6
2.6mille VUES
En cours - Nouveau chapitre Tous les 15 jours
temps de lecture
AA Partager

đ‘©đ’đ’”đ’”

Su mirada se paseĂł por todo el estudio, evitando verlo cuando saliĂł de su oficina y se acercĂł al puesto de uno de sus compañeros, para pedir una de las Ășltimas sesiones de fotos que habĂ­an tenido. SabĂ­a que no podĂ­a aspirar a mucho por los pocos meses que llevaba de conocerlo. Las semanas habĂ­an transcurrido a toda velocidad desde que inicio como su fotĂłgrafo y tal vez se arrepentĂ­a un poco de haber decidido postularse para el trabajo, porque no podĂ­a dejar de hacerlo. No podĂ­a dejar de verlo cada vez que su rango de visiĂłn se encontraba opacado por la presencia de su jefe.

Se hacía todo mås complicado si era su fotógrafo, pero a la vez todo era mås sencillo, porque eso le daba una excusa para seguir apreciåndolo, al menos si solo era a la distancia y a través del lente de su cåmara. El paso del tiempo, lo había traicionado, solo permitiéndole notar algunas cosas sobre la personalidad de su jefe y volviendo difícil el hacer su trabajo con la constante presencia de Taehyung en sus pensamientos.

En definitiva, habĂ­a cambiado estos Ășltimos meses. Su imagen a primera vista era de alguien bastante carismĂĄtico e incluso si lo observaba bien, un poco tĂ­mido, que lograba encajar perfectamente con su lindo rostro y nuevo cabello rojizo. No mentirĂ­a, Ă©l habĂ­a sido la razĂłn principal por la que decidiĂł permanecer en el trabajo pese a todo, porque el Omega parecĂ­a ser el tipo de persona que era capaz de alegar el corazĂłn de cualquiera con tan solo una sonrisa.

¿Algo ha cambiado ahora? Porque aquella imagen de timidez se había perdido por completo. No miraba abajo ahora y se había convertido en una persona mås severa de la noche a la mañana. Se había vuelto también algo difícil hablarle con su nueva actitud y las personas a su alrededor lo notaban. Todos los empleados sabían que él había cambiado, pero cuando se trata de ese chico, Jimin, podría jurar que su verdadera forma de ser volvía a ser parte de su personalidad. Era una pena que Jimin no estuviera ahora en ese momento para calmarlo, debido a un viaje que había tenido.

—¿QuĂ© mierda es esto? Llevo toda la jodida semana pidiendo estĂĄs sesiones ÂĄÂżY atreven a entregarme esto?! —Taehyung tenĂ­a razĂłn, llevaba una semana pidiendo el mismo aquella revisiĂłn cuando fĂĄcilmente podrĂ­a pedirle a alguien mĂĄs que se encargarĂĄ de ese trabajo. ParecĂ­a querer botarlo a la basura y solo logrĂł llamar la atenciĂłn de todos con los golpes llenos de frustraciĂłn que daba al escritorio frente a Ă©l, mĂĄs se detuvo un segundo antes de tomar las carpetas, incluso si no era capaz de llevarlas todas y empezar a caminar de nuevo a su oficina, sin permitir que alguien le ayudará—Si vuelven a entregar algo como esto, la prĂłxima semana no serĂ© tan amable y dĂ­ganle a Jungkook que lo quiero en el set en una hora.

Ni siquiera lo miro, mås se había encargado de hablar lo suficientemente alto como para estar seguro de que Jungkook lo estaba escuchando. No le sorprendía, siempre hacía eso para no tener que dirigirle la palabra y no hacía falta ser un genio para saber que, muy seguramente, el pelirrojo parecía preferir por mucho aquel método de comunicación que venir hacia él y hablarle directamente.

—Ya lo oíste.

Uno de los Betas que fue responsable del malestar de su jefe paso a su lado palmeando su hombro antes de alejarse y no pudo hacer mĂĄs que suspirar, empezando a preparar su cĂĄmara para sesiĂłn que tendrĂ­a. Las cosas entre los dos siempre eran asĂ­, Taehyung simplemente gritaba lo que querĂ­a al aire y Jungkook lo cumplĂ­a. JamĂĄs supo en quĂ© momento se habĂ­a metido en todo esto, pero estaba dudando fuertemente de que algĂșn dĂ­a fuera capaz de atreverse a salir de aquel circulo vicioso en que se vio envuelto sin siquiera notarlo.

