Culpa. Yoongi saboreaba la culpa, la paz se desvanecía entre las llagas de sus huesudos falanges. Era la culpa que poseía mientras acariciaba el frío moflete del cuerpo inerte en frente suyo. Se sentía tan real. Era real. La sangre que manchaba su ropa, el sudor que resbalaba por su piel delataban un crimen irrefutable, sin embargo, Yoongi aún esperaba para que su afilada lengua le permitiera ser honesto, ahora se sentía como una presa. — Ojalá pudieras ser honesto conmigo—dijo el oficial.

El deseo es algo incomparable a la necesidad pero...¿Quien desea a quien?...si uno desea a otro y el otro no..¿Que pasaría?....

Jimin solo quería atención, solo quería sostener su mano con la de su pareja una vez más, sin embargo la silueta de este último parecía distanciarse a la distancia. Lo estaba abandonando. Yoongi le gustaba saber que era necesitado por Jimin, sin embargo… ¿Por qué se iba? ¿Por qué trituraba la partitura del amor puro de Jimin con su indiferencia? Lastimosamente, el amor de Yoongi era una fábula, de la que cruelmente Jimin tendría que aprender.