increíble.


— ¿Ya terminó tu fiesta? — Pregunta NamJoon con evidente molestia. — ¿Qué tal el gran JiMin eh?


— Era una fiesta muy aburrida y no quiero hablar de JiMin.


NamJoon le entrecierra los ojos y lo toma de la blusa, bajando bruscamente la tela para descubrir su cuello. El alfa ríe con desgana y lo suelta.


— ¿Qué, no tienes marca? — Escupe con veneno. — Así que JiMin te rechazó de nuevo y es por eso que vienes aquí. ¿No es eso?


— No, eso no es…


— ¿No es verdad? Vete al diablo YoonGi, yo no soy plato de segunda mesa, no soy una segunda opción y no soy tu puto amigo con derechos. Creí que te darías cuenta de lo que yo sentía por ti guardando la esperanza de que tu sintieras lo mismo por mi pero ya vi que sólo eres un puto egoísta calienta pollas al que nada le importa, ni siquiera sus amigos. — Dice señalando a JeongYeon y TaeHyung que contemplan la escena junto a otros cientos de desconocidos. — Vete a la mierda Min YoonGi, ve y busca a quien joder y a nosotros déjanos en paz.


❣️


Pasa una semana completa sin hablar con JeongYeon, TaeHyung o NamJoon y no es que no lo haya intentado porque de verdad les ha llamado y escrito mensajes hasta no poder más. Todo está mal, todo en lo absoluto. Por la facultad corren rumores, medio mundo habla de él a sus espaldas. Adjetivos horribles lo señalan a él como un sucio gato ofrecido. No hay persona que no crea que él se le insinuó a JiMin y que se aprovechó de su pobre estado para tener sexo con él. Hay omegas que dicen que el lo hizo para conseguirse una marca aunque fallo en el intento, otros alfas aseguran que sus intenciones eran quedar embarazado y muchos otros no dejan de decir que lo hizo como simple diversión porque es un sucio omega calienta pollas que le encanta meterse en la cama de todos.


No va a mentir, le duele, claro que le duele a YoonGi escuchar todo eso y le duele aún más porque tiene que mantener la cabeza en alto aun cuando no tiene nadie a su lado que le diga que le cree. Llora todo el tiempo, en los baños, en la biblioteca e incluso mientras va a pie de vuelta a su casa porque otra vez se quedó sin dinero. Pero le duele aún más saber que todo esto se lo provocó él y que por si fuera poco perdió a sus amigos y a las personas que quería por un deseo estupido.


Se la pasa tan distraído en su tristeza y miseria que no revisa el calendario, sin percatarse que su celo va a aparecer en cualquier momento. Y qué mala suerte es que ese momento es justo ahora, mientras sale del campus rumbo a su casa. El calor lo golpea sin piedad alguna y lo dobla, alcanzando a sostenerse de la pared antes de caer de rodillas. Nadie lo ve o tal vez fingen que no lo hacen, como sea no recibe ayuda, solo una dolorosa indiferencia.


Sin embargo por ahora esta no es la mayor preocupación de YoonGi. Supresores. Dice en su cabeza y se maldice por no llevarlos consigo. Tiene media caja en su habitación pero esta bastante lejos y no cree llegar lo suficientemente rápido, no antes de que empiece a clamar desesperado por un poco de sexo, cosa que sólo hará que lo vean con aun más repudio. Necesita ayuda y rápido. Toma el móvil y marca el número de NamJoon pero como los últimos días, no contesta. Repite con TaeHyung y con JeongYeon pero tampoco obtiene respuesta.


YoonGi sigue caminando y está al borde de la desesperación. Busca el número de HoSeok pero este también le ignora las dos veces que le llama. Por dios, no es posible que este tan solo. Empieza a llorar mientras los omegas que pasan lo miran con asco y sin dar indicios de ayudarlo aunque sea un poco. Tan crueles. Ya no hay a quien pueda llamar, solo resta un número más aparte del de su madre. Lo mira dudoso y se dice que si NamJoon y TaeHyung no le contestan el menos lo hará pero igual se vale intentar.


Marcar el número y espera. Uno, dos y tres tonos. YoonGi cae en la desesperación misma mientras llora y cuando está por darse por vencido…


— ¿Qué quieres, YoonGi?



NamJoon baja con prisa del auto. Apenas ha escuchado el mensaje de voz de su hermano mayor se ha salido de clases y ha corrido hasta donde su apartamento. Cuando abre la puerta se encuentra con JeongYeon y TaeHyung parados en la sala con cara preocupada al borde del llanto, claramente asustados. SeokJin no se ve mejor y NamJoon lo entiende apenas escucha el grito lleno de dolor atravesar la puerta de su habitación.


