whxba- willa jung

「a hopegguk fanfiction」 Donde JungKook invita a sus Hyungs a su fiesta de cumpleaños número quince, pero sólo uno va. ⋆queda prohibida cualquier tipo de copia o adaptación de esta obra. ⋆ whxba | 2023 ⋆


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⇝ i know i won't be alone today

El pequeño y bonito JungKook corría de aquí para allá por el colegio en busca de sus Hyungs, provocando que todos a su alrededor sonrieran enternecidos por lo entusiasmado que se veía. Incluso, sus alocadas feromonas le delataban: quería ver cuanto antes a sus seis Hyungs.

— Otra vez buscando a esos seis alfas, ¿cierto, Kook? — WonWoo, uno de los estudiantes que asistía al curso de sus Hyungs, le preguntó amablemente.

JungKook detuvo su carrera ante la voz del Hyung, haciéndole una reverencia.

— Sí, WonWoo Hyung — asintió —. Quiero entregarles una invitación para mi fiesta. ¿Ve?

JungKook le pasó cuidadosamente la invitación de su fiesta de cumpleaños, y WonWoo casi se murió de ternura al ver que estaba hecha a mano, escrita con su prolija caligrafía y con varios dibujos de un conejito junto a otros animalitos que, el beta supuso, representaban a los seis alfas.

— La hice yo solito — agregó JungKook, como si el beta no lo hubiese notado ya, mientras sonreía orgulloso, dejando a la vista sus característicos dientitos.

— Está muy hermosa, Kook.

El omega se sonrojó.

— Gracias, Hyung. También tengo una para usted, pero no sabía qué animal dibujar para representarlo, así que lo dibujé como un dragón. ¿Le gusta? — emocionado, le extendió la tarjeta.

— Me encanta — confesó —, pero no podré asistir, peque. Hoy tengo cita con mi médico — se lamentó.

Oh.

La sonrisa del omega se hizo un poco más débil, sus labios amenazando con hacer un puchero. Pero se contuvo

— Está bien. No pasa nada, Hyung. Su salud es lo primero — le aseguró.

WonWoo, de todos modos, guardó la tarjeta en su mochila y sacó de ésta un pequeño regalo para el omega.

¡Oh!

— ¡¿Para mí?! — JungKook chilló, con una sonrisa emocionada, y WonWoo asintió con una risita boba escapándole de entre los labios —. ¡¡Woah!! ¡Muchas gracias, Hyung!

Al abrir la pequeña caja, JungKook chilló contento al ver el collar con un dije de conejito en él. ¡Hacía casi seis meses que quería ese collar!

— ¡Ayúdeme, Hyung! ¡Debo usarlo!

JungKook le extendió el collar al beta y le dio la espalda para que le pusiera el colgante, luego se giró nuevamente y lo abrazó con fuerza.

— ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!

WonWoo sonrió, avergonzado.

— No es nada — le aseguró, haciéndole una pequeña reverencia —. No te quito más tiempo, ve a buscar a tus Hyungs. Creo que los vi debajo de las gradas.

'Claro, ¿cómo no lo pensé antes?', pensó JungKook.

— ¡Gracias, Hyung! Lo veo luego — el omega se despidió mientras corría lejos del beta.

Y es que a sus Hyungs les gustaba mucho ir a fumar bajo las gradas y, de paso, jugar a esconderse de él para ver si éste era capaz de encontrarlos, así que el omega corrió hacia el lugar con el corazón latiendo emocionado.

JungKook se moría de ganas por saber qué es lo que pensaban sus seis Hyungs de sus tarjetas con dibujos de ellos, pues se había esforzado mucho en ellas.

Queriendo sorprender a sus Hyungs, JungKook ocultó por completo su olor y comenzó a acercarse mientras se cubría la nariz con su mano libre, pues no le gustaba para nada el olor del cigarrillo.

— De nuevo, explíquenme por qué venimos aquí todos los viernes — HoSeok habló luego de una calada.

— Porque a los seis nos gusta fumar — NamJoon le respondió con obviedad.

