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Sofìa Castellanos
Al tener la oportunidad de viajar por toda Colombia, vivir encuentros con gente maravillosa, desde traficantes hasta políticos decidí escribir un libro que narre cada cosa que me llama la atención y creo que Colombia debería cambiar. Orgullosamente Colombiana doy mi punto de vista, mi opinión y mas que todo, invito a los colombianos a tomar conciencia y apoyar a que el país avance en lugar de retroceder 0 critiques
Histoire non vérifiée

#colombia #la-verdad
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Mulier, Puer, Bellum. (Mujer, niños y guerra)

Desde que tenemos memoria, las mujeres han tenido un rol importante en las guerras. Ellas, además de ser las que han movilizado los recursos y ayudado a mantener la sociedad en la retaguardia, son las personas que más han perdido: hijos, hogares, tierras y esposos. Antes del comienzo de la guerra, las mujeres tenían roles de amas de casa, empleos en las fábricas de textiles, eran enfermeras, costureras o trabajaban en lavanderías. En la segunda guerra Mundial, por ejemplo, las mujeres judías hicieron actos verdaderamente heroicos para enfrentar el Holocausto. Vivieron peligros y trastornos diarios, sus tradiciones fueron cambiadas y sus esposos e hijos enviados a los campos de concentración; les toco dejar de desempeñar sus labores habituales y se vieron obligadas  a incorporarse al trabajo forzoso; muchas se convirtieron en víctimas de la humillación y de los abusos de los bandos en disputa. A veces sus cuerpos fueron campo de confrontación, manera cobarde de herir a los otros por interpuesta persona.  A pesar de todo lo que vivieron, se volvieron parte de la resistencia, espías, vendieron sus cuerpos si era necesario a los guardianes para poder introducir en los campos de concentración alimentos en forma de contrabando. Pero esto fue solo uno de los muchos sacrificios que les tocó hacer  para poder mantener con vida a sus hijos. La  valentía y la compasión fueron y son los motivos de su impulso hasta el día de hoy. Esto muestra que las mujeres tienen una capacidad  sobrehumana para salir, enfrentar  y levantarse ante todas las atrocidades que les pasan. Pero, ¿Porque las mujeres no podemos tener la misma libertad que tienen los hombres?, Porque se nos priva la libertad de tomar la decisión de que quiero hacer con mi cuerpo, que quiero estudiar o donde lo quiero estudiar, ¿quiero ser mamá? Las mujeres nunca han tenido libertad en la vida. 


Mi pregunta: ¿qué factores influyen para que las mujeres sean víctimas, combatientes y constructoras de paz? 


Para responder esta pregunta vamos a revisar primero algunos datos: 

  • La violencia contra las mujeres en Colombia, durante el conflicto, se ha visto influido por el sentimiento de dominación que tienen los hombres hacia las mujeres, porque, lastimosamente, este es un país que sigue teniendo grandes índices de machismo.
  • Los actos que violan los derechos humanos de las mujeres, en este país, tienen que ver con el militarismo, el cual refuerza comportamientos agresivos y apoya el desprecio hacia las mujeres.
  • Este tipo de discriminación se puede ver muchas veces en las instituciones colombianas; estas dejan que las mujeres maltratadas y víctimas del conflicto queden sin posibilidad de denunciar y sin reparación o sin restitución de tierra: Las privan así de su derecho a la seguridad cuando el Estado es el que decide por su propia sexualidad y por el tratamiento que le deben dar a su cuerpo. Las mujeres indígenas del Cauca, por ejemplo denunciaron ya hace 17 años:

“Las mujeres indígenas han sido uno de los grupos más golpeados por la violencia. Nosotros como indígenas decimos, resistimos, creemos en la resistencia. Como personas campesinas, como mujeres que nos ha tocado todas estas cosas que hemos tenido que soportar esto…” (Santander de Quilichao, Cauca, 2001). 


