aniramlynx Aniram Lynx

“Lo correcto… ¿Qué es? Si haces lo correcto… ¿haces feliz a todo el mundo?” Salir del nido es complicado y debo estar listo para comenzar mi vida como adulto responsable. Como profesor, es mi responsabilidad enseñar a los alumnos y guiarlos hasta el final de sus carreras. Me dijeron que tengo que tratar a todos mis alumnos por igual, que no tenga un favorito. Pero nunca me advirtieron que eso no sera tan fácil como suena. ❥ Au escolar ❥ Yuri on Ice ❥ Otabek x Yuuri Katsuki ❥ Género: Romance | Drama | Omegaverse | Escolar ❥ Advertencia: Esta historia es con una shipp crack, pido por favor que reserven sus comentarios. También contiene violencia, sexo, alcohol, drogas.


Fanfiction Anime/Manga Interdit aux moins de 18 ans. © https://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/

#yuri-on-ice #otabek-altin #yuuri-katsuki #otayuuri #omegaverse
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U N O

Se supone que debo estar inquieto porque es el primer día de clases en la universidad, pero sólo pienso en cuando saldrán de vacaciones los chicos para poder despertar muy tarde.

Recién me mudé a esta ciudad para aceptar el empleo, mis padres viven a muchas horas de aquí y siento que me hará falta comer sanamente.

No sé ni cómo debe vestir un profesor, así que solo me pongo un suéter color maní y un pantalón de vestir negro con zapatos muy incómodos. Creo que me veo muy diferente a lo acostumbrado, pero no puedo ir con chaqueta de cuero y playeras con logos de bandas de rock como los profesores de filosofía o álgebra.

En fin, debo dar mi mejor imagen como docente profesional en mi materia, literatura inglesa. Es extraño que alguien tan joven como yo se apasione con algo tan antiguo, pero si lo ves de otra forma es muy impresionante.

A mis 24 años, sé que debo prepararme para lo que sea, estos chicos deben de tener en la cabeza tres cosas: Alcohol, drogas y sexo, por lo que debo ser muy cuidadoso y precavido con los alumnos para no dejarme chantajear o querer que ellos se pasen de listos conmigo.

En mis tiempos libres me dedico a mezclar música en mi computadora e imaginarme que puedo ser un DJ o estar jugando videojuegos como un “holgazán” diría mi madre.

A pesar de que estoy relativamente cerca de la escuela debo usar transporte público o tener mi propio vehículo, así que para evitarme el tráfico de la mañana y ser aplastado por enormes vacas en el tren o autobús, uso una motocicleta.

Llego a la famosa escuela universidad quince minutos antes de que inicie las clases, por lo que me da tiempo de irme detrás de un árbol y fumar un cigarrillo.

Veo a toda clase de chicos que entran a esta escuela, son de varias edades y diferentes modas, puedo jurar que hay algunos que son de mi edad o mayores que yo. Eso tampoco debe de intimidarme.

—¿Profesor Altin? —es la primera vez que me llaman así y eso me pone algo nervioso.

Alzo la vista y me encuentro a un sujeto vistiendo de un aburrido traje café con corbata roja y camisa blanca. Tiene una sonrisa en sus labios dibujado en su rostro.

—Ah, eres tú —refunfuño antes de llevarme el cigarro a los labios.

El sujeto se ríe y acomoda su cabello color azabache mientras guiña un ojo.

—¿No te dijeron que no debes fumar en esta escuela? —advierte.

—Da igual, aquí hay muchas colillas y no veo ningún letrero que diga que está prohibido —contesto de mala gana—, ¿qué es lo que quieres, profesor Leroy?

—Nada, sólo quería molestarte antes de que inicies clases —agrega sin borrar su estúpida sonrisa.

A si, a este idiota lo conocí cuando hacía mi servicio en esta escuela como ayudante de profesor y yo lo apoyé en algunas ocasiones con su grupo mientras se follaba a uno de sus alumnos. Desde entonces nos llevamos bien él y yo, sumando que gracias a sus recomendaciones puedo tener un empleo aquí.

Caminamos al interior de la escuela mientras me platica que el alumno que le gustaba se ha ido de esta universidad y ya no lo volverá a ver. Parece que sólo estaban juntos por el sexo, en fin, no es algo que me incumba.

No necesito recorrer toda la escuela para saber cómo son las instalaciones, sólo entro a la sala de maestros, un lugar completamente lleno de profesores que ligan con otros, reglas de en caso de que algún alumno entre en celo en plena clase y cosas así.

—Es un gusto verte aquí, profesor Altin —se acerca una joven mujer pelirroja, cuyos ojos azules son hermosos y una hermosa sonrisa se dibuja en sus labios rojos.

—Es extraño que me llamen así —contesto un tanto serio mientras camino hacia una cajonera para dejar mi casco y algunas que otras cosas.

