pedro-robles1588912623 Pedro Robles

La manera en la que nuestra perspectiva nos hace ver las cosa, puede cambiar con solo abrir la puerta.´ La vida es un constante ir y venir de problemas. Al final... Solo nosotros podemos hacer algo.


Historias de vida Todo público. © Roberto

#338
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Un día más

Mi alarma hizo aquel sonido espantoso que indicaba que una tercera parte del día ya había sido utilizada por mi sueño, y que ahora debía trabajar o hacer... o intentar hacer algo productivo con el tiempo... y con mi vida...

Así que saque de mí cabeza toda clase de pensamientos que me mantuvieran en cama pensando si de verdad valía la pena levantarme tan temprano, e ir a trabajar. Necesitaba trabajar. Todos necesitamos hacerlo.

Bajé a la cocina, con un pensamiento en mente "Me quedan cincuenta minutos para estar listo" al mismo tiempo me daba risa esa frase ya que, si en veinticinco años no he sido listo, menos en cincuenta minutos.

Llené una taza con agua y la metí dentro del horno de microondas, únicamente tres minutos. Abrí el refrigerador y encontré dos huevos, tres salchichas, algo de queso manchego y ¡taran! el desayuno de hoy. Primero freí las salchichas, después agregué el huevo y por último agregue queso manchego rayado encima. Saqué la taza del microondas y puse un poco de chocolate en polvo, un poco de azúcar, revolví y listo, una versión caída de chocolate.

Terminando el desayuno me fui a la ducha, siempre que hacía esto de comer y ducharme me hacía recordar a mi madre "No hagas eso o puedes morir, ya te lo advertí". Mi madre, no era muy cariñosa en ocasiones.

Al salir de la ducha, miré el reloj. veinte minutos. Tuve que darme prisa, o llegaría tarde. Necesitaba trabajar.

Saqué del armario mi traje color café oscuro, mi camisa negra y una corbata del color del traje. Mi armario nunca fue muy colorido. Me puse los zapatos, el cinturón, me paré frente al espejo cinco minutos intentando arreglar mi cabello. Cosa difícil, y soy hombre. Bajé a la cocina, y tomé mi mochila la cual una noche antes puse ahí. Miré mi taza y quedaba un poco de mi chocolate así que decidí terminarla, pero justo cuando el líquido tocaba mi boca recordé que ya me había cepillado los dientes, acto seguido... Sabor amargo.

Antes de girar la perilla de la puerta que me sacaba al mundo exterior, fuera de mi fortaleza, hice lo que todas las mañanas hago: Cerré los ojos, inhale lo más que logré de aire... lo expulse lentamente, sonreí un poco y me dije "Un día más" mientras giraba la perilla y toda la luz que me ofrecía el mundo exterior cegaba mis ojos por un instante. Sonreí un poco más y me repetí "¿Un día más? o ¿Más de un día?"


8 de Mayo de 2020 a las 05:14 0 Reporte Insertar Seguir historia
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