Sábado
Me despierto con los rayos del sol filtrándose por las rendijas de la persiana, con pereza froto mis ojos encandilados por la luz mientras me siento en la orilla de la cama y me comodo mi pijama de pinguinitos. Siento pasos rápidos acercándose la puerta de mi habitación, de pronto esta se abre dejándome ver a Sam, el mayor de mis 4 hermanos. Sam tiene 23 años, es alto, fornido, rubio y con ojos grises.
-Buenos días idiota. - Saluda Sam.
-No son formas de entrar, querido. - Conteste con la voz adormilada.
-Ya esta listo en desayuno enana, mama y papa salieron a la casa de los abuelos con Michael. - Informo el estúpido de mi hermano.
Michael es mi hermano pequeño, tiene 2 años y es un gordito cachetón.
-Ni sueñes que voy a comer algo hecho por ti. - Dije burlona.
-"Ni sueñes que voy a comer algo hecho por ti" - Me hizo la burla haciendo voz aguda.
Yo, como respuesta le enseñe mi hermoso dedo corazón; literalmente le mande a la mierda.
-A ver pendeja, vas a bajar o ¿que vas a hacer? - Pregunto fastidiado.
-A ver pendejo, me visto y bajo.
-No, AHORA. - Dijo autoritario.
Lobo tenia que ser...
-ME VISTO Y BAJO. - Repetí subiendo el tono de voz.
De un momento a otro me encuentro sobre su hombro saliendo del cuarto.
-¡BÁJAME! - Grite carcajeando.
-Agradece que no tienes que caminar. - Contesto riendo mientras me agarraba mas fuerte de la cintura.
Llegamos a la cocina donde se encuentran Cameron y Eliot, mi hermanos de 20 años. Ellos son gemelos, ambos tienen el pelo rubio y los ojos verdes, son altos y musculosos.
*Suena el timbre*
Nos miramos confundidos porque no esperamos a nadie y nuestros padres tienen llaves.
-¡Va Cameron! - Gritamos Sam, Eliot y yo a la vez mientas Cameron pone cara de fastidio y rueda los ojos.
-Hijos de... - Susurra mientras camina en dirección a la puerta.
Me siento en la mesa donde me espera una taza de leche fría y unas tostadas negras, en serio, estaban NEGRAS.
-Emm... Sam. - Lo llamo. - ¿Se te quemaron las tostadas o me parece a mi?̣ - Pregunte irónica.
-Puedes elegir entre eso o nuestra cena.
-¿Cual es vuestra cena? - Pregunte frunciendo el ceño.
-Carne cruda, esta en la heladera. - Dijo relamiéndose los labios deseoso de comida a la vez que yo ponía cara de asco.
