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Avivando la rivalidad

-Buenas noches Laura, te ves maravillosa…- empieza Jian.

- ¿Qué tal si dejamos las formalidades de lado? Realmente detesto tener que seguir las etiquetas. -

-Pero realmente te ves…- entonces Manuel le da un ligero codazo en el costado y escucho a mi hermano gruñir.

-Oh cierto Jian, él es mi hermano Leo- y mi queridísimo y tonto hermano, se pone en plan celoso, le mira fijamente y con el ceño fruncido, y le sujeta un poco más de tiempo la mano.

-Espero que sigas siendo así de educado en todo momento. - le murmura.

Y después se gira hacia Manuel y asienten con la cabeza a manera de saludo.

-Wow con un hermano como tú, no me sorprende que mi amigo no haya conseguido acercarse. - y hablando de tenerlos grandes, Jian al parecer los tiene gigantes.

Manuel ahoga una exclamación, yo veo a Jian totalmente sorprendida y mi hermano le dedica una mirada asesina.

-Creo que Manuel es más listo que tú, ella no está interesada en chicos. -

Yo me echó a reír, una risa genuina y alta.

- ¿Qué? - Exclaman los tres al mismo tiempo.

-Mi querido hermano, no necesito que pienses por mí, y tampoco tu permiso, por otro lado, ¿dirías lo mismo de Lucy? Creo que deberías preocuparte más por ella. -

- ¿Por qué? Lucy esta con un buen chico, yo lo he aprobado, y que es eso de que no necesitas mi aprobación, ¿cuál de los dos te gusta? - él me mira retándome a decir cualquier nombre, porque al parecer ninguno es de su agrado.

- ¿Y que si digo que los dos? - Manuel pone una cara extraña entre esperanza y desconsuelo, Jian se ve sorprendido, y mi hermano se traga un suspiro.

- ¿Pero qué demonios te pasa por la cabeza Laura Sofía? ¿Cómo puedes decir algo así y frente a los dos? - no puedo soportar su cara de desconcierto y desaprobación total y me echó a reír. Y después de unos segundos finalmente paro.

-Era solo una broma- digo aún muy sonriente. - en realidad me gustan las chicas. - y ahora si los tres dejan sus rostros en blanco.

-Imposible, tú y Alex...-

-Pero Alex y tú…- Dicen Leo y Manuel al mismo tiempo.

-Pero eres una mentalista- dice un segundo más tarde Jian- y debes…-

-Yo diría que todo es una broma, yo he comprobado que no es así. -

No reconozco la voz engreída, y me giro para encontrarme con Diego, ahora bien, vestido con un esmoquin, y no con el uniforme.

-Ja, solo en tus sueños comprobarías algo así, de todos modos ¿qué haces aquí? – le frunzo el ceño.

-Soy un invitado…-

-Eso es obvio, me refiero aquí - señalo el piso a mis pies- interrumpiendo nuestra charla…-

-De verdad que no creí que se llevaran tan mal, yo lo invité. - dice Jian. Y yo le ruedo los ojos a Diego que se muestra sonriente.

-Bueno, mira que una vez que no estas llena de mierda y con un bonito vestido, te ves bien. - continua él.

-Pues tú te sigues viendo igual de estúpido que siempre. – y le doy mi mejor sonrisa de suficiencia.

- ¿Así me agradeces el favor que te hice? - él me da una mirada sugerente, aunque obviamente se refiere a el hecho de mantener oculta la existencia de Erick.

- ¿Cómo demonios te atreves a hablarle así a mi hermana? - Leo se pone frente a mí, pero Diego en ningún momento pierde su sonrisa.

-La virtud que trates de cuidar de ella…- mi hermano no lo resiste y lanza el puño al frente, pero esto no va a terminar para nada bien. Le sostengo el brazo, y al mismo tiempo siento la energía frente a nosotros, pero son distintas, de alguna manera, la de Jian más gruesa y firme, la de Diego elástica y delgada.