— ¿Cómo está? — Pregunta sin poder ocultar su preocupación por YoonGi.


— Los supresores no le hacen efecto, lo metí en tu cuarto a ver si con el olor se calmaba pero sigue igual, ya no se que hacer, no encuentro ningún doctor que atienda a domicilio que esté disponible por las siguientes tres horas. — SeokJin se muerde el labio, dudoso. — ¿Tal vez si lo llevamos a urgencias?


— Los dos sabemos cual va a ser la respuesta de los doctores.


— Pero… él.


— Sí, ya se. — Dice NamJoon, entendiendo el reproche de su hermano. — Pero no importa lo que hizo, no lo voy a dejar sufrir así, tu y TaeHyung saben lo horrible que es.


Omegas, beta y alfa se miran todos entre sí, apretando los párpados cuando YoonGi gime de dolor al otro lado de la puerta.


— Está bien. — Cede SeokJin haciéndose a un lado, dando paso libre a la habitación.


NamJoon traga saliva y mira fijamente a la puerta, sabiendo que del otro lado está YoonGi pasando por un horrible celo. Se relame los labios con nerviosismo y vuelve a mirar a su hermano.


— ¿Tienes condones, Jin?


Su hermano mayor niega pero se mete a su habitación, volviendo rápidamente con una caja de medicamento.


— Solo anticonceptivos de emergencia.


Peor es nada y no es como que NamJoon tenga tiempo para ir corriendo a la farmacia. Toma la caja de píldoras y mira nervioso a la puerta.


— Bien. — Murmura, empezando a caminar cauteloso a su habitación.


Su mano gira el picaporte y empuja la puerta, entrando y encerrándose tan pronto el olor de YoonGi lo absorbe. NamJoon se ahoga y deja de respirar cuando mira hacia abajo, directamente al colchón cuyas sabanas ya están revueltas y encima de ellas, abrazado a una de sus almohadas, esta YoonGi desnudo, quien se frota con desespero contra ella, llorando y gimiendo muy bajito su nombre.


— Hey. — Llama NamJoon a YoonGi, a modo de calmarlo. — ¿Estas bien?


Pero tan pronto YoonGi alza el rostro se lanza sobre él y lo tumba en el suelo, empezando a llenarle la cara de pequeños besitos mientras llora y llora sin parar.


— NamJoon, perdóname. — Dice entre beso y beso. — Por favor perdóname, yo te quiero, te quiero mucho, perdóname.


NamJoon ríe quedito y lo toma de la cintura, levantándose ambos para sentarse en el suelo. YoonGi no lo suelta y se abraza a él como un koala enorme, enroscando su colita negra alrededor de ellos dos. Puede sentir como el cuerpo de YoonGi hierve en deseo, y qué más prueba necesita si el hermoso gatito busca su boca y frota su entrepierna contra la suya, dando pequeños saltitos que le dicen que el omega está necesitado y ansioso por recibirlo dentro suyo.


— Perdóname. — Dice entre pucheros y besos. — JiMin quiso violarme, se que fui un imbécil, me lleve mi merecido, te quiero NamJoon, per…


NamJoon se alarma y toma el rostro de YoonGi, deteniendo sus besos por un segundo aunque eso no logra que sus caderas dejen de ondear sobre su pelvis.


— ¿Qué? — Pregunta con el entrecejo junto. — ¿Por qué no me lo dijiste antes?


YoonGi lo mira con tristeza y baja la cara con mucha vergüenza.


— No tuve tiempo. — Le responde.


Claro, porque NamJoon no lo dejó hablar. le gritó portándose como un completo imbécil. YoonGi de nuevo lo toma de la boca y lo devora entre gemidos y lágrimas.


— Perdóname. — Repite el omega, con sus orejitas tristes. — Perdóname NamJoon.


— Tu perdóname, YoonGi. — Le dice devolviendo el beso.


NamJoon sostiene a YoonGi de la cintura y lo empuja, los dos yendo de vuelta a la cama, mordiéndose suavemente mientras YoonGi no deja de pedir perdón.


— Shh. — Le sisea NamJoon a YoonGi con suavidad, sintiendo como se pone duro mientras el gatito mete sus garritas debajo de su ropa, empezando a desvestirlo. — Ya no importa YoonGi.


NamJoon no tarda en quedar desnudo, meneando su esponjosa cola de perro sin que YoonGi deje de llorar en desespero.


— Ahora sólo quiero hacer sentir bien a mi hermoso gatito enfurruñado. — Le dice, dejando besos pequeños sobre las orejitas negras de YoonGi, logrando que este ria. — ¿ Qué te parece eso, gatito?


