El mundo del significado Suivre l’histoire

En la historia, siempre se ha atribuido significado a los símbolos humanos. Se adoraron al sol, a la luna y a las estrellas, en busca de una especie de iluminación que permita una recompensa cuando la muerte llegue a nosotros.

Estos actos en busca de la dicha iluminación, provocaron esculturas, nombres de ciudades y de personas, rituales, arte y supersticiones.

A medida que se fue instaurando la cultura del renacimiento y la ilustración, se entendió el por qué existían cosas que antes desconocíamos, perdiendo así el espíritu de la ignorancia poco a poco.

Y a pesar de que seguimos en ese camino, nos vamos dando cuenta de que las cosas son mucho menos románticas de lo que parecen, más allá del amor mismo. Todo cobra un sentido mayor donde los hallazgos científicos son más importantes y concluyentes que las creencias personales, lo cual guía a las personas a tenerle fe a la ciencia como se le tiene a la iglesia.

Este suceso puede desencadenar en una cultura que trate a los quarks como al sol, otorgándoles así elementos culturales más allá de los elementos científicos. Y con el paso del tiempo se pierda la noción del desconocimiento; no tanto porque uno tenga conocimiento de todo, sino porque el conocimiento riguroso y "correcto" estará al alcance de un comando de voz: o de un pensamiento, quien sabe.

Así, todo el mundo tendrá culturas híper llenas de significados entramados el uno con el otro, generando irónicamente una pérdida del mismo por pura complejidad. Se crearán culturas que sólo llegue a entender un hombre, y que sea virtualmente imposible entenderlas dado al tiempo que se necesita para llegar al conocimiento necesario como para disfrutar de sus raíces.

Es curioso que, en medio de la revolución del déficit de atención, se llegue a ver la posibilidad del mundo de los significados, entrando así en una batalla encarnizada por la sociedad del futuro.

Puede que los hijos de las personas se llamen "Bosón, Pompeya, Apple, Nasa". Puede que empresas puedan ser dueñas de países enteros dominando su parte cultural, teniendo a sus directivos como políticos, cosa que creará humanos con un poder ilimitado.

Y lo gracioso es que nada en la psique humana habrá cambiado llegados a este punto. La cultura siempre fue una amalgama de retazos comunes que terminan uniendo a las personas. Simplemente somos lo que seguimos, y así se mantendrá: da igual que haya dinero de por medio.

Los amuletos dejarán de existir, y las historias de ciencia ficción se reconocerán a kilómetros. Soñar costará el triple y ser feliz costará el doble, porque el conocimiento ya no será una meta a conquistar.

Eso sumado a las increíbles bases de datos que tendremos en el futuro. Es probable que tengas tu vida totalmente determinada incluso antes de nacer. Con la probabilidad exacta de cuáles sean tus gustos, las personas que conozcas y vayas a conocer, los lugares que más frecuentarás y hasta tu causa de muerte; habiendo vivido una vida que un robot pudo predecir, siendo que el cambio entre nuestros tiempos y aquel futuro tan incierto no sea la naturaleza humana, sino la abundancia de datos.