Hoy el despertador sonó 10 minutos después de la hora acostumbrada.
Tiré de las cobijas sobresaltada y a como pude me arrastré a la orilla de la cama. Busqué mi sostén a tientas en el suelo y lo sacudí, mientras me lo intentaba poner en la oscuridad de la habitación, suspiré hondo y profundo, ya no hay tiempo, musité enojada mientras se me escapaba un bostezo.¡Nunca hay tiempo! corregí mientras recogía la demás ropa del suelo, y me la ponía a jalones y tirones. Después de tender mi cama y abrir la ventana me senté en la descalzadora en zazen, cerré los ojos y conté hasta sesenta. Sentí mi cuerpo, claramente no estaba en su centro. ¿Pero qué importaba? lo que menos tenía era tiempo para hacer averiguaciones tan complejas sobre mí misma así que remplacé la pregunta de ¿Qué necesitas?; por la de ¿Pan tostado con fruta o yogurt con granola?. ¡Elige rápidoo o te quedas sin desayunaar.! Pan tostado y en serio se me antoja la fruta...aunque por el tiempo está bien si es congelada.
Saqué la bolsa de frutos rojos organic value y la puse en el fregadero. Mientras untaba mi tostada con mantequilla y daba sorbitos a mi café repetía los conceptos de mi libro de anatomía básica, quince minutos más! van de memoria!, de nuevo!, diez minutos más! húmero, proximal, distal, medial lateral y posterior, tres!, medial, lateral y anterior. No! de nuevo! está mal!. Por el amor de Dios no lo puedes hacer mejor! venga! quedan 5!. ¡Hey, Camilo! ¿te puedes callar?. (Era Brenda mi hermana menor que me gritaba desde el segundo piso mientras bajaba las escaleras cabreada). !Tú eres la única que va a la universidad, no?!. (Me dijo). ¡Algunas, aún podemos dormir una hora más!, además, ¡Ja! kaaaarma!, ve el reloj, ya se te hizo tarde.(Vestida aún con su pijama de franela y sus ridículas pantuflas de unicornio, Brenda terminó su frase con una sonrisa triunfal mientras bajaba el último escalón hacia el comedor donde se supone que yo desayunaba y estudiaba, aunque en lo primero nada más no avanzaba). Miré mi celular, efectivamente se me había hecho tarde, eran las siete con cinco minutos. ¡Maldición!, dejé la tostada a medio terminar en mi plato le lancé una mirada iracunda a Brenda, me colgué con violencia la mochila en el brazo y salí de la casa dando un portazo. El autobús que tomaba ya no iba a pasar y lo sabía, así que pedí un Uber desde mi celular. <Es tarde pensé, no me van a dejar aplicar>. Su conductor Uber Luis Gerardo está a cinco minutos de distancia, me avisó la aplicación. Respiré y miré mi mochila. <Okay, seguramente puedo aprovechar para escuchar un poco de música, después de todo me debería relajar , ya sabes Cami compensar el desayuno, los gritos, la desvelada... creo que se me antoja escuchar Rivers Flows in You de..
¿Yiruma?…
Pero en vez de eso saqué la libreta donde tenía mis apuntes y empecé a leerlos y releerlos.
<No es bueno holgazanear, solo las estudiantes dedicadas llegan lejos>. Recordé las palabras de mi mamá. Su conductor Uber Luis Gerardo ya llegó/, chistó la aplicación. Le dí una rápida ojeada a la placa y me subí. ¡Buen día Luis!, saludé alzando ligeramente la cabeza, nuestra misión es llegar lo más pronto a la escuela, así que... ¡por favor acelere!.
Gracias por leer!