— ¿Harías eso por mi? — Pregunta YoonGi gimoteando.


— Eso y más mi amor. — Murmura.


Los ojos de YoonGi se abren mucho y brillan, llorando de nuevo, inquieto debajo del cuerpo de NamJoon.


— ¿Cómo me dijiste?


— Mi amor. — Repite NamJoon.


— ¿Tu amor?


— Sí. — Le dice sonriendo, empezando a pellizcar uno de sus pequeños pezones mientras besa su delgado y blanco cuello. — Mi amor.


YoonGi sonríe de alivio por el toque de NamJoon pero también lo hace de alegría por sus palabras. Nunca nadie le ha dicho así salvo su madre en contadas ocasiones más esto es algo diferente, muy diferente y su corazón se siente cálido, a punto de explotar. Como si mil soles lo abrazaran y lo consumieran. NamJoon sigue llamándole "mi amor", "mi gatito", "mi YoonGi", y lo besa, lo acaricia, lo muerde y lo lame. YoonGi hoy no puede sentirse más feliz y más completo que esto.


NamJoon se siente igual más cuando escucha a YoonGi suspirar de deseo, de excitación y de placer al mismo tiempo, mientras le pide más, le pide amor y le pide alivio, llamándole alfa, sometiéndose ante él. YoonGi se abre de piernas mientras lo masturba y jala de él, demandando ser penetrado, llenado. Y NamJoon que es alfa no puede negarse a las necesidades de un omega. Sin embargo también quiere disfrutarlo, porque ha deseado tanto este momento. Por eso aparta a YoonGi con cuidado y lo voltea, acostándolo boca abajo y pidiéndole que alce sus caderas.


YoonGi que está abrumado no tarda en obedecer, separando sus nalgas para él, exhibiendo orgulloso su intimidad. NamJoon suspira completamente cautivado y se inclina sobre YoonGi. Primero besa su espalda baja y de allí va descendiendo sensualmente hasta detenerse entre sus piernas. Huele el sexo de YoonGi y feromonas sexuales lo encienden aún más. NamJoon no resiste más y deja un pequeño beso sobre su rosada, apretada y húmeda entrada.


— Dios. — Suspira. — No sabes cuánto he ansiado hacer esto, noches completas fantaseando.


— ¿En serio.. ? Ohh. — YoonGi se queja cuando NamJoon da una lamida larga. — Mierda.


— En serio. — Murmura sobre su ano, rozando el pequeño aro de piel con sus labios mientras habla. — Muy en serio.


NamJoon deja otro beso sobre él y vuelve a lamer con extrema lentitud haciendo que YoonGi se venga con sólo eso. YoonGi aprieta sus puños alrededor de las sabanas y siente como un chorro de su semen cae contra su barbilla, jadeando pero sin sentirse mínimamente aliviado.


— Uhm, gatito. — Escucha a NamJoon murmurar sobre su sensible piel, y YoonGi gruñe. — ¿Te corriste sin mí?


— Lo siento. — Dice temblando.


NamJoon sonríe y se levanta, dándole la vuelta a YoonGi, lo mira y besa tiernamente mientras limpia su manchada cara con la lengua.


— No importa, me gusta ver cuando te vienes. — Le dice NamJoon, empezando a besar su cuello en tanto baja la mano hasta su entrepierna, sonriéndole. — Sólo no te apresures la próxima vez, quiero que lo hagamos juntos, que te corras conmigo yo dentro de ti. — Murmura contra su boca, sin besarlo mientras hunde dos de sus dedos en el culo de YoonGi. — ¿Si, gatito?


YoonGi junta su entrecejo y levanta la boca en un puchero, con sus orejitas gachas y sus ojos llorosos de placer, una lágrima escurriendo de su rostro mientras asiente tiernamente excitado. NamJoon lo prepara por poco tiempo, más por placer que por necesidad, pues YoonGi, estando en celo, ya está listo para recibirlo desde hace largo rato. Cuando el alfa nota que YoonGi vuelve a llorar desesperado decide que es suficiente tortura para ambos y se mete entre sus piernas. Primero provoca al omega con un jugueteo de caderas, rozando apenas la punta de su hombría contra el suave y deseoso ano de YoonGi.


Se besan entre suspiros y cuando YoonGi está por protestar NamJoon se hunde de una sola embestida en él, haciendo que YoonGi se corra por segunda vez entre lloriqueos.


— Perdón. — Pucherea YoonGi llorando. — Perdón Nam.


NamJoon le sonríe y lo acaricia, atrayéndolo hacia su pecho para abrazarlo mientras lo penetra lenta y suavemente.


