dany_tachi Daniel Tachi Alberto

✧"Los sueños pueden llegar a ser tan perfectos que quieres quedarte en ellos."✧ -------------------------------------------------------------------------------------------- • Historia con 10 capítulos y un Epílogo. • Alteración de edades y personalidades. • Capítulos de +1000. • Drama, romance, fantasía, misterio y fanfic.


Fanfiction Célébrités Déconseillé aux moins de 13 ans. © Atrib. de (CC) ShareAlike

#fanfiction #taekook #angel #drama
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Capítulo Uno

Y ahí estaba él, en el rincón lejos del salón, en la silla inestable, la silla de madera consumida por las polillas, que incluso estaba sin dos tornillos haciendo que las patas chirraran de lo dañada, la pintura blanca era opacada por los letreros groseros que le ponían sus compañeros cuando el salía al baño o a entregar sus apuntes del día.

Vestía sus zapatos de charol, negros y gastados, su pantalón ajustado y rasgado de las rodillas, algo viejo y por supuesto, pirata, su camisa dos tallas más grandes que la suya, y esto se debe a que "era muy sensible al cambio climático", la verdad la usa así para ocultar los golpes en su estómago que eran creados por su padre y sus compañeros, los moretones en su piel y rasguños, cortes y heridas que apenas empezaban a cicatrizar.

¿Su mamá? Ella veía todo lo que su padre le hacía mientras solo reía, tenía un extraño transtorno mental, que la hacia reírse de la nada pareciendo hasta doloroso, era horrible oírla, incluso llegaba a tomar su garganta entre sus manos mientras tenía uno de esos ataques, tratando de demostrar que dolía.


Jungkook no podía hacer nada, solo asistir al colegio que el pagaba con su trabajo de media noche, en un bar donde le regalaban dinero por bailar frente a hombres asquerosos con manos grandes pero rasposas y duras, sin ningún tipo de amabilidad, el vivía así, y para el estaba bien si por lo menos tenía un techo donde habitar.

Sus días empezaban de una forma brusca, siendo despertado por los gritos de su padre a su mamá, el solo se bañaba, se vestía con el uniforme, y salía con su mochila en brazos, corría hasta el colegio, y se sentaba en el banco donde estaba justo ahora. Sacaba sus libros y leía mientras el profesor llegaba a el salón, también escuchaba las burlas hacia su persona, el era el raro del grupo, pero no decía nada, porque podía salir expulsado o con un reporte, y el no deseaba manchar su carta de buena conducta.

Era cotidiano y aburrido, tomó un bolígrafo de su mochila, he hizo una carita feliz en su dedo índice, pareciendo una pequeña personita sonriendo, y el también sonrió, porque creo a un pequeño humano feliz, uno que sonrió desde que fue creado, así que hizo otro en su dedo medio, pareciendo una personita feliz, justo como la anterior, y también sonrió, uno era más alto que el otro, pero a ellos no les importaba porque eran felices, ¿No? Un portazo interrumpió su juego con sus nuevos dos pequeños mejores amigos, era el profesor que hacía ingresado al aula.


Afortunadamente hoy tenían solo 8 clases; inglés, física, geometría analítica, literatura, teatro, educación deportiva y un taller que a inicio de año era de su preferencia, el eligió uno que habían instalado a su sistema el año pasado, era un nombre raro y largo, pero el quería saber sobre aquello.

Salía de la escuela e iba a cambiarse a su casa, hacía tarea, estudiaba un poco, ayudaba a su madre con el aseo de la casa y con la comida -mientras su papá no estaba, porque él decía que eso era trabajo de mujeres, pero a Jungkook le parecía machista pensar eso-, ordenaba su habitación y salía con su ropa de trabajo a las siete de la noche, ya que lo maquillaba y ponían cosas raras, eso duraba una hora en abrir y tenía tiempo de ayudar en otras cosas.