En Colombia más del 50% de las víctimas del conflicto armado son mujeres. Según el documento Iniciativas de las Mujeres por la Paz” (2007) las mujeres tienen un 87% de posibilidades de ser sobrevivientes de la guerra, pero sobreviven como víctimas.  En el 2017, 10 años después de esta declaración la misma estadística mostró que  el porcentaje de victimización bajo un 7%, aunque los feminicidios  por el conflicto armado y la guerra interna en Colombia han crecido. Pero no han sido solamente las mujeres, con ellas también han sufrido sus hijos e hijas, especialmente los niños: 


“16 personas resultaron muertas, incluido un niño de tres años, Yanio, que dormía entre una de las chozas. Su madre quedó traumatizada” (Guerras Recicladas, María Teresa Ronderos, Capítulo tercero, Pagina 181)


El treinta de Agosto de 1988 los paramilitares atacaron el corregimiento El Tomate, Córdoba, la víctima más pequeña en fallecer fue Yanio, un Tomateño hijo de una mamá soltera, de pocos recursos, ama de casa que solo lo tenía a él como hijo. Esa noche ella vio cómo su hijo ardía en llamas por el atentado, pero esto no es todo, la juez de montería que estaba investigando el caso sufrió un atentado y fue asesinada mientras se recuperaba de sus heridas en el hospital local (Guerras Recicladas, Maria Teresa Ronderos, Capítulo tercero, Página 181). Solo hasta  1999, diez años después, se capturó el asesino, quien cual hacia parte de un grupo paramilitar;  pero después de un tiempo fue puesto en libertad. Esta es otra muestra más de que la justicia colombiana no es muy eficiente, menos para combatir la violencia contra las mujeres, cuando la gente tiene plata y contactos lo más probable es que no paguen cárcel y los crímenes queden impunes.


“Fue un chulo el que me señaló dónde encontrarlo. Aún con todo el miedo que sentía fui hasta el sitio y lo encontré, encontré su pierna, aún con el pantalón y el zapatico, sus brazos… lo único que no encontré fue la cabeza y hasta el día de hoy no la he encontrado”. El espectador, publicado en el 2014 


Este es solo un pedazo del relato de Rosa Elia Rodríguez, una de las pocas sobrevivientes que dejo la toma de Mapiripán, en 1988. Ella, una campesina que junto a su esposo tenían unas cuantas piezas de ganado, que era su mayor fuente de ingresos y que uno de sus hijos ayudaba a cuidar después de estudiar en las mañanas. Ella relató que esta toma duró 5 días, en los que se vivió  como el infierno en la tierra, cinco días donde solo se oían gritos y disparos, cinco días en los que varias familias quedaron destrozadas, incompletas o asesinadas. 

Dos días después de la desaparición de su hijo durante la toma, un chulo la guio a donde estaba la pierna de su hijo. Pero esta no fue la única pérdida que tuvo, en las primeras 8 horas de la toma su esposo fue asesinado y su hijo que salió en busca de su papá ya que le parecía raro que no volviera, terminó descuartizado. Rosa recogió el cuerpo de su esposo 12 horas después de su desaparición, pero siguió en busca de su hijo ya que no aparecía:

 “Ya habían matado a varios de quienes ayudaron a recoger cuerpos”, dice ella, por eso sintió temor de enterrar a su esposo así que escondió el cuerpo de el en su casa durante varios días. “A mi casa llegó el comandante “Richard” a preguntar si yo había recogido el cuerpo de mi esposo. Le dije que sí y le pregunté que si por eso me iban a matar. Él me dijo que denunciara, que había sido la guerrilla y que era natural que yo lo hubiera buscado para enterrarlo. El otro muchacho que andaba con él me conocía y también a mi familia, cuando ya se iban yendo me dijo que eso era mentira y que eran ellos los que lo habían asesinado”.  El espectador, publicado en el 2014


Después de esta inesperada visita, ella hizo una cruz con cemento y fue a enterrar el cuerpo de su esposo; mientras enterraba a su esposo fue cuando el chulo la guío al paradero de la pierna de hijo. Años después la guerrilla se llevó reclutado a su segundo hijo, dejándola sola. Después de 20 años de la toma, Rosa todavía no olvida pero si perdona; según un testimonio dado por ella, ella ha logrado perdonar ya que sin el perdón no se logra la paz, dijo.  Rosa siguió adelante, ya recuperó sus tierras, consiguió ganado y empezó a cultivar maíz;  vive en el mismo barrio donde asesinaron a su esposo e hijo y siempre que hay una marcha por las víctimas ella es la primera en salir. Este es solo uno de los pocos testimonios de las víctimas que han decidido hablar y esta mujer es un claro ejemplo de una mujer guerrera, sobreviviente de una guerra que no la hizo caer sino crecer y todos los días salir y luchar por una paz en Colombia. 


