gregrivers L. Gregorio Torre Rivero

Reflexiones poéticas, en clave metafísica, sobre el movimiento, el espacio y el tiempo, el ser y la creación. La nada. Visiones, sueños, alucinaciones hipnagógicas auditivas y visuales en parálisis del sueño. Develamiento e hipóstasis del mundo real y sus presencias. Los dueños del mundo.


No-ficción Todo público.

#metafísica #ciencia #REFLEXION-POETICA #religiones
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Aquiles, la tortuga y el obsevador

El movimiento observado

es falsa percepción de algún sentido.


Nada puede moverse

a su libre albedrío.


Nos precipitamos

a través del espacio

impelidos por una fuerza

desconocida,

que nos arrastra

junto a todo lo existente,

a velocidad constante.


Caminamos, en suma,

sobre una cinta mecánica,

en tanto, bajo nuestros pies

y sobre nuestras cabezas,

se deslizan paisajes, ciudades,

océanos y universos.


El tiempo, asimismo, es ilusión,

trama de la materia,

en su proceso creativo.


Nada, por otra parte, perece,

sino que se renueva y transforma

yendo de lo material a lo inmaterial

del mundo físico al trascendente,

que es iluminación del espíritu,

la inteligencia, el "nous", que todo lo habita.


Entendemos, ahora, a Zenón,

que lo aprendió de Parménides, el eleata:

Aquiles nunca podrá alcanzar a la tortuga;

es, además de metafísicamente imposible,

científicamente demostrable,

dialécticamente apodíctico

y lógicamente matemático,

partiendo de la premisa inicial.


Concluyo, pues, como he empezado,

ni espacio, ni tiempo, ni movimiento,

ni vida, ni muerte.


Sueño, al fin, de Dios,

eternidad pura en suspensión,

el más perfecto estado

de agregación de la materia,

que incluye a todos los demás.

17 de Diciembre de 2019 a las 19:39 0 Reporte Insertar Seguir historia
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