—Quita esa cara. —Fue lo primero que dijo Seulgi, una de las estilistas con la que más confianza tenia, al llegar a su escritorio una vez las cosas se calmaron dentro del estudio y su jefe había regresado a su oficina.

—¿Quieres que estĂ© feliz porque me ignora?

Hoseok, un amigo beta que trabajaba en el set, bufó. —Sinceramente, preferiríamos que hiciera eso con nosotros.

—Ya deberías estar acostumbrado. Ha sido lo mismo desde que entraste al trabajo.

Solía tratar a todos a veces incluso con demasiada dureza, excepto a él y realmente no sabía cómo sentirse. No sabía si era mejor que le gritarå o que directamente pasarå de él e intentarå evitarlo a toda costa. La mayoría de sus compañeros de trabajo eran betas u omegas. Solo algunos cuantos que se encargaban de la iluminación y logística del set eran Alfas, pero ninguno de ellos estaba tan cerca de Taehyung como Jungkook.

—El confía en ti. —Esta vez Minji, una de las secretarias del estudio se paseó por ahí, intentando darle un poco de ánimo.

Hoseok rasco su nuca, dudando de las palabras de Minji. —Ya sabes lo que dicen sobre el jefe y tĂș.

—Ya paren de hablar, no estoy de humor.

—Nunca lo estás.

El beta rio ante las palabras de Seulgi, pero Jungkook no lo hizo. Siguió arreglando la cåmara cuando Minji dejo un café en su escritorio, mientras Hoseok revisaba junto con Seulgi el cronograma del día. Ahora que lo pensaba, jamås había necesitado que Taehyung le dijera lo que tenía que hacer, porque revisaba tanto aquel cronograma por cada minuto que pasaba para no olvidarse de nada y mantener todo bajo control, que podría haber recitado de memoria toda la agenda de Taehyung para el resto del mes.

Minutos después, dejo su cåmara y vio la hora en el reloj de mano que llevaba ese día, faltaban todavía media hora para que iniciara la sesión, pero supuso que debería empezar a preparar todo antes de que Taehyung si quiera pensara en poner un pie de nuevo fuera de su oficina.

—Hoseok, ÂżPodrĂ­as revisar que todo estĂ© bien en el set? y Seulgi, pregĂșntale a... —PensĂł un momento en alguna modelo, mientras intentaba recordar el cronograma—PregĂșntale a Joohyun Noona si estĂĄ disponible, por favor y ÂżMinji?

—¿Si?

—Gracias, por el cafĂ©.

—Lo ves, eres casi como nuestro segundo jefe.

Todos rieron por el comentario de Hoseok, tal vez tenĂ­a razĂłn, jamĂĄs habĂ­a escuchado una queja de Taehyung hacia su trabajo y en verdad le hubiera gustado creer que ese era el motivo por el que realmente no se molestaba en dirigirle la palabra, porque estaba empezando a resultar incluso deprimente el nunca haber recibido alguna felicitaciĂłn de su parte ante el buen trabajo que se esforzaba por hacer.

Sus compañeros de trabajo decían que se había convertido en alguien demasiado arrogante como para ser un Omega, que su sonrisa no es la misma de antes y sus palabras de aliento se han transformado en palabras frías. No conocía su vida, ni mucho menos tenía idea de lo que pasaba por su mente, pero había tenido la oportunidad de ver la forma en que se esforzaba por mantener esa apariencia cuando estaba realmente sobrepasado por sus emociones y aunque en un principio le hubiera gustado jamås haber visto aquella vulnerabilidad en sus ojos por primera vez. Aunque hubiera querido borrar aquel recuerdo para no tener que pensar en él sintiéndose de esa manera, porque tal vez así hubiera sido mås fåcil para Jungkook retener aquellos sentimientos que jamås había experimentado con alguien mås, lo cierto era, que se hubiera negado por completo a olvidar al Taehyung que por tantos meses había deseado ver.