Pero no solo se puede hablar de las madres que perdieron a sus hijos, también se debe hablar de las mujeres que hicieron parte de la guerra, en los grupos armados. Algo que los colombianos no entienden es que las mujeres que están en grupos armados también sufren y viven perdidas, y muchas de ellas tuvieron que tomar la decisión de volverse parte de estos grupos por la falta de Estado en las regiones donde vivían y por los bajos recursos que tenían.


De todas estas mujeres queremos contarles la historia de  Dora Margarita, una ex guerrillera del ELN que se pasó al M-19. Dora, desde pequeña, tuvo que trabajar como niñera y ayudante de cocina, cuidaba a sus tres hermanas y nunca le gustó ir al colegio, ya que pasaba hambre y se desmayaba en clase. Si comía tres días a la semana era por suerte, casi siempre se pasaba la semana aguantando hambre. Con su primer novio conoció a un cura que les dio trabajo en una farmacia pero que a la vez les llenó la cabeza de ideas sobre la revolución cubana y al final los terminó involucrando con el ELN, ya que él les decía que en el ELN trabajaban por darle buena vida a los pobres y la vía armada era la única posibilidad para que sus vidas cambiaran. Inicio en el campamento “LA NASA”, allá ella conoció el verdadero infierno según relató 

“conocí lo que era madrugar, no dormir, las inclemencias del monte, la falta de baño y cómo se me fueron ennegreciendo las uñas. Aunque nunca me gustaron las armas, ni de juguete, allí aprendí a manejar las de verdad. Llore, sola y en silencio, por la muerte de mi novio José” (Entrevista del 20 de octubre del 2017 en el canal Red Noticias). 


Su novio, quien también se había anotado a la guerrilla, cayó en un combate. Dora conoció a varios jefes guerrilleros y en una época le toco irse del país por amenazas; se refugió en Cuba por varios años donde estudio la ideología de izquierda, allí conoció a otro guerrillero (del cual nunca se supo el nombre) con el cual se casó. En este matrimonio ella conoció la desilusión, las verdades de la guerra y la soledad, según varios de sus relatos su esposo la violó varias veces, le pegaba y le hizo abortar tres bebés. En Cuba fue donde conoció a Jaime Bateman, el jefe de la guerrilla del M-19, él la convenció a ella y al esposo de volver a Colombia para seguir “la lucha”. Fue en 1988 cuando Dora, después de 18 años, vuelve a pisar tierra Colombiana y se une al M-19. Tuvo varios cargos de logística, hasta que un día fue atrapada colgando propaganda de guerrilla y fue llevada a la cárcel, allí fue violada, torturada y humillada para ponerla a hablar y decir la verdad de sus jefes. Ella fue fiel y nunca dijo nada, incluso cuando estuvo al borde de la muerte por unos golpes que le proporcionaron sus compañeros de cárcel. Tres meses después de ser trasladada a la cárcel “El Buen Pastor” fue puesta en libertad por falta de pruebas. Durante el tiempo que estuvo en la cárcel conoció más a Colombia, dice que aprendió a valorar la familia y a entender el dolor que se le causa a una madre cuando se escoge el camino de la guerra; se dio cuenta que los guerrilleros consideraban a las mujeres como “propiedad de los hombres”, esto le causó una gran desilusión, por lo que decidió reintegrarse a la sociedad al darse cuenta que nada de su guerra valió la pena. Dice en uno de sus testimonios que si pudiera vivir de nuevo, jamás escogería el camino de las armas. Hoy en día ella es una de las desmovilizadas que lucha y trata de conseguir la paz intentando reincorporarse a una sociedad que no la acepta por su pasado. A pesar de todo el daño causado a los colombianos ella sigue dispuesta a intentar ser aceptada como es ahora y no por quien fue. Esta es la verdad que la Fiscalía no cuenta, esta es la verdad que los colombianos no sabemos, la verdad de como las mujeres que hacen parte del conflicto armado, de los grupos ilegales también sufren y también viven pérdidas y castigos por elegir el camino de las armas. Ese camino muchas veces es escogido por la falta de apoyo y presencia del Estado en las periferias olvidadas de Colombia. 