— Tengo que solucionar eso, mi amor. — Le dice entre besos y le sonríe con algo de ternura mezclada con malicia. — ¿De acuerdo?


YoonGi sabe a lo que se refiere y se estremece pero su omega que está dispuesto a todo con tal de obtener alivio cede a su instinto de sumisión. Igualmente tiene que admitir que confía plenamente en NamJoon, sabe que puede hacerlo, porque el alfa jamás le ha tratado mal y en sus ojos no ve más que cariño. Por eso asiente entre gimoteos y sacude su cabeza entre pucheritos. El alfa sacude su cola y agita las orejas de perro, alegre.


No te puedes correr sin mi, gatito. — Le dice con su voz alfa, acariciando su cabello. — Te lo prohíbo, mi amor.


Y cuando YoonGi da su afirmación de total obediencia NamJoon vuelve a embestirlo, sacándole un hermoso grito de placer. Las garritas de YoonGi se entierran en su espalda y NamJoon disfruta tanto la sensación, debe admitir que eso lo prende aún más al grado que no puede resistir bajar su boca hasta el pecho de YoonGi y tomar a turnos cada uno de sus pezones, saboreando el dulce sabor de la piel mientras succiona, tira y muerde. Escucha a YoonGi quejarse de placer y NamJoon alza su rostro, golpeando sus caderas contra él.


— Perdona, gatito. — Le dice. — Tengo un fetiche con los rasguños en mi espalda, me dan ganas de morder tus ricos pezones.


YoonGi ahoga un gemido y sonríe, tan sorprendido y tan contento.


— A mi me encantan arañar y que chupen mis pezones.


— Oh, YoonGi. — Ríe, hundiendo su polla en el apretado y suave cuerpo de su lindo gatito. — Me alegra oír eso.


Y ambos se ríen mientras joden cada vez más duro. Hacen el amor entre abrazos, pucheros y jadeos. YoonGi de pronto se pone salvaje y muerde a NamJoon pidiendo que lo deje montarlo. El alfa obvio no se niega y lo deja hacer todo lo que quiera, mirando a YoonGi saltar sobre él, quien se masturba su pequeño pene de omega mientras él está debajo del omega, recostado cómodamente en su cama, sonriendo y gruñendo.


Cambian varias veces de posición, sudando y jadeando. Sedientos de su aroma y hambrientos de su piel, los dos mirándose fijamente entre penetraciones. Pasa rato y YoonGi alcanza el orgasmo varias veces pero no se corre en ningún momento, empezando a llorar frustrado, implorandole a NamJoon que lo deje venirse. El perro estudia a su gatito llorando de desesperación y decide no ser malo con él, y cuando el nudo se forma, a segundos de correrse dentro de YoonGi, le da su permiso para alcanzar el orgasmo.


YoonGi explota en un brutal grito, eyaculando mientras se orina de placer sobre el abdomen de NamJoon. El alfa derrama todo su ser en el interior de YoonGi y se acerca al cuello del omega, deseoso de hundir sus filosos colmillos, sin embargo duda y se resiste con dolor. Sabiendo que no puede, que no debe.


— Hazlo. — Escucha implorar a YoonGi, quien claramente nota su estado de duda. — Marcame, alfa. NamJoon, se mi alfa. Te amo.


NamJoon busca la mirada de YoonGi y sabe que lo dice enserio, YoonGi lo quiere a él, lo ama como él lo ama a él. Lo busca, lo desea y lo acepta. NamJoon sonríe contento y besa su boca, aun eyaculando dentro de YoonGi. El gatito estira su cuello y le da paso libre. NamJoon no duda un segundo más y clava sus colmillos en YoonGi, quien llora de dolor mientras eyacula y se orina de nuevo.


— Lo siento, gatito. — Murmura limpiando cuidadosamente a YoonGi, eyaculando lo último de su semilla alfa en el omega. — Mi omega, mi gatito.


— Soy tu gatito. — Dice contento YoonGi, sintiéndose lleno y repleto del semen de NamJoon, riendo. — Ahora puedes llevarme contigo.




Take me out.



*Menciones no pagadas. Disney, patrociname.

18 Juin 2021 18:18 1 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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La fin

A propos de l’auteur

Minmin YoonJi Soy Minmin YoonJi, ficker mexicana, ARMY desde 2018. Amo a BTS y amo escribir historias, así que he fusionado eso para traerles a ustedes lectores fanfics romanticos y llenos de drama para agitar sus suaves corazones.

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Rachel Kim Rachel Kim
Eres una excelente escritor@ 👌 excelentes historias
June 24, 2021, 00:04
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