—Espero de corazón que te vaya bien —continua.

Termino de guardar todo, incluyendo mi cajetilla de cigarros y volteo a ver a la chica aún entusiasmada por volver a verme.

—Gracias —le dedico una sonrisa.

Oh si, esa joven omega de nombre Mila y yo tuvimos algunos encuentros en esta sala cuando todos estaban en clases o detrás del auditorio. Sin duda ella es buena en el sexo, pero no me interesa volver a involucrarme con esta persona, dicen que tiene una mala reputación.

El timbre suena, anunciando que las clases comenzarán en algún momento.

—Nos vemos, profesora Babicheva —le dedico una sonrisa.

Tomo la mochila que tiene los libros de texto, unos plumones para la pizarra y salgo de esa área con Jean caminando a mi lado.

—Tu grupo no es muy grande, seguro podrás manejarlo y si tienes duda de cualquier cosa puedes preguntarme —comenta Jean

Me percato que muchas chicas y omegas cuchichean entre los pasillos porque suspiran por el profesor Leroy. Ahora me incluyen a su tema de conversación por ser el nuevo y alcanzo a escuchar alguna que otra frase como de: “ese profesor es tan guapísimo que lo quiero en mi cama”.

—Bueno, te veré en el descanso. Buena suerte —sonríe Leroy al llegar al salón que me corresponde.

Recuerdo mucho como los profesores fastidiaban a lo largo de mi escolaridad, cada uno tenía una actitud diferente con los alumnos, ¿cómo yo debería de ser? ¿De esos profesores que no les importe si entreguen tareas y dejarlos hacer lo que quieran o ser estricto con la materia y amenazar con reprobarlos si no hacen lo suyo?

Eso no lo pensé y ahora comienza a crearme un poco de conflicto. Entro al salón, cuyas mesas son negras y asientos color vino con respaldo acolchonado. Hay algunos alumnos ya en el salón platicando en sus bancas y otros parados sobre la ventana.

Camino con pasos firmes y el pecho fuera, dándome aires de superioridad hasta llegar a la mesa. Saco el libro de esta clase, la lista que me han dado y tomo lugar en el escritorio; observo que nadie está en su lugar, todos ríen y siguen platicando.

Unos chicos se sientan a lado de un joven de cabello azabache que no pasa de los 18 años y le dicen algo que provoca que sus mejillas se tiñen a rojas y quiera esconder su rostro en el libro. Uno de los que lo molestan es de cabello plateado y el otro es un rubio con rizos, no entiendo porque no se defiende si ya son unos adultos.

—Bien muchachos, es hora de que tomen asiento y hablemos sobre las reglas de mi clase —anuncio mientras me levanto del escritorio.

Inmediatamente todos ocupan su lugar y miran con atención al frente; algunos ojos coquetean y tratan de seducirme, otros están completamente atónitos por mi apariencia y unos se burlan.

—Me llamo Otabek Altin, Licenciado en lengua y literatura, especializado en la literatura inglesa —anoto mi nombre sobre la pizarra blanca—. Ya son grandecitos como para que yo esté detrás de ustedes, así que al primer mal comportamiento lo saco del salón y pierde asistencia, no me importa si faltan diez minutos para que acabe la clase.

Parece que comienzan a entender y respetarme, eso se siente bien. Ninguna de estas caras me tocó en el tiempo de mi servicio, pero será agradable hacerlos sufrir.

—Sobre las tareas, cada reporte de lectura me lo enviarán a mi correo con las siguientes características —explico mientras anoto algunas cosas en la pizarra—. Todos los fines de semana les dejaré lecturas y me lo mandarán a más tardar el domingo a mediodía.

Escucho como se quejan, arruiné sus fines de semana y eso no me hace sentir nada mal. Camino para tomar asiento en el escritorio, captando vistas hacia a mí.

—Los miércoles y viernes se harán trabajo en clase respecto a la lectura que les deje, así que, si no hacen la tarea pierden automáticamente la calificación de la semana, ¿alguna duda?

Y ahí está ese joven de cabello azabache y anteojos que cubre la mayor parte de su rostro. Veo que tiembla un poco y sus mejillas están algo coloradas.

—Tu nombre —lo señalo.

—Ka-Katsuki Yuuri —se presenta un tanto nervioso—, mi duda es, ¿usted nos traerá la lectura o nos dirá cuál será o algo así?

Algunos se burlan de la timidez natural del chico, causando que esté más sonrojado.

—¡Qué bueno que lo preguntas! —me levanto y busco entre las hojas de mi carpeta lo que deben leer esta semana—, ¿quien es el más responsable de este lugar?

Algunos intercambian miradas y susurran cosas que no alcanzo a oír, no me sorprende esto de un grupo con cara de maleantes y flojos.