— Y porque no queremos verle, es un pesado. Creí que habíamos quedado en que ya ninguno le hablaría — el mayor de sus Hyungs habló, asqueado.

'Si el cigarro le da asco, ¿por qué fuma tanto?', se preguntó JungKook, aún sin hacerse notar. Estába detrás de uno de los árboles, oyendo la conversación de sus mayores, y aunque sabía que eso significaba ser un niño malo, en verdad le generaba curiosidad aquel chico del que sus Hyungs se quejaban tanto. No sabía quién era, pero no le agradaba, pues molestaba a los alfas.

Ojalá pudiese conocerlo, así le obligaba a no acercarse a sus Hyungs.

— ¡Oye! — HoSeok gruñó.

El alfa estaba enojado, confundido, el omega pudo notar. Y es que el fuerte aroma a chocolate de HoSeok se hizo más fuerte, más amenazante (y también atractivo), mas el alfa no dijo nada más al respecto pues YoonGi le interrumpió.

— Todo es culpa de cierto estúpido que aún no capta que ya no debe hablarle — dijo, mirando a HoSeok con reproche.

De nuevo, el alfa acusado quiso decir algo para defenderse, pero no pudo.

— Deberíamos dejar a HoSeok fuera del grupo por hablarle — TaeHyung les dijo, escupiendo los zapatos de su Hyung —. HoSeok es estúpido y pesado como Jun-

TaeHyung no pudo seguir, pues HoSeok le hizo callar con un fuerte golpe en la mejilla que casi le hizo llorar. HoSeok podía ser uno de los más delgados, pero definitivamente era el más fuerte.

— Como vuelvas a escupirme, te mato — le advirtió, gruñendo, con los hombros tensos, y luego se giró para ver a YoonGi —. Vuelve a decirme estúpido — desafió.

Oh.

YoonGi se hizo para atrás al notar la mejilla cortada apenitas de TaeHyung por el fuerte golpe. Oh, no. Claro que no. YoonGi definitivamente no pelearía con HoSeok.

— Eso es lo que creía — HoSeok gruñó —. Y como alguno de ustedes vuelva a decir algo malo de él, los mato.

Wow.

JungKook se estremeció al ver cómo sus Hyungs bajaban la cabeza ante HoSeok y luego asentían, dóciles, no queriendo molestar más al alfa. Y es que HoSeok daba mucho miedo cuando se enojaba, ya que, de nuevo, era el más fuerte del grupo, el que tenía la voz de mando más efectiva. No por nada era el alfa líder de todos ellos.

'Gracias a la Luna, Hyung no se enfada conmigo', JungKook pensó mientras se animaba a salir de su escondite para ir hacia los alfas como si no hubiese oído nada. Kook aún no había descubierto el nombre de quien molestaba tanto a sus Hyungs, pero estaba seguro de que lo haría pronto.

Y, si no, le preguntaría a TaeHyung, ya que él siempre le contaba lo que HoSeok se negaba a decirle pues «era pequeño y debía conservar su preciada inocencia.»

A JungKook le gustaba pensar que sus Hyungs eran la mafia del colegio y él el conejito cariñoso que los alegraba.

— Hola, Hyungs — les saludó, alegre, y se acercó a todos para darles un beso en las mejillas, pero se sorprendió al notar que HoSeok le tomó por las caderas y lo atrajo a su pecho mucho antes de que pudiera hacerlo —. Uh- ¿Hyung? ¿Está todo bien? — preguntó, confundido —.¿Usted está-? Ya sabe, ¿está en celo? — susurró, avergonzado, y la falta de una respuesta por parte del alfa le obligó a seguir indagando —. ¿Va a oler mi cuello para tranquilizar a su lobo? ¡Oh! ¡Oh! ¿Me morderá y dará besitos?

JungKook se emocionó muchísimo ante la idea de su Hyungie estando en celo. Amaba cuando HoSeok se enfermaba y tenía los ojitos rojos, pues el alfa iba a su casa y se quedaba a su lado por todo un día solamente para olisquearlo y- y- y- ¡decirle que era «todo suyo. Suyo. Suyo. Suyo.»!

