Uma hora animal, outra é uma linda moça, mas sabe-se que no fundo não passa de raposa. Olhar oblíquo de intenções vis. Um a um eles se vão, caem em suas mãos e por vontade própria respiram o veneno que é o seu amor. Nunca tantos morreram felizes. "Ao menos fui amado uma vez". Meu trabalho é pôr um fim nisso antes que ela ponha-me um fim.

Lo pensé hasta que mi cabeza se quejó, todo esto es por tu bien, me dije, lo repetí en un intento para convencerme, es lo mejor para ti, sólo para ti, después de todo, mi existencia siempre se basó en tu bienestar y felicidad, ya no puedo dartelos, ahora que la situación sé me escapa de las manos como la triste lluvia que cae sin cesar, lo mejor es dejarte ir, rápido sin un adiós, al igual que las pequeñas gotas furtivas que parecen correr, demasiado frías para mi gusto, bajo mi empapada ropa.

Bebí el néctar más dulce de sus labios. Muy tarde pude darme cuenta de que era una hiedra venenosa.

Si pudiera hablar te gritaría: ¡No bebas, tira la copa! No importa que eso haga que desaparezca. Pero perdida y difusa en el vino, no puedo hacerlo. Sólo me queda observar cómo te la llevas a los labios. Me cuesta aceptar que me crearon para un fin tan ruin. Pasé toda mi existencia en aquel frasco, oculta en un baúl bajo llave. Sentí alegría al ver la luz, pero ahora me ahogo en la tristeza. Cuando me deslice por tu garganta, moriré, y tú lo harás conmigo. Y mi amo obtendrá su venganza...

Quisiera tomar aquel veneno de tus besos para calmar mis pensamientos.

¿Hay algo más venenoso que la envidia? Pobre de aquel que tiene que vivir con ella como razón de vida. Porque a fin de cuentas morirá dentro de su propio veneno. 

Su abuela decía: «La venganza nunca es buena, mata el alma y la envenena». Entonces… ¿Por qué era tan satisfactorio ver cómo la ricina hacía su trabajo en él? La venganza resultaba ser un veneno bastante dulce en su opinión.

A sopa tinha gosto de espinafre mas a cor não estava certa, laranjada e grossa, com um tiquinho de frango, de entrada tá bom. Ele vai chegar, eu sei que vai. - Perdão pelo atraso. Sabia, sabia que ele viria. - Você está linda nesse vestido. Ele; cheiroso e magnifico num lindo terno verde escuro. - Você também. A sopa, bem, esfriou, então algo captura minha atenção por um segundo, quando ele sentou vi sacudir um rabo pontudo, e sumiu. - A sopa, drogaram minha sopa. - Sim, fui eu que mandei.

Porque amé y no fui amado, y mi corazón quedó vacío, una herida que nunca ha sanado, y que me ha dejado en el frío. En la soledad me sumerjo, y en la tristeza me deshago, añorando aquellos besos, que en mi mente se han grabado.

La hipocresía de tus caricias, aún la conservo, la preservo dentro de mí, con profundo apego.

Você me intoxicou. Por muitos anos. era lindo, viciante. Mas, como uma moeda, a beleza do seu veneno me matava aos poucos. Me fez querer ser como um camaleão, me adaptar aos seus desejos, ser quem você precisava que eu fosse. Ser seu tudo. E você adorava isso. Parasita. Você sabia o tempo inteiro, sabia que jamais devolveria o que eu te dei. Ainda assim, foi em frente. Parasita!

Lo caótico de tu existencia me llevó a preguntarme si verdaderamente he aprendido algo de lo he vivido. Porque bello y desastroso fue tu paso por el mundo, y cuando alguien pregunta por ti, solo digo, ya no quiero hablar más de este asunto, aunque mi mente recuerde los momentos vividos, te aseguro, vida, olvidé todo lo aprendido.

