El teléfono sonaba... sonaba sin parar. Lo miraba desde una esquina, ya sin parpadear. Su sonido me alertaba, algo acaba de pasar… pero tengo miedo y no quiero volver a escuchar. Las llamadas nunca son buenas, son portavoces del mal. Al final es a lo que más temo y no lo podré aceptar. Entonces caminé sigilosamente, cómo si me pudiera escuchar, tomé el hacha y con todas mis fuerzas lo hice callar. Luego tomé un té de limón, nada era más armonizador.
4 June 20, 2021, 16:37 0Nous pouvons garder Inkspired gratuitement en affichant des annonces à nos visiteurs. S’il vous plaît, soutenez-nous en ajoutant ou en désactivant AdBlocker.
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