«Mi omega.»

¡Oh! ¡Oh! ¡Por favor, que su Hyungie esté en celo!

HoSeok se rió ante las feromonas del menor, notando su emoción, y le dio un beso en la nuca, tentado a morderle.

— No estoy en celo, JungKook-ah — le tranquilizó, olisqueándolo —. Sólo te extrañé.

Oh...

JungKook arrugó las cejas, abultando los labios.

— Yo también, Hyungie — el omega admitió, acurrucándose en el pecho del alfa, y le dio una sonrisa a JiMin, quien se la devolvió, ocultando la gran mueca de asco que quería hacer.

Y es que, ugh.

Jeon JungKook, menor que ellos por tres largos años, era un omega muy pegajoso y desbordante de felicidad, de amor; un cachorrito en todo su esplendor, pero a ninguno, excepto HoSeok, le agradaba él. Era demasiado ruidoso, caprichoso e hiperactivo, muy necesitado de cariño, y, por Dios, ellos no querían estar cerca de un cachorro como él, pues eran el grupo más respetado del colegio. Tener a JungKook cerca arruinaba su imagen, pero el tener un alfa líder tan amable como lo era HoSeok provocó que el niño se la pasase casi todos los días con ellos, creyendo tontamente que los siete eran amigos.

Pero no.

Seis de los alfas odiaban a JungKook, si tenían que ser sinceros; sin embargo, para su desgracia HoSeok estaba tonta y perdidamente enamorado de JungKook, y les amenazaba siempre con hacerles daño si decían algo de su omega (que no no sabía que lo era). Y como HoSeok no bromeaba nunca cuando se trataba de defender a JungKook, ellos sabían muy bien cuándo parar sus insultos hacia el cachorro.

Como ahora.

— ¿Qué te trae por aquí, Kook-ah? — NamJoon, quien junto a SeokJin era el que más sabía fingir, le preguntó.

JungKook sonrió ante la pregunta, su buen humor y emoción regresando de inmediato, y trayendo consigo algo de vergüenza.

— Hoy es mi cumpleaños y haré una fiesta en mi casa — explicó, apenado —. No será muy grande porque mi mamá no puede permitírselo, pero realmente quiero estar con ustedes.

Oh.

HoSeok les lanzó una mirada de muerte a sus amigos. No estab dipuesto a tolerar burlas, comentarios sarcásticos, sonrisas maliciosas o algo por el estilo. Él jamás les obligó a estar con el cachorro omega, ellos decidieron ser cercanos, incluso aunque después se quejaran, y HoSeok no los entendía.

Sus amigos eran extraños.

— Está bien, iremos — SeokJin afirmó, consiguiendo que todos asintieran.

Entonces, Kook se giró hacia HoSeok, sonriéndole, mas no preguntándole directamente. Aún así, el alfa entendió.

— Es viernes — le recordó, triste —. No puedo faltar al trabajo.

'Cierto', el omega pensó, mordiéndose el labio inferior.

— Sin embargo — HoSeok continuó —, mañana te lo compensaré con helado, ¿quieres?

¡Oh!

JungKook asintió frenéticamente.

— Claro que sí, Hyung. — aceptó, feliz —. Al menos, sé que no estaré solo hoy. Tendré a mis demás Hyungs conmigo.

El alfa le sonrió, enternecido, y le besó en la mejilla ruidosamente, por lo que JungKook se removió entre risitas para alejarse, ambos estando tan encerrados en su mundo que ninguno notó la sonrisa maliciosa que soltó JiMin luego de cruzar miradas con sus amigos.

━━━☆★☆━━━

HoSeok acompañó a JungKook a su casa luego del colegio y se despidió de él con un besito en la punta de su nariz que lo hizo estar sonrojado por lo que restó de la tarde. También, le prometió llevarle al día siguiente un regalo igual de lindo que él y JungKook no sabía muy bien cómo sentirse ante eso. Le gustaba este alfa, claro que sí, pero todo lo que sentía por él a veces era un tanto... demasiado.