No importa desde donde comienza y donde termina, la crueldad está enraizada en nuestro ser tal como nuestras venas. Fluye en ríos de retribución, no damos espacio al entendimiento, no da lugar a la clemencia, castiga, acusa, señala. Es el veneno que se esparce en todos los «yo estoy por encima de todo», intoxica las interacciones humanas, no permite una explicación, una conversación que aclare la situación, no. La crueldad es el maquillaje del "I love myself". Somos animales temerosos de perder.

Cuando se haya mi dolor consumado por ti. Como el triste comienzo de un sufrimiento sin fin. Cuando rota esté la telaraña de éste amor. Y el viento los pedazos llevé de mi corazón. Cuando razones, pienses en mí. Si tengo suerte, la oscuridad volará hasta tí. Si tengo tiempo, escribiré mi despedida. Si tengo fuerzas, te dejare la lámpara encendida. Cuando te arrepientas y vuelvas llorando, Ten por seguro, amor, que no te estaré esperando. Me iré cuando mi corazón, emita su último llanto.

Las sabanas, tu cuerpo, tu pelo, crean un difuso paisaje, me estremece todo cuánto en la habitación hay, afuera todo está neblinoso, dentro también solo que no lo ves, me entristece todo cuánto te rodea, tu fría esencia empaña mi calor, me enerva la calidez que aún guardan tus ojos, parecen guardar destellos de pasión, pasión que de mi cuerpo desapareció.

Él dijo que no podrías, que no podrías amarme, dijo que no serías capaz, que te resultaría imposible,que no soy para ti, que no eres para mí. ¿Le creí? Por eso estamos aquí, ahora...qué te parece si lo hacemos juntos,si tomo tu mano y me dejas abrazarte,qué te parece si contamos hasta tres,todos lo hacen,si nos abandonamos al vacío, bajo nuestros pies, Sólo te pido, besame antes de morir, aquí estoy Yo, olvidate de ella. Él dijo que no podrías hacerlo que no podrías amarme Y él...acertó.

Aquí me tienes, postrada ante tí, tratando de explicar mis razones, si quiera un bisbiseo se escapa de mi boca, es cruel, mi garganta sellada está, mi lengua aunque húmeda ha perdido su calidez, labios violáceos, violados, violetas, cardenales adornan mi cuello, perfectas huellas de tus dedos, a quién culpar, preguntas, a mi, soy quien sólo la culpa tiene, respondo. Estás de acuerdo, dices, entonces me alegro, pienso, decirlo no puedo, las pocas fuerzas no me dan, abandonaron éste cuerpo.

Entonces, algo se encendía, podría llamarlo amor, podrías decirle pasión. Manos calidas, besos húmedos, caricias infundiendo ardor, brazos, piernas se confundían, cuerpos enredados, corazones desbocados, mentes inconscientes,ojos sonrientes,labios susurrantes, prometiendo tantas cosas, el cielo, el infierno, la gloria. Instantes sin tiempo ni cordura, se posaron en nuestros cuerpos exudantes de calor, de ansias de más. Fue el placer más hermoso, el que sentí, el dolor más sublime que alcancé.

Te dedicó la última Luna del año, te dedicó el último llanto, a ti, amor mío, te dedicó mi última sonrisa del año, mi última lágrima también. Mis últimos pensamientos del año, son tuyos, buenos, malos, son sólo tuyos. No te desánimes si no te dedicó mi último suspiro, ya habrá, en otra ocasión, tiempo para eso. No esperes tampoco que te dedique canción alguna, nunca lo he hecho, nunca lo haré. Porque ciertamente no existe siquiera una melodía que pueda llegar a describir un "nosotros" +

+ De la forma en que lo fuimos.La forma en que me rompiste fue poética, si me permites decirlo; sabiendo que íbas a doler, me adentré aún más, a este mundo tuyo, catastrófico lo declaró hoy, postrado en mi cama, divisando por la ventana, la gran Luna. Tal vez esté un poco opaca, no me culpes, no la culpes tampoco, pues ninguno de los dos puede quitar la mancha del dolor, y sí, si te lo preguntas, mi corazón está del mismo color, blancuzco amarillento, de ésta, la última Luna, que te dedico.

