𝘍𝘓𝘈𝘝𝘖𝘙 [kooktae/taekook] Suivre l’histoire

«He aquí mi secreto: Solo con el corazón se puede ver bien; lo esencial es invisible a los ojos» -El Principito.

"Es saludable hablar", el barman se sentó desde su lado de la barra y tomó atención al muchacho de ojos tristes.

"Se fue hoy", sonrió nostálgico. Quería romper en llanto mientras intentaba sacar las palabras de su boca. "Su nombre es Taehyung. Tiene veintidós años y era mi novio hasta hoy. Él y mi hermano se fueron a Washington D.C con una beca para gastronomía. Fueron a terminar de estudiar".

"Los desamores duelen, pero no son para siempre", el chico parecía tan tranquilo mientras servía un sinfín de bebidas alcohólicas, que Jungkook hubiera deseado que le traspasara un poco de esa comodidad.

"¿Es todo lo que tienes para decirme?", se mofa, porque, aunque no es un tipo hosco, le parecía una acotación bastante innecesaria. "No quiero sonar como un tocapelotas, pero no me ayudas mucho. Yo sé que duele, y sé que no será para siempre. Puedo avanzar sin él. Pero lo amo demasiado y estábamos muy bien, solo... me dejó como si nada pasara, ¿sabes? Simplemente dijo -te amo, pero necesito concentrarme en mi futuro. Debemos terminar-, o sea, ¿yo era una distracción?", suspira con un vacío existencial. "¿Nunca sentiste que conoces a la persona con la que quieres pasar el resto de tu vida, pero de pronto de ser todo, ya no son nada?".

"Lo he sentido, sí", asiente con la mirada perdida. "Soy Namjoon", extiende su mano y Jeon Jungkook desliza la propia para entrelazarlas.

"Jungkook", responde. "Gracias por escucharme, Namjoon. Perdón por molestarte en tu trabajo".

"¿Qué dices? Los clientes como tú hacen que ame este lugar. Me gusta escuchar a la gente", responde con una sonrisa que mostraba unos hoyuelos preciosos. "¿De dónde eres? No pareces ser de Seúl, realmente".

"Busan", contesta con una media sonrisa, terminando su trago.

"Saliendo de aquí tengo una reunión con amigos, en un karaoke, ¿quieres ir?", cuestiona el moreno elevando sus cejas. "Servirá para que te relajes y no estés solo esta noche".

"Me encantaría, gracias", asiente.

No quería pasar su estadía en aquella ciudad en medio de lágrimas. Odiaba aquel dolor en el pecho, ese nudo en su garganta y odiaba aún más sentir que no podía siquiera decirle a Taehyung lo mucho que le dolía su forma de actuar, ¿era realmente necesario dejarlo así? Tan rápido e inesperado.

Los minutos pasaron con lentitud. En algún momento parecieron hacerse eternos para Jungkook, sin embargo, era divertido ayudar a su alto nuevo amigo a atender gente ebria que se acercaba a pedir más alcohol.

Tuvo ganas de llorar el resto de la noche. Incluso cuando llegó al karaoke y se encontró con la historia de uno de los amigos de Namjoon. Un tal Seokjin que se reía bastante extraño y que parecía ser demasiado feliz, le había dicho que su exnovio era nada más y nada menos que Namjoon. El moreno se había reído, con un pequeño cambio de humor cuando en medio de la ebriedad, Seokjin comenzó a recitarle un poema diciéndole que aún lo amaba.

Se encontraba allí, con el corazón destrozado mientras se olvidaba un poco de la razón. Olvidaba un tanto aquellos ojos castaños, esa sonrisa cuadrada. Aquel rostro angelical que lo mantenía pendiendo de un hilo. Dejaba atrás el sonido de su risa, su ronca voz hablando dormido. Aquellos cantos matutinos y las miradas enamoradas que solía recibir.

"Jimin dejó a su novia hace un año, pero él aún no la olvida", el aludido se levantó ofuscado y risueño. Fingiendo un enojo bastante tierno. "Hoseok dejó a Namjoon cuando me conocieron, no soportaron que los dos estaban enamorados de mí, y yo de ellos".

Las carcajadas de Kim Seokjin sonaban por toda la habitación alquilada del karaoke. La incomodidad podía palparse en el aire mientras Hoseok y Namjoon se miraban entre ellos, con unos ojos inyectados en enojo.

"Pero no es importante, Jungkookie", el muchacho había tomado bastante confianza, y Jungkook no se había molestado en absoluto. Quizás debido a su estado de ebriedad. "Estoy mejor solo, porque no podía elegir a uno", se carcajeó. Jimin observó a su amigo, con una expresión de tristeza que se convertía en llanto. Su rostro rojo demostraba que realmente le dolía, y que realmente los quería. Pero Jungkook no sabía nada en absoluto, porque no podía darse cuenta.

"Él me dijo que me amaba, que nos íbamos a casar. Que íbamos a cuidar a un perrito que se llamaría Yeontan y que sería el otro papi de Gureum", Jungkook confiesa, con las palabras arrastrándose fuera de su boca. "Mi pequeño Gureum, él lo extrañará tanto", comienza a lagrimear mientras Namjoon lo sostiene. "Él le pedía jugar con su pelotita de luces y se quedaban dormidos juntos. En las mañanas Tae amanecía abrazado a Gureum y me abrazaba también", su llanto ahora era incluso más fuerte y lastimero que antes. "Mi hermano me dijo que Tae se sentía presionado. Quizás fui un mal novio".

Incluso así, Jungkook no lograba olvidar del todo a su amor. Al amor que ahora se sentía tan lejano y distante como jamás pensó que sería.

Un amor que después de tres años, no había nada que los uniera, pero tampoco que los separara por completo.

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"¿Cuántas veces debo decirte, Jungkookie?", Taehyung lo observa con una sonrisa traviesa. "Sí, te amo. Y mucho", le sonríe mostrando sus dientes y Jungkook besa su mejilla.

¿Era verdad, mi amor?

Sus lágrimas saladas mojan el cuaderno lleno de fotos. Sus ojos ya no ven lo que decora sus rostros en las imágenes. El sonido de la lluvia lo acompaña por todo el invierno, mientras que, en su corazón, el sol tampoco aparece jamás.