Cuando abrían junto con algunas empleadas, unos muchos hombres entraban con trajes y se veían lujuriosos, algunos tranquilos, con ganas de tomar solo un trago y hablar con amigos que se encontrara por ahí, otros traían un grupo de amigas o amigos para pasar el rato y divertirse bebiendo, unos casualmente vestían "provocadores" buscando alguna presa, y luego estaban sus clientes, que venían con billetes en mano y su tarjeta de identificación VIP de el lugar, ellos iban a el piso de arriba, donde él y sus compañeros bailaban, cada quien en su mesa o tubo, había unos que se aprovechaban y toqueteaban, pero se tenían que acostumbrar, en fin, ese era su trabajo.


Él era de la clasificación A: solo ver y tocar, lamentablemente solo había tres personas en esa sección ya que entraron vírgenes a el trabajo, el es uno de ellos, los que pagaban por el solo lo podían ver, el tenía que bailar o hablar con la persona mientras "provocaba", pero no podían pasarse de la línea, eran reglas del lugar, solían masturbarse mientras le bailaba, era parte de su trabajo hacer que eyaculara sin usar las manos ni la boca, y el cliente tenía prohibido obligarlo, nalgearlo o tocarlo de más.

Existía la clasificación B: ahí estaban la mayoría de sus amigas y amigos, era la sección "ver y vender", era llamada si porque, básicamente, era la zona de ventas, si a un cliente le gustaba una chica, la compraba.

Él estaba bailando sobre su mesa, jugando con un dildo en sus manos que le habían dado, hasta que su jefe llegó a su mesa y le dijo que habían pagado por el, le señalaron la silla donde yacía el hombre moviendo su mano rápida y silenciosamente sobre su pene, muy a su pesar, era su trabajo hacer terminar al hombre, así que hizo su mejor sonrisa fingida y seductora y se sentó a horcajadas de él, frotándose lento y saltando de vez en cuando mientras sonreía al hombre.


— ¿Cuál es tu nombre, dulzura? — habló el mayor, reteniendo las ganas de tocar el caliente y provocador cuerpecito que tenía encima suyo, moviéndose con rapidez sobre su pene, el sentía las pequeñas bragas de encaje, bufó, pero siguió dejándose hacer por el niño, que si bien quería solo follarlo, ahora ya no tenía tantas ganas viendo cómo solo se movía encima para satisfacerlo sin que se viera que el menor sintiera una chispa de placer.

— No puede saber mi nombre, es la regla número 37 de este lugar — dijo, antes de sentir sus piernas ser manchadas por el semen caliente del tipo, saliendo de encima suyo y sonriendo mientras extendía su mano en busca de su dinero. El hombre lo entregó, aunque ya había pagado al jefe de el sitio, era opcional si el cliente le daba propina por su trabajo, y él tuvo un excelente servicio ya que pudo sentir de cerca la piel del pequeño, se merecía unos 66,400 wons.

Después de dos horas de hacer lo mismo con tal vez 9 sujetos pervertidos y calientes, su turno terminó y era hora de ir a dormir, se fue de su mesa modelando obligatoriamente por la pasarela y luego al tubo, así culminaban todos sus compañeros sus trabajos, y se fue al "camerino" a quitarse el maquillaje con toallitas húmedas, se quitó las bragas, el labial, se despeinó y puso su ropa con la que iba al trabajo.


Salió de ahí y se dirigió a su casa, caminando por callejones, avenidas y manzanas, viendo algunas luces prendidas aún, pero saludando cuando alguien lo veía desde la ventana, sonriendo como si no estuviera cubierto de semen seco de las piernas y tiritando de frío en los brazos y torso.

