12thavenue Bianca Muñoz

►►Todas las ilustraciones son propias◄◄ Siete canciones, siete actos, siete días, siete preguntas, y una conclusión. Loïc está buscando una importante parte de sí mismo que quedó regada entre los salones de un antiguo edificio, su hermana Leyla lo reta a buscar aquello que tanto anhela y le da siete días para desnudar su alma y conmoverla con una escena teatral genuina.


Non-fiction Déconseillé aux moins de 13 ans.

#retro #cultura-pop #historia #musica #post-punk #estética #goth #drama #autoconocimiento #239 #amor #teatro #lgbtq+
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Happy House

Tan pronto caía la noche, caían las nubes hacia nuestras cabezas para luego alejarse; caían las estrellas, y caía en picada el bullicio de la ciudad.

Muy, muy adentro de los confines de aquella metrópolis, estrictamente diurna y maloliente, se levantaba el Bonerotten; edificio de variedades donde mi hermana y yo pasábamos las noches junto con todo aquello considerado negativo a lo que la ciudad mandaba.

Eramos seres nocturnos que se reunían a hablar, bailar, cantar, recitar, llorar, follar, tomar, fumar y observar. Entrábamos al Bonerotten como ratas a una alcantarilla, y nos dividiamos en celosos grupos que daban ronda por el edificio toda la noche.

El Bonerotten lo tenía todo; un área de teatro y cine, un bar restaurante, una galería de arte, un salón de eventos y una biblioteca al pico del ático; todo aquello perfectamente ordenado en una edificación Art Nouveau de 4 pisos, con techos color vino, ventanales polarizados decorados en marcos dorados y paredes que parecían aterciopeladas.

Decían que quienes entraban nunca dejaban la clandestinidad atrás, y quienes intentaban huir de ella no podían salir, porque el edificio se tragaba a todos los que llegaban como una boa engullendose a sí misma.

Las leyendas cuentan que el Bonerotten albergaba profesionales de todo tipo: escritores, contadores, oficinistas, mecánicos, profesores, bailarines, constructores, músicos, vendedores; todos dispuestos a romper con la rutina que los destruía y que amenazaba con robarles la felicidad y estabilidad emocional que tanto les había costado.

Sus habitaciones y pasillos eran la simulación perfecta de las tantas posibilidades a tomar en ocho horas o menos; se podía pasar de una obra de teatro a un recital, de un recital a la sala de baile y de ahí saltar al restaurante hasta caer rendido o caer ebrio.

Las paredes con flores encerraban el ruido como conteniendo una bestia que por ningún motivo debía salir libre durante las horas de la noche. Lo contenían durante todas esas horas para luego diluirlo en el escándalo de la vida citadina durante la mañana.

Así entonces, apenas alcanzaban a reflejar los primeros rayos del sol sobre sus ventanales, las ratas huíamos despavoridas por los callejones de la ciudad hasta que la luz picara nuestros tobillos, y el edificio se cerraba como una bóveda de cementerio hasta que cayera el sol de nuevo.

Conocí este edificio durante los años de mi adolescencia, aproximadamente a los catorce. Mi hermana Leyla debutó como actriz en un teatro independiente cerca del pueblo donde vivíamos y la coordinadora de artes escénicas del Bonerotten, que había llegado como una cazatalentos, le ofreció un espacio para que pudiera presentarse junto con otros artistas en diferentes números durante las noches; después de graduarse en artes escénicas comenzó a escribir sus propios guiones.

Me confesó que le había sido difícil acostumbrarse a la escena nocturna, sobre todo porque ella, a diferencia mía, se había acoplado bastante bien a la disciplina de madrugar y dormir a tempranas horas de la noche.

Yo siempre me consideré más como un búho. Mi insomnio fue el principal detonante para entender que posiblemente mi lugar estaba en la labor nocturna. Es difícil para un aspirante a arquitectura darse con un lugar entre las grandes firmas de diseño y construcción cuando no se cumple con la regla de 9-5.

Finalmente, acompañando a mi hermana a sus ensayos y obras fue que conocí mi segunda casa; Adentrarme en el lugar fue como caer en un vórtice demencial de emoción. Por más de cinco años continúe visitando el edificio y me gané un lugar entre los visitantes y altos mandos.

La gente comenzaría a llamarme por “Novia Dorada” por las novias de Drácula en la película de Bela Lugosi y por mi cabello rubio platinado, y me encontrarían fácilmente en alguno de los camerinos del teatro, en los salones de la biblioteca leyendo alguna novela, en la tarima del salón de baile, o en los alguno de los tantos balcones.

El “Hueso podrido”me había acogido, era mi hogar dulce hogar y yo me sentía eternamente agradecido por ello. Siempre que alguien en la ciudad pronunciara mi nombre para dar conmigo, otro tipo pronunciaría en tono tosco: “She's in parties”

📷
13 Janvier 2022 04:40 2 Rapport Incorporer 4
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Oscar Writer Oscar Writer
Ohhh, que buen primer capítulo! Me gusta este estilo más gótico que le has dado, lo hace bastante diferente. Y yo soy igual con lo del insomnio, este es nuestro don nuestra maldición(? En cuanto a la ilustración... ¡¡Es genial!! Ahhh, y lo has dibujado tú cierto?? Buaaah, mis dieces de verdad, ojalá dibujar así jaja. Por cierrrto, seguiré tu novela para ver que tal avanza :)
May 16, 2021, 09:24

  • Bianca Muñoz Bianca Muñoz
    ¡Hola de nuevo! Mil gracias por leerme Oscar :> Que bueno que te ha gustado el estilo, con esta obra quería salirme un poco de mi área de comfort. ¡Y sí! Maldito insomnio😂 También , estás en lo correcto; todos los dibujos que aparecen en mi perfil son hechos por mí 😁 Mil gracias de nuevo, te sigo leyendo 🌼 ¡Saludos! May 16, 2021, 16:26
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