Recuerdo, los suaves rayos de luz golpeaban mi ventana, tan delicados y cálidos que me incitaban a levantarme y salir para sentirlos en mi piel.Pero en ese momento estaba tan despedazada y desesperada por respuestas,tan destruida y hundida como el Titanic.El paso del tiempo no ayuda,al menos no a mi,cada minuto transcurrido me agotaba lenta y mentalmente. Y si, siempre supe que la razón de mis incontables crisis en la madrugada,el causante de mi naufragio, mi gran pedazo de hielo, íbas a ser tu.

Tal vez lo ocurrido, sólo me afectó a mí. no encuentro manera para saberlo, Supongo que debo dejarlo así, amor, no creo merecerlo. El cuerpo que lleva mi alma, está a un paso de morir, tal vez debería tener calma, en el fondo espera mi fin. Algunos metros de caída, no me dan tiempo para pensar, es mejor así, podrida estaba mi vida, gracias destino, por nuestros caminos trenzar.

Mírame, no tengo nada que perder. Mírame, un cuerpo abatido, un rostro caído, sin fuerzas, sin ganas, mi vida de apaga. Mírame, acaso no vez que nada es como fue, que el pasado se extraña, el presente se sufre y el mañana ya no se espera. Mírate, un ser nauseabundo, queriendo encontrar paz, por ti murió el mundo, la conciencia te remuerde por dentro una vez más. Sólo mírate, sólo mírame.

Y así sin más, te rompí, me rompiste, nos rompimos, fue algo mutuo, no lo niego, pero no por eso deja de doler, supongo estas bien ahora, por mi parte, debo darte las gracias, estoy destrozada, nuevamente gracias.

La intensidad del mundo: sin importar que tan pocas palabras salgan de su boca, allí estaba su mente resplandeciente, lanzando ideas a algún espacio vacío como la balacera que cantan los poetas. Donde fluyen los pensamientos hay un mundo incierto, se esconden los nexos y solo oímos del contexto. Prefiere observarlo todo, cada palabra impacta con tenacidad en las almas desgastadas de lo poco que queda como sociedad, aún sangramos veneno...

Hoy, mientras estábamos tomando un té en mi casa, Annique empezó a sentirse mareada y débil; y yo, como buena amiga, la llevé a mi habitación para que ella pueda acostarse en mi cama y morir cómoda… Erik hizo bien en recomendarme este veneno. No tarda en hacer efecto…

Es triste por que, eres algo que no puedo tener, aun sabiendo que te amo. Pero es mejor dejarte ir a donde puedas ser felíz, si no lo hiciera, sería demasiado egoísta de mi parte. Aunque en ocasiones, el ser egoísta, sea lo mejor, si vivieras triste, no me lo perdonaría, aquí es donde aplico la frase: -Quiero que seas felíz, aunque no sea conmigo- Espero encuentres la felicidad que tanto merecés. Que yo seguiré vagando en busca de la mía.

Todos moriremos, eso lo sabemos bien, pero la vida... Sí, la vida nos da a elegir el veneno que usaremos.

Siempre fui parte del silencio. Mis labios han estado sellados durante años, guardando secretos, sentimientos, problemas y lágrimas. Me absorbió la oscuridad. Vestida de negro, con el pelo largo para ocultar la verdad que gritaban mis ojos ébano. Nada de eso lo elegí yo. Me obligaron. Me callaron. Me ocultaron. Hasta que un día decidí hablar, y envenené a quienes me envenenaron.

Asenchando lentamente ,y con astusia en un determinado momento el daño provoco, en algunos casos la muerte los alcanza en otros ,las secuelas quedan ,sin darnos cuenta esa vivora disfrasada destila su veneno que pude destruir el alma. El ser que eras renace diferente para evitar que su veneno no lo alcanze nuevamente.