 

Según un artículo escrito por María Elvira Bonilla en el 2015 para el periódico El Espectador, los soldados y guerrilleros son lo mismo: gente pobre. Los guerrilleros y militares que han terminado allí en guerra comparten una misma historia, vienen de intentos fallidos y de familias campesinas que intentan sacar adelante a unos hijos cultivando, mientras sus otros hijos deciden el camino de la guerra por intentar buscar una solución a esta pobreza. Vienen de casas hechas a punta de hacha y machete en la lejana Colombia donde el Estado no tiene presencia o simplemente son sobrevivientes del rebusque que va dejando hilachas de miseria en pueblos y barrios urbanos. El 80% de estos guerrilleros y soldados vienen de vivir en barrios y caseríos de estrato 0, 1 o 2. Son familias que están debajo de la línea de pobreza. Las cifras muestran que muchas veces las adolescentes que se terminan prostituyendo o uniendo a la guerra es porque no encontraron una salida en este mar de pobreza: los ricos son los que hacen la guerra y los pobres son los que mueren en ella. Pero no podemos decir que simplemente las mujeres de familias campesinas y humildes son las afectadas, muchas mujeres de estratos altos han dejado que sus hijos se vuelvan policías o soldados porque ellos sienten la necesidad de ayudar a un país a salir de una guerra matemática. 


Luz María Duque, una señora de buenos recursos, tuvo todo en su vida, estudio en uno de los mejores colegios de la ciudad de Manizales, siempre ha sido una persona que dedica tiempo al trabajo social, hace labor social con pandilleros y niños en la droga, esto se lo inculcó a sus tres hijos desde pequeños: ayudar a los demás porque tú no sabes cuándo necesites ayuda. Su segundo hijo apenas se graduó decidió prestar servicio militar ya que quería ayudar y ponerse en los zapatos de los jóvenes obligados a prestarlo. Fue mandado al Chocó y cuando apenas llevaba tres meses allá hubo un enfrentamiento con un frente de las FARC, en el cual él y 5 compañeros más fueron asesinados a sangre fría. La noticia no tardó en salir en periódicos y en llegar a manos de su madre que estaba en Manizales celebrando el nacimiento de su primer nieto.  Cinco días después del enfrentamiento los cuerpos llegaron a Manizales, 

“Me tocó ver 6 cuerpos, desarmados, a algunos le faltaban partes, las caras eran difíciles de reconocer, yo reconocí a Felipe por la camándula que llevaba en el cuello, le faltaba una pierna y dos dedos, busque entre los otros cuerpos y me di cuenta que los pedazos de extremidades faltantes estaban revueltas en el cuerpo de los otros fallecidos”. Entrevista hecha en Junio 3 del 2018 por Sofía Castellanos


Esta no fue la única perdida que vivió. Su esposo fue uno de los 6 policías muertos que dejó la toma de Bagadó. Su  mayor miedo era perder también a su hijo en combate “Yo sé que el muro haciendo lo que quería, ayudando a Colombia”. Esta pequeña entrevista hecha por Sofía Castellanos una alumna del Colegio Granadino en Manizales muestra la verdad de una familia que no es de estrato 0, 1 o 2, que es de un estrato alto, una familia rica que también siento la perdida que la guerra deja. No solo son las familias de bajos recursos son los que mandan y pierden a sus hijos en la guerra, no se puede generalizar de esa manera, regularmente los ricos hacen la guerra, pero no todos los ricos la apoyan. 