Y es que, quizás, JungKook estaba muy enamorado.

— ¿Dónde dijiste que querías estos globos, bebé? — le preguntó su madre, con voz dulce, sacándolo de su dilema sobre lo que sentía o no por HoSeok.

— Cerca de la puerta — le indicó —. A Jinnie Hyung le gusta mucho el rosa, así que quiero que sea lo primero que vea, mami — explicó con timidez.

Su madre le sonrió, ladeando la cabeza.

— Recuérdame, bebé, ¿Jinnie es el alfa que te gusta y viene a casa cada que tú o él están en celo? ¿O era JiMinnie?

JungKook se rió ante lo distraída que era su madre y luego negó con los cachetitos rojos como dos tomates.

— Jinnie es el Hyung que paga por mi almuerzo los miércoles —le recordó. — JiMinnie Hyung es el que me da abrazos.

— Oh.

La mujer asintió, colgando los globos justo donde su hijo lo quería, y siguió oyendo las descripciones de JungKook:

— Luego están TaeHyung Hyung, él me explica sobre música; Yoon Hyung, que me compra helado si saco buenas notas; y Monnie Hyung, que es como mi tutor para todas las materias — le contó, sus labios estirados en una hermosa sonrisa —. Y, por último, está Hobi Hyung, él es el alfa que me gusta y viene a casa. Me protege de todos, es mimoso y le gusta darme muchos besitos, pero no en los labios porque el primer beso es sagrado — explicó, tocándose el labio —. Y- uh- creo q-que estoy enamorado de él. Creo que es mi alfa.

Oh.

Su madre le miró, sorprendida.

Sí, JungKook le contaba todo lo que pensaba y sentía, pero jamás había expresado su amor por «Hobi Hyung» como lo hizo hacía unos instantes: con sus ojitos brillando tanto que parecían una pequeña galaxia y sus dientitos de conejo saliendo a la luz debido a la gran sonrisa que le provocaba arrugas en las esquinas de sus ojos, su nariz arrugada ligeramente y las mejillas sonrojadas.

Bonito.

— ¿Crees o estás seguro, bebé?

JungKook alzó un hombro, escondiendo su rostro tras su flequillo, y se frotó los brazos como si intentase tranquilizarse.

— Aún no lo sé — confesó —. ¿Debería besar a Hyung para confirmarlo? — le preguntó —. Sé que el primer beso es sagrado y que Hyungie no quiere que lo desperdicie, pero yo... en verdad quiero besarlo, mami.

La beta sonrió, asintiendo, y volvió a su tarea para que su cachorro no sintiera presión por hablar del tema, lo cual el omega agradeció, suspirando.

— Quizás, deberías hacerlo hoy — le sugirió, fingiendo despreocupación.

El omega hizo un gran puchero.

— Hobi Hyung no viene hoy.

TaeYeon se giró para observarlo, con las cejas arrugadas en preocupación.

— ¿Por?

— Es viernes de trabajo hasta tarde y Hyung no puede faltar. Su papá se va a enojar mucho si lo hace, pero ya le dije que no importaba. Mañana iré con él a comer mucho helado para compensarlo — le explicó, sonrojándose en el proceso por la mirada de su madre —. Es decir, ¿puedo ir con él?

— Sabes que sí — TaeYeon le acarició la mejilla, inclinándose para besarle en la frente —. Ahora, vamos a terminar con la decoración, tus Hyungs deben estar llegando.

JungKook asintió, emocionado, y dejó los cuencos con frituras en la mesita frente al sofá, la cual tenía vasos para cada uno de sus Hyungs, para mami y para él. A un lado de ésta, estaban los refrescos que él sabía a sus Hyungs les gustaba mucho y, en la cocina, habían dos cajas de pizza. No era mucho, él lo sabía, y la decoración consistía sólo en unos globos rosas y en un gorro para el cumpleañero (o sea, él) pero estaba muy contento con el resultado y se lo hacía saber a su mami haciéndole reverencias como agradecimiento.

