Alan es sordo. Aunque hay precedentes de músicos sordos, sus padres creen que ese arte no llegará a su vida. Un día, durante un paseo por la plaza, se detienen para ver un espectáculo callejero. Sobre el escenario cuelga una manta en la que se lee: "Música para los ojos". Empieza la función. El espectáculo es en completo silencio y los actores solo usan danza y marionetas. Es curioso cómo Alan puede sentir por primera el placer de melodía. *RELATO BASADO EN UN PROGRAMA REAL*
7 October 31, 2020, 00:25 0Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
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