Ingrid Betancourt Pulecio, una política colombiana que siempre ha estado a favor de la paz, fue el 23 de Febrero del año 2002 que se enfrentó cara a cara con la guerra. Ella se dirigía junto a Clara Rojas, su compañera de fórmula presidencial, a una reunión con las FARC con el fin de ponerle fin a la guerra, no alcanzaron a llegar al lugar ya que ella y Clara fueron secuestradas. Ingrid duro seis años siete meses con nueve días secuestrada en la selva colombiana, mientras Clara duró un poco menos que ella. Este secuestro político dio vueltas por todo el mundo e hizo que varios países se involucraran en el conflicto intentando defender los derechos de estas dos mujeres que sufrieron violencia, maltrato. Durante su cautiverio nació un hermoso niño que ella no pudo conocer hasta 5 años después de su nacimiento, ya que cuando el niño nació los guerrilleros se lo quitaron y lo dejaron abandonado en un pueblo donde una familia campesina lo adoptó. Esta historia que hoy en día sigue dando vueltas por el mundo muestra como los políticos no son los que siempre hacen la guerra, muchos quieren y han intentado terminarla. Estas dos mujeres de clase alta, con una posición importante en el gobierno, sufrieron y vivieron en las mismas circunstancias que una guerrillera vivía, sus madres sufrieron lo que sufría una mamá a la cual le mataron sus hijos, estas dos mujeres se la lucharon como cualquier otro mujer, sin importar su clase o puesto social.


Durante más de 50 años del conflicto armado en Colombia las mujeres han sufrido diferentes tipos de violencia y estos crímenes siguen impunes, menos del 22% de las mujeres denuncian el acosos sexual que viven en las tomas, secuestros y campamentos, el 98% de los casos de mujeres que denuncian acoso sexual por un guerrillero/paramilitar quedan impunes. No solo se ve violencia de género también se ve perdida de territorio y de niños. Son las madres desplazadas, aterrorizadas y víctimas de la violencia como Rosa Elisa Gutiérrez las que más luchan por la paz, por una Colombia unida, también son las guerrilleras que fueron acosadas, incorporadas a la guerra por falta de opciones en su vida, son aquellas mujeres desmovilizadas que tuvieron que abortar a sus bebés por obligación de un hombre como Dora Margarita, que piden perdón, que saben que la sociedad no quiere que se reintegren porque lo que hicieron causo mucho dolor. 


Lo que los colombianos no sabemos y no creemos es que ellas también vivieron ese dolor y esas pérdidas. Son las mamás, como Luz María de estrato alto, que permiten que sus hijos ayuden a Colombia y como recompensa también sufren las consecuencias de esta guerra, también tiene que buscar las partes del cuerpo de su hijo. Son las pocas mujeres como Ingrid Betancourt que sobrevivieron un secuestro, en donde fueron torturadas y sus derechos se violaron, las que quieren un cambio e igualdad para tener una Colombia justa y unida. Son las mujeres como Clara Rojas que lucharon por sus derechos y hoy en día luchan por los derechos de todas estas mujeres a las que les han arrebatado sus bebés y todos esos hijos a los que los han tenido separados de sus padres. Son todas las mujeres que aprendieron a perdonar y amar con su debilidad, con su dolor, las que lograron afirmarse mas no humillarse, son estas mujeres las que han hecho que Colombia este en el proceso de aceptación y que el pos-acuerdo logre llegar muy lejos. 


Como dijo Malala Yousafzai “A los terroristas les asusta la educación. No quieren que las mujeres accedan a ella, porque saben que entonces las mujeres tendrían más poder”, y esto es los que Colombia ha logrado, dar educación para crear mujeres capaces de tener altos cargos y guerreras sobrevivientes que no piensan en sus pérdidas y fracasos sino en cómo preservar y sobrepasar los obstáculos. La pregunta final es ¿cuántas mujeres más vamos a intentar destruir?


Bibliografía 

http://caracol.com.co/radio/2009/05/25/regional/1243250460_817636.html


https://www.colectivodeabogados.org/?El-camino-de-vuelta-20-anos-de-la-masacre-de-Mapiripan


http://www.elpais.com.co/judicial/las-victimas-de-la-masacre-de-trujillo-aun-cargan-una-cruz.html


https://www.humanas.org.co/alfa/dat_particular/ar/Sistematizacumbre_mujeres_y_paz.pdf