Oh, no podía esperar a que sus Hyungs llegaran y le dijeran que todo estaba bonito, que él estaba muy bonito con su camisa nueva de Iron Man (regalo de su mami, obvio) y le dieran abrazos por el nuevo año de vida que cumplía. Así que, siendo víctimas de la ilusión y emoción, JungKook y su madre se sentaron en el sofá de la sala a esperar a cinco Hyungs que jamás llegaron y que no le escribieron siquiera para avisarle si les había sucedido algo.

Nada, absolutamente nada.

'Quizás, sólo están perdidos. No vivo en el mejor barrio como YoonGi Hyung', el omega pensó mientras veía cómo las horas pasaban tortuosamente lentas.

'Quizás, se quedaron sin batería de camino aquí y tuvieron que volver a buscar cargadores', pensó mientras llamaba a cada uno de sus Hyungs, pero bien sabía él que, de estar apagados sus teléfonos, iría directo al buzón de voz (lo cual no estaba sucediendo).

'Quizás, vienen más tarde', pensó luego de tres horas esperándolos.

Y, para ese punto, su madre ya quería llorar.

'Quizás, se quedaron dormidos.'

'Quizás, no los dejaron venir.'

'Quizás, no les gustó la tarjeta de invitación que les hice porque ¿quién querría una tarjeta hecha a mano?'

'Quizás, están enojados conmigo', pensó luego de cinco horas, con los ojos llenos de lágrimas y el corazón doliéndole, y los siguientes pensamientos llegaron por sí solos.

'Quizás, hice algo malo.'

'Quizás, quieran dejar de hablarme.'

'Quizás, yo les moleste.'

'Quizás, yo sea el cachorro del que los Hyungs tanto se quejan.'

'Quizás, ellos me odien', se sugirió a sí mismo, cubriéndose el rostro mientras su mami lo atraía a su pecho, dándole caricias en la espalda, también sintiendo el dolor en su corazón.

'Me mintieron', finalmente, aceptó.

Y, para cuando todos sus pensamientos le destruyeron, para cuando el corazón ya no le aguantó y quiso mandar a la mierda aquel gorrito en su cabeza, la puerta fue golpeada con insistencia y todo su interior se relajó: las lágrimas ya no querían salir de sus ojos y su corazón ya no sentía tanto dolor.

Porque sus Hyungs habían llegado.

'Tonto', se regañó por desconfiar.

— Son ellos — informó con la voz rota mientras miraba a su mamá, como si en realidad no hubiese llorando durante tres horas por la ausencia de sus cinco Hyungs —. Son ellos, mami. ¡Llegaron!

— ¡Oh, oh! — TaeYeon chilló —. ¡Traeré pizza! — le informó, sonando igual de emocionada, igual de ilusionada, igual de ilusa que él.

JungKook se levantó de su lugar sin siquiera secarse las lágrimas y corrió hacia la puerta principal para abrirla, dispuesto a sonreír en grande hacia sus Hyungs, pero frente a él no había cinco rostros. Había sólo uno y le pertenecía al Hyung que le dijo no podía asistir a la fiesta.

Jung HoSeok.

¿Qué hacía él allí?

— ¿Hobi Hyung? — dudó, confundido.

El alfa asintió, sonriendo.

— ¡Sorpresa! — exclamó, emocionado, y se acercó para abrazarlo, pero éste no le correspondió —. ¿Sucedió algo?

— Usted te-tenía q-que trabajar.

HoSeok sonrió, alzando los hombros.

— Oh, éso — dijo, acariciando los brazos del omega —. Sólo hice media jornada de trabajo, pues hace un mes que sé lo de tu fiesta de cumpleaños y ya había pedido permiso. Tu madre me lo contó durante tu celo.

Oh.

En otras circunstancias, JungKook se habría sonrojado y habría hundido el rostro en el cuello del alfa, pero estaba muy confundido como para entender lo que estaba sucediendo. Sus Hyungs le habían dicho que sí, pero no fueron, y HoSeok le había dicho que no podría asistir, sin embargo, ahí estaba. ¿Qué clase de broma de mal gusto era ésa?