Recordaba a la perfecciĂłn aquella pasarela de fin de año. Taehyung habĂ­a sido invitado por primera vez a formar parte de una prestigiosa pasarela que se organizaba todos los años en SeĂșl. Esa noche, a tan solo un par de minutos de que iniciara su desfile, recibiĂł una llamada y pudo verlo correr en direcciĂłn a los baños mientras Jimin le pedĂ­a que regresara. Jungkook intento ir detrĂĄs de Ă©l, porque con solo ver la forma en la que su juguetona sonrisa se perdiĂł, dejando ver su expresiĂłn completamente vacĂ­a, supo que algo no andaba del todo bien. Pero Jimin habĂ­a sido mĂĄs rĂĄpido en apartarlo gentilmente con una sonrisa y decirle que todo estaba bien.

PodĂ­a estar seguro de que aquellas lĂĄgrimas que habĂ­a visto en sus ojos minutos antes, no tenĂ­an el mismo protagonismo para el momento en el que su maquillaje estaba siendo retocado nuevamente, pues por la forma en la que saliĂł a aquella pasarela como si fuera el mejor momento de su vida, nadie podrĂ­a imaginar lo mal que la estaba pasando en ese instante.

Era divertido, porque Jungkook podrĂ­a jurar que, al verle de esa forma, su corazĂłn empezĂł a latir por Ă©l cada vez que lo veĂ­a o escuchaba, a pesar de que jamĂĄs habĂ­an mantenido una conversaciĂłn mĂĄs allĂĄ de los ĂĄngulos de cĂĄmara que Taehyung querĂ­a para las sesiones de fotos. Su relaciĂłn entre ese dĂ­a y ahora no habĂ­a cambiado en absoluto, pero sus sentimientos por el Omega solo iban en aumento con cada dĂ­a que pasaba. Incluso a veces, cuando Ă©l parecĂ­a estar un poco mĂĄs de humor en el trabajo, podĂ­a darse la libertad de imaginar cĂłmo serĂ­a encontrarse a sĂ­ mismo conociendo a verdadero Taehyung.

Pero tal vez hoy no era uno de esos dĂ­as.

—¿Por quĂ© simplemente no puede sonreĂ­r? —El Omega gruño. Casi media hora pasado desde su primer intento por hacer que Joohyun sonriera para la sesiĂłn de fotos que llevaba varias horas de haber comenzado—Tan inĂștil tenĂ­a que ser...

SabĂ­a que hablaba con el mismo y no le gustaba que nadie lo interrumpiese cuando pensaba en voz alta sobre cĂłmo se supone que deberĂ­an trabajar sus empleados. No recordaba haber visto una sonrisa de parte de Taehyung desde hace mucho tiempo, a decir verdad. La Ășltima vez que habĂ­a tenido la oportunidad de presenciar un momento casi histĂłrico como el verlo sonreĂ­r, habĂ­a sido tal vez aquella pasarela de fin de año, pero eso en definitiva no le traĂ­a ningĂșn recuerdo feliz del pelirrojo.

La chica volvió a dejar ver su desacuerdo ante los comentarios de Taehyung cuando este volvió a sentarse a su lado en el sofá. —Es una pena que no quieras ese descanso ¿sabes?

—Pero, señor...

—Oí que visitarías a tu madre, pero supongo que vas a tener que quedarte aquí si no sonríes ahora.

Lo habĂ­a conseguido, aĂșn si no era de esperarse que Taehyung conociera a detalle la vida de sus trabajadores y estuviera al tanto de todo lo que pasaba en ellas, Ă©l siempre lograba saberlo y manejarlos a todos a la perfecciĂłn. La chica ya estaba sonriendo para la cĂĄmara solo segundos despuĂ©s, siendo capaz de sentir su aroma pese a la distancia y opacando totalmente el de Taehyung, que se sentĂ­a bastante tenue en el ambiente. La recordaba de sesiones pasadas, era una de sus mejores modelos. Pero incluso asĂ­, seguĂ­a careciendo de cierto carisma que Taehyung tenĂ­a cada vez que pisaba el set.

El que Taehyung supiera todo de sus trabajadores en algunas ocasiones lograba asustarlo y otras lo emocionaba. Si su parte racional estaba despierta ese día podría haber temido que escucharå las conversaciones que mantenía con sus compañeros de trabajo sobre él y algunas otras veces, cuando se dejaba ilusionar, podría imaginarse a Taehyung queriendo saber mås de él.

En cualquiera de las situaciones, se alegraba de mantener su vida personal un poco aislada de su trabajo.

