Miro el techo y me pregunto cuál fue la razón para que te marcharas y no regresarás.
Tal vez fue mi culpa el que te fueras.
Quizá simplemente fui una mala chica a quien intentaste dar una lección.
Lo que más ronda en mi mente, son aquellas palabras que no llegué a decirte.
Me arrepiento de habérmelas guardado.
Muchas veces, sueño que regresas, como ahora, mientras escribo otra de las tantas cartas que he ido acumulando con el pasar del tiempo...
Mi corazón duele.
¿Por qué te niegas a verme?
Merci pour la lecture!
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