— Oh — murmuró.

El alfa frunció el ceño, confundido ante la falta de reacción.

— ¿Sucedió algo, cachorro? — preguntó, flexionando las rodillas hasta dar con el rostro del más bajito. — No pareces muy contento.

JungKook puchereó, bajando más la mirada. Y es que no quería que HoSeok notara lo humillado que se sentía o las lágrimas que poco a poco le manchaban las mejillas.

— Sólo... n-no me siento mu-muy bien.

Ow.

HoSeok intentó acariciarle las mejillas, pero el omega sólo ingresó al hogar de manera apresurada y se encerró en su habitación mientras sollozaba, lo cual alarmó al alfa.

¿Qué mierda?

—Hola, amigos de JungK- ¿Hobi? — la beta le miró con algo de duda, en parte porque no sabía si estaba en lo correcto y por otro lado porque ¿no se suponía que eras los Hyungs de JungKook los que estaban golpeando?

— Señora Jeon — HoSeok hizo una leve reverencia a modo de saludo —. ¿Qué sucedió? ¿Dónde están todos? ¿Puedo pasar? ¿Puedo ir al cuarto de Kookie?

— Puedes pasar — TaeYeon asintió — y, sobre lo otro, nadie vino. Creímos que tú, en realidad, eras los demás.

¡Oh!

HoSeok suspiró pesadamente, negando con la cabeza.

— Mierda — susurró, pasándose las manos por el rostro. — Está bien. Yo- Hablarémos de esto luego — prometió. — Primero, debo verlo.

La beta asintió, comprendiendo.

— Estás en tu casa — concedió —. Sólo- no le hagas nada a mi bebé, ya sabes.

¡Oh!

HoSeok se rió, enrojeciendo.

— Yo sé, señora Jeon.

Acariciando sus sienes, HoSeok fue al cuarto de su menor y golpeó la puerta, aún si sabía JungKook no respondería. Podía oírlo llorar de forma ahogada, así que el alfa supuso que estaba con el rostro pegado a un cojín. E ingresar al cuarto para confirmar su suposición le partió el corazón.

— Oh, Kookie — se lamentó.

JungKook sollozó.

— Ellos no vinieron — susurró, dolido

Y HoSeok debió suponer que no irían, conocía a su grupo demasiado bien.

— Cariño — el alfa susurró, igual de dolido, mientras se acercaba al omega para recotarse lentamente a su lado, y luego lo atrajo a su pecho —. Lo siento mucho, mi vida.

JungKook le hizo un puchero, girándose para esconderse en el pecho del alfa.

— Mi mamá se esforzó tanto, Hyung. Trabajó tantas noches en doble turno y yo m-me esforcé ta-tanto por agradarles, por tener amigos geniales — Kook lloró contra el pecho del alfa, desconsolado —. Realmente lo intenté, Hyung.

— Lo sé, cariño. Lo sé — HoSeok le besó la frente mientras liberaba su aroma para tranquilizarlo —, pero te diré algo: tú no fuiste quien falló. Fuiste el mejor Dongsaeng de todo el mundo y ellos no merecen que les llames «tus Hyungs».

El omega sollozó aún peor. Les quería tanto y en verdad quería pasar ese día con ellos. Eran sus Hyungs.

— Y, ciertamente, yo tampoco merezco que me llames Hyung — el alfa le dijo.

— Pero usted me defendió de ellos, los amenazó y- y aquí está. Es diferente a ellos, usted sí es mi Hyung.

Oh.

HoSeok quiso preguntarle cómo era que sabía aquello, pero decidió que no era tiempo para eso. En cambio, acarició la mejilla de JungKook y le besó de nuevo en la frente.

— No llores — le pidió en un susurro —, me parte el corazón verte llorar.

JungKook restregó lentamente su nariz en el abrigo del alfa, hipando.

— Ew, mocos — HoSeok fingió vomitar.

Y el omega no pudo evitar reírse bajito, separándose del alfa para sentarse en la cama, con los ojos rojos e hinchados, las mejillas sonrojadas y un enorme rastro de lágrimas en ellas, pero, aún así, para HoSeok, JungKook era el omega más hermoso del mundo entero.