—Yuuri, él es el más responsable del salón —dice el joven de cabellos platinados.

Pobre chico, la vergüenza lo come en carne propia. Me mira por unos segundos y noto que sus ojos castaños son lindos, algo grandes y un poco rasgados.

—Pasa al frente, Katsuki —le indico.

Yuuri obedece. Los chicos comienzan a tirarle piropos y silbidos, causando que el chico se ponga más nervioso.

—¡Silencio! —alzo la voz.

El chico se pone frente a mi, es pálido y tiene unas mejillas algo rechonchas. Por la postura de sus hombros me percato que es un chico muy introvertido.

—Le daré una copia a Yuuri de la primera lectura para que le saquen copias, tienen hoy hasta las siete para que hagan el reporte —explico al enseñar la hoja y entregársela al joven—, no es obligación de Yuuri ir tras ustedes cuando deje lecturas así, el que no tenga su copia le bajo puntos de la calificación semanal. ¿Alguna duda?

Nadie dice nada, por lo que lo tomo como un no. Indico que Yuuri vuelva a su lugar y al caminar entre los pupitres, veo como otro joven le pone el pie y tropieza. El salón se estalla de risas y el chico corre a tomar lugar.

—Ten más cuidado, Katsudon —le dice el joven que provocó el accidente.

Ese tipo de injusticias no las tolero por nada del mundo, nunca fui un grosero a pesar de que muchos me temían en la escuela.

—Tú —me acerco al joven, un chico rubio con cabello atado como colita de caballo—, te vi. ¿Crees que eres gracioso haciendo eso?

El menor se encoge de hombros en cuanto me mira. Me percato que tiene el rostro muy fino como para ser un hombre, seguramente es un omega.

—Yo… no sé de qué habla —no se siente intimidado por mi presencia.

—Entonces tendrás que salir de mi clase sin asistencia —gruño, me doy la vuelta y me siento sobre el escritorio—, tú nombre.

—Yuri Plisetsky —lo dice completamente molesto.

—Le decimos Yurio para no confundirnos con el otro Yuuri —interviene el chico de cabello plateado.

—Bien. Yurio, sal de mi clase.

—¿Y qué voy hacer durante dos horas? —se levanta del asiento queriendo reclamar.

—Pensar en el error que hiciste hoy.

Me fulmina con su mirada, toma sus cosas y a zancadas muy marcadas el chico se va. El azabache me mira completamente sorprendido, como si quisiera agradecer lo que hice.

—Bien, ahora vamos a trabajar.

Todos se quejan, es común que no se haga algo en el primer día, pero a mi no me importa.

Esto sí que será un interesante semestre. Definitivamente opté el papel del profesor malo y puedo volverme maldito si quisiera.

Algunas chicas se acercaron a mí, como si les importara mi vida privada. Incluso preguntan de mi edad.

—La edad es un solo número, jamás les dire —comento con seriedad mientras acomodo mis gafas.

Después de ese grupo, tengo clases con otros más con otras materias, nada que ver con los chicos de la mañana, más educados y hasta pidieron la tarea para adelantarla después de acabar sus ejercicios.

Terminando la jornada de clases, paso nuevamente por la sala de profesores para marcar mi hora de salida e irme a casa. Pasan de las cinco de la tarde y muero de hambre, olvidé traer un almuerzo.

—¿Y qué tal te pareció tu primer día como profesor? —pregunta Jean mientras palmea mi hombro—, escuché que sacaste a Plisetsky de clases.

—Ah si, vi cómo le puso el pie a ese Katsuki. No me gusta ese tipo de comportamiento en clase —agrego.

—¡Uh! ¡Castígame profesor Altin! —se burla ese chico.

Pongo los ojos blancos y abandono esa sala lo más rápido que puedo, me comerá mis tripas si no ingiero algún alimento, aunque sea un par de galletas.

—¡Espera! —me llama Leroy y apresura el paso para alcanzarme—, siempre molestan a Katsuki, es la ley del más fuerte. Luego le roban sus tareas porque sí que es muy inteligente.

—Si, eso me lo imagine.

—Debo admitir que este día entro muy diferente, era un chico gordito y pasaba desapercibido entre alfas, pero hoy muestra que tiene una linda figura —continúa explicando—, ese Katsuki si que es sexy.

—Ahora entiendo porque lo acosa mucho dos chicos.

—¿Víctor Nikiforov y Chris Giacometti? Son dos alfas muy populares entre mujeres y omegas, ahora están de cacería con Yuuri.

Eso me molesta un poco, ¿Por qué deben aprovecharse siempre del más débil? No quiero entrometerme, pero me gustaría ayudar a ese chico.

26 Juin 2020 03:28 0 Rapport Incorporer Suivre l’histoire
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