—EnfĂłcala mĂĄs a ella —Dijo cuĂĄndo el lente de su cĂĄmara habĂ­a empezado a enfocarlos de nuevo, pero como siempre, su cĂĄmara se encargaba de hacer lo que querĂ­a si siquiera ser consciente. Ella era incluso mĂĄs atrevida que Ă©l y parecĂ­a tener vida propia cada vez que se trataba del Omega. A veces ni siquiera se encontraba con las fuerzas suficientes para contradecirla, porque no podĂ­a mentir, querĂ­a ver a Taehyung tanto como su cĂĄmara amaba enfocarlo solo a Ă©l—. No tan cerca...

Jungkook jamås había visto una sonrisa tan extraña en su vida. Ni siquiera antes en sus primeras sesiones, la chica se veía tan nerviosa como ahora, pese a que Jungkook intentaba decirle de vez en cuando lo bien que lo estaba haciendo para intentar animarla. Ella seguía viéndose bastante tensa, que, aunque hubiera rogado de rodillas a Taehyung para que dejara de insistir en su sonrisa, aquella sesión se hubiera terminado retrasando de todos modos.

Tenía varios cambios de vestuario entre sesión y sesión, por lo que el maquillaje también variaba, solo haciendo que el tiempo que pasaba sentado esperando por ambos, fuera incluso mås del tiempo que tardaba en tomar una fotografía. Para su buena suerte, Joohyun había terminado por calmarse un poco e incluso le agradeció antes de retirarse de nuevo al camerino.

Al final de todo, Taehyung siempre sabĂ­a lo que hacĂ­a y tenĂ­a razĂłn al haber insistido tanto en aquella sonrisa, pues las fotos habĂ­an salido mejor de lo que Ă©l mismo hubiera planeado.

—Yerim. —Llamo la atención de la Omega asistente de Joohyun, una vez se había perdido por completo el rastro de la modelo hasta llegar a su camerino—Has que se pierda el resto semana, no la quiero aquí el lunes ¿entendido?

—SĂ­, señor...

Había empezado a guardar las cosas, apenas había terminado de revisar las fotografías, cuando lo vio salir de su camerino nuevamente sin maquillaje y con la misma ropa con la que había venido. Incluso así, el Omega seguía viéndose irreal a los ojos del Alfa, que por algunos instantes se encontró perdido en él, notando que había empezado a caminar sin esperarlo de nuevo a su oficina y él no había terminado de guardar su equipo.

Guardo todo apresuradamente, siguiendo a Taehyung a una distancia que considerarĂĄ prudente, aĂșn si ni siquiera era capaz de sentir su aroma. —Quiero que Minjae vaya conmigo al desfile del sĂĄbado.

Jungkook no tardo en suspirar al saber que esta vez aquella orden iba dirigida a Ă©l. A veces pensaba que no le pagaban lo suficiente como para estar ejerciendo su rol de secretario y algunas otras, su lobo pensaba que todo valĂ­a la pena con tal de que al menos de esa forma, Taehyung le dirigiera un poco la palabra.

Esa noche había oscurecido mås råpido de lo normal, y con eso, su jornada laboral también había terminado, pero para su jefe, apenas parecía dar inicio al verdadero trabajo. Se disponía a salir del estudio después de aquella agotadora sesión de fotos, había decidido desquitar con una cerveza el haber pasado otro día en el había perdido toda oportunidad con Taehyung. Solo que tal vez ese día, corría con algo mås de suerte de lo que hubiera pensado en un principio, a diferencia de todos estos meses en los que había estado trabajando para el Omega.

Vio las luces de su oficina encendidas y la puerta entreabierta, por lo que Jungkook podĂ­a ver a Taehyung en su escritorio a la perfecciĂłn. Se veĂ­a bastante frustrado por lo que sea que estuvieras haciendo, muy seguramente por todo trabajo que el mismo se habĂ­a impuesto al llevarse todas esas carpetas a su oficina esa mañana. No le sorprendĂ­a del todo. Taehyung solĂ­a revisar todo a medida y a veces se involucraba en el trabajo mĂĄs de lo que podĂ­a, que no parecĂ­a tener ningĂșn descanso.

Se acercó inconscientemente a la oficina deseando poder hacerle algo de compañía. No recordaba jamås haber estado alguna vez tan cerca de él o al menos no solo ellos dos, pero su dulce aroma a cerezas seguía grabado por completo en su interior. Había cambiado con el tiempo, su aroma que siempre estaba mezclado con un fuerte aroma a menta, que hacía incluso que las cerezas desaparecieran; ya no estaba mås. Jungkook lo sabía, sabía que estaba mal acercarse, pero no podía evitarlo al saber que la menta se había disipado de una vez por todas, como si nada. Ahora mås que nunca podía notar las cerezas, que incluso se sentía mareado por el fuerte aroma.