http://librepensador.uexternado.edu.co/l1bRe3-3xT3rNaD0-U3C/l1bRe3-3xT3rNaD0-U3C/wp-content/uploads/2015/10/El-rol-de-la-mujer-en-el-conflicto-armado-colombiano-Maestr%C3%ADa-en-gobierno-y-pol%C3%ADticas-públicas-El-Libre-Pensador.pdf


http://www.scielo.org.co/pdf/agor/v17n1/v17n1a18.pdf


https://www.revistaarcadia.com/impresa/reportaje/articulo/mujeres-en-la-guerra-genero-y-revolucion-en-colombia-y-el-mundo/66213


https://www.telesurtv.net/telesuragenda/Mujeres-en-el-conflicto-de-Colombia-20160722-0062.htm


https://prezi.com/hb01emkd6nj6/las-mujeres-en-la-guerra/


http://www.coomeva.com.co/publicaciones.php?id=46858


https://www.elespectador.com/opinion/la-guerra-de-los-pobres-columna-563753


Guerras Recicladas, María Teresa Ronderos 


http://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-549632

21 Janvier 2019 00:01 0 Rapport Incorporer 0
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Homicidio estatal


En el debate de la w se escucharon varios puntos de vista gente a favor y en contra, pero lo que mas llama la atención es como estas personas que votaron por Ivan Duque siguen diciendo que creen en el y en su palabra, ¿como van a poder confiar en un presidente que lleva menos de 6 meses y ya ha empeorado a Colombia? Algo que me parece irónico es que casi todos los afectados por esta reforma votaron por Duque, pero ¿porque votaron por una persona que sabían que los iba hacer caer? hay que analizar la conducta de los colombianos, empiezo a creer que somos conformistas cuando se trata de alguien que nos lidere, Ademas de las personas entrevistadas 3 de ellas dijeron que siguen y seguirán apoyando a Duque pero que no están a favor de esta medida, entonces ¿cual es el sentido de esto? porque apoyar a alguien que esta haciendo al país caer.


Algo que me llamo mucho la atención es que la periodista, Vicky Davila hacia preguntas al punto y fuertes, que casi ninguno le respondió no porque no supieran responder sino porque sabían que ella tenia razón y que ellos estaban creyendo en el partido político equivocado y apoyando al presidente equivocado.


Hablando de que nos afectaria una cifra muy importante fue la del arroz, este es un producto excepcional en la dieta de los colombianos pues varias personas de escasos recursos usan el arroz para su dieta semanal, desayunar arroz con huevo almuerzan arroz con carne y comen arroz y calentado, peo ahora con el iva el arroz pasaria a 3.100 pesos lo cual haría que el consumo de arroz baje entre 8-10%, y esto es algo increíble, ya habiendo gente muriendo de hambre, niños en desnutrición con el iva actual ahora ¿cuantos mas se van a morir? esto es homicidio, esto es una matanza así los colombianos no lo vean de esta forma esto es una matanza hacia la clase baja y media. 


De los 111 productos que conforman la canasta familiar, casi el 20% subiría a un precio inalcanzable por ciertas familias lo cual giraría que la canasta familiar de las personas de escasos recursos se vea muy afectada  si se sube 18% el iva ademas sin hablar de los 5 billones de personas que componen a la clase media Colombiana, esta seria la clase mas afectada. 


otra cosa que llama mucho la atención es la devolución de los 51.000 pesos a las familias pobres, según Duque si el ingreso esta por menos de 1 millón de pesos y la casa es de 4 personas es considerada familia pobre , Pero si viven 4 personas y la casa recibe mas de 1 millón aun así teniendo problemáticos de gente pobre no va a ser considerada pobre y no se le va a dar los 51 mil pesos, puede ser que la mamá se gane 700 mil siendo empleada y el papá 400 siendo obrero, estoy entra mas de 1 millón de pesos pero aun así siguen siendo familias pobres y humildes que también merecen los 51 mil pesos.


Subirle el iva a la canasta familiar va a generar y traer mayor informalidad y mayor contrabando de las cosas, por ejemplo en Bogotá se toman siete mil trescientos litros de leche al año, si se le sube el iva ¿cuanto contrabando de leche habrá? 