Al estar frente a casa suspiró, y abrió la puerta con su llave, y justo cuando cerró y dió la vuelta para empezar a caminar, un golpe seco en su mejilla izquierda llegó, era otra vez su padre, exijiendo ganancias de el trabajo del que acababa de salir.
— ¿Donde está mi dinero? — dijo firme, viendo como Jungkook se tomaba la zona afectada y la masajeaba suavemente, mientras que con la otra, sacaba una bolsa de plástico pequeña y se la entregaba, con fuerza se la arrebató de la mano, y la abrió, tomando los billetes y contándolos con la mano.


Sonrió satisfecho al ver más dinero del que acostumbraba a entregarle, palmeó la espalda de su hijo, y caminó a su habitación que compartía con su esposa. Jungkook corrió a encerrarse a su cuarto.

Puso el seguro, y se dejó caer al frío suelo de madera, iba a llorar, lo juraba, pero ahí estaba, esos bonitos paisajes que solo ocurrían cuando se sentía morir, ahí estaba de nuevo, el cielo estrellado sin ninguna nube que cubriera la hermosa y brillante luna que se alzaba con esplendor en lo alto de la noche, luciendo bella y de una luz opacadora.

Pudo volver a sonreír, porque todas las noches le pasaba algo bueno, porque aunque tuviera golpes y dedos de toques sucios en su cuerpo, alguien haya arriba lo amaba, siempre que su padre lo golpeaba y pensaba que en cualquier momento moriría, se detenía y lo dejaba ir, cada que sus compañeros lo paraban hasta que saliera sangre, tocaban en timbre de salida o llegaba el director, cuando las palabras y toques sucios llegaban a dañarlo de alguna manera, el tiempo pagado acababa o terminaba su turno, y podía dejar de sufrir.


Y lloró, siendo consolado por la luna, se sentía tan real, podía sentir unas pequeñas caricias en su cabello, y un abrazo por los hombros, incluso escuchó como el viento que se filtraba por la ventana y le susurraba un "Tranquilo, Kookie, yo protegeré", podía sentir hasta un besito en su mejilla donde le había golpeado su padre y sentir que sanó.

Un tiempo después se levantó y abrió la ventana, dejando que el aire fresco de la noche entrara e hiciera de las suyas en su habitación, mientras el entraba al baño y se daba una ducha para quitar las malditas y asquerosas manos de esos hombres de su piel, sin contar el semen y baba que le dejaban en los brazos, y talló tan fuerte que su piel enrojeció, tan desesperado que no se detenía a sentir el ardor.

Al salir envuelto en una toalla que cubría casi todo su cuerpo, notó que el paisaje que antes apreciaba era borrado por unas nubes que tapaban la luna y estrellas, como un manto que intentaba que no lo vieran vestirse, descubrió su cuerpo y se puso ropa interior, era fácil ya que su ropero estaba al lado de él, y se colocó una camisa varias tallas más grandes que la suya, regalo de su tía porque pensó que ya tenía 30 años cuando había sido su cumpleaños 18.


Cepillo sus dientes en el lavabo que tanto le costó instalar y se dispuso a dormir, suspiró antes de cerrar los ojos y esperar a conciliar el sueño, pensando en lo fabuloso que era ese mundo; dulce, mágico, amoroso, simplemente tú lo creabas, sabías que iba a pasar porque era tu sueño, y el sabía manejarlos muy bien, podía desear donde soñaría está vez, y podía evitar que lo golpearan.

Y esta noche fue hermosa, porque al momento de conciliar el sueño, se soñó en un campo donde el verde era abundante; había pasto suave, había árboles dispersos, grandes y frondosos, con hermosas hojas verdes que sonaban por el viento, era mágico, y ahí estaba el, sentado en una banca afuera de una hermosa y espaciosa cabaña, se podían escuchar las risas y pláticas de sus amigos, los chicos que lo hacían reír mientras dormía.
Muchos dirán que su vida es complicada, pero para el no lo era, tampoco para decir que vivía en un lecho de rosas, pero era suficiente mientras tuviera un techo donde...poder dormir.

[Publicado: 27 de diciembre de 2020]

28 Décembre 2020 03:53 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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