Tal vez Hoseok tenĂ­a razĂłn y lo que fuera que hubiera sucedido en la pasarela habĂ­a acabado, tal vez de la peor forma. Al final, simplemente terminando por repercutir en la relaciĂłn que Jungkook tenĂ­a ahora con su jefe.

Únicamente le habĂ­an contado los rumores hasta despuĂ©s de aquella pasarela, aquellos quienes habĂ­an estado trabajando para Taehyung muchos mĂĄs años que Ă©l. No habĂ­a razĂłn ni motivo exacto, pero se rumoreaba que Taehyung, en sus inicios, habĂ­a trabajado con un Alfa como fotĂłgrafo. Todos en la empresa creĂ­an que se habĂ­an empezado a relacionar de una forma mucho mĂĄs que profesional durante todos esos tres años que estuvo trabajando para Ă©l, pero luego jamĂĄs se supo si habĂ­a sido despedido o habĂ­a renunciado. Un año despuĂ©s, un Beta habĂ­a tomado el puesto, siguiendo la lĂ­nea natural sobre Omegas y Betas, quienes eran los que siempre estaban mĂĄs cerca de Ă©l. Pero el puesto del pobre Beta no durĂł mĂĄs de un año, hasta que Jungkook habĂ­a sido contratado. Él era ahora, apenas el segundo Alfa con el que Taehyung habĂ­a trabajado, durante todo el tiempo que llevaba en la industria.

Ese dĂ­a, se habĂ­a atrevido a preguntar como solĂ­a comportarse su jefe con ese otro Alfa y las respuestas de todos habĂ­an sido las mismas. Ambos se llevaban bastante bien y parecĂ­an ser buenos amigos, pero de repente ese Alfa jamĂĄs volviĂł a pisar un pie en aquel estudio.

El mismo Alfa con aroma a menta que desprendĂ­a Taehyung.

—Señor —Toco la puerta de la oficina—, Âżno deberĂ­a ir ya a casa? Se hace algo tarde.

Se atrevió a decir por fin, aunque tenía claro que él había percibido su aroma mucho tiempo antes, sin decir nada. Lo vio levantar una ceja ante lo que acaba de decir completamente incrédulo, como si estuviera bromeando con él.

—¿Estas...? —El pelirrojo masajeo su cien, completamente exhausto como para imponer su autoridad en ese instante—. Necesito tu ayuda aquí.

No lo miro después de que esas palabras fueran escupidas por su boca con aparente desinterés. Incluso si le hablaba de mala manera, el lobo de Jungkook no podía evitar estar emocionado al escuchar como el Omega le dirigía por primera la palabra. Se acercó un poco mås hasta ver la computadora, notando algunas de todas las fotografías que habían tomado recientemente para siguiente anuncio de Taehyung, sorprendiéndose al ver la manera en que a pesar de que su trabajo había acabado por ese día y todos se habían ido, él realmente seguía trabajando como si nada fuera suficiente.

Y no pudo ocultar su sonrisa en el momento en que le dio un espacio a su lado para ayudarlo con todo eso, incluso con trabajo del que no debĂ­a encargarse. Se veĂ­a algo tenso y pudo confirmarlo por su aroma, aun si estaba claro que intentaba ocultarlo a toda costa Ă©l, por lo Jungkook habĂ­a terminado por decidir mantenerse en silencio el resto del tiempo que pasaron juntos para no incomodarlo aĂșn mĂĄs.

Su corazĂłn iba a toda velocidad, porque esa noche, fue la primera vez que el Alfa habĂ­a tenido la oportunidad de estar tan cerca del Omega.

25 Septembre 2020 23:02 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
2
À suivre
 Nouveau chapitre Tous les 15 jours.

A propos de l’auteur

đ‘©đ’†đ’đ’đ’† ♡ âš˜àłƒ; àŒ‰â€§ ᮊᮊᮋ + ᎋ᎛ʜ

Commentez quelque chose

Publier!
Il n’y a aucun commentaire pour le moment. Soyez le premier à donner votre avis!
~