— Te ves tan hermoso, omega — halagó, sonriendo, y el omega apartó la mirada. — Y esa camisa es hermosa. ¿Es nueva? ¿Me la podrías prestar? — le preguntó, queriendo animarle.

Pero el omega sentía que podría volver a llorar nuevamente, pues HoSeok le estaba diciendo todo lo que él esperó que sus Hyungs le dijeran cuando le viesen. ¿Cómo es que no se había dado cuenta de que sus geniales Hyungs eran, en realidad, muy malos?

— Mi mamá me la dio hoy — susurró —. Pero usted no podría usarla, Hyung. Soy más bajito y delgado.

— Buen punto — HoSeok razonó, riendo — Entonces, debería comprar una de mi talla, así estamos iguales.

JungKook se alzó de hombros, como si no estuviese realmente oyendo todos los intentos que su lindo Hyung hacía para distraerlo, por lo que HoSeok le tomó por la barbilla y le besó en la punta de la nariz.

— Por favor, no pienses más en ellos. Hoy sólo debes disfrutar de tu día con las personas que más te aman en todo el mundo — le recordó, acariciándole las mejillas con suavidad, y volvió a besarle la nariz al verlo dudar —. Creí oír que TaeYeon-ssi compró pizza — le animó. — Y vi un bonito gorrito de cumpleaños con el que me gustaría tomarte una foto luego de cenar — siguió, sonriéndole. — ¿Podrías venir conmigo para hacer éso? Y luego, si quieres, volvemos aquí.

JungKook gimoteó, restregando uno de sus hinchados ojitos.

— Está bien.

HoSeok no se desanimó ante la enorme falta de emoción del omega, siguiendo de inmediato con su plan para hacerlo feliz nuevamente.

— Además, aún debo darte mi regalo.

¡Uy!

JungKook abrió mucho sus ojitos, sonriendo débilmente, interesado.

— ¿Puedo tenerlo ahora? — preguntó.

HoSeok se rió, negando, por lo que el omega puchereó, cruzándose de brazos, y el alfa le acarició las mejillas, rozando accidentalmente su labio inferior y, oh, JungKook se sonrojó hasta las orejas al recordar la conversación con su madre.

— Yo también tengo un regalo para ti, Hyung, pero te lo daré luego de comer pastel.

Oh.

El alfa le miró sin entender, pero Kook no pareció dispuesto a darle detalles, así que sólo asintió y le tomó la mano antes de guiarlo hacia la sala donde la señora Jeon jugueteaba nerviosa con sus dedos.

— Mami — le llamó.

Y, de inmediato, JungKook la abrazó por los hombros, llorando un poco más con ella, dejando que ésta le arrullara cual bebé, y luego de unos minutos se giró a mirar a HoSeok, sintiendo que todo su dolor se iba al ver la bonita sonrisa de su Hyung.

— Aún hay mucho por lo que festejar — HoSeok le recordó, enseñándole el lindo gorrito que se había quitado.

JungKook se rió, restregando la mejilla sobre el hombro de su madre, y dejó que ésta le colocara el gorrito, oyendo a HoSeok chillar alegre mientras buscaba su teléfono dentro de sus bolsillos.

— ¡Dios! ¡Te ves precioso! — exclamó mientras le tomaba una foto.

JungKook volvió a reír, enrojeciendo en los inicios de sus pómulos y parte de su cuello, y se encogió en su lugar.

— ¡TaeYeon-ssi, hagamos una foto con él cumpleañero más bonito del mundo!

'Alfa bobo', pensó JungKook, sonriendo cuando su madre le dio un beso en la mejilla y HoSeok se posó junto a él, mirandolo embobado mientras tomaba la foto.

Luego de algunas fotos más y algún que otro chillido por parte del alfa, los tres (más animados) comieron pizza, vieron una película, oyeron al cumpleañero cantar e incluso HoSeok bailó antes de cortar el pastel. La señora Jeon le dio un bello discurso a su hijo y le agradeció al alfa el estar presente, por lo que HoSeok abrazó a ambos omegas y se prometió en silencio nunca faltarles.

