“Las espinas se incrustaron en su piel, la sangre sucia y podrida por el dolor resbalando por el triste cascarón. Las rosas blancas, preciosas y débiles como su pureza creciendo y enredándose por su cuerpo, asfixiándolo dulcemente, compensando el dolor y el trauma esparcido en su interior, y escapando de sus venas hacia el exterior, viendo como las peligrosas espinas se escondían entre los capullos.
La belleza del sufrimiento y el renacer presente ante sus ojos, viéndose en los cristales regados en el suelo como la sangre sucia y negra se volvía espesa y clara, rojo pasión, rojo ira, rojo fuerte, su reflejo en los cristales manchado de sangre.
Y así es como su reflejo en el suelo teñido de rojo lo captó a él, abatido y herido, destrozado bajo su nueva piel, pero sobre ella se cernía la pura y preciosa demencia y deseo de venganza, como las simples rosas blancas se volvían hermosas y divinas teñidas de su sangre, como aquel líquido transformaba su trastornada y triste visión de la vida a una preciosa y hasta placentera.
Libertad, extraña y para nada sana libertad, pero al fin y al cabo, entre las sombras y el débil reflejo de la luz tenue de su habitación, él se sentía bien, al fin, se sentía ajeno de aquel mundo que le hizo daño, aquel mundo que estaba decidido a destruir.
Y así fue como un ángel puro fue destrozado hasta teñir sus alas de negro, así fue como Luzbel se transformó en Lucifer, así fue como Jeon Jungkook se transformó en El Twink.”
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