La pregunta que me queda es ¿esta duque lo que tiene que hacer?, ¿estamos los colombianos viendo el país real o el país de carrasquilla? ya esto que en manos y conciencia de cada individuo, solo puedo decir que subir el iva es generar un homicidio de la patria.

21 Janvier 2019 00:01 0 Rapport Incorporer 0
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La violencia contra los niños no da tregua


En este pequeño libro dedicado a la situación actual de los niños en el país muestra como en la periferia del país donde se supone que hay mas protección y seguridad es donde mas casos de violencia psicológica y física se presentan.  La violencia contra los niños y adolescentes es un tema presente que ha crecido en una impactante forma desde el 2016, la pregunta es ¿Será que el ICBF no esta haciendo su trabajo?. 


En los primeros cinco meses del 2018 se dieron a conocer 11.000 caso de violencia hacia menores, lo cual significa que eran 73 casos diarios, en el 2015 eran 48 casos, pocos pero preocupantes. Estas cifras incluyen: Maltrato físico, acoso sexual, trabajo forzoso, pornografia infantil, abandono desnutrición y trata de niños. Pero si intentamos responder la pregunta anterior, la culpa no la tienen el ICBF, Una organización no puede ser la única responsable de todos los niños Colombianos, esto es un papel que debe cumplir la sociedad, un papel que las instituciones, administraciones municipales y departamentales deben asumir y deben cumplir, ¿cuantos niños no han sido maltratados en el colegio? ¿cuantos han sido maltratados en las calles en frente de miles de personas que prefieren grabar que ayudar?. 


Las personas que mas amor necesitan son las que mas violencia están teniendo, cada día 73 niños son violentados en Colombia, de ese 73, 37 son abusados sexualmente lo cual es un tema para pensar y reflexionar porque a estos niños se les daña la infancia, la vida, y el trauma psicológico con el que quedan es doloroso, pero, muchos no logran escapar, son niños y les da miedo hablar, por eso es que hay tantos violadores sueltos, si todos hablaban la taza subiría pero la seguridad aumentaría, y, ¿es eso lo que Colombia espera? que suban las tazas para ahi si poner mas protección. 


Las ciudades mas cuidadas son las que mayor casos tienen, se supone que esto debería ser al revés, las que menos cuidado tienen son las que mas casos debería tener pues no hay ley o autoridad que este pendiente. En boga, la capital se han reportado hasta lo que va del 2018, 2.286 casos esto me lleva a pensar, ¿como la capital, la ciudad mas grande de Colombia y con mayor protección es la que mas casos presenta? 


Los Colombianos tenemos que frenar esta guerra que demuestran lo dañada que esta la sociedad Colombiana, pero también es pertinente hablar con el ICBF y entender y ver cuales son las medidas que ellos están tomando y como piensan solucionar este problema que no solo les corresponde a ellos sino a cada uno de los Colombianos. Hay que fortalecer la supervision pero también hay que crear mas organizaciones que ayuden, el ICBF no es el único que se puede responsabilizar de tantos niños. 


Según los datos que da la linea 141, las Niñas son las que mas llaman, siendo el 44% delas víctimas. Entre el 2016 y el 2018 se han recibido 140.761 denuncias, las cuales son muchas pero de todas estas menos de un 25% han sido penalizadas, esto siendo injusto para todas aquellas personas que se atraen a hablar pero no reciben ayuda. Entre el 2016 y el 2018 la linea 141 ha recibido 20.964 llamadas de emergencia de las cuales el 45% es por maltrato físico lo cual demuestra que los golpes cada día son el regalo que recogen los niños. Llamadas como “Mi papá me acaba de abusar” “Mi mamá me pego con un holla” “Me quiero quitar la vida” son llamadas alarmantes y preocupantes ya que demuestran la realidad de muchos niños Colombianos.


Pongamonos la camiseta de la protección, defendamos a los niños de su mayor pesadilla, EL MALTRATO INFANTIL. Abramos la mente y entendamos que los niños no hablan por miedo pero si demuestran y tienen síntomas que son alertas para nosotros los adultos. No le dañemos la infancia a los niños con violencia, ellos son nuestro futuro, ayudémoslos a crecer y convertir este país en un  mejor lugar. 

21 Janvier 2019 00:01 0 Rapport Incorporer 0
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