— Ahora sí — el alfa aplaudió, contento —, puedo darte mi regalo.

Acto seguido, HoSeok le entregó al omega una zanahoria, y si TaeYeon no supiese cuál era el regalo del alfa, probablemente ya lo hubiese golpeado.

— ¡Oh, Hyung, gracias! — JungKook exclamó, feliz. Amaba las zanahorias.

HoSeok se rió.

— No, tonto — le dijo, negando. — No es para ti, por mucho que así lo quieras — le informó, por lo que Kook se cruzó de brazos, frunciendo el ceño —. Aún falta la mejor parte de tu regalo.

Oh.

JungKook le observó, confundido.

— Ve a la habitación de tu madre.

El omega obedeció con un puchero entre los labios, pero rápidamente lo cambió por una sonrisa incrédula al ver la jaula con un pequeño conejito blanco de largas orejitas negras dentro de ésta.

¡Oh! ¡Oh!

JungKook quiso gritar de emoción, pero temía despertar al hermoso conejito.

— ¿Te gusta? — el alfa dudó, nervioso. — Tardé una eternidad en encontrar un conejito casi tan hermoso como el mío — le informó, y por lo alto que sonaba su voz, el omega supo que estaba detrás suyo.

Dios.

— Me encanta — JungKook confesó, admirando al conejito bebé —. Muchas gracias, Ho.

El alfa sonrió, inflando el pecho.

— Te dije que sería un regalo hermoso.

JungKook se rió, adentrando uno de sus dedos entre las rejas para acariciar al conejito, conteniendo la respiración al notar que éste se acercaba en busca de más mimos.

— Me encanta — Kook repitió, y miró a su Hyung antes de hacerle señas para que se acercara —. Es hermoso.

HoSeok se contuvo de decirle, otra vez, que el conejo era tan hermoso como él.

— ¿Y cómo vas a llamarle? — preguntó en su lugar.

— Kobi — le respondió en un susurro, mientras apoyaba su cabeza sobre el hombro del alfa.

— ¿Kobi?

— Sí, como 'Hobi', sólo que con la K de 'Kook' — le explicó, avergonzado.

— Comprendo — HoSeok sonrió — . ¿Es nuestro bebé, entonces? — preguntó sin pensar, acariciando al conejito.

JungKook no le respondió. En cambio, miró al alfa con detenimiento y todo su interior se removió inquieto ante lo hermoso que éste era.

Ya no había dudas, HoSeok era su alfa.

— Hyung, quiero darle mi regalo.

HoSeok frunció el ceño.

— ¿Okay? — dijo, riendo nervioso.

JungKook se alejó un poco para mirar al mayor a los ojos y cuando éste le sonrió, ya no pudo detener su accionar: inclinó su rostro hacia adelante y presionó sus labios contra los de HoSeok por unos segundos, adorando cómo su omeguita interior chillaba (relajado, emocionado) por finalmente estar besando a su alfa. Luego, JungKook se separó, sintiendo las mejillas rojas como dos tomates.

Oh.

HoSeok tardó un poco en procesar el cosquilleo en sus labios.

— Kook — le llamó, ahogado —, ¿q-qué hiciste?

El omega alzó un hombro, sonriendo de lado, con el oscuro cabello cayéndole en los ojos.

— Le entregué mi primer beso a quien más lo merecía: mi alfa.

¡Oh!

HoSeok jadeó, sorprendido, mas no dejó que eso le impidiera acariciar ambas mejillas del omega para luego volver a besarlo, presionando sus labios con la esperanza de poder permanecer así por toda la eternidad.

Y es que sí, JungKook le había entregado su primer beso a su bonito alfa, así que HoSeok le entregaría el resto de su vida a su preciado omega.

19 Mars 2021 00:05 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
12
La fin

A propos de l’auteur

willa jung jung hoseok lo arruinó para todos los demás. wttpd: whxba- inkitt: whxba

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